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LA HERMANA, LA EXTRANJERA * ARTÍCULOS Y CONFERENCIAS

Abstract

Leer a Audre Lorde es descubrir asombradas a la otra que todas llevamos dentro y que es fuente a la vez de dolor y de fortalecimiento. Mi primer contacto con Audre Lorde fue la lectura de su ensayo "La poesía no es un lujo", incluido en la presente obra. Me impresionó su honestidad y su fe en la poesía como terapia, como iluminación de los recovecos del yo, de la pluralidad de identidades. Como casi todos las y los poetas, Lorde quiere nombrar lo que todavía es una masa informe de sentimientos y experiencias. La palabra poética va más allá del placer estético y puede surgir donde otros lenguajes se callan: en esos lugares íntimos del yo donde se forman los temores, silencios y esperanzas y que constituyen para Lorde reservas de creatividad y poder. La palabra poética puede destilarlas y, a partir de ahí, convertirlas en ideas y en acción, porque para Lorde, la poesía puede cambiar las vidas y, sobre todo, las vidas de aquellas que siempre han estado marginadas. Lorde escribe para todo el mundo, pero se dirige con especial atención a las mujeres negras, pues, como mujer negra que es, nuestra autora desea mejorar las situaciones de opresión en la que muchas viven su existencia en todo el mundo.

Key takeaways

  • Las mujeres Negras luchamos entre nosotras por los hombres en lugar de tratar de descubrirnos y poner nuestro ser y nuestros recursos al servicio de un cambio duradero; las mujeres Negras y los hombres Negros nos peleamos entre nosotros por adquirir mayores derechos a la libertad, cuando en realidad deberíamos considerar que la lucha de unas y otros se encamina a los mismos y vitales objetivos comunes; las mujeres Negras y blancas se enfrentan para decidir quiénes están más oprimidas en lugar de centrarse en las áreas en las que nuestras causas coinciden.
  • El poema existe en sí mismo, hay que saber en qué momento dejarlo como está, a no ser que quieras decir algo más, en cuyo caso, adelante.
  • Luego las cosas se pusieron aún más difíciles cuando empecé a dar un curso sobre el racismo en la enseñanza, en Lehmann College; tenía que enseñar a alumnos blancos qué era el racismo, qué relación había entre su vida y aquella ira...
  • Así que sólo contamos con nosotras mismas, con o sin el valor de emplear nuestro ser para analizar y esclarecer más a fondo qué influencia tiene sobre nosotras y sobre nuestro trabajo conjunto todo aquello que se interpone entre nosotras por ser mujeres Negras.
  • Por ejemplo: si en este momento el racismo se erradicara por completo de las relaciones medianamente profundas que hay entre las mujeres Negras y las mujeres blancas, dichas relaciones quizá se volverían más profundas, pero seguirían sin satisfacer la necesidad que las mujeres Negras sentimos unas de otras, nacida de nuestros conocimientos, tradiciones e historia compartidos.