Academia.edu no longer supports Internet Explorer.
To browse Academia.edu and the wider internet faster and more securely, please take a few seconds to upgrade your browser.
…
20 pages
1 file
filosofia del terorrismo,
2012
En este número Isegoría dedica su sección monográfica a reflexionar sobre «La filosofía ante el terrorismo», un problema del que, cuando menos, no se puede negar su indudable actualidad.
El hilo conductor que va a articular esta contribución es el del problema de la comprensión y explicación del proceso argumentativo que lleva al terrorista a cometer una acción de esa calificación, creyendo que tal argumentación justifica esa acción desde diferentes puntos de vista, pero sobre todo desde un punto de vista lógico o racional. La perspectiva que voy a adoptar es confesadamente individualista. Esto es, no voy a insistir especialmente en el terrorismo en cuanto respuesta ‘política’, adoptada y utilizada por un grupo con objetivos políticos. En cuanto opción o respuesta ‘política’, el terrorismo se ha analizado como una acción estratégica de naturaleza colectiva o social. Como tal, se ha destacado su posible racionalidad, al menos en relación con su formulación en teorías formales, como la teoría de juegos y la teoría de la decisión. Ciertamente el terrorismo, así considerado, tiene su ‘lógica’, es decir, lo que en sentido amplio consideramos una relación de congruencia (por decir lo menos) entre medios y fines. Pero existe una dimensión menos explorada, y más pertinente para la teoría de la argumentación, el de la existencia de procesos argumentativos de justificación del terrorismo que son suscritos no sólo socialmente sino también, y especialmente, por aquellos que cometen las acciones terroristas. Dicho de otro modo, el análisis crítico de la argumentación, cuando tal argumentación concluye en la necesidad de efectuar una acción, no puede prescindir del hecho de que dicha acción será realizada por un individuo. Es posible, y a menudo sucede así, que la argumentación, en cuanto producto textual, no sea una elaboración individual, sino social o cultural. Es posible que la argumentación (o el argumentario, como se suele decir ahora, esto es, el repertorio de argumentos que inciden en una determinada cuestión o tesis) sea suscrita por muchos individuos, por ejemplo, por todos los que prestan su apoyo social al terrorismo. Pero lo cierto es que, en cuanto parte de la explicación de una acción terrorista, la argumentación ha de incluir los componentes individuales, psicológicos que hacen al terrorista dramáticamente único, puesto que es el único agente de la acción. Algo lleva al terrorista a concluir que él es parte de la argumentación, en la medida en que asume que la ejecución de la acción terrorista le compete a él. En este nivel individual, hay que prestar atención no obstante a la relación permanentemente presente de los factores sociales y los personales. En particular, es preciso destacar los factores ideológicos y los psicológicos. Lo intelectualmente interesante es la forma en que se constituyen lo que en sentido amplio se pueden denominar concepciones (conceptos, categorías, creencias, guiones, historias; en fin, toda la gama de instrumentos a nuestra disposición para asimilar el mundo, para darle sentido) y cómo dichas concepciones están relacionadas con nuestro pensamiento, nuestro lenguaje y las cosas que nosotros hacemos o que otros hacen. Es un nivel de análisis psicológico que ha sido menos aplicado al análisis del terrorismo. En comparación, se han explorado más los enfoques psicopatológicos, tratando de especificar cuáles son los rasgos permanentes de la mente terrorista, ya sea bajo la forma de temperamentos, personalidades, en versiones más o menos patológicas, bien a lo largo de lo que se denomina el eje clínico (esquizofrenia, depresión, etc.) o del de los trastornos de la personalidad (trastornos antisociales como la psicopatía o la sociopatía). En J. Victoroff y A. Kruglanski, eds. (2009) se puede encontrar un buen resumen de los análisis psicológicos del terrorismo, análisis que en general han tratado de equipararlo a alguna forma de trastorno, enfermedad o síndrome psicológico. Lamentablemente (o afortunadamente, según se mire), la conclusión o el consenso actualmente mayoritario es que en la mente del terrorista, suponiendo que se pueda hablar con ese nivel de generalidad, no hay nada anormal o patológico. Lo inquietante del asunto no sólo es que los terroristas sean personas normales, psiquiátricamente hablando, sino también que las personas normales puedan ser terroristas.
Revue internationale de droit pénal, 2009
Prolongación del conlicto. Desgaste político del enemigo y preservación de la fuerza propia Economía de guerra .... Economía de movilización para la producción de bienes y servicios bélicos. Complejo militar-industrial Depredación de recursos para el sostenimiento del esfuerzo bélico FUENTE: Elaborado a partir de BUESA (2010). Financiación del terrorismo 29 ICE ECONOMÍA DEL TERRORISMO Noviembre-Diciembre 2016. N.º 893
Comparto con Fernando Reinares-Nestares que, "Con cierta frecuencia se ha venido acusando a los intelectuales de inhibición, miedo incluso, ante el tema del terrorismo. Y no sin razón. No es de extrañar que se rehuya el reto de afrontar un discurso en el cual, la expresión de una opinión mínimamente imaginativa, pueda llevar a su autor a engrosar las macabras "listas negras" de grupos terroristas de diversa índole. O ser acusado de "apología del terrorismo" y padecer, en el peor de los casos, legislaciones anti-terroristas que se aproximan, en alguna ocasión, a la misma indiscriminación que caracteriza el acto terrorista propiamente dicho" (VV.AA.; 1982:7). Es por ello, que coincido con los versos de Quevedo: "No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca ya la frente silencio avises o amenaces miedo".
El terrorismo consiste en la violencia o la amenaza de la violencia utilizada por un individuo o grupo de personas como estrategia politica. Al igual que la revolucion , el terrorismo es una accion política que rompe las reglas establecidas en un sistema politico.
2007
Nadie discute que el actual terrorismo supone una seria amenaza que hoy se añade a la lista ya bastante extensa de alarmas y riesgos que definen el principio de este último siglo. No obstante, el análisis de este fenómeno es particularmente complejo. Por una parte, los prejuicios contaminan muy a menudo los intentos de explicación. Por otro lado, los responsables políticos y los expertos no siempre coinciden en sus aproximaciones teóricas. Existen al menos tres enfoques aplicados al estudio de los fenómenos terroristas que podríamos denominar: socioestructural o macrosocial, psicológico-individual y psicosocial. Los dos primeros han recibido mayor atención y dedicación que el último, razón por la cual este artículo ofrecerá una discusión sobre la aproximación psicosocial. Sin embargo, no es fácil encontrar sentido a dicho enfoque si no se conocen previamente las propiedades y limitaciones de los dos primeros, que serán brevemente ilustradas a continuación.
2006
En el presente articulo se reflexiona acerca del fenomeno terrorista presentando algunas posturas filosoficas que, de manera antagonica, rescatan y/o censuran su papel como metodo politico y como reivindicacion moral de los sujetos oprimidos. Se empieza por exponer la apologia de la violencia revolucionaria sostenida por Jean Paul Sartre y Franz Fanon. En seguida se exhiben los terminos generales de lo que podemos llamar una descalificacion del terror como ejercicio mudo y apolitico por parte de Hannah Arendt. En tercer lugar, se considera la posicion de Jurgen Habermas como perspectiva explicativa que permite entender el terrorismo en virtud de una paradoja comunicacional de la modernidad. Finalmente, se defiende la tesis segun la cual, mas alla de las reivindicaciones politicas y morales invocadas por el individuo o grupo terrorista, la experiencia historica demuestra que el medio especifico de estas acciones —la violencia— termina por absorber su fin, por lo que los argumentos a ...
La bomba explotará en el bar a las trece veinte. Ahora apenas son las trece dieciséis. Algunos todavía tendrán tiempo de salir. Otros entran. El terrorista ya se ha situado al otro lado de la calle. Esta distancia lo protege de cualquier mal. Y se ve como en el cine: Una mujer con una cazadora amarilla: ella entra. Un hombre con unas gafas oscuras: él sale. Unos chicos con vaqueros: ellos hablan. Trece diecisiete y cuatro segundos. El más bajo tiene suerte y se sube a una moto, el más alto entra. Trece diecisiete y cuarenta segundos. Una niña: ella camina con una cinta verde en el pelo. Sólo que de repente ese autobús la tapa. Trece dieciocho. Ya no está la niña. Habría sido tan tonta como para entrar, o no, ya se verá cuando los vayan sacando. Trece diecinueve. Y ahora como que no entra nadie. En vez de entrar, aún hay un gordo calvo que sale. Pero parece que busca algo en sus bolsillos y a las trece veinte menos diez segundos regresa por sus miserables guantes.
Loading Preview
Sorry, preview is currently unavailable. You can download the paper by clicking the button above.
Política criminal y sistema penal: viejas y …, 2005
Revista Poiesis, 2011
Cuadernos De La Facultad De Humanidades Y Ciencias Sociales Universidad Nacional De Jujuy, 2010
El terrorismo: un enemigo construido, 2019
Apuntes de Investigación del CECYP, 2015