Como es sabido por diversas fuentes de nuestra historia reciente, que incluye los Informes de las Comisiones de la Verdad por ellos integradas, fueron precisamente las agrupaciones y partidos de la izquierda democrática en América Latina contra quienes más se ensañaron las organizaciones revolucionarias, a quienes les disputaban el espacio que éstas necesitaban para incendiar la pradera e iniciar el paraíso igualitario.
Debemos sumar a los empresarios y los medios de comunicación en esta iniciativa contra el populismo, promoviendo consensos en torno a principios, difundiendo las virtudes del emprendimiento y educando a los jóvenes latinoamericanos más sobresalientes, dándoles una sola razón: con la derrota del populismo latinoamericano se asegura su supervivencia.
Tengo otra poderosa razón para seguir la tesis de Smith en mi crítica al feminismo: para él, la poesía es el género supremo del arte, puesto que se sirve del medio más perfecto y expresivo, el lenguaje, cuya capacidad y flexibilidad formales y de significación no tienen parangón.
Ahora bien, lo que durante mucho tiempo fue apenas una reflexión filosófica sugerente, o una afirmación devota, no exenta de cierta fascinación morbosa, se transformó en tema de estudios más serios desde hace más de doscientos años.
Pretender homologar la riqueza de una determinada literatura dentro del rigor del viejo método generacional europeo no sólo es simple sino que es el innecesario filtro positivista que nos hemos autoimpuesto en nuestro afán por estandarizarnos y parecer todos más iguales que de costumbre".
Naturaleza es templo donde vivos pilares dejan salir a veces palabras confusas; y los bosques de símbolos, por donde el hombre cruza, lo contemplan con miradas familiares.
Gilgamesh se levantó para revelar el sueño, Diciendo a su madre: «Madre mía, durante la noche Me sentí alegre y anduve En medio de los nobles. Las estrellas aparecieron en los cielos. La esencia de Anu descendió hacia mí. Intenté levantarlo; ¡pesaba demasiado para mí! Intenté moverlo; ¡moverlo no pude! La tierra de Uruk lo rodeaba, Mientras los nobles besaban sus pies. Cuando afirmé mi frente, me dieron soporte. Lo levanté y lo traje a ti». La madre de Gilgamesh, que todo lo conoce, Dice a Gilgamesh: «Ciertamente, Gilgamesh, uno como tú Nació en la estepa, Y las colinas le criaron. Cuando le veas, [como (de encima de) una mujer] te regocijarás. Los nobles besarán sus pies; Tú le abrazarás y [..]. a él; Tú le conducirás a mí». Se acostó y vio otro [Sueño]: dice a su madre: «[Madre mía], vi otro [...] en la confusión. En la calle [De] Uruk de amplios mercados Había un hacha, y (30) Se habían reunido alrededor de ella. Singular era la forma del hacha. En cuanto la vi, regocijém. Me gustó, y como si fuera una mujer, Me atrajo. La cogí y la coloqué En mi costado». La madre de Gilgamesh, que todo lo conoce, [Dice a Gilgamesh]: (laguna breve) «Porque hice que rivalizara contigo». Mientras Gilgamesh revela su sueño, Enkidu se halla sentado ante la ramera. [... ] ellos dos.
Cuando Gilgamesh oyó este relato, se dio cuenta en seguida de que su búsqueda había sido vana, pues ahora era evidente que el anciano no tenía fórmula alguna que darle. Se había vuelto inmortal, como acababa de comprenderlo, por gracia especial de los dioses, y no, como Gilgamesh había imaginado, por la posesión de algún conocimiento oculto. El Dios-Sol tenía razón, y también la tenían los hombres-escorpiones, al igual que la posadera. Lo que buscaba, nunca lo encontraría; al menos, no de este lado de la tumba.
Tengo el cansancio anticipado de lo que no voy a encontrar. Si en determinado momento me hubiera vuelto para la izquierda en lugar de para la derecha. Si en cierto instante hubiera dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí. Si en determinada conversación hubiese tenido frases que sólo ahora en el entresueño elaboro. Si todo esto hubiera sido así hoy sería otro y quizá el Universo entero sería insensiblemente llevado a ser otro también. Pero sólo ahora lo que nunca fui ni seré me duele. Voy a pasar la noche a Cintra porque no puedo pasarla en Lisboa pero cuando llegue a Cintra me va dar pena de no haberme quedado en Lisboa. Siempre esta inquietud sin resolución, sin nexo, sin consecuencia. Siempre, siempre, siempre. Esta angustia excesiva del espíritu por nada. En la carretera de Cintra, o en la carretera del sueño, o en la carretera de la vida. A la izquierda hay una casucha al borde de la carretera. A la derecha, el campo abierto con la luna a lo lejos. El auto que parecía hace poco proporcionarme libertad es ahora algo en lo que estoy encerrado. A la izquierda, hacia atrás, la casucha modesta. La vida allí debe ser feliz sólo porque no es la mía. Si alguien me ha visto desde la ventana de la casucha soñará: ese que va en el auto es feliz.
audiovisuales, musicales, y un largo etcétera, que han dado cuerpo a esta entelequia llamada "Geopoéticos". Debo aclarar también que, la presente recopilación es solamente una mínima muestra de esta galería interminable de expresiones artísticas y diferentes cultores que se declaran miembros, simpatizantes o ayudistas del "Geopoético". En esta edición confluyen las disímiles pero fascinantes voces
Heidegger opina que la primera misión de toda filosofía es aclarar «el sentido del ser», lo que significa «ser». Kant partía para su sistema de un análisis de la ciencia, de la posibilidad de los juicios en la ciencia. Pero Heidegger encuentra que la ciencia es un hacer del hombre, es decir, algo que tiene el modo de ser del hombre que la hace. Más aún, según Heidegger, ya desde Platón el hombre occidental no se somete al ser, sino que somete el ser a sí mismo y lo reduce a representaciones hasta hacer del mundo imagen. Así, el hombre postplatónico occidental dice que conoce cuando posee «e-videncia», es decir, visión, retrato, «eidos». Esto constituye, según él, un descarrío intelectual. El hombre preplatónico conocía en cuanto estaba atento al ser (especie de unión intuitiva o mística), y el hombre medieval cristiano conocía en cuanto que era y se sentía criatura. Ni uno ni otro, según Heidegger, redujeron el ser a la condición de objeto convocado a la presencia del hombre.