ANTROPOLOGÍA CRIMINALLa antropología criminal es el estudio de los caracteres físicos y mentales de los autores de los crímines y delitos. Esta definición es muy escueta y adolece de superficialidad. Esta expresión, más que definición, no es suficiente ya que se excluyen todos aquellos hechos, o factores X y condiciones sociales de la trama, del tejido en que el individuo está inmerso. En la investigación de la antropología criminal (AC) hay dos factores, por un lado los hechos criminales y por otro el ser humano, el hombre en su conjunto, independiente de consideraciones marginales tales como si está enfermo, casado, es blanco, etc... Por un lado está el capítulo biológico en el cual se estudiará paleontología, morfología, anatomía, fisiología, embriología, genética y ecología. El segundo capítulo es el etológico, este emgloba todo lo que estudiamos en el tiempo, en las costumbres, en los idiomas, en las creencias, las ciencias, las artes, la vida social, las relaciones, etc... Aquí se estudia el comportamiento de las personas y lo que hay de variedad en estos comportamientos. A la AC cuando se encuentra con un hecho criminal lo que le interesa es que esta persona se habrá encontrado con hechos que en algún momento le habrán llevado a delinquir. Se intenta objetivamente ver qué ha llevado a alquien al crimen. Para esto necesita interdisciplinas (psicología, derecho penal, etc...) pero lo que hará será estudiar el individuo como tal, como delincuente. Establece categarías, por ejemplo: urbanas, rurales, etc... Tendrá en cuenta categorías socioculturales, estado civil, etc..., pero lo primero es ver el hábitat en que se desarrolla. La interdiscilplinariedad con el DP es importante puesto que la antropología no juzga al individuo. Otra cosa es que la criminalística es quien pone los elementos científicos que ponen claro cómo ha sucedido el hecho, quiénes han sido sus autores, etc... A lo que tiende la AC, esta es su especificidad, es a estudiar y sobre todo explicar el fenómeno pero tanto para lo que puede ser desde el aspecto biológico como del etológico y siempre en colaboración con otras disciplinas. Parte de la objetividad para estudiar el hecho, no parte de un diagnóstico previo sino que estudia los caracteres propios del individuo tanto si es delincuente como si no lo es. En definitiva se ve al individuo desde su realidad, nunca con un juicio sobre el mismo y sobre su actuación, con la salvedad de que estos juicios que no se hacen son de valor, evidentemente sí los hay de hecho.