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1981
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Conviene tal vez senalar desde el principio que la cuestion de la pobreza no viene a la Iglesia por el hecho de estar presente en un pais pobre. La cuestion le viene primera y fundamentalmente del Dios de la Biblia, al que quiere y debe ser fiel. El hecho de la presencia de la Iglesia en un pais pobre puede ser, eso si, para toda la Iglesia, la ocasion de comprender mejor su responsabilidad de ser una comunidad que de testimonio del Dios pobre en Jesucristo. Pero esta precision nos lleva a una segunda. Acabamos de hablar de paises pobres; la expresion es ambigua; estrictamente hablando, lo que hay son grandes mayorias de la poblacion de un pais que viven en la miseria debido a un orden social injusto. Esto significa que plantear la cuestion de los pobres en la Iglesia no solo nos remite al Dios en el que creemos, sino tambien a la conflictividad social en la que vivimos. Teniendo esto en cuenta, quisieramos hacer algunas reflexiones surgidas de experiencias y discusiones tenidas en ...
ECA: Estudios Centroamericanos, 2004
No hay resúmenes disponibles. ECA Estudios Centroamericanos, Vol. 59, No. 673-674, 2004: 1129-1143.
1984
Introducción Hablar de "lugares teológicos" comporta un peligro confirmado por la experiencia. Duranle mucho tiempo, el concebir a la Escritura y a la tradición como lugares teológicos pudo equivaler a mitificarlas, a abstraerlas de la historia humana, a leerlas como palabras mecánicas de oráculo, a substraerlas a lodo análisis racional o cientifico que encuenlra en ellas las mismas leyes de creación de toda palabra humana en la historia. De modo que la Biblia sólo podía ser llamada "palabra de Dios" al precio de negar en la práctica su dimensión de palabra humana; y la tradición sólo podia estar "asistida por el Espíritu Santo" a costa de no ser obra del espiritu humano. No debió ser así, pero de hecho lo fue. Y no es preciso evocar, porque son conocidas, las resistencias ante cualquier aplicación a los "lugares leológicos" de los métodos epistemológicos humanos, tanto de orden histórico cientínco, como de carácter hermenéulico.l Tampoco queremos decir que tales resistencias no tengan argumentos válidos en sí mismos y de los que echar mano: ¡claro que hay un uso de la ciencia que convierte a la palabra de Dios en objelo y al exegeta en juez en lugar de creyente! Pero, por cierto que sea ese riesgo. no es legítimo querer escapar de él refugiándose en una idolatría o sacralización de• las mediaciones. ¿Por qué negar que todo esle peligro puede volver a repetirse si hablamos de los pobres como "lugar teológico"? De hecho, casi todas las acusaciones modernas contra la teología de la liberación han esgrimido esle mismo argumento: arguyen que se mitifica al pobre, que se evacúa la pecaminosidad o al menos la ambigüedad del pobre, que se absolutiza al pobre optando por él de manera excluyente ... Cuando hace pocos ailos, en su Teologío negra, un hombre del vigor teológico de James Cone, habló expresamente de la negritud como lugar teológico, seria dificil negar que anduvo rozando este mismo escollo. 2 Y esta mitificación del oprimido se dio igualmente cuando, en un con-Digitalizado por: Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J." Universidad Centroamericana José Simeón Cañas Con el riesgo claro de acabar convirtiéndose inconsciente e involuntariamente a sí mismos en lugar lCológico ... y sín embargo, para la le cristiana es tan fundamental el que los pobres son un "lugar leológico" como el que la Biblia pueda ser llamada "palabra de Dios". Por eso se hace imprescindible el esfuerzo por recuperar ese carácter teológico, tralando de moslrar en qué consiste. Nuestra exposición lendrá tres partes muy diversas y complementarias.
«¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!» es una de las líneas esenciales que bien podría definir el Pontificado de Francisco. Este enunciado significa que no estamos ante una opción facultativa entre otras posibles, sino ante una opción fundamental en la vida del cristiano y de la Iglesia en su conjunto, pues la falta de solidaridad para con el pobre «afecta directamente a nuestra relación con Dios » (EG 187). El autor, en esta perspectiva de vida eclesial y de discernimiento teológico, vislumbra los contextos y las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre el tema, recorre en el Magisterio Latinoamericano la opción por los pobres como un componente fundamental en la praxis de la Iglesia Latinoamericana y cómo es que, a partir de la preocupación por los pobres y la lucha en contra de la injusticia, podemos comprender la opción teológico-pastoral del actual pontificado.
Algunos interrogantes que suscita son: hablar de una “Iglesia de los pobres” (Juan XIII) ¿implica necesariamente una “iglesia pobre” (Francisco)? ¿Cómo sería esta iglesia? ¿Es posible imaginarse una iglesia de este tipo en los tiempos que hoy vivimos? ¿Cómo leer la opción preferencial por los pobres sin ideologizar la pobreza o sin hacer una interpretación con una hermenéutica marxista? ¿Cómo lograr una conexión entre una Cristología, y una eclesiología en clave de pobreza (Cristo pobre – Iglesia pobre)? ¿Iglesia pobre, una nota más o una auto-definición de la Iglesia? ¿Cómo evitar que tal interpretación u opción por una iglesia con identidad de pobre excluya? ¿Son un límite o una apertura el lenguaje sociológico de “inclusión- exclusión – pobreza – riqueza” para hablar en términos teológicos de una eclesiología que busca su ser y que hacer en la identificación con los pobres? ¿En qué medida y cuáles son los alcances de poner el acento en ello (Eclessia ad intra – ad extra)? ¿Qué relación hay entra la santidad y la pobreza? ¿Se santifica la Iglesia al identificarse como pobre o trabajando por el pobre?. Haciendo un recorrido por diversos aportes del magisterio y teólogos se presenta el siguiente texto, con el objetivo de comprender esta temática. En primer lugar, nos preguntamos por el significado que tiene el término pobreza, luego se hará un acercamiento vetero y neo- testamentario sobre el término; en un segundo momento se presentará a la Iglesia y su santidad en relación con la pobreza; seguido por el título “una iglesia santa es una iglesia pobre” que abarca el fundamento cristológico, las consecuencias eclesiológicas, la opción preferencial por los pobres y la pobreza, y una concreción práctica basada en el ministerio petrino.
Iter, 2020
Iter / Riqueza y pobreza en el mundo clásico y su proyección en el mundo actual/ VOL. XXVI Resumen La literatura veterotestamentaria considera la riqueza como una bendición asociada a la posesión de la tierra prometida a los patriarcas y ocupada después de la muerte de Moisés. Pero no todos son ricos en el mundo de la Biblia: la Torah da por sentada la convivencia de ricos y pobres y prohíbe la usura, la parcialidad y la opresión. Los libros proféticos advierten que la infidelidad a Dios llevaría a la nación completa a la pérdida de la tierra prometida y consecuentemente de su libertad, es decir, a la indeseada pobreza. En los libros poéticos y sapienciales vemos que, aunque la riqueza se entiende como bendición, la pobreza no es necesariamente una maldición, puesto que Dios se preocupa por los pobres. El Nuevo Testamento muestra cómo el Cristo de los Evangelios ama a los pobres y se ocupa de su salud y sustento, aunque también dedica tiempo al influyente Nicodemo, a un joven rico y a mujeres nobles. La tumba en la que fue enterrado pertenecía a un miembro del Concilio. Este diálogo de Jesús con los pobres y los ricos trasciende los cuatro Evangelios canónicos. El capítulo 2 de Hechos relata que los creyentes «tenían todas las cosas en común» y quienes poseían propiedades las vendían para distribuir entre los necesitados. La multiplicación del número de fieles trajo consigo dificultades en la administración de los recursos comunitarios, solucionadas parcialmente con el nombramiento de diáconos. Ricos y pobres en el cristianismo primitivo. La administración de recursos en común en las primeras iglesias en el libro de los Hechos y el corpus paulino.
Reflexiones Teológicas, 2011
https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2019-03/quique-bianchi-pobres-carne-cristo.html, 2019
Si algo han logrado estos seis años el ministerio petrino de Francisco es poner en el tapete el hecho de que hay una relación entre nuestra fe cristiana y el amor a los pobres. Como es lógico, resaltar esta dimensión del cristianismo genera tensiones e incomodidades, sobre todo en quienes ven amenazado su status quo con los cambios sociales que se generarían si nos tomáramos en serio este aspecto de la enseñanza de Jesús. La relación entre nuestra fe cristiana y el amor a los pobres genera un sinnúmero de equívocos, tanto fuera como dentro de la Iglesia. No siempre se entiende que cuando la Iglesia habla del pobre lo hace-o debería hacerlo-desde Cristo. Mirando a Cristo, que se hizo pobre para revelar el amor del Padre a todos los hombres, y como parte de esa revelación enseña que ese amor universal de Dios se concentra de un modo especial en los más pobres. "El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres", dirá el papa Francisco en el documento programático de su pontificado (EG 197). Opción por los pobres Desde esa opción por los pobres que hizo el mismo Dios en Cristo, la Iglesia pide a los cristianos que los amemos con especial predilección. Es lo que se ha llamado "opción por los pobres" y que-como explica Francisco-es ante todo una "categoría teológica" (EG 198). Se trata de una "opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha" IGLESIA PAPA FRANCISCO
2002
El crecimiento paulatino de los movimientos de población que traspasan las fronteras nacionales es de tal importancia que nunca antes se había percibido la migración internacional como un problema que afectase a la identidad nacional, ni nunca antes había sido tan importante en términos políticos y socioeconómicos como lo es actualmente, adquiriendo un carácter internacional, global. En los últimos tiempos también ha tomado carta de naturaleza en España de una manera realmente significativa 1 . IUS CANONICUM, XLIII, N. 85, 2003, págs. 135-165 LOS EMIGRANTES EN LA IGLESIA PARTICULAR* JOSÉ SAN JOSÉ PRISCO S U M A R I O I • CONSTATACIONES PREVIAS. 1. El nuevo orden económico mundial y su repercusión en las inmigraciones. 2. La percepción del problema desde España. 3. El papel de la Iglesia. II • LA SITUACIÓN DE LAS DIÓCESIS ESPAÑOLAS. 1. La constatación de una realidad. 2. La procedencia de los inmigrantes en las iglesias locales. 3. Los agentes y su formación. 4. La atención primaria. III • LAS ESTRUCTURAS ECLESIA-LES PARA LA ATENCIÓN A LOS INMIGRANTES. 1. Las parroquias personales. 2. Los capellanes o misioneros de emigrantes. 3. El Secretariado diocesano de Migraciones. ANEXO • RESPUESTAS AL CUES-TIONARIO SOBRE LA PASTORAL DE LAS MIGRACIONES EN LA IGLESIA PARTICULAR. 2002). 136 JOSÉ SAN JOSÉ PRISCO
Revista Latinoamericana de Teología
No hay resúmenes disponibles. Revista latinoamericana de teología, Vol. 7, No. 21, 1990: 307-323.
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bibliotecavirtual.clacso.org.ar
Casa de las América, 2022
III Reunión de Antropología del Mercosur., 1999
Revista Albertus Magnus, 2017
Estudios Eclesiásticos, 2005
La eclesiología del Concilio Vaticano II. Memoria, Reforma y Profecía, 2015
Teoría y praxis, 2014
Theologica Xaveriana, 2017