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La caverna de José Saramago: imagen platónica versus metafísica

Abstract

It might seem paradoxical that such a materialist writer as Saramago takes advantage of the Platonic image of the cave. However, the goal of Saramago's novel is precisely to illustrate the spiritual and mental darkness of our contemporary world. In spite, then, of Plato's ideocentric philosophy, which is certainly not followed by the Portuguese writer, his image can be reasonably used in order to defend a non metaphysical way of life, and this is not an obstacle to pay a sincere homage to the famous Athenian philosopher's images.

Key takeaways

  • / 'Yo también lo creo', decía, 'al menos en la medida de mis posibilidades'.
  • A lo largo de los siglos, la Tradición Clásica Occidental ha incorporado a su patrimonio riquezas de índole y procedencia diversas, y La caverna de José Saramago 6 no es sino una confirmación contemporánea más del secular legado platónico 7 -no en vano Saramago precede el texto de una breve cita llamada a recordarnos nuestra identidad compartida con los prisioneros platónicos: " 'Qué extraña escena describes y qué extraños prisioneros', 'Son iguales a nosotros' (PLATÓN, República, Libro VII)" 8 (" 'Que estranha cena descreves e que estranhos prisioneiros, São iguais a nós'.
  • A su lado... otros cinco cuerpos igualmente sentados... La pared lisa del fondo de la gruta estaba a diez palmos de las órbitas hundidas... pasó lentamente el foco de la linterna sobre las cabezas oscuras (379) y resecas, éste es hombre, ésta es mujer, otro hombre, otra mujer, y otro más, y otra mujer, tres hombres y tres mujeres, vio restos de ataduras que parecían haber servido para inmovilizarles los cuellos, después bajo el foco de la linterna, ataduras iguales les prendían las piernas... La luz de la linterna acarició una vez más los míseros rostros, las manos sólo piel y hueso (380)... Sabes qué es aquello, Sí, leí algo hace tiempo, respondió Marcial, Y también sabes que lo que está ahí, siendo lo que es, no tiene realidad, no puede ser real, Lo sé, Y con todo yo he tocado con esta mano la frente de una de esas mujeres, no ha sido una ilusión, no ha sido un sueño... Si no son los otros, puesto que no existieron, quiénes son éstos, preguntó Marcial, No sé, pero después de verlos pienso que tal vez lo que realmente no exista sea esto a lo que damos el nombre de no existencia... Falta una cosa, murmuró Cipriano Algor... Aquí está, dijo.
  • Trató de volver la cabeza otra vez, pero el cuello no le obedeció, Soy como una estatua de piedra sentada en un banco de piedra mirando un muro de piedra (219)… una sombra nueva apareció sobre la pared del fondo… pero el alfarero supo de quién se trataba, ni la sombra, más oscura, ni la voz, más espesa, pertenecían al yerno, Señor Cipriano Algor, vine solo para informarle de que nuestro pedido de figuras de barro acaba de ser cancelado… no sé si quiero saber por qué se ha metido ahí, si ha sido por dárselas de héroe romántico a la espera de que una pared le revele los secretos de la vida, me parece simplemente ridículo (220)… sabía que el sueño se acabó" (221) ("Cipriano Algor sonhou que estava dentro do seu novo forno (193)... sentiu que o corpo lhe pesava como chumbo... o que ele estava era atado ao recosto do banco, atado sem cordas nem (195) cadeias, mas atado.
  • Quizá estemos a tiempo aún, parece sugerirnos, de corregir el error como Marta, o de imitar el último gran gesto de Cipriano Algor y sabernos polvo que debe volver al polvo bajo la luz del sol, antes de que la tragedia ecológica y humana, nuestros cuerpos resecos y casi fosilizados, hallados en una cueva profunda por algún espeleólogo valiente y audaz, confirmen que hubo un acto de βρίς ὕ imperdonable que acabó irremediablemente en tragedia, nuestra tragedia: "Salió de la furgoneta y dirigió los pasos al horno… Cipriano Algor se aproximó a la puerta de la casa y comenzó a disponer las estatuillas en el suelo, de pie, firmes en la tierra mojada, y cuando las colocó a todas, volvió al horno… ninguno hizo preguntas, uno a uno entraron también en el horno y fueron sacando los muñecos al aire libre… y las figurillas iban poco a poco ocupando el espacio frente a la casa, y entonces Cipriano Algor entró en la alfarería y retiró 18 Barro que, justamente por su fragilidad, exige incluso un trato humano: "… dicen que hay menos compradores para el barro, que han salido a la venta unas vajillas de plástico imitándolo y que eso es lo que los clientes prefieren ahora, No es nada que no debiésemos esperar, más pronto o más tarde tenía que suceder, el barro se raja, se cuartea, se parte al menor golpe, mientras que el plástico resiste y no se queja.