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Por darme la vida y la fortaleza de lograr los objetivos que me he planteado, por dejarme hacer realmente lo que me gusta día a día y por levantarme en los momentos difíciles.
EDUCACIÓN FÍSICA?" AUTORÍA ALFONSO CASTILLO RODRÍGUEZ TEMÁTICA EDUCACIÓN FÍSICA, OBJETIVOS, PLANIFICACIÓN ETAPA ESO
peridadrecontar enteramente, é de las adversidades hacer larga relación , diré' sin dubda ninguna lo que vieron mis^ojos , las cosas que sucedieron , la causa de donde emanaron , é también del fin que ovieron ; porque el sobrado señorío á los mas bien afortunados jamas les ponga sobervia, ni los trabajosos males ha-5 gan á los hombres cobardes ; ca sabida cosa es , que tanto á los osados ayuda mas la fortuna , quanto puede á los mayores derribar de lo mas alto. E quanto quiera que hablar de tan alto Príncipe , de los Grandes de sus reynos é de los otros mas baxos parezca presunción de rudo marinero , que puesto en o la furia del mar, lanza su batel en las hondas , é da sus velas arviento , sin saberse gobernar. Pero suplicando á la infinita bondad del soberano Redentor , que de sus inmensas gracias me preste alguna parte, para que obedeciendo al mandado , é la licencia del poderlo Real, que para esto me fue dado, poníendolo por obra, pueda dar el fin á mi promesa. Pero si aquesta Coronica no fuere tan copiosa é complida como debe , de las cosas que sucedieron en la prosperidad del Rey, primero que le viniesen las duras adversidades, merezco ser perdonado con justa escusacion ; porque fui preso sobre seguro en la Cibdad de Segovia, quando fue dada por traycion á los caballeros desleales: donde me robaron, no solamente lo mió , mas los Registros con lo procesado que tenia scripto de ella, visto que la memoria, según la flaqueza humana, tiene mayor parte de la olvidanza que sobra de la recordación. DE LA FINOSOMTA, VIDA E CONDICION Q Uanto mas alta cosa es aquella de que se debe tratar, tanto su grandeza pone temor en el decir : é quanto de mayor -excelencia, tanto es el defeóto de las palabras mas grave; porque antes el estilo del screvir, que materia de hablar fallesce. Siempre nuestras lenguas son mas aparexadas á disparar sus dichos que las plumas á componerlos : y aun aquesto la misma experiencia natural nos lo muestra, Como sea cosa cierta que el uso siempre roba los corazones, y gana las voluntades para mayor afición ¡Bienaventurados los reynos que de tales Reyes son sufragáneos ! que si el rigor de su poderlo no se templase con la mansedumbre de perdón , ni los subditos osarían ser va-5 salios , ni los que sojuzgan la tierra hallarían quien los sirviese. Asi, que la clemencia puebla los reynos , y los hace vivir contentos , y la crueldad los disipa, y hace ser querellosos. CAPITULO III. servidores é criados de su padre , / consolados graciosamente , les confirmó los oficios que tenian. E por la muerte del Rey sus servidores quedaron muy afli- gidos , en tanto grado que hacian muy dolorosos llantos, o sin que ninguno los pudiese consolar. E como fuese notificado al Rey, mando que fuesen llamados: é venidos á su Cámara, con graciosa begninidad les dixo : No dudo que la muerte del Rey, mi Señor, que haya sanóla gloria, os haya puesto grave dolor é tristeza : asi por la pérdida de su Real persona con que estabades amparados, é con favor defendidos, como porque podría ser que vos teméis, é receláis de perder los oficios con que teniades cabida en su Casa Real , y segura sustentación de la vida. Mas porque de aquesta sospecha seáis seguros, é conoscais, que las tales novedades an de ser muy agenas de los Reyes , mayormente de mi condición : y que si aquello se hiciese, parecería mas crueldad que magnificencia, é mas poquedad que realeza , quiero, é es mi determida voluntad , que todos quedéis en vuestros oficios, según lo teniades con el Rey mi Señor ( que Dios haya ) sin novedad alguna que en ellos se haga. Y aquesto por dos razones, la primera, porque sintáis que si en él perdisteis Señor , en mi tenéis Señor é defensor: la segunda, para que con aquel mesmo amor é lealtad me sirváis, que serviades i su Señoría quando era vivo , é por ello merezcáis otras mayores gracias y mercedes. Por tanto , yo vos 30 mando , que desde agora cada uno de vosotros me sirva en el oficio que tenéis: é viváis alegres é contentos.Los quales oyda B su JO CRÓNICA DEL REY su habla, é la merced que les hacia tan realmente , hecha su reverencia, salieron dando gracias á Dios 5 porque en pos de tan noble padre les sucedía tan excelente hijo , que ansi los amparaba, é recebia con amor. CAPITULO IV. COMO EL REY DIO MEDIO ENTRE LOS Capellanes del Rey su Padre é los suyos , para que en conformidad todos lo sirviesen , y la grati-Jicacion que los hizo. E Ntre los Capellanes del Rey Don Juan su padre é los 5 suyos hubo grande división é diferencia, ansi en el servicio , como en los asentamientos de la Capilla , queriéndose preferir los unos á los otros : sobre lo qual estaban en gran debate, diciendo que pues algunos de ellos eran primeros en tiempo , por ser del Rey pasado , que debrian ser mejores o en la preminencia, é precederles en el asentar. Los otros respondían , que ellos avian servido al Rey siendo Príncipe, para quando sucediese en el reyno : é que asi como primero sucedieron en los trabajos, era justa cosa, que venido á ser Rey, gozasen en el asentamiento de la mesma prorrogativa, que ellos avian gozado con su Rey de que vino á reynar: é por esta razón debian conseguir de hecho lo que por muchos servicios tenian merescido. E como aquesto fuese notificado al Rey, mandó que todos viniesen á su Real Cámara é presencia : donde todos venidos, les dixo : Si á vuestras porfías se diese o lugar, seria cabsa de mayor enconveniente , é cabsa de mas mal exemplo , dexaros perseverar. Mas por quitaros de contienda , y dar medio entre vosotros , quiero que sepáis que yo no solamente sucedí en el estado , lugar é señorío del Rey mi Señor , que ponga Dios en su gloria, mas en todas las otras cosas de que su Real persona se servia , y entre aquellas en esta Capilla suya: por donde paresce que también los unos como los otros sois mios para servirme. Por tanto cumple , que todos de oy mas seáis conformes sin contradicion alguna ; ca de otra guisa yo no seria bien servido, ni vosotros COMO Et REY HIZO CORTES GENERALES, é determinó hacer guerra contra los Moros. T Raídas todas las obediencias de las Cibdades é Villas de su Reyno, é prestada la fidelidad de todos los Grandes , asi Perlados , como caballeros : desque ya conoció' quanto prósperamente sucedían las cosas en sublimación de su estado Real , queriendo manifestar su gran poder é grandeza, 5 determinó de hacer Cortes generales. E asi llamados los tres estados , é convenidos en la Villa de Cuellar ante su Real presencia, les dixo: Entre los varones Romanos siempre fue la paz mas peligrosa que la guerra 5 porque con ella puestos en ociosidad, se dieron mas á los deleytes , que al exercicio 1 o de las armas, y procurando sus particulares intereses, menospreciaron la fama, pospusieron el bien de la patria común , é perdieron el señorío universal del mundo , que como industriosos guerreros alcanzaron é poseyeron. Mientras les tuvo la guerra fueron siempre virtuosos , señorearon la Monarquía, 15 vencieron sus enemigos , sostuvieron la República , multiplicaron el bien de ella, é quedaron renombrados. Pues si tales , y tantos bienes suelen nascer de la guerra, justa cosa é muy necesaria es , que nosotros los Catholicos como verdaderos Christianos la queramos emprender ; porque con ella dése-20 chando los vicios , é tomando las virtudes, destruyamos los enemigos , que persiguen nuestra fe , peleemos contra los Moros que usurpan nuestra tierra , tomada por gran traición á aquellos que ge la dieron. Para lo qual tres cosas señaladas son que nos ayudan : la primera, que nos mueve justa causa : la 25 segunda , que tenemos clara justicia : la tercera, que nuestro proposito es sando , y el zelo de Dios nos guia , cuya causa es la que se hace. Asi que guerreando contra ellos , nosotros pelearemos por la verdad , y ellos por la mentira: nosotros por glorificar á Dios, los otros por ofenderle. Por donde espero 30 en la infinita bondad de nuestro Redentor , que nos dará vencimiento de ellos tal , e de tal manera , que tornaremos con e gobernéis según de vosotros confio : y espero que haréis por manera , que ningunas apelaciones, ni querellas ayan de ir ante mi entre tanto que allá estubiere. E mando al Presidente é Oidores de la Chancillería que se junten con vosotros, é vos obedescan, é acaten como á mi mesma persona. Los quales obedesciendo lo que su Rey les mandaba, tomadas sus provisiones , é ávida su licencia, se partieron para Valladolid: adonde estubieron residentes hasta que el Rey volvió del Aa* dalucia, CAPITULO X. PARA el Andalucía : y los Grandes d$l reyno qus fueron con él, 10 X TEnido el mes de Abril del año siguiente de su reynay do , que se contaron mil é quatrocientos é cinquenta é cinco años del nascimiento del nuestro Salvador , ( en que la guerra se avia de comenzar en el Andalucía contra los Moros ) el Rey se partió para Córdoba , donde los Gran-15 des del reyno , é las otras gentes , asi de á caballo como peones se avian de juntar. Los Señores que alli vinieron , fueron los que aqui serán nombrados.
Es un camino bastante malo -dijo K por mantener la conversación. El hombre, sin embargo, se limitó a decir: -Sí, es cierto. -Si quiere le llevo con mi trineo. -Sí, por favor -dijo K con gran alegría-. ¿Cuánto me va a cobrar? -Nada -dijo el hombre. K se asombró. -Usted es el agrimensor -dijo el hombre explicándose-y pertenece al castillo. ¿Adónde quiere ir? -Al castillo -dijo rápidamente K. -Allí no voy -dijo el hombre en seguida. -Pero si pertenezco al castillo -dijo K repitiendo las palabras del hombre. -Puede ser -dijo el hombre algo reservado. -Entonces lléveme a la posada -dijo K. -Bien -dijo el hombre-, ahora salgo con el trineo. -Son los ayudantes -confirmó en voz baja el posadero. -¿Cómo? -preguntó K-. ¿Sois mis antiguos ayudantes a los que dije que viniesen después de mí y a los que he estado esperando? Ellos asintieron. -Está bien -dijo K después de un rato-, está bien que hayáis venido. -Por lo demás -dijo K después de otro rato-, os habéis retrasado mucho, sois negligentes. -Era un largo camino -dijo uno de ellos. -Un largo camino -repitió K-, pero me he encontrado con vosotros cuando regresabais del castillo. -Sí -dijeron sin más aclaraciones. -¿Dónde tenéis los aparatos? -preguntó K. -No tenemos ninguno -dijeron. -Los aparatos que os había confiado -dijo K. -No tenemos ninguno -repitieron. -Pero, ¿qué clase de gente sois? -dijo K-. ¿Entendéis algo de agrimensura? -No -respondieron. -Si sois mis antiguos ayudantes, tenéis que entender algo -dijo K. Ellos callaron. -Así que esas tenemos -dijo K, y los empujó delante de él hacia el interior de la casa. -¡Fuera! -gritó perdiendo el dominio de sí mismo, quizá en el auricular del teléfono, pues entonces se anunció alguien. Se desarrolló la siguiente conversación: -Aquí Oswald, ¿quién es? -gritó una voz severa y arrogante con lo que a K le pareció un pequeño defecto en la articulación que intentaba compensar con un suplemento de severidad. K dudó en identificarse, estaba indefenso ante el teléfono: el otro podía fulminarle, colgar el auricular y K se habría cerrado un camino quizá no carente de importancia. El titubeo de K acabó con la paciencia del hombre. -¿Quién es? -repitió, y añadió-: Me agradaría que no se telefonease tanto desde allí: hace sólo un instante se ha telefoneado. K no se ocupó de esa indicación y anunció con una decisión repentina: -Soy el ayudante del señor agrimensor. -¿Qué ayudante? ¿Qué señor? ¿Qué agrimensor? K se acordó de la conversación telefónica del día anterior. -Pregúntele a Fritz -dijo brevemente. Para su sorpresa surtió efecto. Pero más por el hecho de que surtiera efecto, se asombró de la centralización del servicio. -Ya sé, el eterno agrimensor, ja, ja. ¿Qué más? ¿Qué ayudante? -Josef -dijo K. Le molestaba algo el murmullo de los campesinos a sus espaldas, en apariencia no estaban de acuerdo en que no se presentase correctamente. Pero K no tenía tiempo de ocuparse de ellos, pues la conversación necesitaba de toda su concentración. -¿Josef? -preguntaron-. Los ayudantes se llaman... -una pequeña pausa, al parecer reclamaba los nombres a otra persona-, Artur y jeremías. -Ésos son los nuevos ayudantes -dijo K. -No, ésos son los antiguos. -Son los nuevos, yo, sin embargo, soy el antiguo, el que ha llegado hoy después del agrimensor. -¡No! -gritaron. -Entonces, ¿quién soy yo? -preguntó K con la misma tranquilidad. Y después de una pausa la misma voz con el mismo defecto de articulación, aunque con otro tono más profundo y respetable, dijo: -Tú eres el antiguo ayudante. K escuchó el timbre de la voz y casi pasó por alto la pregunta: «¿Qué quieres?»
07 SOMMARIO 08 INTRODUCCIÓN 15 CAPÍTULO I .-MARCO DE REFERENCIA 18 5.2. Motivación e incentivos 162 5.3. Indicadores de desarrollo del potencial humano 164 6. DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA GESTIÓN MUNICIPAL 177 6.1. Diferencia entre el modelo tradicional, burocrático y autoritario frente al nuevo modelo democrático y participativo de gestión municipal 184 7. EXPERIENCIAS DE REINGENIERÍA 186 7.1. El éxito de Chrysler 187 7.2. La experiencia de Ford 188 7.3. Modelo de reingeniería municipal: Municipalidad de Rosario, Argentina. 189 7.4. Así funciona el sector público en Suecia.
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