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Revista de Estudios Hispánicos, IV. 2, 2017, 2019
¿Puede la lectura de poesía ser un acto transgresor frente a la codi cación y sobrecodi cación de la vida en números y palabras que impone la modernidad capitalista y su ciudad letrada? Este artículo propone una ‘lectura decolonial’ del primer poema de Trilce de César Vallejo, un poema cuya ilegibilidad, argüimos, nos permite cuestionar el lugar del experto en la modernidad capitalista. De nimos ‘lectura decolonial’ como aquella que está preocupada por revelar los centros de poder ocultos en nuestra organización social y que prescinde de la legitimación del experto y de la disciplinarización del conocimiento que impone el pensamiento ilustrado imperial. Nos enfocaremos en las alusiones del poema al merca- do global del guano como fertilizante durante la segunda mitad del siglo 19, en particular el guano peruano tra cado a Estados Unidos. Sin embar- go, para contestar la pregunta de arriba, primero debemos hacer un reco- rrido teórico sobre la relación entre capitalismo e ilegibilidad, y la biblio- grafía crítica que establece una complicidad entre el lugar del letrado o del experto y el proyecto moderno. Concluiremos, entonces, que “Trilce 1” nos permite generar actos de apropiación y resigni cación inexperta de la poesía que dislocan el programa de alienación del lenguaje que representa el capitalismo.
"Este trabajo no es sólo fruto de una investigación bibliográfica, sino también de una vivencia y del contacto personal con responsables del movimiento cooperativo agrario argentino y de la administración pública de aquel país. En él se hace un recorrido por el pasado (con sus principales hitos históricos), el presente (desde el perfil del productor agropecuario hasta las estructuras cooperativas de primero, segundo y tercer grado, con un detalle de sus actividades y de su importancia en los distintos subsectores en que operan) y el futuro (con expresión del papel que se le atribuye a estas organizaciones dentro de un determinado modelo de desarrollo rural). Para concluir, se dan algunas orientaciones acerca del contenido de la reforma que se pretende realizar de la legislación cooperativa."
VII. LOS ORIGENES DEL CAPITALISMO INDUSTRIAL Y DE LA GRAN INDUSTRIA 1. LA EXPANSION COMERCIAL Y LA REVOLUCION INDUSTRIAL Los capítulos anteriores han puesto en claro la función esencial desempeñada por el capitalismo comercial. Una de las grandes contribuciones de éste a la vida económica fue el impulso que dio a la gran transformación industrial, que sobrevino en la segunda mitad del siglo XVII y que conocemos con el nombre de "Revolución Industrial". Ésta surgió en Inglaterra y de aquí se extendió a Francia. Inglaterra se enriqueció ente todo por el comercio marítimo en grande; siguió el ejemplo de Holanda cuyo comercio de comisión le valió la fortuna. La evolución de Francia, fue más tardía y menos intensa; aquí la Revolución Industrial sólo se producirá mucho tiempo después de la transformación de Inglaterra. Paul Mantoux, en su excelente Revolución Industrial en el siglo XVIII, demuestra que la fortuna Industrial de Lancashire fue debida sobre todo a los progresos del puerto de Liverpool, el cual en un principio se dedicó casi exclusivamente al comercio colonial: su importación de algodón hizo que la región de Manchester se convirtiera en el centro de la industria algodonera. El mismo autor insiste con razón sobre la influencia que tuvo el mejoramiento de las vías internas de comunicación sobre el progreso industrial. En Inglaterra una red de canales y caminos se extendía rápidamente. Pero ésta pareció haber sido una influencia menos importante, pues Francia también construyó caminos en gran escala en el siglo XVII y sobre todo en el siglo XVIII. Está claro que este mejoramiento contribuyó a transformar toda la vida económica de Francia. Pero el superior comercio marítimo inglés nos indica la razón por la cual la Revolución Industrial en este país fue espontánea, mientras en Francia la introducción del maquinismo y la creación de la gran industria bajo el antiguo régimen fueron sobre todo obra del gobierno. 1 El comercio se consideraba de tal modo la fuente de la actividad industrial que en los siglos XVII y XVIII la palabra comercio designa tanto a la industria como al comercio propiamente dicho. La misma observación es aplicable a la palabra inglesa trade. Notemos, además, que en aquella época no era el productor industrial quien solicitaba pedidos, o se esforzaba por ajustarse al gusto de la clientela: ésta era tarea del comerciante al por mayor, del exportador. Magon de la Balue, armador de Saint-Malo, que hacía sus pedidos de seda a los comisionistas de Lyon, no cesaba de quejarse de la fabricación defectuosa, de los engaños de los fabricantes y de su poco empeño para satisfacer a la clientela. Y en Lyon la fabricación ya estaba controlada por los comerciantes. No hay que olvidar, sin embargo, que la industria misma con contribuyó, en cierto modo, a la acumulación de capitales. Así en Inglaterra la industria de lana y especialmente la exportación de telas transformó a este país en una gran potencia marítima. En muchos oficios bastantes maestros se enriquecieron lo suficiente para poder diferenciarse de sus compañeros y ser algo así como empresarios capitalistas. Este es un hecho que puede observarse en todos los países; pero que Unwin ha señalado especialmente en Inglaterra en su obra The Industrial Organization in the XVIth and XVIIth Centuries. 2. LA INDUSTRIA RURAL Y DOMÉSTICA El dominio efectivo del capitalismo comercial sobre la producción de manufacturas fue posible debido a la industria rural y doméstica, fase ésta de la evolución industrial que caracteriza la historia económica de todos los países de la Europa occidental. En los Países Bajos, como lo ha demostrado Pirenne en su Historia de Bélgica, la industria rural presenta en el siglo XVI una notable extensión y abarca muchas producciones que, antes se limitaban a las 1 Sobre este punto véanse las interesantes observaciones de Charles Ballot, con referencia especial a la industria de la seda (L´introduction du machinisme, Paris, 1923, pp. 300 ss.)
El signo de la cruz en las empuñaduras de las espadas Cuando Cristóbal Colon decidió atravesar los grandes espacios vacíos al oeste de la Ec umene, había aceptado el desafió de las leyendas. Tempestades terribles jugarían con s us naves, como si fueran cáscaras de nuez, y las arrojarían a las bocas de los monst ruos. Solo faltaban mil años para que los fuegos purificadores del juicio final ar rasaran el mundo, según creían los hombres del siglo XV, y el mundo era entonces el mar Mediterráneo con sus costas de ambigua proyecciones hacia África y Oriente. América no solo carecía de nombre. Los noruegos no sabían que la habían descubierto haci a largo tiempo, el propio colon murió, después de sus viajes, todavía convencido de qu e había llegado al Asia por la espalda. En 1492, cuando la bota española se clavo po r primera vez en las arenas de las Bahamas, el Almirante creyó que estas islas era n una avanzada de Japón. España vivía el tiempo de la reconquista. 1492 no fue solo el año del descubrimiento d e América, el nuevo mundo nacido de aquella equivocación de consecuencias grandiosas . Fernando de Aragón e Isabel de Castilla abatieron a comienzos de 1492 el último re ducto de la religión musulmana en suelo español. Había costado casi ocho siglos recobr ar lo que se había perdido en siete años, y la guerra de la reconquista había agotado el tesoro real. Tres años después del descubrimiento, Cristóbal Colon dirigió en persona la campaña militar contra los indígenas de la dominicana. Un puñado de caballeros, doscientos infantes y unos cuantos perros especialmente a diestrados para el ataque diezmaron a los indios. Más de quinientos, enviados a Es paña, fueron vendidos como esclavos en Sevilla y murieron miserablemente. Pero alg unos teólogos protestaron y la esclavización de los indios fue formalmente prohibida al naces el siglo XVI. América era el vasto imperio del Diablo, de redacción imposi ble o dudosa, pero la fanática misión contra le herejía de los nativos se confundía con la fiebre que desataba, en las huestes de las conquista, el brillo de los tesoro s del Nuevo Mundo. Colon quedo deslumbrado, cuando alcanzo el atolón de San Salvador, por la colorida transparencia del Caribe, el paisaje Verde, la dulzura y la limpieza del aire, los pájaros esplendidos y los mancebos. A los indígenas les mostró las espadas. Ellos no las conocían, las tomaban por el filo y se cortaban. Mientras tanto el Almirant e buscaba oro y vide que algunos de los indígenas traían un pedazo colgado en un agu jero que tenían en la nariz y por señas pudo entender que yendo al sur o volviendo a la isla por el sur, había un rey que habitaba allí que tenia grandes vasos dello y tenia mucho oro. En su tercer viaje Colón seguía creyendo que andaba por el mar de C hina cuando entro en las costas de Venezuela; ello no le impidió informar que desd e allí se extendía una tierra infinita que subía hacia el Paraíso Terrenal. Con despecho escribía Colón a los reyes, desde Jamaica, en 1502: Cuando lo descubrí las Indias, di je que eran el mayo señorío rico que hay en el mundo. Yo dije del otro, perlas, pied ras, preciosas, especias. Una sola bolsa de pimienta valía, en el medioevo, más que la vida de un hombre, pero el oro y la plata eran las llaves que el renacimiento empleaba para abrir las p uertas del paraíso en el cielo y las puertas del mercantilismo capitalista en la t ierra. Las tierras vírgenes, densas selvas y de peligros, encendían la codicia de lo s capitanes, los hidalgos caballeros y los soldados en harapos lanzados a la con quista de los espectaculares botines de guerra: creían en la gloria, y en la audac ia. Nació el mito de Eldorado, el monarca bañado en oro que los indígenas inventaron para alejar a los intrusos: desde Gonzalo Pizarro hasta Walter Raleigh, muchos lo per siguieron en vano por las selvas y las aguas del Amazonas y el Orinoco. El espejismo del cerro que manaba plata se hizo realidad en 1545, con el descubrim iento de Potosí. Había si oro y plata en grandes cantidades, acumulados en la meseta de México y en el altiplano andino. Hernán Cortes revelo para España en 1519 la fabul osa magnitud del tesoro azteca de Montezuma y quince años después llego a Sevilla el gigantesco rescate, un aposento lleno de oro y dos de plata, que Francisco Piza rro hizo pagar al Inca Atahualpa antes de estrangularlo.
del derecho en general 77 2. Las fuentes formales del derecho 81 3. Fuentes formales del derecho agrario 87 4. Síntesis 99 CAPITULO IV FUENTES DEL DERECHO AGRARIO Sl' l\lAIUO: l. Las fuentes del derecho en general. 2. Las fuentes formales del de recho. 3. E ven tos [orinales del derecho agrario. 4. Síntesis.
CINCO ABERRACIONES FUNDAMENTALES DEL CAPITALISMO. DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ RAÚL (COORD.), 2016
Capítulo que forma parte del libro Cinco aberraciones fundamentales del Capitalismo Raúl Domínguez Martínez (coord.) Editorial Palabra de Clío.
El descubrimiento de grandes depósitos de "oro negro" a comienzos del siglo XX acabó con el pasado agrícola de Venezuela el cual pasó de ser un país predominante agrario a una nación abrumadoramente urbanizada y dependiente del petróleo. A partir de este momento, el llamado a "sembrar el petróleo" para lograr la diversificación económica, se convertiría en una frase vana para la durante toda la historia contemporánea de Venezuela. Cuando Hugo Chávez asumió la presidencia en 1998 sobre la base del programa anti-neoliberal de la Revolución Bolivariana, Venezuela era el país latinoamericano con la más alta dependencia de importación de alimentos (Morales, 2009). En respuesta, el gobierno de Chávez fue el primero de América Latina en proclamar la soberanía alimentaria como política pública y en impulsar la creación de una serie de instituciones, estructuras de gobierno y nuevas políticas orientadas a movilizar gente, tierras, créditos, etc. en una apuesta por transformar el desarrollo rural y la provisión doméstica de alimentos. No obstante, el gobierno de Chávez heredó una fuerza de trabajo rural que representaba entre el 3-4% de la población laboralmente activa, así como un campesinado débil en comparación a una población urbana del 94%, y un sector de distribución de alimentos dependiente de las importaciones y dominado por los monopolios privados (Ellner, 2008). Estos obstáculos confluyen alrededor de la economía política del petróleo y de las dinámicas de la acumulación rentista en Venezuela.
2011
“Agricultura y lógica de acumulación capitalista”, fue el número 3 de una serie de cuadernos de formación para las organizaciones populares, específicamente del campo, que se produjo en el marco de la Escuela Político Pedagógico Campesina de la Fundación Promotora de Cooperativas -FUNPROCOOP-Red Alforja en 2011.
El concepto de industria se desarrolla históricamente de acuerdo a la necesidad que el hombre tuvo para poder subsistir, para ello fue necesario la primera actividad industrial, la cual fue desarrollada sobre la piedra y metales, mediante la fabricación de instrumentos en forma rudimentaria que le permitieran defenderse, cazar, pescar y labrar la tierra. La fabricación de tejidos y el trabajo del cuero complementaron el marco de esta actividad, que en lo esencial no varió hasta bien entrada la edad media y cuya forma de producción, anteriormente había sido de carácter artesanal.
codigo agrario de panama, 2016
Artículo l. Este Código tiene como fu nda1nento regular la actividad agraria, las e1npresas y los con1ratos agrarios y e l aprovechamiento sostenible del suelo, así con10 dercrminar la organizacióo de la Jurisdicción Agraria de confomlidad oon Jo establecido en el artículo 128 de la Constitución Política.
Las prendas inferiores son las que se usan de la cintura para abajo, algunas de ellas son: faldas, pantalones, short, entre otras. Estudiemos las líneas y los vértices en uno de los moldes de una prenda inferior como el pantalón.
RESUMEN CAPITULO I: ORIGENES DE LA ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS, 2023
Breve resumen de los orígenes de la administración
Tal vez hay algo de cierto en decir que el capitalismo es aquello a lo que ninguna sociedad quiere llegar. ¿Hay algo después del capitalismo? Tal vez cuando triunfaba la lógica abstracta y general del funcionamiento capitalista por sobre las estructuras concretas y particulares de las primitivas economías medievales, se estaba abriendo el escenario para el triunfo del abismal proceso de consumo que asfixia la necesidad de sentido de la condición humana. El motor de la Modernidad capitalista fue una clase de mercancía que solo sirve como término universal que iguala valores y permite la alimentación del constante proceso de cambio: el dinero. Dinero y circulación son un fenómeno indisoluble. Los puntos fijos desaparecen, los sentidos se desvanecen y el Animal Laborans se alza tras la máscara del Homo Faber.
El capitalismo liberal adquiere una dimensión mundial 26 | Historia Mundial Contemporánea ¿Por qué se produjo esta Segunda Revolución Industrial?
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