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ABYECCIONES E IMPOSTURAS CON UN "ACTA COMÚN DE NACIMIENTO"

Abstract

Prólogo a la antología A puntas de palabras de Raúl Ortega Alfonso (Colección Atocha de Literatura Hispanoamericana, España)

Key takeaways

  • Del lado cubano, las destrucciones señalan a Virgilio Piñera quien se hubiera sentido desafiado por Raúl Ortega Alfonso, plantado desde el inicio dentro de la sobreabundancia de la metáfora para revelar el delirio del hambre y los lenguajes escatológico y genital como signos de la mente libre, una vez rotos los lazos con las sensaciones; revelando así la vacuidad del sujeto mismo.
  • El verso no podía ser más adecuado para señalar ese punto en que toda la promoción confluye con Raúl (Raulito o Raulucho para sus amigos) en delirio y rebeldía: "Nosotros -sin duda-nacimos alterados".
  • Y ahora el lector comprende por qué, en ningún momento me he atrevido a llamarle Raúl Ortega a secas.
  • Igualmente, en simulación o fingimiento el poeta descubre, como en un delirio, los vínculos del hijo con la amante ("A ellas les debemos/la humedad más perfecta derretida en la cara/las únicas vacaciones tranquilas que se pueden pasar en esta época/nueves meses en el hotel más confortable"); o las posibilidades entre los igualmente excluidos, poeta y prostituta (Adoro las que habitan los prostíbulos/algún día me iré a vivir con ellas/les fregaré los platos para que puedan menstruar plácidamente/copularemos en el aire/y los niños caerán a la tierra con los dientes afuera"); o la emergencia de poemas polifónicos donde confluye todo lo marginado a través de la voz lírica de una mujer que, en fusión con el mendigo y el demente, expresa:
  • Raúl Ortega Alfonso recuerda que la vida solo puede ser vivida poéticamente y con voz propia, o aun mejor, con todas las voces, dándole voz al Otro marginal cuyos orígenes y lugares son siempre los mismos, como idénticas son sus ansias y sus preocupaciones, aun más cuando el texto-hijo es desplazado por el hijo-carne para quien, con un tono compasivo solo comparable al de uno de los grandes de la India, Rabindranath Tagore (1861-1941), el padre, mendigo y loco sabio le advierte, con igual descarno, qué significa ser la hija de un padre a contracorriente: Nadie le dará trabajo a un viejo como este, hija mía; ni en los baños de los hoteles de lujo donde el turista de margaritas y mojitos echa la propina en la taza del baño para que no olvidemos la bondad de los hombres.