2023
Carmen Rocher 2 [CR]: La colectiva surge como un processo de vida. En la segunda gestación, la de mi hija, yo venia de haber tenido una cesárea en 2015, de la primera gestación, la de mi hijo, adonde me encontré en una situación de violencia obstétrica, muchas veces invisibilizada, naturalizada. En ese momento salí feliz y me conecté con mi hijo. Pero después me di cuenta de que estaba en un proceso de parto sin dolor y que insistentemente me ofrecían la epidural o oxitocina sintética. Drogas que luego me vengo a enterar que hacen unas contracciones más fuertes, que llevan a una catarata de intervenciones: desde la epidural, que pone a la mujer en una posición pasiva, acostada, con un cableado que mide las pulsaciones del bebe, y lleva rápidamente a dictaminar que se proceda a una cirugía mayor, como es la cesárea-que muchas veces es necesaria y hay vidas que se salvan, pero en otras circunstancias el trabajo de parto más fisiológico no requiere esa intervención. Entonces, a partir de que quedo embarazada la segunda vez, me empiezo a informar tempranamente y empiezo a participar de círculos de mujeres con doulas, a ver informaciones en las redes para entender cómo parimos-[y encontré] un grupo cerrado, con 5000 personas, en 2017. Me encontré transitando en estos círculos de mujeres, escuchando. En algunos se hacia también trabajo de movimiento corporal (yo siempre hice algún trabajo con el cuerpo). En esa gestación también empecé a hacer cerámica (que había hecho de chica), y me encontré con esa posibilidad. A partir de la lectura del libro de Casilda Rodrigañez Bustos-Pariremos con placer-, empiezo a trabajar el útero como horno, como útero-horno, primero con una forma más estilizada, con la silueta como un hornijo, un horno de corte. Después, investigando más, cuando surgió la posibilidad de hacer un proyecto de arte colaborativo con mujeres gestantes, me encontré con la cerámica pre-colombina. La que fue mi doula, me pregunta: "Porque no vas con la Natiri, que conoció una ceramista acá en el barrio, cerca de tu casa, que trabaja con cerámica de raíz ancestral?". Y ahí me enamoré. Yo venía de las tradiciones de las artes visuales, o del arte contemporáneo, trabajando con dibujo, instalaciones y objetos. Había trabajado con cerámica, pero no con esa técnica. Ahí me encontré y me cerró más, porque el trabajo era sobre el propio cuerpo.