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Jefe de Oficina Observatorio de Culturas © Ursula Mena Lozano Consultora © Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes Observatorios de Culturas Noviembre 2008 6.3. RIESGOS NATURALES 61 6.4. PRINCIPALES PROBLEMAS AMBIENTALES 63 6.5. PRINCIPALES PROBLEMAS AMBIENTALES POR UPZ 64 VII. SALUD 66 7.1. COBERTURA DEL RÉGIMEN CONTRIBUTIVO 67 7.2. COBERTURA DEL RÉGIMEN SUBSIDIADO 68 7.3. TASAS DE MORTALIDAD 69 7.4. TASA DE DESNUTRICIÓN 69 VIII. EDUCACIÓN 70 8.1. ESCOLARIDAD 71 8.2. INFRAESTRUCTURA EDUCATIVA 71 8.3. UNIVERSIDADES PRESENTES EN LA LOCALIDAD 72 IX. SEGURIDAD 73 9.1. CONDICIONES GENERALES DE SEGURIDAD 74 CONCLUSIONES Y ANEXOS 79 A MANERA DE CONCLUSIÓN. ANÁLISIS DOFA DE LA LOCALIDAD 80 BIBLIOGRAFÍA 81 LISTA DE TABLAS 82 LISTA DE GRÁFICOS 83 LISTA DE PLANOS 84 LISTA DE FOTOGRAFÍAS 84 LOCALIDAD DE CHAPINERO -FICHA BÁSICA 9
Historia ambiental del barrio Chapinero, en Bogotá, Colombia.
Vista cenital del complejo de las chaperonas GroES/GroEL bacterianas.
La Silla Vacía, 2016
Chapingo, México a 16 de DICIEMBRE del 2013
Este libro, sin duda, nunca habría existido si, en julio de 1967, en los periódicos de Caracas, un año después del terremoto que la había asolado, un joven de sesenta años no hubiese oído hablar de Albertine Sarrazin. Ese pequeño diamante negro, todo fulgor, risa y coraje, acababa de morir. Había adquirido celebridad en el mundo entero por haber publicado, en poco más de un año, tres libros, dos de ellos sobre sus fugas y sus prisiones. Aquel hombre se llamaba Henri Charriere y regresaba de lejos. Del presidio, para ser exactos, de Cayena, donde "subiera" en 1933; un hombre del hampa, sí, pero por un crimen que no había cometido y condenado a cadena perpetua, es decir, hasta su muerte. Henri Charriére, alias Papillon en otro tiempo entre el hampa, nacido francés de una familia de maestros de escuela de Ard¿che, en 1906, es venezolano. Porque este pueblo ha preferido su mirada y su palabra a sus antecedentes penales, y porque trece años de evasiones y de lucha por escapar del infierno del presidio perfilan más un porvenir que un pasado. Así, pues, en julio de 1967, Charriére va a la librería francesa de Caracas y compra El astrágalo. En la faja del libro, una cifra: 123 000 ejemplares. Lo lee y, después, se dice sencillamente: "Es bueno, pero si la chavala, con su hueso roto, yendo de escondite en escondite, ha vendido 123 000 ejemplares, yo, con mis treinta años de aventuras, venderé tres veces más. " Razonamiento lógico, pero de lo más peligroso y qué, después del éxito de Albertine, abarrota las mesas de los editores de miles de manuscritos sin esperanzas. Pues la aventura, la desgracia, la injusticia más extremosas no hacen forzosamente un buen libro. Es necesario también saberlos escribir, es decir, tener ese don injusto que hace que un lector vea, sienta, viva, como si estuviera allí, todo cuanto ha visto, sentido y vivido el escritor. Y, en eso, Charriére tiene una gran suerte. Ni una sola vez ha pensado en escribir una línea de sus aventuras: es un hombre de acción, de vida, de celo, una generosa tempestad de mirada maliciosa, de voz meridional, cálida y ligeramente ronca, que puede ser escuchada durante horas, pues narra como nadie, es decir, como todos los grandes narradores. Y el milagro se produce: ahorro de todo contacto y de toda ambición literarios (me escribirá: "Le mando mis aventuras, hágalas escribir por alguien del oficio"), lo que escribe es "tal como os lo cuenta^ se ve, se siente, se vive, y si por casualidad se quiere parar al final de una página, cuando él está contando que va al retrete (lugar de múltiple y considerable papel en el presidio), se siente uno obligado a volver la página, porque ya no es él quien va allí, sino uno mismo. Tres días después de haber leído El astrágalo, escribe los dos primeros cuadernos de un tirón, cuadernos de colegial, con espiral. Tras haber recogido dos o tres opiniones sobre esa nueva aventura, quizá más asombrosa que todas las demás, emprende la continuación a principios de 1968. En dos meses termina los trece cuadernos. Y al igual que pasó con Albertine, su manuscrito me llega por correo, en septiembre. Tres semanas después, Charriére estaba en París. Con Jean-Jacques Pauvert, yo había lanzado a Albertine: Charriére me confía su libro.
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200 años Veracruz. Cuna del Heroico Colegio Militar 1823-2023, 2023
Revista de Historia Naval nº 31, 1990