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Cátedra Paralela
El texto que a continuación se presenta se construye a partir del análisis del trabajo doméstico remunerado y de las condiciones en que las mujeres desarrollan este tipo de trabajo en un tránsito de exclusión y sometimiento; pero que, al mismo tiempo, les hace creer que son parte relevante de los espacios donde desarrollan sus labores: el hogar de esos otres, de les patrones. Metodológicamente, para este escrito, se replantearon las lógicas hegemónicas con las que se desarrolló la investigación original, para subvertir el análisis con un enfoque de conocimiento situado y sentipensante, lo que nos lleva a transitar en una mirada general del trabajo doméstico remunerado, para luego encontrarnos con la dimensión desconocida de este tipo de trabajo. Peregrinaremos sucintamente en las lógicas de la colonialidad del poder y cómo se visibiliza en las trayectorias laborales de estas mujeres y su relación con la familia que atienden. Se presentan sentidos compartidos de las trabajadoras acer...
Es un cuento escrito para una cumpleañera, como regalo simbólico.
Estreno: en el Teatro Lasalle de Buenos Aires el 12 de agosto de 1.977.-Cossa, Roberto -La Nona 3 ACTO PRIMERO La acción transcurre, fundamentalmente, en una casona antigua, de barrio. A la vista del espectador aparece una espaciosa cocina, donde hay una mesa para ocho personas, sillas, un aparador y una enorme heladera. A la derecha, la pieza de Chicho: una camita, un ropero y otros datos del típico «bulín» 1 porteño. A la izquierda se insinúa la pieza de la Nona, una cueva por donde este personaje aparecerá y desaparecerá constantemente. El espectador tiene que tener la sensación de que, fuera de esos ambientes, la casa posee otros cuartos, un fondo etc. Oportunamente, la acción se trasladará a la trastienda del quiosco de don Francisco. La obra se inicia un día de semana, aproximadamente a las ocho de la noche. Están en la cocina: María, que pela arvejas frente a una enorme olla; Anyula, que ceba mate, y la Nona. Esta última está sentada en una silla y come pochoclo en forma continuada. Finalmente, Chicho, en su pieza, está tirado en la cama leyendo el diario del día. Anyula le tiende un mate a María. MARÍA.-No quiero más. ANYULA.-Le voy a llevar a Chicho. Anyula se dirige a la pieza de Chicho. MARÍA.-Dígale que es el último. Anyula golpea suavemente la puerta de la pieza de Chicho. Este, rápidamente, deja el diario y comienza una especie de tarareo, simulando cantar un tango. Anyula entra en puntas de pie, le tiende el mate y se sienta en la cama. Chicho da dos o tres sorbos. CHICHO.-Está medio 2 frío, tía. ANYULA.-Caliento el agua. ¿Vas a tomar más? CHICHO.-Eh... estoy componiendo. Y cuando compongo... Anyula le acaricia la cabeza. ANYULA.-¿Algo nuevo? CHICHO.-Hoy empecé otro tango. (Pierde la mirada y balbucea un tarareo impreciso.) «De mi pobre corazón...» (Marca los típicos compases finales del tango.) ¿Le gusta? ANYULA.-Mucho. Sacaste el oído de papá. De toda la familia sos el único que salió músico. ¡Y a él que le gustaba tanto! Si pudiera escucharte... CHICHO.-Me escucha, tía, me escucha... A veces siento aquí... (Se señala el pecho.) Es el Nono, desde el cielo, que me dice: «Bien, Chicho, bien». Anyula queda con la mirada fija y el mate en la mano, emocionada. Chicho la mira de reojo. CHICHO.-Cébese otro, tía. Pero calentito, ¿eh? ANYULA.-Sí, querido, sí. Anyula sale hacia la cocina. Chicho toma el diario. A lo largo de la escena siguiente se irá quedando dormido. 1 Bulín: Lunfardo. Aposento de una casa, habitación. 2 Está medio frío: Uso vulgar de medio en lugar de "un poco". Cossa, Roberto -La Nona 4 Anyula, en la cocina, toma la pava y la coloca sobre el fuego. MARÍA.-¿Qué? ¿Va a seguir tomando? ANYULA.-Está componiendo. Un tango muy lindo. MARÍA.-Usted es muy buena, Anyula. ANYULA.-¿Qué querés? Es mi sobrino preferido. Carmelo es muy bueno, también, muy trabajador. Ya sabes cómo lo quiero. Pero Chicho... ¡qué sé yo! Es un artista. MARÍA.-(Irónica.) Sé... 3 Un artista. ANYULA.-Como papá. La Nona agita la bolsita de pochoclo vacía. NONA.-Má pochoclo. 4 MARÍA.-¡Qué pochoclo! Ahora vamos a cenar. La Nona agita la bolsita vacía cerca de la cara de Anyula. NONA.-Má pochoclo, nena. ANYULA.-No quedó más, mamá. (A María.) ¿Le voy a comprar? MARÍA.-¡Pero no! No tiene que comer porquerías. NONA.-(A María) ¿No tené salamín? MARÍA.-¡Qué salamín! Espere la cena, le dije. Sin que nadie lo advierta, la Nona agarra un pan y se lo mete en el bolsillo. NONA.-¿Un po de formayo? 5 MARÍA.-¡Nada, le he dicho! Aguántese hasta la cena. Vaya a su pieza, vamos. Cuando esté la cena, yo la llamo. (La toma y la encamina hacia la pieza. En ese momento María descubre el bulto que hace el pan en el bolsillo de la Nona.) ¿Qué tiene en el bolsillo? (Le saca el pan.) ¡Pero qué cosa! (Introduce a la Nona en la pieza y se vuelve. La Nona sale rezongando.) No tiene que comprarle todo lo que le pida, Anyula. Anyula comprueba si el agua está caliente y cambia la yerba del mate. Del interior de la casa sale Marta, una chica de veinte años. MARÍA.-¿Todavía no está la cena? ANYULA.-Falta todavía. MARÍA.-¿Vas a salir? MARTA.-Estoy de turno. MARÍA.-¿Otra vez? Esta semana ya van tres veces. ¿No es una vez por semana? MARÍA.-Sí... pero esta semana es así. ¿Me prestas tu reloj? María sale hacia el interior. Anyula termina de cebar un mate y se dirige a la pieza de Chicho. Golpea, espera, y al final entra. Mira cariñosamente a Chicho, que está dormido; le saca el diario de las manos, apaga la luz y sale. Marta se pasea impaciente. Mientras transcurre esta escena, la Nona sale sigilosamente, roba un pan y vuelve a su habitación. Anyula, entretanto, ya ha vuelto a la cocina y se pone a trabajar en la cena. María sale del interior con un reloj, que entrega a Marta. MARÍA.-¿No vas a comer nada, entonces? MARTA.-Como algo cerca de la farmacia. MARÍA.-¡Nena...! Te vas a enfermar. MARTA.-La farmacia es un trabajo sacrificado. Ya lo sabés. MARÍA.-Sí, pero vos vendés perfume. ¿Por qué te tenés que quedar toda la noche? MARTA.-¡Ay, mamá...! Querés que te lo explique todo. De la calle llega el sonido de varios bocinazos. MARTA.-Ahí está el farmacéutico. Chau. (Besa a María.) Chau, tía. Al salir tropieza en la puerta con Carmelo, su padre, que ingresa desde la calle con un paquete debajo del brazo. CARMELO.-¿Te vas? MARTA.-Estoy apurada. Chau, papá. Besa a Carmelo rápidamente y sale. Carmelo la mira salir y se va hacia María. CARMELO.-Estás de turno otra vez. Pobre nena. Lo que es el farmacéutico ese debe ganar bien. Dos por tres cambia de auto. Hoy se vino con un Falcon. (Tiende el paquete a María.) Toma. Todo lo que quedó. María abre el paquete y saca unas verduras. MARÍA.-No me trajiste perejil. CARMELO.-Lo vendí todo. MARÍA.-¡Justo hoy que hice guiso! Carmelo saca un cuadernito del cajón del aparador.
Este estudio explora el enigma del maná, ese fenómeno bíblico que ha desconcertado a eruditos y lectores por su naturaleza. Las historias del Pentateuco, especialmente en Éxodo, se examinan para entender mejor las distintas interpretaciones del maná. Se abordan los desafíos de comprender este sustento celestial, tanto desde una perspectiva teológica como histórica. Un punto clave es la expresión "man hu", que significa "¿Qué es esto?", como se menciona en Éxodo 16,15. Utilizando herramientas de exégesis, se profundiza en el texto, analizando tanto su estructura como su narrativa. Se busca arrojar luz sobre este fenómeno único y clarificar su significado en su contexto original.
Aceleración de la historia. Más allá de la metáfora, hay que tornar la medida de lo que significa la expresión: un balanceo cada vez más rápido en un pasado definitivamente muerto la percepción global de todo como desaparecido -una ruptura de equilibrio. El desgarramiento de lo que todavía había de vivido en el calor de la tradición, en el
Librodot 2 2 ...Espero, en todo caso, que la presentación de una serie de observaciones, de esta índole y de la que seguirá sea adecuada para precipitar a algunos hombres a la calle, después dé haberles hecho cobrar conciencia, si no de la nada, por lo menos dé la grave insuficiencia de todo cálculo supue stamente riguroso sobre ellos mismos, de toda acción que exige una aplicación continuada y que ha, podido ser premeditada. El viento se lleva el menor h echo que se produce, si es verdaderamente imprevisto. Y que no se me hable, después de esto del trabajo, quiero decir del valor moral del trabajo. Me veo obligado a aceptar la idea del trabajo como necesidad material; a ese respecto, me inclino decididamente en favor de su mejor, es decir, de su más justa repartición. Que las siniestras obligaciones de la vida me lo impongan, sea; pero que se me pida que crea en él, que reverencie el mío o el de los demás, nunca. Prefiero, una vez -más, caminar durante la noche a creerme aquel que anda durante el día. De nada sirve estar vivo si es necesario trabajar. El acontecimiento del cual cada uno está en el derecho de esperar la revelación del sentido de su propia vida, ese acontecimiento que tal vez yo aún no he hallado pero por cuya senda voy, no se logra al precio del trabajo. Pero advierto que me adelanto, porque tal vez ahí está, por encima de todo, lo qué a su tiempo me ha hecho comprender y lo que justifica, sin más demora, la entrada en escena de Nadja. Por fin, la torre del Manoir d'Ango salta por los aires y una nieve de plumas, que cae de sus palomas, desciende hasta el suelo del gran patio, empedrado, poco ha, con fragmentos de tejas y ahora cubierto de verdadera sangre. El 4 dé octubre último, al final de una de estas tardes completamente ociosas y tristes, cuyo secreto de saber pasarlas yo tengo, me encontraba en la calle Lafayette. Después de haberme detenido unos minutos ante el escaparate de la librería dé L'Humanité y haber comprado la última obra de Trotsky, seguí andando en dirección de la ópera. Las oficinas y talleres empezaban a vaciarse. De arriba abajo de las casas se cerraban puertas, algunas personas se estrechaban la mano en las aceras, que empezaban a bullir de animación. Sin quererlo, observaba yo los rostros, los atavíos rid ículos, el modo de andar de la gente. Vaya -pensaba -, no eran ésos los que estarían dispuestos a hacer la Revolución. Acababa de cruzar una plaza cuyo nombre he olvidado o ignoro, allí, dela nte de una iglesia. De repente, cuando ella se encontraba a unos diez pasos de distancia de mí, andando en dirección inversa a la mía, veo a una joven, muy pobremente vestida, y ella ta mbién me ve ó me ha visto. Camina con la cabeza levantada, contrariamente a todos las demás transeúntes. Es tan frágil que diríase que, al andar, apenas roza el suelo con los pies. Una imperceptible sonrisa aflora talvez en su rostro. Va maquillada de una manera extraña, como si, tras haber empezado por los ojos, no hubiera tenido tiempo de terminar de arreglarse; pero los bordes están muy cargados de negro para una rubia. Los bordes, no los párpados (tal brillo sólo se obti ene si se pasa con cuidado el lápiz bajo los párpados. Es interesante decir, a ese respecto, que Blanche Derval, en el papel de Sola nge, incluso vista muy de cerca, no parecía haberse maquillado. ¿Hay que manifestar que lo que es apenas permitido en la calle pero recomend able en el teatro sólo vale para mí en tanto que trasciende lo que está prohibido en un caso y prescrito en otro? Tal vez. Nunca había visto unos ojos como aquellos. Sin vacilar, dirijo la palabra a la desconocida, esperando, convengo en ello, lo peor. Ella sonríe, pero -muy misteriosamente y, diría yo, como con conocimiento de causa, por más que entonces no pudiese sospecharlo. Se dirige, según afirma, a una peluquería del bulevar Magenta (digo: según afirma, porque después ha reconocido que no iba a ninguna parte). Me habla con cierta insistencia de sus dificultades de Librodot Nadja André Bretón Librodot 3 3 dinero, pero esto, al parecer, más bien como una excusa y para explicar la indigencia de su atavío. Nos detenemos en la terraza de un café cercano a la estación del Norte. La miro con más detenimiento. ¿Qué es lo extraordinario de aquellos ojos? ¿Qué se refleja en ellos de tristeza oscura y de luminoso orgullo a la vez? Tal es también el enigma que plantea el comienzo de confesión que, sin más, con una confianza que podría (¿o bien no podría?) ser burlada, ella me hace. En Lila, su ciudad de origen y que abandonó hace solamente dos o tres años, amó tal ve z a un estudiante que estaba enamorado cíe ella. Un buen día, insospechadamente para él, ella decidió dejarlo, y eso "por t emor a molestarlo". Fue entonces cuando ella vino a París, desde donde le ha escrito a intervalos cada vez más espaciados y sin darle nunca su dirección. Poco más o menos un año después, sin embargo, lo encontró casualmente, con gran sorpresa de ambos. Tomándole las manos, él no pudo evitar confesarle que la hallaba muy cambiada, y luego, mirando aquellas manos, se sorprendió al verlas tan cuidadas (ahora no lo están nada). Entonces, maquinalmente, ella a su vez clavó los ojos en una de las manos que tenían cogidas las suyas y no pudo reprimir un grito al darse cuenta de que los dos últimos dedos estaban inseparablemente unidos. "¡Te has herido!" Fue absolutamente necesario que el joven le mostrara su otra mano, que presentaba la misma malformación. Tras eso, ella me interroga largamente, presa de gran emoción: -¿Es posible? ¡Haber vivido durante tanto tiempo con un ser humano, haber tenido todas las ocasiones posibles para observarlo, haberse dedicado a descubrir sus menores particularidades físicas y de otra índole, para llegar a conocerlo tan mal, para ni siquiera haberme dado cuenta de eso! ¿Usted cree, cree de veras que el amor puede ser la causa de una cosa así? Él se enfadó mucho, y yo, ¿qué quiere usted?, me callé en seguida, pero aquellas manos... Luego dijo algo que no entendí, con una palabra cuyo sentido ignoro: "¡Qué jollín¡ Regresaré a Alsacia y Lorena: Sólo allí saben amar las mujeres." ¿Por qué dijo jollín? ¿Lo sabe usted? Como es de suponer, reaccioné vivamente -No importa. Pero considero odiosas esas generalidades sobre Alsacia y Lorena; sin duda, ese individuo era un perfecto idiota... ¿Así, pues, se fue y no lo ha vuelto a ver? Tanto mejor. . Me dice su nombre, escogido por ella misma. -Nadja, porque en ruso es el principio de la palabra esperanza, y precisamente porque es sólo el principio. Y ahora se le ocurre preguntarme quién soy yo (en la acepción más restringida de estas palabras). Se lo digo. Luego ella se refiere otra vez a su pasado, me habla de su padre y de su madre. Se enternece con el recuerdo de aquél.., -¡Es un hombre tan débil! Si supiera usted lo débil que ha sido siempre! Cuando era joven, ¿sabe usted?, casi nada le era negado. Sus padres eran gente acomodada. En aquella época aún no había automóviles, pero un hermoso carruaje con cochero... Sin embargo, se le esfumó todo, claro está. ¡Lo quiera tanto! Cada vez que pienso en él, que me digo hasta qué punto es débil:.. ¡Oh, mi madre es otra cosa! Es una buena mujer, sí, como se dice vulgarmente hablando, una buena mujer. De ninguna manera la mujer que hubiera necesitado mi padre. En casa, todo brillaba como una patena, pero él, ¿comprende usted?, no era hombre, cuando regresaba -al hogar, que le gustara verla en delantal. Aunque es verdad que encontraba una mesa servida, o que ya era hora de -que lo fuese, no hallaba en cambio lo que se llama (con una expresión irónica de avidez y un gesto divertido) una mesa adornada. Amo mucho a mi madre, y por nada del mundo quisiera apenarla. Así, cuando vine a París, llevaba una carta de recomendación para las monjas de Vaugirard. Naturalmente nunca hice uso de ella. Pero cada vez que le escribo termino mi carta con estas palabras: "Espero verte pronto", y añadió: "Si Dios quiere como dice sor.. ." Y aquí pongo un nombre cualquiera. ¡Qué contenta debe estar ella con esto! En las cartas que me Librodot Nadja André Bretón Librodot 4 4 Librodot Nadja André Bretón Librodot 5 Librodot Nadja André Bretón Librodot 7 7 Librodot Nadja André Bretón Librodot 19
• Centre: on es concetra el poder, qui té el comandament. Poder cientifíc i tecnológic té el poder de la economia, politicia i armamentistic. • Periferia: Món global, centre i periferia • teoria de la mundialització: Wallerstein. Unificació del món • globalització: connexió, fluxos de persones, informació, i capital. es l'extensió del capitalisme. unió del planeta sota un model capitalista. tenir-ho tot a l'abast. perdua d'identitat (?) o + complexitat, diversitat. • preglobalització: món ordenat, la guerra freda, dues superpotencias. homegni • OMC: Organitzacio mundial del comerç. Liberitzar el comerç, lliureintercanvi • fmi: fons monetari internacional. Ajuda a sortir de situacions de fallida , o fer fallida. • bm: banc mundial. donar credit als paisos amb desenvolupament, regula sistema financer, controla politiques, ajuda al desenvolupament, plans d'ajustament… • teoria del degoteig: augmentar la riquesa dels rics perque la seva riquesa es vagi esmicolant en els pobres • actors: estats-nació, organismes internacionals, transnacional • escèptics: El món no està globalitzat. només hi ha estats-nació. anem cap a.. per´no ho vivim • hiperglobalistes: Món globalitzat, pero sobretot economicament. En el 3r món decideixen els organsimes internacionals. época nova. l'estat nació ja no existeix. • neoliberals: Cada país utilitza els seusa avantatges comparatius. Un país pobre se tiene que aprovechar de sus condiciones para atraer empresas. Aprofitar recursos • crítics: Polarització social i economica, desigualtats. • transformalistes: Estem en un món global. globalització total: cultural, economica, política. • onshore: Plataformes petroliferes dintre del territori • offshore: igual pero fora del territori. independencia d'espai, k flotant, excepció. • Zona franca d'exportació: plantes d'exportació que tenen territoris determinats amb una regulació especial. • blacksite: lloc negre. preso americana en territori cubà. CIA. no s'aplica legalitat. Guantanamo. marge del sistema. • xoc de cultures/diferencialisme: idea de confrontació entre blocs. conflicte entre el bloc islàmics, xinés i occidental. HI ha diferents cultures i no hi ha disponibilitat d'intercanvi. Per: barreres fortes, diferencia cultural, concepcio estàtica de la cultura, tancament, apartheid. • Homogeneïtzació: cultura global i simbols globals.Mcdo. producte a tots els sectors economics • convergència: Homogenització. Cultura global. s'imposa. • hibridació/creolització: barreja d'idiomes que es donen a unes zones de l'america central. S'adapten a les cultures. exemple: carn àrab, jordania • multiculturalitat: concepte que es crea el 60-70'. Principi bàsic d'igualtat, i de diferencia. tots som iguals pero diferents. Coexistiim, amb diversitats culturals • interculturalitat: Principi d'interacció: es respecta però cada u té els eus barris. interacció, diàleg, enriquiment cojunt. • gatted comunity: Urbanització tancasa, barri residencaial privat. seguritat, residencies, ilegal(?). rebuig al exterior. intreoversió. Valors tradicionals. • estat fallit: Estat absent sense regulació, violencia, no drets humans, ineficacia en els serveis públics i administració. • mini sistemes: tribus • imperis mundials: comunitats grans, agricutltura complexa.. no existeix • sistema mundial: mundialització (-> • bretton woods: monetary conference. Bases del sistema mundial. posa les bases de la globalització económica. 1944. es crea el fm, bm i omc. • Inversió externa: infraestructres, exportació, mat. primeres, elits politiques. • deute extern: Es la suma de las deudas que tiene un país con entidades extranjeras. Se compone de deuda pública (la contraída por el Estado) y deuda privada (la contraída por empresas y particulares). • Neocolonialismo: No domini territorial. Ajuts economics. Transnacionals. Poder dur. És el control i la tutela que segueixen exercint les potències colonials, sobre les seves antigues colònies. La descolonització no va suposar independència econòmica per als països anomenats "subdesenvolupats", sinó que els estats imperialistes es van encarregar d'organitzar l'economia i la política mundial, de manera que es conservés l'explotació colonial. El neocolonialisme seria l'herència del colonialisme històric i alhora, la continuïtat del sistema capitalista globalitzador
Hacer memoria, 2022
Hacer Memoria es una colección de guías prácticas orientadas a personas de edad adolescente, promovida por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática (SEMD) y coordinada por Antonio Lafuente y Francisco Ferrándiz, ambos investigadores del CSIC.
El devengado, es el valor total de ingresos que obtiene un empleado en el mes o en la quincena. Este valor está compuesto por el Sueldo básico, horas extras, recargos diurnos y nocturnos, dominicales, festivos, comisiones, auxilio de transporte, etc.
De repente se incorporó, se sentó sobre el diván y abrió los ojos. «¿Cómo era», pensó, recordando su sueño. « ¡ A ve r , a ve r ! A l a b i n d a b a u n a c o m i d a e n Darmstadt... Sonaba una música americana... El caso es que Darmstadt estaba en América... ¡Eso es! Alabin daba un banquete, servido en mesas de cristal... Y las mesas cantaban: "Il mio tesoro"..: Y si do era eso, era algo más bonito todavía. » Había también unos frascos, que luego resultaron ser mujeres...» Los ojos de Esteban Arkadievich brillaron alegremente al recordar aquel sueño. Luego quedó pensativo y sonrió. «¡Qué bien estaba todo!» Había aún muchas otras cosas magníficas que, una vez despierto, no sabía expresar ni con palabras ni con pensamientos. Observó que un hilo de luz se filtraba por las rendijas de la persiana, alargó los pies, alcanzó sus zapatillas de tafilete bordado en oro, que su mujer le regalara el año anterior con ocasión de s u c u m p l e a ñ o s , y , c o m o d e s d e h a c í a n u e v e años tenía por costumbre, extendió la mano hacia el lugar donde, en el dormitorio conyugal, acostumbraba tener colocada la bata. Sólo entonces se acordó de cómo y por qué se encontraba en su gabinete y no en la alcoba con su mujer; la sonrisa desapareció de su rostro y arrugó el entrecejo. -¡Ay, ay, ay! -se lamentó, acordándose de lo que había sucedido. Y de nuevo se presentaron a su imaginación los detalles de la escena terrible; pensó en la violenta situación en que se encontraba y pensó, sobre todo, en su propia culpa, que ahora se le aparecía con claridad. -No, no me perdonará. ¡Y lo malo es que yo tengo la culpa de todo. La culpa es mía, y, sin embargo, no soy culpable. Eso es lo terrible del caso! ¡Ay, ay, ay! -se repitió con desesperación, evocando de nuevo la escena en todos sus detalles. Lo peor había sido aquel primer momento, cuando al regreso del teatro, alegre y satisfecho con una manzana en las manos para su mujer, no la había hallado en el salón; asustado, la había buscado en su gabinete, para encontrarla al fin en su dormitorio examinando aquella malhadada carta que lo había descubierto todo. Dolly, aquella Dolly, eternamente ocupada, siempre llena de preocupaciones, tan poco inteligente, según opinaba él, se hallaba sentada con el papel en la mano, mirándole con una expresión de horror, de desesperación y de ira. -¿Qué es esto? ¿Qué me dices de esto?preguntó, señalando la carta. Y ahora, al recordarlo, lo que más contrariaba a Esteban Arkadievich en aquel asunto no era el hecho en sí, sino la manera como había contestado entonces a su esposa. Le había sucedido lo que a toda persona sorprendida en una situación demasiado vergonzosa: no supo adaptar su aspecto a la situación en que se encontraba. Así, en vez de ofenderse, negar, disculparse, pedir perdón o incluso permanecer indiferente --cualquiera de aquellas actitudes habría sido preferible-, hizo una cosa ajena a su voluntad («reflejos cerebrales» , juzgó Esteban Arkadievich, que se interesaba mucho por la fisiología): sonreír, sonreír con su sonrisa habitual, benévola y en aquel caso necia. Aquella necia sonrisa era imperdonable. Al verla, Dolly se había estremecido como bajo el efecto de un dolor físico, y, según su costumbre, anonadó a Stiva bajo un torrente de palabras duras y apenas hubo terminado, huyó a refugiarse en su habitación. Desde aquel momento, se había negado a ver a su marido. «¡Todo por aquella necia sonrisa!», pensaba Esteban Arkadievich. Y se repetía, desesperado, sin hallar respuesta a su pregunta: «¿Qué hacer, qué hacer?». Esteban Arkadievich era leal consigo mismo. No podía, pues, engañarse asegurándose que estaba arrepentido de lo que había hecho. No, imposible arrepentirse de lo que hiciera un hombre como él, de treinta y cuatro años, apuesto y aficionado a las damas; ni de no estar ya enamorado de su mujer, madre de siete hijos, cinco de los cuales vivían, y que tenía sólo un año menos que él. De lo que se arrepentía era de no haber sabido ocultar mejor el caso a su esposa. Con todo, comprendía la gravedad de la situación y compadecía a Dolly, a los niños y a sí mismo. Tal vez habría tomado más precauciones para ocultar el hecho mejor si hubiese imaginado que aquello tenía que causar a Dolly tanto efecto. Aunque no solía pensar seriamente en el caso, venía suponiendo desde tiempo atrás que su esposa sospechaba que no le era fiel, pero quitando importancia al asunto. Creía, además, que una mujer agotada, envejecida, ya nada hermosa, sin atractivo particular alguno, buena madre de familia y nada más, debía ser indulgente con él, hasta por equidad. ¡Y he aquí que resultaba todo lo contrario! «¡Es terrible, terrible! », se repetía Esteban Arkadievich, sin hallar solución. «¡Con lo bien que iba todo, con lo a gusto que vivíamos! Ella era feliz rodeada de los niños, yo no la estorbaba en nada, la dejaba en entera libertad para que se ocupase de la casa y de los pequeños. Claro que no estaba bien que ella fuese precisamente la institutriz de la casa. ¡Verdaderamente, hay algo feo, vulgar, en hacer la corte a la institutriz de nuestros propios hijos!... ¡Pero, qué institutriz! (Oblonsky recordó con deleite los negros y ardientes ojos de mademoiselle Roland y su encantadora sonrisa.) ¡Pero mientras estuvo en casa no me tomé libertad alguna! Y lo peor del caso es que... ¡Todo eso parece hecho adrede! ¡Ay, ay! ¿Qué haré? ¿Qué haré?» -¿Han traído unos papeles de la oficina?preguntó el Príncipe, tomando el telegrama y sentándose ante el espejo. -Est án s ob re la me s a -conte st ó Mate o, mirando con aire inquisitivo y lleno de simpatía a su señor. Y, tras un breve silencio, añadió, con astuta sonrisa: -Han venido de parte del dueño de la cochera... Esteban Arkadievich, sin contestar, miró a Mateo en el espejo. Sus miradas se cruzaron en e l cris t al: s e n ot ab a que se compre n dí an . La mirada de Esteban parecía preguntar: «¿Por qué me lo dices? ¿No sabes a qué vienen?». Mateo metió las manos en los bolsillos, abrió las piernas, miró a su señor sonriendo de un modo casi imperceptible y añadió con sinceridad: -Les he dicho que pasen el domingo, y que, hasta esa fecha, no molesten al señor ni se molesten. injuria-. Por un lado, se juega al parlamento, y yo no soy ni bastante viejo ni bastante joven para divertirme jugando. Por otra parte -Levin hizo una pausa-... es una manera que ha hallado la coterie 7 rural de sacar el jugo a las provinc i a s . A n t e s h a b í a j u i c i o s y t u t e l a s , y a h o r a zemstvos, no en forma de gratificaciones, sino de sueldos inmerecidos -concluyó con mucho calor, como si alguno de los presentes le hubiese rebatido las opiniones. -Por lo que veo, atraviesas una fase nueva, y esta vez conservadora -dijo Oblonsky-. Pero ya hablaremos de eso después. -Sí, después... Pero antes quería hablarte de cierto asunto... -repuso Levin mirando con aversión la mano de Grinevich. Esteban Arkadievich sonrió levemente. -¿No me decías que no te pondrías jamás vestidos europeos? -preguntó a Levin, mirando el traje que éste vestía, seguramente cortado por un sastre francés-. ¡Cuando digo que atraviesas una nueva fase! Levin se sonrojo, pero no como los adultos, que se ponen encarnados casi sin darse cuenta, sino como los niños, que al ruborizarse comprenden lo ridículo de su timidez, lo que excita más aún su rubor, casi hasta las lágrimas. Hacía un efecto tan extraño ver aquella expresión pueril en el rostro varonil a inteligente de su amigo que Oblonsky desvió la mirada. -¿Dónde nos podemos ver? -preguntó Levin-. Necesito hablarte. Oblonsky reflexionó. -Vamos a almorzar al restaurante Gurindijo-y allí hablaremos. Estoy libre hasta las tres. -N o -d i j o L e v i n , d e s p u é s d e p e n s a r l o u n momento-. Antes tengo que ir a otro sitio. -Entonces cenaremos juntos por la noche. -Pero, ¿para qué cenar? Al fin y al cabo no tengo nada especial que decirte. Sólo preguntarte dos palabras, y después podremos hablar. -Pues dime las dos palabras ahora y hablemos por la noche.
1. Físico: Annamaya kosha 2. Energético: Pranamaya kosha 3. Mental: Manomaya kosha 4. Sabiduría: Vijnanamaya kosha 5. Bienaventuranza: Anandamaya kosha El centro de los Koshas es el Ser o el alma: Atman Kosha significa capa, como las diferentes capas de las muñecas hechas de madera, originarias de Holanda. Maya significa apariencia o ilusión, como si algo aparentara ser de cierta
El presente trabajo se constituye como el producto de una investigación exploratoria, en donde se revisa las metodologías que permiten el uso simple y confiable de mecanismos prácticos para una correcta elaboración de éste tipo de estudios, tal que en lo posible, quien acuda a la elaboración de un Proyecto de Inversión, tenga un mayor acceso y que sí lo hecha a andar, más que por intuición, es porque su probabilidad de éxito prácticamente sea un hecho.
Este libro es un homenaje a los insignes navegantes polinésicos que un día remoto, hace más de un milenio, salieron de sus tierras, se aventuraron por el océano más extenso del planeta y llegaron a una remota isla, el ombligo del mundo, que hoy llamamos Isla de Pascua o Rapa Nui. Allí desarrollaron una notable cultura, con construcciones monumentales, especialización del trabajo, inicios de un sistema de escritura y otros notables logros, en medio del aislamiento más absoluto, cuya explicación hasta hoy presenta un desafío para los estudiosos de la antropología y la arqueología.
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