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2019, Repertorio Americano
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Cuento en el contexto de la alfabetización durante el período de la Revolución Sandinista.
Revista Periplo, 2010
PERIPLO se propone en este cuarto número abordar el tema de los héroes y antihéroes. Los interrogantes irán apareciendo -algunos sin respuesta- a medida que descubran en cada artículo los mundos fascinantes que de ellos se desprenden. Existen tantas definiciones de héroes como personas intenten significarlo, pero hay una certeza: son construcciones mentales que las sociedades utilizan como depositario de sus ilusiones, anhelos y fracasos. Llevan en su frente las hazañas más admirables y su capa cubre las virtudes de un prócer. Pero, ¿quiénes son? ¿Dónde viven? ¿Por qué llegan al pedestal de la idolatría? Los héroes de carne y hueso, y no aquellos seres corpulentos vestidos de acero y dotados de cualidades excepcionales, son los portadores de las banderas más utópicas que una sociedad puede levantar. Y, a veces, esa idealización rompe los muros temporales y geográficos para convertirse en representantes diplomáticos de su comunidad en el exterior. La opinión pública, esa masa mediatizada sedienta de fe, es la que legitima a estos cuerpos todopoderosos y ellos actúan en consecuencia. Será este un viaje antropológico para saber qué hay detrás de ellos y cómo se escabullen en la vida cotidiana. A través de las diferentes visiones del arte y las humanidades indagaremos en la condición humana no sólo del héroe sino también de su contra cara y, a veces, su complemento: el antihéroe. Aquel ser quebrado, protagonista de los grandes sueños postergados, el eterno perdedor que jamás será alcanzado por el agua bendita del heroísmo. Ambas caracterizaciones, lejos de formar parte de un mundo onírico e intangible, tropiezan con los infortunios de la realidad. Lloran, aman, ríen, mueren. Los actores sociales del presente y del pasado no desaparecieron de la escena pública, siguen vivos, rondando el aire de la historia, sólo es cuestión de saber distinguirlos entre tanta máscara y traje grandilocuente. Algunos se han disfrazado de héroes, otros de villanos, pero ambos caminan a nuestro lado y nos hablan al oído. Víctor Bermúdez & Fernando Pittaro (Eds.). Héroes y antihéroes. Revista Periplo. Vol. IV. Agosto. 2010. Págs.: 94.
Mártires y desdichados: el asesinato de los hospitalarios colombianos en España y el impacto de la Guerra Civil española en el gobierno de la Revolución en marcha. , 2023
Tésis de máster que aborda el carácter global de la Guerra Civil española a partir del impacto que el conflicto tuvo en Colombia y en el gobierno liberal de Alfonso López Pumarejo.
2013
El problema I El pensamiento como acción voluntaria del sujeto no es otra cosa, sostiene Nietzsche, que una superstición de los lógicos. A partir de la formulación de este problema, el autor afirma que el pensamiento debe ser concebido como algo que sucede en el yo independientemente de su voluntad. 2 Esta desconexión entre el yo y el ello pensante da lugar a una concepción de la subjetividad como producto de una pluralidad de fuerzas tensionadas por una dinámica interna de acción y reacción. El cuerpo es, en este sentido, el campo de batalla donde se producen estos encuentros. "Algo vivo…" afirma Nietzsche"…quiere, antes que nada, dar libre curso a su fuerza." 3 En referencia al pensamiento nietzscheano, Gilles Deleuze 4 señala la existencia de una distinción cualitativa entre dos tipos de fuerzas: las activas, aquellas intensidades vitales, inconscientes, que motorizan la acción de los cuerpos; y las reactivas, es decir, las fuerzas que se limitan a reaccionar frente a la magnitud de las activas, intentando preservar al cuerpo de todo cambio. Nietzsche distingue, en este sentido, dos formas de aparición de las fuerzas reactivas: por un lado, las que surgen naturalmente como reacción de las activas y, por el otro, aquellas intensidades vitales que han sido neutralizadas; es decir, fuerzas activas que devinieron reactivas. Esta segunda concepción habilita la posibilidad de pensar la manera en la cual lo normativo interfiere en el juego de fuerzas que se produce en el cuerpo. La obediencia a un sistema de normas riguroso podría presentarse como la separación de una fuerza activa de lo que ésta puede. Este análisis pone de manifiesto la existencia de una multiplicidad de elementos que se esconde detrás de cada enunciado; detrás de cada discurso
-Nada, qué me va a pasar. Se produjo un momento de silencio, luego Alejandra volvió a recostarse de espaldas sobre el césped, recomenzando su tarea con el tallito. Y mientras Martín miraba una batalla de cruceros de algodón, reflexionaba que él no tenía por qué avergonzarse del fracaso de su padre. Una sirena de barco se oyó desde la Dársena y Martín pensó Coral Sea, Islas Marquesas. Pero dijo: -Alejandra es un nombre raro. -¿Y tu madre? -preguntó. Martín se sentó y empezó a arrancar unas matitas de hierba. Encontró una piedrita y pareció estudiar su naturaleza, como un geólogo. -¿No me oís? -Sí. -Te pregunté por tu madre. -Mi madre -respondió Martín en voz baja-es una cloaca. Alejandra se incorporó a medias, apoyándose sobre un codo y mirándolo con atención. Martín, sin dejar de examinar la piedrita, se mantenía en silencio, con las mandíbulas muy apretadas, pensando cloaca, madrecloaca. Y después agregó: -Siempre fui un estorbo. Desde que nací. Sentía como si gases venenosos y fétidos hubiesen sido inyectados en su alma, a miles de libras de presión. Su alma, hinchándose cada año más peligrosamente, no cabía ya en su cuerpo y amenazaba en cualquier momento lanzar la inmundicia a chorros por las grietas. -Siempre grita: ¡Por qué me habré descuidado! Como si toda la basura de su madre la hubiese ido acumulando en su alma, a presión, pensaba, mientras Alejandra lo miraba, acodada sobre un costado. Y palabras como feto, baño, cremas, vientre, aborto, flotaban en su mente, en la mente de Martín, como residuos pegajosos y nauseabundos sobre aguas estancadas y podridas. Y entonces, como si hablara consigo mismo, agregó que durante mucho tiempo había creído que no lo había amamantado por falta de leche, hasta que un día su madre le gritó que no lo había hecho para no deformarse y también le explicó que había hecho todo lo posible para abortar, menos el raspajo, porque odiaba el sufrimiento tanto como adoraba comer caramelos y bombones, leer revistas de radio y escuchar música melódica. Aunque también decía que le gustaba la música seria, los valses vieneses y el príncipe Kalender. Que desgraciadamente Parecía un gigante de circo, pero algo encorvado, con pelo canoso. Un gigante con expresión candorosa de niño. Martín miraba el camión: al costado, en grandes caracteres, decía TRANSPORTE PATAGÓNICO; y detrás, con letras doradas, se leía: SI LO VIERAS, VIEJA. -Vamo -dijo Bucich siempre con su colilla apagada. Sobre el pavimento mojado y resbaladizo brillaba por un momento un rojo lechoso y delicuescente. En seguida venía el relámpago violáceo, para ser nuevamente reemplazado por el rojo lechoso: CINZANO-AMERICANO GANCIA. CINZANO-AMERICANO GANCIA. -Se vino el frío -comentó Bucich. ¿Lloviznaba? Era más bien una neblina de finísimas gotitas impalpables y flotantes. El camionero caminaba a grandes trancos a su lado. Era candoroso y fuerte: acaso el símbolo de lo que Martín buscaba en aquel éxodo hacia el sur. Se sintió protegido y se abandonó a sus pensamientos. Aquí es, dijo Bucich. CHICHÍN pizza faina despacho de bebidas. Salú, dijo Bucich. Salú, dijo Chichín, poniendo la botella de ginebra LLAVE. Do copita; este pibe e un amigo. Mucho gusto, el gusto e mío, dijo Chichín, que tenía gorra y tiradores colorados sobre camisa tornasol. ¿La vieja?, preguntó Bucich. Regular, dijo Chichín. ¿L'hicieron l'análisis? Sí. ¿Y? Chichín se encogió de hombros. Vo sabe cómo son esa cosa. Irse lejos, el sur frío y nítido pensaba Martín mirando el retrato de Gardel en frac, sonriendo con la sonrisa medio de costado de muchacho pierna pero capaz de gauchadas, y la escarapela azul y blanca sobre la Masseratti de Fangio, muchachas desnudas rodeadas por Leguisamo y Américo Tesorieri, de gorra, apoyado contra el arco, al amigo Chichín con aprecio y muchas fotos de Boca con la palabra ¡CAMPEONES! y también el Torito de Mataderos con malla de entrenamiento en su clásica guardia. Salto a la cuerda, todo menos raspajes, como los boxeadores, hasta me golpeaba el vientre, por eso saliste medio tarado seguro, riéndose con rencor y desprecio, hice todo, no me iba a deformar el cuerpo por vos le dijo, y él tendría once años. ¿Y Tito? preguntó Bucich. Ahora viene, dijo Chichín, y decidió irse a vivir al altillo. ¿Y el domingo? preguntó Bucich. Ma qué sé yo, respondió Chichín con rabia, te juro que yo no me hago ma mala sangre mientras ella seguía oyendo boleros, depilándose, comiendo caramelos, dejando papeles pegajosos por todas partes, mala sangre por nada, decía Chichín, lo que se dice propio nada de nada un mundo sucio y pegajoso mientras repasaba con rabia callada un vaso cualquiera y repetía, haceme el favor huir hacia un mundo limpio,
ECA, 1996
Celebramos hoy el séptimo aniversario del asesinato de los mártires de la UCA, coincidente con la fiesta de los también mártires jesuitas del Paraguay. Y de nuevo experimentamos que estos ejemplos martiriales cambian la naturaleza de los tristes. San Basilio, comentando algunos martirios, no dudaba en decir: "antes ciertamente, la muerte de los buenos se acompañaba del llanto y de las lágrimas ... pero ahora nos alegramos recordando la muerte de los buenos. Pues la naturaleza de los entristecidos ha sido transformada por la cruz". La festiva vigilia de ayer nos demuestra que no hay nada que produzca tanta alegría como el ver que siguen vivos y presentes entre nosotros, en el recuerdo y en el estímulo, aquellos que dieron su vida por los demás. Si su muerte, injusta y trágica, nos indignó y nos entristeció en el pasado, su recuerdo nos da esperanza, alegría y afán de lucha en el presente. La palabra del Señor que hemos leído describe a todos los mártires con claridad. Odiados, nos dice san Juan, por ese mundo que idolatriza la riqueza y el poder, sufrieron la misma suerte que su Maestro. Perseguidos, nos dice san Pablo, por grupos depravados y perversos, se convierten, con su resistencia en el bien, en lumbreras del universo que proporcionan una razón para vivir. Se unen, en definitiva, a esa gran lumbrera que, desde su opción crucificada por las víctimas de la historia, nos ilumina a todos, Cristo el Señor. Unidos a Cristo y cercanos a nosotros en una historia inmediata a la nuestra, los mánires brindan una luz especial a nuestro caminar. Hoy en El Salvador, en medio de esperanzas frustradas tras el fin del conflicto, sufriendo el fuerte azote de la corrupción y de la violencia común, con problemas de pobreza, de injusticia, de enfermedad y desempleo, cuya solución no aparece clara en el futuro próximo, los mártires nos siguen hablando desde su muerte.
Revista Atenea, 2008
Vivimos socialmente orientados a una ética de mínimos a la que repugna la idea de lo heroico. “No queremos héroes” es la consigna que de fondo determina este hacer y el héroe, que es la afirmación del contenido ético por excelencia, no sólo es no-querido, sino que resulta terriblemente inapropiado.
El Héroe y el Umbral. Breve poética del héroe en el western moderno Miguel Ángel Vidaurre. RESEÑAS Santiago: Facultad de Artes, Universidad de Chile, 2002, 92 páginas.
Segundo Premio Nacional de Ensayo Sociológico, Secretaría Nacional de Cultura, Argentina, 2019
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Presentación al Capítulo 1 : Narrativas centroamericanas. De la disputa por la verdad al siglo XXI, 2022
Herencia Estudios Literarios Linguisticos Y Creaciones Artisticas, 2009
Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, 2009