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INHIBICION SINTOMA Y ANGUSTIA FREUD

Abstract

I Diferenciaremos los términos de " Inhibición " y " síntoma ". No han crecido los dos en el mismo suelo. «Inhibición» tiene un nexo particular con la función y no necesariamente designa algo patológico: se puede dar ese nombre a una limitación normal de una función. En cambio, «síntoma» equivale a indicio de un proceso patológico. Entonces, también una inhibición puede ser un síntoma. Habla de inhibición donde está presente una simple rebaja de la función, y de síntoma, donde se trata de una desacostumbrada variación de ella o de una nueva operación. Dado que la inhibición se liga conceptualmente de manera tan estrecha a la función, uno puede dar en la idea de indagar las diferentes funciones del yo a fin de averiguar las formas en que se exterioriza su perturbación a raíz de cada una de las afecciones neuróticas. Para ese estudio comparativo escogemos: la función sexual, la alimentación, la locomoción y el trabajo profesional. a. La función sexual sufre muy diversas perturbaciones, la mayoría de las cuales presentan el carácter de inhibiciones simples. Las estaciones principales de la inhibición son, en el varón: el extrañamiento de la libido en el inicio del proceso (displacer psíquico), la falta de la preparación física (ausencia de erección), la abreviación del acto {ejaculatio praecox), la detención del acto antes del desenlace natural (falta de eyaculación), la no consumación del efecto psíquico (ausencia de sensación de placer del orgasmo). No puede escapársenos por mucho tiempo la existencia de un nexo entre la inhibición y la angustia. Muchas inhibiciones son, evidentemente, una renuncia a cierta función porque a raíz de su ejercicio se desarrollaría angustia. En la mujer es frecuente una angustia directa frente a la función sexual; la incluimos en la histeria, lo mismo que al síntoma defensivo del asco. También un número considerable de acciones obsesivas resultan ser precauciones y aseguramientos contra un vivenciar sexual, y por tanto son de naturaleza fóbica. Se emplean muy diversos procedimientos para perturbar la función: 1) el mero extrañamiento de la libido, que parece producir a lo sumo lo que llamamos una inhibición pura; 2) el menoscabo en la ejecución de la función; 3) su obstaculización mediante condiciones particulares, y su modificación por desvío hacia otras metas; 4) su prevención por medidas de aseguramiento; 5) su interrupción mediante un desarrollo de angustia toda vez que no se pudo impedir su planteo, y por último, 6) una reacción con posterioridad que protesta contra ella y quiere deshacer lo acontecido cuando la función se ejecutó a pesar de todo. b. La perturbación más frecuente de la función nutricia es el displacer frente al alimento por quite de la libido. Tampoco es raro un incremento del placer de comer (compulsión a comer que tuviera por motivo la angustia de morirse de hambre). Como defensa histérica frente al acto de comer conocemos el síntoma del vómito. El rehusamiento de la comida en estados psicóticos (delirio de envenenamiento). c. La locomoción es inhibida en muchos estados neuróticos por un displacer y una flojera en la marcha. d. La inhibición del trabajo, que tan a menudo se vuelve motivo de tratamiento en calidad de síntoma aislado, nos muestra un placer disminuido, torpeza en la ejecución, o manifestaciones reactivas como fatiga (vértigos, vómitos) cuando se es compelido a proseguir el trabajo. El concepto de inhibición expresa una limitación funcional del yo, que a su vez puede tener muy diversas causas.. La función yoica de un órgano se deteriora cuando aumenta su erogenidad, su significación sexual. En dichas funciones se omitirán porque sería como si de hecho se ejecutase la acción sexual prohibida. El yo renuncia a estas funciones que le competen a fin de no verse precisado a emprender una nueva represión, a fin de evitar un conflicto con el ello. Otras inhibiciones se producen manifiestamente al servido de la autopunición. El yo no tiene permitido hacer esas cosas porque le proporcionarían provecho y éxito, que el severo superyó le ha denegado. Entonces el yo renuncia a esas operaciones a fin de no entrar en conflicto con el superyó. Las inhibiciones más generales del yo obedecen a otro mecanismo, simple. Si el yo es requerido por una tarea psíquica particularmente gravosa, verbigracia un duelo, una enorme sofocación de afectos o la necesidad de sofrenar fantasías sexuales que afloran de continuo, se empobrece tanto en su energía disponible que se ve obligado a limitar su gasto de manera simultánea en muchos sitios.

Key takeaways

  • Por tanto, donde pesquisábamos sólo una represión de pulsión, tenemos que admitir el encuentro de dos procesos de esa índole; las dos mociones pulsionales afectadas -agresión sádica hacia el padre y actitud pasiva tierna frente a él-forman un par de opuestos; y más aún: si apreciamos correctamente la historia del pequeño Hans, discernimos que mediante la formación de su fobia se cancela también la investidura de objetomadre tierna, de lo cual nada deja traslucir el contenido de la fobia.
  • En el caso del «Hombre de los Lobos», las cosas son más simples; la moción reprimida es en efecto una moción erótica, la actitud femenina frente al padre, y en torno de ella se consuma también la formación de síntoma.
  • Si se obstaculiza la formación de síntoma, el peligro se presenta efectivamente, o sea, se produce aquella situación análoga al nacimiento en que el yo se encuentra desvalido frente a la exigencia pulsional en continuo crecimiento: la primera y la más originaria de las condiciones de angustia.
  • El valor biológico del afecto de angustia obtenía su reconocimiento al admitirse que la angustia era la reacción general frente a la situación de peligro; se refirmaba el papel del yo como almacigo de la angustia al adjudicársele la función de producir el afecto de angustia de acuerdo con sus necesidades.
  • (2009) Freud en "Inhibición, síntoma y angustia" sostiene que la angustia se generó como reacción frente a un estado de peligro y describe dos posibilidades de emergencia de la angustia: a. Su función y las oportunidades en la que es producida b.