ESCENA I Es mediodía y el sol calienta la arena refulgente de la caleta de Ppolé. La expectativa ha sido grande, los pescadores se han reunido desde temprano y aguardan la llegada o el regreso de los canoeros y canoeras que desde ayer viajaron en peregrinación a la Isla de las Golondrinas. El azul turquesino de la caleta de la Villa ilumina las crestas de las olas. El mar está tranquilo. El Flautista y su acompañante, el tamborilero sueltan sonidos alegres que acompasan los marcadores que ondean en el horizonte. Un grupo de canoeros han arribado y se reúnen alrededor de la única plataforma que en esta ocasión se ha montado para dedicar danzas y música a los que están por llegar. Un grupo de mujeres se reúnen con ellos y las voces se escuchan por todo el recinto. Los canoeros avanzan y cargan con bultos de maíz que van ubicando debajo de los toldos preparados para recibirlos en el cobijo de su sombra. Las Abuelas Madres han preparado sendos canastos llenos de frutas y jícaras rebosantes de agua de sabores. MUJERES DE PPOLÉ.-¡Ya están aquí, ya regresan!