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2015, Revista EL VIEJO TOPO num. 330-331
Crítica social y cinematográfica
Revista El Viejo Topo, num. 304, 2013
Pasan los meses y el tiempo va cambiando, pero el clima moral no mejora; si acaso, cada día que pasa, y conforme va subiendo la temperatura, el ambiente sigue caldeándose. A la vista de cómo se desarrollan los acontecimientos, superada la capacidad de sorpresa y el límite personal de indignación soportable, uno se pregunta si esto hay por dónde cogerlo. La respuesta no está en absoluto clara, y menos aún que sea afirmativa; pero lo cierto es que tenemos, como poco, que intentarlo. Y, aunque haya nuevo Papa (¡argentino! -ya se verá si no todo se queda en las formas, porque el obispo de Alcalá, valga como ejemplo, sigue erre que erre sin inmutarse diciendo estupideces una tras otra sin que nadie le pare los pies), como no es cuestión de encomendarse a Dios, estamos condenados a tratar de buscar soluciones constructivas y adultas a un problema que nos involucra globalmente, a instituciones, empresas, organizaciones sociales e individuos.
Revista El Viejo Topo, num. 289, 2012
OTRA VUELTA DE TUERCA Cumplido nuestro propósito inicial de dar a luz esta reflexión a cuatro manos (o más, el tiempo lo dirá) apoyada -que no ensimismada-en los filmes que pueblan nuestras carteleras y vinculada -que no sometida-a los acontecimientos cotidianos del mundo que nos ha tocado vivir, la aparición periódica nos da pie en esta ocasión para abordar cuestiones que nos atañen directamente como ciudadanos (¿cuáles no?). Y es que el cine ha seguido siendo en este periodo una sucesión de "más de lo mismo", entre la magnificación de lo espectacular, la ñoñería de lo irrelevante y la marginalidad de las apuestas más radicales.
Revista El Viejo Topo, num. 317, 2014
Resumen crítico mensual
Revista El Viejo Topo, num. 288, 2012
Comenzamos aquí una nueva sección cuyo humilde objeto no es otro que ligar el cine y la vida (¿la ficción y la realidad?). En esencia, se trata de partir de un breve resumen de lo visto por los firmantes entre entrega y entrega para abordar un tema específico a través de un film, con miradas divergentes o convergentes, o bien de dos films desde cada óptica personal, siempre manteniendo la idea de un tema común. Se trata de ensayar una suerte de "lectura del mundo" a través del cine y de éste como representación del mundo, que lo es.
Revista El Viejo Topo, num. 290, 2012
Como todos los años, las fechas navideñas hacen estragos. Los hay físicos, que aquejan a la salud por esos despropósitos culinarios que todavía tienen la marca de la granja familiar o, lo que es lo mismo, engordar a cualquier precio; otros son económicos, que también hacen daño, pero al bolsillo, y contribuyen a enriquecer a algunos comerciantes -infelizmente, los más cebados-dejando al resto a dos velas; los hay políticos, sobre todo en este año de elecciones en fecha infame que han dado a luz a un gobierno dicen que de tecnócratas que nos sacarán de la crisis (lo creemos a pie juntillas, ya que al frente de la economía hay ni más ni menos que uno de los que fueron responsables para Europa de Lehman Brothers); los hay sociales, con el aumento del paro, cuyo límite permisible ya ha sido rebasado hace años y que, a la vista de las medidas adoptadas, seguirá aumentando hasta que, si existe algún dios nos oiga, la indignación acabe con lo indignante… También se producen estragos culturales, como el inevitable discurso del rey (¡asómbrense!, en pleno siglo XXI todavía hay países regidos por monarquías… si no lo viéramos, no lo creeríamos) que acapara los canales televisivos para separarnos de la cómoda programación navideña -la verdad es que, en este caso, nos hace un favoraunque sea para decir más bien poco y ya sabido. Pero desde el punto de vista cultural, que aquí nos atañe especialmente, el mayor de los problemas es la consabida fórmula de estrenos navideños que tienen, además, vocación de permanecer en cartel durante meses. Su aparición en las carteleras desplaza las posibilidades de otros materiales más interesantes, aunque tampoco sean estos excesivamente frecuentes.
Revista EL VIEJO TOPO núm. 311, 2013
El último tramo del año transcurre de puente en puente, y tiro porque me toca: el día de la fiesta nacional, todos los santos, la Constitución y la purísima… Quizás gracias a eso y a los efectos del otoño y el cambio de hora, el país se desliza, como narcotizado, hacia la navidad y el año nuevo. Los que tienen alguna esperanza puesta en fechas tan señaladas, aprietan los dientes y hacen un poder para que las semanas que las preceden pasen lo más rápido posible; los que las temen, se revisten de una mansedumbre casi supersticiosa, como quien hace méritos para que el porvenir sea misericordioso… Pero, por mucho que se adopte un perfil bajo, las cosas se están moviendo. En todas partes, y a menudo a base de sacudidas. Las últimas secuelas -a día de hoy, pero las que te rondaré, morena…-del caso Snowden, con el escándalo de las revelaciones de que los Estados Unidos llevan espiando a casi todos sus aliados (a Cameron no, ni falta que hace; nueva prueba del obsceno doble juego de Gran Bretaña en relación al resto de la Unión Europea), ha provocado un terremoto tan inevitable como ridículo. Es obvio que la excusa de que "esto ya se sabe" no solo no basta, sino que ofende; es más evidente todavía que no existe otra. Así que toca que nos hagamos las vírgenes ofendidas, que los Estados llamen a consultas a los embajadores para pedir explicaciones oficiales, al tiempo que persuaden a la opinión pública de sus respectivos países de la conveniencia de mirar para otro lado y convencerse de que todo es por nuestro bien… Lamentamos ser tan cínicos, pero lamentamos mucho más que la realidad no nos deje alternativa.
Revista El Viejo Topo, num. 323, 2014
Resumen crítico mensual
Revista El Viejo Topo, num. 318-319, 2014
Resumen crítico mensual
Revista El Viejo Topo, num. 297, 2012
En el momento de escribir estas líneas, el calor hace sus habituales estragos veraniegos en un mundo desquiciado aniquilado por el cambio climático y la mediocridad -obsérvese la finura de la palabra para no poner letra tras letra el pensamiento real, quizás obsceno para el lector-institucional que recorta allá donde la vida más peligra (léase en los recursos de los más débiles, en educación y/o sanidad, pero también en la prevención de incendios). Y así nos va: medio país arde, sin metáforas, en tanto los ciudadanos estamos a punto para la combustión espontánea.
Revista El Viejo Topo, num. 321, 2014
Resumen crítico mensual
Revista El Viejo Topo, num. 322, 2014
Resumen crítico mensual
Revista El Viejo Topo, num. 292, 2012
Los sindicatos españoles promueven una huelga general frente al agravio que supone la reforma laboral llevada a cabo sin miramientos por el Partido Popular, en el poder desde las últimas elecciones y al servicio rastrero e inequívoco de la Europa del capital, de los mercados financieros y del auténtico poder, el económico, en la sombra. Nosotros creemos que la huelga es una respuesta equivocada, únicamente testimonial, porque no tiene contundencia, salvo que fuera indefinida, y, además, no pagar un día de salario supone un beneficio para las arcas de entidades públicas y privadas, ya que el bienestar de los ciudadanos no les preocupa en absoluto. Pero, siendo este un hecho importante, suceden otros acontecimientos no menos relevantes: los adolescentes que se manifiestan en Valencia, son reprimidos brutalmente por la policía; los casos de corrupción (Valencia, Mallorca, Sevilla…) se multiplican y a nadie parecen importar; las sentencias judiciales rayan en la esquizofrenia; la extrema derecha mediática sigue con su "erre que erre" e insultos habituales sin que nadie se querelle contra ella; el estado del bienestar -nunca concluido en España-se desmonta a marchas forzadas. Por si esto fuera poco, en Francia, un "iluminado" asesina a militares y niños, en tanto la violencia se desata en los países de siempre, en los que los intereses económicos del "mundo civilizado" quieren hacer primero sangre y después negocios (puesta en práctica evidente de la doctrina del shock para la transferencia de fondos de las arcas públicas a las privadas).
Revista EL VIEJO TOPO num. 332, 2015
Crítica social y cinematográfica
Revista EL VIEJO TOPO num. 325, 2015
Crítica social y cinematográfica
Revista EL VIEJO TOPO núm. 313, 2014
Hemos empezado el año mejor que queremos: lo que venga va a estar marcado por la amenaza de un referéndum en Cataluña que cuestiona la continuidad del Estado mismo, y con movimientos en el entorno de ETA acogidos por los medios gubernamentales (aquello en lo que, dicho sea de paso, se ha convertido El País) con gran alharaca, a pesar de seguir eludiendo las dos únicas exigencias posibles: desarme y condena explícita de la lucha armada. Otra cosa bien distinta es el deplorable espectáculo que algunos voceros del Partido Popular construyen al hacer recaer sobre los jueces la responsabilidad por unas decisiones que no tienen otro camino posible (criminalizar a la justicia se está convirtiendo ya en una tónica habitual de la más genuina tergiversación), sin que haya tampoco justificación para el uso de los twits como vía de respuesta.
Revista El Viejo Topo, num. 293, 2012
Haciendo oídos sordos no solo al vendaval económico sino a la erosionada imagen de su real familia, a su achacosa figura y a un pasado que a cualquier otro mantendría alejado de las armas de fuego, el monarca se va de caza y se fractura la cadera. Tanta desfachatez cinegética, tan soberana tomadura de pelo, sume a los españoles aún más en la irrealidad.
Revista El Viejo Topo, num. 303, abril, 2013
El refranero español suministra sentencias para todas las ocasiones, gustos y colores. A la vista de la situación en que vivimos, tanto dentro como fuera de nuestros lares, nos viene a la cabeza aquella de "a río revuelto, ganancia de pescadores". Las recientes elecciones italianas, las más pretéritas griegas, los incumplimientos del PP y las desavenencias internas del PSOE, las justificaciones de lo injustificable (inenarrable y tercermundista e incluso marxiana la intervención de Cospedal), la corrupción a escala nacional e internacional, los ejemplares ciudadanos de CIU, la amenaza con demandas a diestro y siniestro por parte de Bárcenas (despido improcedente, mobbing, robo…), las otras demandas del PP contra todo lo que se mueve ("curiosamente", se querella contra El País y no contra El Mundo), el culebrón Ponferrada, y un suma y sigue de despropósitos que no hacen sino refrendar aquello de "robar a los pobres para dárselo a los ricos", no pueden sino plantearnos el enorme problema que supone, de cara al futuro, el avance de los populismos de todo signo (si bien, en justa lógica, sus realidades internas son siempre de derechas). La indignación popular da alas a voces que no pueden ni quieren representarla, pero que la aprovechan, de lo cual da ejemplos la historia para llenar un contenedor de muchas toneladas, casi siempre con funestas consecuencias (Latinoamérica puede ser un buen ejemplo con el peronismo y ahora con el estallido popular en Venezuela tras la muerte de Chávez).
Revista El Viejo Topo, num. 310, 2013
Las parábolas de Huxley y de Orwell nos ponían en alerta sobre las derivas de unas sociedades vaciadas de contenido en las que el poder omnímodo gestionaba todos los recursos y adormecía a la ciudadanía. Desde una perspectiva científica o puramente política, los autores de ficción habían visto cómo se incubaba y crecía el "huevo de la serpiente", o lo habían imaginado, que tanto da. Tachados de agoreros y pesimistas, ahora las tornas cambian y cada vez observamos con mayor asombro que las profecías se cumplen, solo que los protagonistas en la cima de la jerarquía son otros y en la parte baja, en la ciudadanía de a pie, son, ¡cómo no!, los mismos.
Revista EL VIEJO TOPO num. 314, 2014
Algo está pasando en este país -y no precisamente bueno-cuando el primer programa de Salvados de esta temporada en La Sexta, en el que tenía lugar un cara a cara entre Felipe González y Artur Mas, tuvo un veinte por ciento de share y arrastró una lluvia de elogios en los días siguientes por parte de los medios mal denominados "progresistas". Conste que lo que está haciendo Jordi Évole nos parece encomiable, y no seremos nosotros quienes hagamos odiosas comparaciones con los nefastos debates que proliferan en nuestras televisiones y que parecen conseguir sus audiencias en función mucho más del griterío que del nivel argumental.
Revista EL VIEJO TOPO num. 326, 2015
Crítica social y fílmica
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