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En el trabajo con enfoque sistémico, como en toda tarea terapéutica, tenemos una epistemología que nos sustenta, que avala nuestras acciones o, por lo menos, se trasluce en ellas. De dicho referente teórico se desprenden los recursos técnicos; pero además, y principalmente, se desprende una manera de accionar con los consultantes, una manera de "ser terapeuta" que está sesgada, por un lado, por lo que cada teoría "permite" y, por otro lado, por el "estilo" de cada terapeuta. Si somos fieles al referente teórico y diestros en la instrumentación de recursos; si somos claros en nuestras ideas y responsables en nuestra formación; si somos dúctiles con nuestra persona y humildes ante que arrogantes: es probable que no cometamos demasiados errores y podamos entrar y salir de los dilemas airosamente. Y más aún: fortalecidos. Cuando trabajo con temáticas de adolescentes -un tercio de mis consultas-lo hago con dos sistemas fundamentalmente: el adolescente mismo y su familia. Cuando busqué la definición de "error" en el diccionario, encontré dos acepciones, a mi manera de ver, estrechamente ligadas. Una: "concepto equivocado o juicio falso" y la otra. "acción desacertada o equivocada". Ligadas porque: un concepto equivocado lleva a una acción desacertada. Pero, ¿cómo defino el concepto de "equivocado"?. Una manera que se me ocurre: porque la acción que impulsa es desacertada. ¿Y por qué podría serlo?: porque no se logre el fin buscado. En las consultas por adolescentes de clase media en Buenos Aires, las familias concurren habitualmente con una alta percepción de "fracaso", sobre todo en el nivel parental, que suele llevarlos a preguntarse: "¿Qué error cometimos?". El error está definido por los resultados: este hijo no es como/ni lo que deseamos que sea, o peor aún: no es feliz. Habitualmente hay concepciones de lo que es ser buen padre, que llevan a acciones "desacertadas", pero que se siguen repitiendo porque, desde lo que se "debe ser", es lo que "deben hacer" los buenos padres hoy. Por otro lado, el adolescente suele tener una visión mucho menos trágica de la situación, no considerándose parte de ningún error de programación ni mucho menos, de sí mismo. "¿Todo bien?", "Todo bien". Todo. Absolutamente TODO. Pero para los padres: TODO mal. Los terapeutas sistémicos tenemos la costumbre de leer la construcción relacional de esas definiciones. Y entonces, ante una consulta así: ¿cuáles podrían ser caminos que nos llevaran al error?. Algunos:
Desde hace ocho años soy docente en instituciones que forman realizadores audiovisuales (carrera de Diseño de Imagen y sonido de la UBA, Escuela de Cine del Uruguay, Escuela Internacional de Cine y Televisión, Cuba)
2016
Influencia de los factores precosecha en la calidad poscosecha de frutas y hortalizas 19
Serie de acontecimientos esencialmente escénicos producidos en función del comportamiento de los personajes, la acción es a la vez, concretamente, el conjunto de los procesos de transformaciones visibles en escena y en el plano de los personajes, lo que caracteriza sus modificaciones psicológicas o morales. 2-LA DEFINICIÓN TRADICIONAL "Serie de hechos y actos que constituyen el argumento de una obra dramática o narrativa"(Robert). Se considera a esta definición tautológica y descriptiva puesto que se limita a reemplazar la palabra acción por actos y hechos, sin indicar la naturaleza del hacer transformador. 3-DEFINICIÓN SEMIOLÓGICA Se reconstituye primero el modelo actancial en un punto dado de la obra, estableciendo la relación entre los personajes, determinando el sujeto y el objeto hacia el cual tiende, así como los oponentes y los ayudantes, cuando este esquema se modifica y cuando los actantes adquieren una posición y un valor nuevos en el universo dramático. Por ejemplo, el motor de la acción puede pasar de un personaje a otro, el objeto perseguido puede ser eliminado y adquirir otra forma, o modificarse la estrategia de los oponentes/ayudantes. La acción se produce tan pronto como los actantes toman la iniciativa de un cambio de posición en la configuración actancial , alterando así el equilibrio de fuerzas del drama. La acción, es por lo tanto, el elemento transformador y dinámico que permite pasar lógica y temporalmente de una situación a otra. Es la ilación lógico-temporal de diferentes situaciones. El paso de un estadio a otro, de una situación de partida a una situación de llegada, describe exactamente el recorrido de cada acción. Aristóteles no decía otra cosa cuando dividía toda fábula en principio, medio y fin (Poética). B. Dinámica de la acción La acción está vinculada, al menos en el teatro dramático (forma cerrada), a la aparición y resolución de contradicciones y conflictos entre personajes y entre un personaje y una situación. El desequilibrio de un conflicto es lo que obliga al (los) personaje(s) a actuar para resolver la contradicción; pero su acción (su reacción) ocasionará otros conflictos y contradicciones. Esta dinámica incesante crea el movimiento de la obra. Sin embargo la acción, no necesariamente se expresa y manifiesta en el nivel de la intriga; a veces es perceptible sólo en la transformación de la conciencia de los protagonistas, transformación que no tiene otro "barómetro" que los discursos (drama clásico). Acción hablada En el teatro la acción no es una cuestión de movimiento o de transformación visible. La misma se sitúa en el centro del personaje (en una decisión, en una evolución interior, etc.), e incluso, en virtud de una convención dramática implícita, toda palabra es asimilable a una acción en la medida en que confiere a su autor cierto poder de intervención en la situación dramática; y en que su palabra reemplaza a su acción física.
Cualquier ser humano es capaz de actuar, pero no cualquiera es actor. Actor es aquel que es capaz de crear la máscara, no ponersela. Mascara-Personaje es la visión creadora de un actor que sintetiza su propia visión del ser humano en tiempo y lugar preciso, por fuerza el hoy y el aquí. Se necesita una preparación intelectual que permita conocer y comprender enteramente al ser humano y de esta manera poder actuar. El actor debe poseer distintas cualidades entre ellas la fuerza y al mismo tiempo la delicadeza, debe tener una técnica elástica. Como realizadores debemos tener la obligación de darle la libertad y los estímulos necesarios para que actúe iluminarlo, darle pautas y notas para que este entienda y se meta de lleno en el personaje. Se debe entender que el actor es el instrumento clave para la realización de una obra de ficción, el director debe tener la facultad de expresar por medio del actor lo que quiere decir con su ficción y para esto debe instruir y, despejarle el camino. Para esto el actor primero tendrá que saber si es afín al papel que se le presenta, es ahí donde se sabrá el interés que este tiene y se crea un vínculo con el actor. Se menciona en el texto que para que el actor se enamore de su personaje deben suceder dos cosas: la primera el personaje y todo lo que este representa y la segunda, la forma en la que se trabajara, esto se traduce en: ¿Qué personaje es? Y ¿Qué vamos a hacer con el? Aquí es donde entran las ideas que el director tiene respecto al personaje, las cuales deben compaginar y permitir que el actor interprete al personaje con base a su experiencia y su saber, esto se debe conjugar con el texto, ya que en este vienen piezas clave del personaje tales como: su carácter, como piensa, sus anhelos, inquietudes, miedos.
El objetivo de nuestro trabajo de investigación es presentar un resumen coordinado de los conceptos que constituyen la teoría del presupuesto maestro, principios, términos y temas que permitirán a quienes toman las decisiones en las empresas, tener una base conceptual como guía.
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Revista Boliviana de Educación
Astrolabio. Revista Internacional de Filosofía, Nº 15 (2013), ISSN 1699-7599, pp. 1-11., 2013
Teología: revista de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, 2019