Academia.edu no longer supports Internet Explorer.
To browse Academia.edu and the wider internet faster and more securely, please take a few seconds to upgrade your browser.
2014
En este artulo se busca defender la hipesis de la idea de libertad planteada por Hobbes frente al concepto tradicional de ausencia de dominaci, y posteriormente verificar co la ausencia de obstulo se traduce en voluntad polica. Esta posici finalmente condujo a concluir que su punto de partida abriel camino a la moderna teor del estado constitucional.Al examinar las obras que Thomas Hobbes le dedical desarrollo de su filosof polica, y contrastar tas con la situaci de guerra civil que por entonces se desarrollaba en Inglaterra, es posible sostener que sus libros no so son un conjunto de proposiciones argumentalmente entrelazadas acerca de la polica, sino que son en smismas policas, en el sentido que toma Carl Smith de la polica como una disputa amigo-enemigo. Tanto en Elemements of the law, como en De cive y Leviat defiende una posici en contra de un adversario con respecto a cuestiones que definen la situaci polica de la oca.Por medio de una investigaci bibliogrica, es posible locali...
ECA: Estudios Centroamericanos, 1997
No hay resúmenes disponibles. ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 52, No. 588, 1997: 1018-1028.
Desbordes. Revista de Investigaciones. Escuela de Ciencias sociales, artes y humanidades - UNAD, 2011
En 1936, Sartre publicó un texto que se titula La imaginación, el cual será el preludio de otro que publicaría en 1940, denominado Lo imaginario. Unos años después, en 1947, publicará en un primer volumen que se denominará Situations I, una miscelánea de artículos, uno de los cuales se titula La libertad cartesiana. tAyROn AlBERtO AchuRy tORRES ¿liBERtAD imAginADA O imAginAciÓn liBERtARiA?
Ciencia jurídica, 2018
El presente trabajo tiene como finalidad ofrecer una crítica al concepto de cooperación, empleado por John Rawls en sus principales obras de filosofía política, además de dar una nueva mirada a este concepto, ampliándolo, para que la concepción política de la justicia de corriente rawlsiana no excluya de facto a personas con discapacidad o adultos mayores. Como último punto, plantearemos una propuesta en dónde la " dignidad " juegue un papel importante para sostener una cooperación social más igualitaria. Abstract. This paper aims to provide a critique of the concept of cooperation employed by John Rawls in his principal works of political philosophy, besides giving a new look to this concept by extending it to the political conception of justice current Rawlsian not exclude people with disabilities or older adults. As a last point, we will raise a proposal where the dignity plays an important role in sustaining a more egalitarian social cooperation
La defensa de la libertad humana constituye una de las tareas más problemáticas dentro del sistema leibniziano. Esto se debe principalmente a que el concepto leibniziano de Dios posee algunas características que resultan aparentemente contradictorias con cualquier tipo de libertad humana. Intentaré mostrar cómo, a fin de disolver las contradicciones que salen al paso, Leibniz recurre a su propio concepto de creación, único punto de vista desde el cual se pueden cumplir los requisitos de la definición leibniziana de libertad. Intentaré, además, mostrar que el mencionado recurso se encuentra presente en la Monadología y que, por tanto, pertenecía a lo que Leibniz consideró una de las versiones más acabadas de su propio sistema.
finales de septiembre del año 2002, la firma alemana Volkswagen anunció el traslado de parte de la línea de producción de uno de sus automóviles desde la factoría catalana de Martorell hasta una planta situada en Eslovaquia. Al parecer, el motivo de su decisión estribaba en la negativa por parte de los trabajadores a incrementar el número de días laborables. El coste de esta decisión irrevocable fue muy duro: quinientos despidos directos y la pérdida de unos cinco mil puestos de trabajo indirectos. Casi al mismo tiempo, la planta que la misma compañía posee en Pamplona amenazó con recortes en la producción que afectarían a cientos de trabajadores directos o indirectos. Aparentemente, la razón de estas decisiones fue primordialmente económica, esto es, el resultado de una comparación entre diversas variables mensurables: el coste del traslado de la línea de producción, la productividad de las dos plantas afectadas por ella, los costes asociados a la mano de obra en uno y otro país 1, las subvenciones públicas existentes, etc. Sin embargo, detrás de esta primera interpretación existe otra muy evidente: con esta medida, la multinacional alemana avisaba a los empleados de sus otras plantas que estaba más que dispuesta a desmontar una fábrica entera si no se plegaban a unas condiciones laborales predeterminadas por la gerencia
Academia de Ciencias de Buenos Aires, 2022
En su obra 21 lecciones para el siglo XXI, Yuval Noah Harari advierte sobre el progresivo carácter mítico que adquiere la libertad personal dentro de un organismo social atravesado por la capacidad de manipulación afectiva de la tecnología a través de la inteligencia artificial. A propósito de esto nos detendremos a reflexionar sobre la efectiva centralidad de los sentimientos en la dinámica de la acción humana. Partiremos de algunas tesis de san Agustín y santo Tomás de Aquino, rastrearemos su presencia en Edith Stein y Robert Spaemann. Con la ayuda de estos autores intentamos dibujar una fenomenología de la libertad que ponga en evidencia su vulnerabilidad y las condiciones de posibilidad de su supervivencia dentro del misterio de la existencia humana.
DOS CONCEPTOS DE LIBERTAD A PARTIR DE HOBBES, 2014
1. Introducción: ¿Cuál es la pregunta a la que responde Skinner? Siguiendo la metodología propuesta por el mismo Quentin Skinner para la comprensión de los textos, me he preguntado a mí misma: ¿Cuál es la pregunta a la que responde el autor con el texto "Hobbes y la libertad republicana"? Tratando de alcanzar su intención significativa, me he propuesto recorrer una serie de aspectos sobre el autor y su metodología, y los objetivos y conceptualizaciones declarados en la obra. En primer lugar, contextualizar la figura del autor en la Escuela de Cambridge según las características de la misma, y sus datos personales y profesionales más destacados para la indagación propuesta. En segundo lugar describir su propuesta metodológica, destacando los aportes de los dos filósofos que más han contribuido a la cristalización de la misma: Robin Collingwood y John Austin. Para terminar definiendo la postura skinneriana. En un tercer momento, analizar las concepciones de la libertad que el texto identifica en las tres obras de Thomas Hobbes, y sobre las que ha trabajado Quentin Skinner en "Hobbes y la libertad republicana". Para ello, pormenorizar los aportes en cada una de las divisiones en que se ha organizado el contenido de la obra. Y, finalmente, a partir de los objetivos pautados en el "Prefacio" y los enunciados de la "Conclusión", intentar proponer la pregunta a la cual responde la significación del texto, definiendo la fuerza ilocucionaria contenida en la intencionalidad de su autor. 2. Skinner y la Escuela de Cambridge. 1. La Escuela de Cambridge. La Escuela de Cambridge, cuyos principales exponentes son, además de Quentin Skinner, John Pocock y John Dunn, se considera pionera en el establecimiento de una nueva forma de conocimiento en el campo de las ideas políticas mediante la historización de las mismas.2 La contextualización de las obras en el marco de las circunstancias históricas, incluso el lenguaje en que se redactaron posibilita un acceso a la comprensión de esos aportes en el marco de las controversias históricas de las cuales eran partícipes. Este debate entre la ortodoxia 1 1 El original de este trabajo se presentó para la asignatura "Filosofía política e historia de las ideas políticas" como trabajo final en el cursado de la Maestría en Filosofía de la Universidad de Quilmes en noviembre de 2014. 2
Si los hombres no hubieran estado en desacuerdo sobre la finalidad de la vida y nuestros antepasados hubiesen seguido imperturbables en el jardín del Edén, los estudios a los que está dedicada la cátedra Chichele de teoría política y social apenas podrían haber sido concebidos. Pues estos estudios tienen su origen y se desarrollan en la existencia de la discordia. Puede que alguien ponga esto en cuestión, basándose en que incluso en una sociedad de santos anarquistas, en la que no puede haber ningún conflicto sobre el fin último, todavía pudieran surgir problemas políticos, como por ejemplo cuestiones constitucionales o legislativas. Pero esta objeción se basa en un error. Cuando se está de acuerdo en los fines, los únicos problemas que quedan son los de los medios, y éstos no son políticos, sino técnicos; es decir, capaces de ser resueltos por los expertos o por las máquinas, al igual que las discusiones que se producen entre los ingenieros o los médicos. Es por esto por lo que aquellos que ponen su fe en algún inmenso fenómeno que transformará el mundo, como el triunfo final de la razón o la revolución proletaria, tienen que creer que todos los problemas morales y políticos pueden ser transformados en problemas tecnológicos. Este es el significado que tiene la famosa frase de Saint-Simon sobre «la sustitución del gobierno de personas por la administración de cosas», y las profecías marxistas sobre la supresión del Estado y el comienzo de la verdadera historia de la humanidad. Esta concepción es llamada utópica por aquellos que consideran que especular sobre esta condición de perfecta armonía social es un juego de ociosa fantasía. Sin embargo, quizá se pudiera perdonar a algún marciano que viniera a ver hoy día cualquier universidad británica —o americana— y defendiese la impresión de que sus profesores y alumnos vivían en una realidad muy parecida a esa situación inocente e idílica, a pesar de toda la seria atención que los filósofos profesionales prestan a los problemas fundamentales de la política. Sin embargo, esto es sorprendente y peligroso. Sorprendente, porque quizá no haya habido ninguna época de la historia moderna en que tantos seres humanos, tanto en Oriente como en Occidente, hayan tenido sus ideas y, por supuesto, sus vidas tan profundamente alteradas, y en algunos casos violentamente trastornadas, por doctrinas sociales y políticas sostenidas con tanto fanatismo. Peligroso, porque cuando las ideas son descuidadas por los que debieran preocuparse de ellas —es decir, por lo que han sido educados para pensar críticamente sobre ideas—, éstas adquieren a veces un carácter incontrolado y un poder irresistible sobre multitudes de seres humanos que pueden hacerse demasiado violentos para ser afectados por la crítica de la razón. Hace más de cien años el poeta alemán Heine advirtió a los franceses que no subestimaran el poder de las ideas; los conceptos filosóficos criados en la quietud del cuarto de estudio de un profesor podían destruir una civilización. El hablaba de la Crítica de la razón pura, de Kant, como la espada con que había sido decapitado el deísmo europeo; describía a las obras de Rousseau como el arma ensangrentada que, en manos de Robespierre, había destruido el antiguo régimen, y profetizaba que la fe romántica de Fichte y de Schelling se volvería un día contra la cultura liberal de Occidente. Los hechos no han desmentido por completo esta predicción; pero si los profesores pueden ejercer verdaderamente este poder fatal, ¿no es posible que sólo otros profesores, o por lo menos otros pensadores (y no los gobiernos o los comités de congresos), sean los únicos que puedan desarmarles? Es extraño que nuestros filósofos no parezcan estar enterados de estos efectos devastadores de sus actividades. Puede ser que, intoxicados por sus magníficos logros en ámbitos más abstractos, los mejores de ellos miren con desdén a un campo en el que es menos probable que se hagan descubrimientos radicales y sea recompensado el talento empleado en hacer minuciosos análisis. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que, llevados por una ciega 1 Esta conferencia fue dada como «Inaugural lecture» en la Universidad de Oxford el 31 de octubre de 1958, y publicada ese mismo año por la Clarendon Press.
2015
Spinoza afirma que las decisiones, elecciones y acciones de un agente son necesarias porque están determinadas causalmente. ¿Acaso los seres humanos no son agentes morales? ¿Son sólo eslabones de una cadena de causas cuyo curso no pueden controlar y que los exime de las consecuencias de sus actos, así como de premios y castigos? ¿Ser un individuo libre significa aceptar pasivamente lo que ocurre y abandonar la pretensión de modificarlo? Este artículo responde a estas preguntas mediante la distinción en la obra spinoziana de dos conceptos de libertad, la verdadera libertad y el libre albedrío, así como con la distinción entre la responsabilidad civil fundada en este segundo concepto, y la responsabilidad moral fundada en el concepto de potestad humana, no en la verdadera libertad, aunque la posibilita. Spinoza sustains that the agents’ decisions are necessary because they are causally determined. But then, are humans really moral agents? Is it possible that they are only passengers in a train of causes, whose course they cannot control and exempts them from the consequences of their acts, of reward or punishment? Is accepting whatever happens and quitting the aspiration of changing things the hallmark of the free man? This paper answers these questions by distinguishing two concepts of freedom, real freedom and free will, as well as two concepts of responsibility. Civil responsibility is grounded in free will, whereas moral responsibility is not grounded in true freedom, but in human power (potestas).
Si los hombres no hubieran estado en desacuerdo sobre la finalidad de la vida y nuestros antepasados hubiesen seguido imperturbables en el jardín del Edén, los estudios a los que está dedicada la cátedra Chichele de teoría política y social apenas podrían haber sido concebidos. Pues estos estudios tienen su origen y se desarrollan en la existencia de la discordia. Puede que alguien ponga esto en cuestión, basándose en que incluso en una sociedad de santos anarquistas, en la que no puede haber ningún conflicto sobre el fin último, todavía pudieran surgir problemas políticos, como por ejemplo cuestiones constitucionales o legislativas. Pero esta objeción se basa en un error. Cuando se está de acuerdo en los fines, los únicos problemas que quedan son los de los medios, y éstos no son políticos, sino técnicos; es decir, capaces de ser resueltos por los expertos o por las máquinas, al igual que las discusiones que se producen entre los ingenieros o los médicos. Es por esto por lo que aquellos que ponen su fe en algún inmenso fenómeno que transformará el mundo, como el triunfo final de la razón o la revolución proletaria, tienen que creer que todos los problemas morales y políticos pueden ser transformados en problemas tecnológicos. Este es el significado que tiene la famosa frase de Saint-Simon sobre «la sustitución del gobierno de personas por la administración de cosas», y las profecías marxistas sobre la supresión del Estado y el comienzo de la verdadera historia de la humanidad. Esta concepción es llamada utópica por aquellos que consideran que especular sobre esta condición de perfecta armonía social es un juego de ociosa fantasía. Sin embargo, quizá se pudiera perdonar a algún marciano que viniera a ver hoy día cualquier universidad británica —o americana— y defendiese la impresión de que sus profesores y alumnos vivían en una realidad muy parecida a esa situación inocente e idílica, a pesar de toda la seria atención que los filósofos profesionales prestan a los problemas fundamentales de la política. Sin embargo, esto es sorprendente y peligroso. Sorprendente, porque quizá no haya habido ninguna época de la historia moderna en que tantos seres humanos, tanto en Oriente como en Occidente, hayan tenido sus ideas y, por supuesto, sus vidas tan profundamente alteradas, y en algunos casos violentamente trastornadas, por doctrinas sociales y políticas sostenidas con tanto fanatismo. Peligroso, porque cuando las ideas son descuidadas por los que debieran preocuparse de ellas —es decir, por lo que han sido educados para pensar críticamente sobre ideas—, éstas adquieren a veces un carácter incontrolado y un poder irresistible sobre multitudes de seres humanos que pueden hacerse demasiado violentos para ser afectados por la crítica de la razón. Hace más de cien años el poeta alemán Heine advirtió a los franceses que no subestimaran el poder de las ideas; los conceptos filosóficos criados en la quietud del cuarto de estudio de un profesor podían destruir una civilización. El hablaba de la Crítica de la razón pura, de Kant, como la espada con que había sido decapitado el deísmo europeo; describía a las obras de Rousseau como el arma ensangrentada que, en manos de Robespierre, había destruido el antiguo régimen, y profetizaba que la fe romántica de Fichte y de Schelling se volvería un día contra la cultura liberal de Occidente. Los hechos no han desmentido por completo esta predicción; pero si los profesores pueden ejercer verdaderamente este poder fatal, ¿no es posible que sólo otros profesores, o por lo menos otros pensadores (y no los gobiernos o los comités de congresos), sean los únicos que puedan desarmarles? Es extraño que nuestros filósofos no parezcan estar enterados de estos efectos devastadores de sus actividades. Puede ser que, intoxicados por sus magníficos logros en ámbitos más abstractos, los mejores de ellos miren con desdén a un campo en el que es menos probable que se hagan descubrimientos radicales y sea recompensado el talento empleado en hacer minuciosos análisis. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que, llevados por una ciega 1 Esta conferencia fue dada como «Inaugural lecture» en la Universidad de Oxford el 31 de octubre de 1958, y publicada ese mismo año por la Clarendon Press.
Bajo Palabra, 2018
En este artículo intentamos mostrar que el modelo de laicidad español existente debería ser definido en términos de colaboración. Y ello, en base a que la libertad religiosa es interpretada jurídicamente por nuestros tribunales en términos católicos, como una mera implementación de la Declaraciones y Constituciones conciliares. La Iglesia católica ha conseguido imponer su interpretación a través del blindaje de privilegios en forma de Acuerdos.
Esta tesis, realizada en el marco de la maestría Plangesco (Planificación y Gestión de los procesos Comunicacionales) de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, analiza las maneras en que se organizan y los aspectos comunes que llevan a nuclear a artistas en torno al movimiento de la Cultura libre y el Copyleft. En este sentido, describe prácticas en espacios online y offline que estos artistas llevan adelante para compartir y permitir el acceso a la distribución y derivación de sus obras. Con un origen en el Software libre, el movimiento de la Cultura libre se expande a otras áreas, entre ellas el campo artístico. Este trabajo presenta un diagnóstico de las maneras en que los artistas que se inscriben en la Cultura libre y el Copyleft producen, circulan y distribuyen sus producciones y cómo las tecnologías, especialmente Internet, potencian esas lógicas.
v. 44 n. 2: ¿Tolerancia o autonomía? Dos utopías liberales de la sociedad, 2021
¿Tolerancia o autonomía? Dos utopías liberales de la sociedad Artigos / Articles
Loading Preview
Sorry, preview is currently unavailable. You can download the paper by clicking the button above.