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1997, Cuadernos De La Catedra Miguel De Unamuno
RESUMEN Búsqueda de criterios para una ordenación sistemática de los textos de Unamuno. Fundamentalmente trató de cuatro temas: Esparia, la inmortalidad personal, la constitución de nuestro yo y la escritura. Cada uno de estos temas premina respectivamente en una época de su evolución, excepto la escritura sobre la cual hizo reflexiones durante toda su vida. Por eso no puede servir de criterio para serialar una época determinada. A base del respectivo tema predominante, propongo una clasificación de la obra de Unamuno en tres períodos: de 1884 a 1897 (Esparia). Desde 1897 a 1913 (inmortalidad personal), 1913-1930 (el yo). Desde su vuelta del exilio en 1930 hasta su muerte en 1936, aparece distanciado de su circunstancia. Por eso este estadio no se define por un tema, sino por una actitud. Utilizando el método semiótico, he caracterizado cada período por el que considero su respectivo signo fundamental: fondo, abismo, agonía, memoria.
El ensayo En torno al casticismo comenzó a publicarse en la revista de Lázaro Galdiano La España Moderna entre los meses de febrero y junio de 1895. Unamuno sabe que su obra entronca con la de ese grupo de regeneracionistas que medita sobre los males de la patria, aunque deja muy clara la primacía de su obra con respecto a otras posteriores como El problema nacional de Picavea, La moral de la derrota de Morote, El alma castellana de Azorín o La psicología del pueblo español de Altamira.
Cuadernos De La Catedra Miguel De Unamuno, 2013
Si bien el tema, que sepamos, ha sido de los menos abordados en la ya nutrida bibliografía despertada p'Or don Miguel, no nos cabe duda, a la luz de sus textos, de ser uno de los más capaces de desenvolvimientos fecundos y desde luego de los más significativos, después del religioso, para •la comprensión integral de su legado. Desde su más temprana juventud venía llamado Unamuno a una preocupación particular por el problema de la historia. Los comien~s socialistas de su obra: 1 hubieron de ponerle a la fuerza en íntimo contacto con el materialismo dialéctico, el cual no dejaría nunca de gravitar en su tomo, incluso después de ser expresa y reiteradamente repudiado en una evolución ulterior de su mentalidad. Por otra parte, la: inquietud religiosa q:ue. acabaría monopolizáp,dole y. sería de. por sí 1;>astante para explicar la entraña de su personalidad' humana y creadora, aparte de haber podido determinar, acaso decisivamente, su alejamiento de la interpretación dicha materialista de nuestro devenir, hubo de dejar otras huellas profundas !positivas en su cOlllcepción de la misma z.
Diseño de Portada: Adriana Agrifoglio Ilustraciones: Yanela Battaglini Todos los derechos reservados. Bajo las condiciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informativo.
La necesidad de reconocer lo propio El sistema inmunitario humano (conjunto de mecanismos defensivos que identifican y neutralizan estas amenazas) es capaz de distinguir los organismos y moléculas "extraños" frente a los "propios". Las amenazas pueden entrar al organismo desde el exterior (organismos infecciosos) o generarse dentro del cuerpo (una célula cancerígena). El sistema inmunitario consiste en tres líneas de defensa, la primera consiste en una serie de barreras mecánicas, químicas y biológicas que protegen el organismo, si estas barreras sufren una ruptura, se activan la 2da y 3a líneas de sistemas protectores. (Primero el sistema inmunitario innato, y después el adaptativo). Los sistemas inmunitarios innatos y adaptativo utilizan receptores tanto solubles como anclados en la superficie de las células. Algunos sistemas reconocen y se unen a moléculas propias, mientras que otros reconocen y se unen a moléculas extrañas. Receptores de reconocimiento de patrones (RRP) se conocen aproximadamente un centenar y forman parte del sistema inmunitario innato, la segunda línea de defensa. Las células y las moléculas del sistema inmunitario innato responden a una invasión microbiana con rapidez y, a menudo, son suficientes para una defensa eficaz. Después de las barreras y del sistema inmunitario innato, el sistema inmunitario adaptativo, representa el tercer nivel de defensa. Durante su desarrollo, los linfocitos derivados de la médula ósea y del timo (linfocitos B, y T respectivamente) generan distintos receptores. Cada linfocito genera de forma aleatoria un receptor único. Estos receptores, denominados receptores de origen somático, se generan al azar antes de cualquier contacto con lo propio o lo extraño. Durante encuentros posteriores contra la misma amenaza, hay respuestas aumentadas o reprimidas. Esta habilidad para modular la respuesta inmunitaria frente a sustancias encontradas en múltiples ocasiones, es la base de la memoria inmunológica. Las células del sistema innato puede actuar por sí mismas para resistir la invasión de organismos infecciosos, sin embargo, algunas de ellas también desempeñan un papel fundamental en la activación de las células del sistema adaptativo. El sistema inmunitario emplea diversos mecanismos de defensa contra los agentes extraños: muerte, consumición o aislamiento. Con el tiempo, los hospedadores y microbios han cambiado sus técnicas varias veces, algunos microbios desarrollan maneras de evadir algunas respuestas inmunitarias, los hospedadores en consecuencia desarrollan estrategias defensivas adicionales. El reconocimiento de lo propio Las células del cuerpo utilizan el reconocimiento de lo propio para determinar si una molécula o célula que acaba de detectar tiene las estructuras adecuadas que demuestran que es una parte del propio cuerpo. Reconocer lo propio permite que las células de los organismos multicelulares sepan si otras células, con las cuales han entrado en contacto, pertenecen al mismo organismo y si es seguro interactuar con ellas. Estas estructuras propias, normalmente están ausentes en las células microbianas invasoras y también pueden estarlo en células del cuerpo anómalas como células
2008
Don Miguel de Unamuno, en el primer capitulo de Del sentimiento tragico de la vida, nos habla del "hombre de carne y hueso": el hombre que nace, sufre y muere; cualquiera de nosotros que, entre otras cosas, sienten "dolor de muelas". Se trata de un hombre real no ideal, un hombre que puede ser visto, tocado, con el cual podemos hablar. Es real, existe, esta aqui. Tomamos del escritor chileno Jorge Edwards su idea de "Fantasmas de carne y hueso". Pues, considera ciertos fantasmas tan reales como los hombres que sufren con la presencia de estos; son fantasmas que vienen del pasado, que nos asustan, que son reales, pues reales son nuestros temores; de ellos podemos hablar, los podemos sentir, nos hacen llorar. Verificamos que Unamuno esta atormentado, sufre pues para el la vida es tragica, ya que no puede encontrar la armonia entre los contrarios. Lo tragico en su vida no serian la razon y la fe y si sus "fantasmas de carne y hueso". Lo que le at...
En los mamíferos el sistema inmune está constituido por una serie de células, tejidos y órganos, distribuidos ampliamente por todo el cuerpo. Participa en la defensa del organismo contra agentes infecciosos y también en la respuesta frente a partículas extrañas.
El sistema inmunitario, que está formado por células, proteínas, tejidos y órganos, defiende a la gente contra gérmenes y microorganismos día tras día. La mayoría de las veces el sistema inmunitario hace un gran trabajo, manteniéndonos sanos y previniendo posibles infecciones. Pero a veces los problemas en el sistema inmunitario pueden conllevar enfermedades e infecciones. Sobre el sistema inmunitario El sistema inmunitario es el sistema de defensa del cuerpo contra organismos infecciosos y otros agentes invasores. A través de una serie de pasos denominados "respuesta inmunitaria", el sistema inmunitario ataca a los organismos y sustancias que invaden el cuerpo y que le podrían provocar enfermedades. El sistema inmunitario está compuesto por una red de células, tejidos y órganos que colaboran entre sí para proteger al cuerpo. Unas de las células importantes implicadas en la respuesta inmunitaria son los glóbulos blancos, también conocidos como "leucocitos". Los hay de dos tipos básicos, que se combinan entre sí para localizar y destruir a los organismos o sustancias que provocan enfermedades. Los leucocitos se fabrican o almacenan en muchas partes diferentes del cuerpo, incluyendo el timo, el bazo y la médula ósea. Por este motivo, estos órganos se llaman "órganos linfoides". También hay masas de tejido linfoide distribuidas por todo el cuerpo, principalmente en forma de ganglios linfáticos, que albergan leucocitos en su interior. Los leucocitos circulan por todo el cuerpo entre órganos y ganglios a través de los vasos linfáticos y de los vasos sanguíneos. De este modo, el sistema inmunitario funciona de forma coordinada para controlar la presencia de gérmenes o sustancias que podrían provocar problemas en el organismo. Los dos tipos básicos de leucocitos son: 1. los fagocitos, células que devoran a los organismos invasores 2. los linfocitos, células que permiten que el cuerpo recuerde y reconozca a invasores previos y que ayudan al cuerpo a destruirlos Hay distintos tipos de células que se consideran fagocitos. El tipo que más abunda son los neutrófilos, que luchan principalmente contra las bacterias. Si a un médico le preocupa que un paciente suyo pueda tener una infección bacteriana, lo más probable es que solicite un análisis de sangre para saber si tiene un aumento en la cantidad de neutrófilos a raíz de la infección. Otros tipos de fagocitos desempeñan sus propias funciones para asegurarse de que el cuerpo responde adecuadamente a tipos específicos de invasores. Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se fabrican en la médula ósea y, después, permanecen allí y maduran a linfocitos B, o bien se desplazan hasta la glándula del timo, donde maduran a linfocitos T. Los linfocitos B y los linfocitos T desempeñan funciones diferentes: Los linfocitos B vienen a ser el sistema de inteligencia militar del cuerpo, encargado de buscar a los invasores y de enviarles las defensas para que los inmovilicen. Los linfocitos T son los soldados, encargados de destruir a los invasores que ha identificado el sistema de inteligencia. CLASES DE inmunoglobulina La inmunoglobulina M. Es la primera inmunoglobulina en producirse tras una respuesta inmune y el isotipo predominante en la respuesta primaria. La IgM es la segunda inmunoglobulina en concentración en suero, después de la IgG, representando entre un 10 y un 12%. Del total de inmunoglobulinas porcinas. Su concentración en suero es entre 1 y 5 mg/mL, en leche materna entre 0,3 y 0,9 y en calostro entre 2,5 y 3,2 mg/mL. No se han descrito diferentes subclases de IgM en el cerdo, aunque sí se ha podido observar una variante alotípica en algunos animales. Como todas las inmunoglobulinas, se puede presentar formando parte del BcR de los linfocitos B; en este
1999
Unamuno religioso es la faceta central de todo su ser y toda su actividad. Sin embargo, aún el alma religiosa del filósofo vasco presenta múltiples facetas: asumir la religión como agonía, comprensión peculiar del cristianismo, rechazo de las pruebas racionales de Dios, su anhelo de eternidad, su voluntad de creer a pesar de la eterna duda, la lucha entre razón y fe, para al final llegar al momento místico de la plenitud de plenitudes. El artículo presenta esas facetas de este gran pensador español
Este artículo es una lectura de Unamuno desde una perspectiva postestructuralista. Para ello pretendo emplear las herramientas teóricas y discursivas que estas corrientes nos brindan para argumentar que Unamuno es un autor cuyo estudio y análisis se puede plantear desde una óptica contemporánea. El carácter del artículo es por lo tanto sobre todo metodológico; no es mi intención presentar ningún tema en concreto, sino mostrar, con algunos ejemplos y citas de varios autores, su cercanía con ciertos discursos de la filosofía contemporánea.
Estudio del funcionamiento de las instituciones de ciencia y tecnología en Argentina, a septiembre de 2009.
Cuaderno gris, 2002
El artículo que vamos a ofrecer a continuación es escrito en español por Miguel de Unamuno, y aparece traducido al alemán en la revista «Der Neue Merkur», de Stuttgart/Berlín, en mayo de 1915, con el título «Das geistige Spanien und Deutschland». De manera que nuestro trabajo no ha sido otro que el de retraducir al español dicho texto en alemán. Sin embargo, antes de entrar en el artículo, debemos brindar al lector algunas reflexiones acerca del interés que tiene en sí mismo, así como respecto al contexto en que es escrito y publicado: de hecho, ambas cuestiones-interés y contexto-están mutuamente imbricadas. Para empezar, indicamos que, por lo que sabemos, el texto no aparece en ninguna de las recopilaciones de artículos de Unamuno. Podemos añadir que se trata de un escrito poco conocido, incluso para alguno de ios traductores de Unamuno al alemán. En cuanto a su valor dentro de la obra unamuniana, no es precisamente pequeño, puesto que en él se abordan cuestiones tan importantes-a la hora de comprender el pensamiento del autor bilbaíno-como su decidida actitud aliadófila y mucho menos galófoba de lo que se ha señalado, o, por contraposición, su talante profundamente contrario al militarismo prusiano. Además, también queda patente la posición-no siempre bien entendida-que ocupa Unamuno en la polémica entre los «europeizadores» y los «casticistas» a propósito del llamado «problema de España»: un «problema» que más bien habría que convertir en plural, «problemas», si es que se quiere calibrar adecuadamente la magnitud de la cuestión, así como «desontologizarla». Sea como fuere, Unamuno se plantea en el artículo el asunto del «ser de España», aunque no lo llame explícitamente así; y lo hace de una forma muy interesante para entender cómo lo abordan los autores del «98», o, más correctamente, de la «crisis de fin de siglo» en España. En lo que se refiere al contexto, debemos aclarar primero que se enmarca en la recepción de Unamuno y su obra en Alemania: una recepción que no conforma un todo homogéneo, sino que atraviesa cuatro fases temporales principales,
Conferencia en el monasterio de San Martín de Castañeda. 25 de agosto de 2018
Inmunología, 2013
Pensamiento Revista De Investigacion E Informacion Filosofica, 2013
RESUMEN: En este artículo se expone y analiza la crítica de Unamuno al cientificismo, al que consideró una especie de idolatría. En primer lugar, se presenta la evolución intelectual y vital de Unamuno, que en su juventud fue positivista y defendió la necesidad de aplicar métodos científicos rigurosos para avanzar en el saber. Después de su crisis de 1897, Don Miguel se fue distanciando de todos aquellos que estimaban que los únicos conocimientos válidos son los que aportan la ciencia y negaban un espacio para la reflexión sobre las cuestiones últimas. En una segunda parte, se presentan las distintas críticas de Unamuno a los cientificistas, analizando diversos escritos de la época 1902 a 1911. En este periodo, Don Miguel distingue la verdadera ciencia, a la que admira, de la «semiciencia» de los cientificistas que no toleran que se quiera acceder al templo de la sabiduría por otras puertas. Unamuno diferencia la intelectualidad de la espiritualidad y cuestiona el reduccionismo del hombre de ciencia que califica de ilusiones a las esperanzas trascendentes.
2014 Unamuno: Filósofo a la contra Fco. Javier Benítez Rubio 2 Filosofía Española del siglo XX MASTER UNIVERSITARIO EN FILOSOFÍA TEÓRICA Y PRÁCTICA UNED "Ser o no ser, he aquí la cuestión. ¿Qué es más digno para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra océanos de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? Morir..., dormir; no más ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y al los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir... dormir, tal vez soñar! ¡Si, ahí está el obstáculo! Pues es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevivir en ese sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida. ¡Esta es la reflexión que da tan larga vida al infortunio! Pues ¿Quién soportaría: los ultrajes y desdenes del mundo, los agravios del opresor, las afrentas del soberbio, los tormentos del amor desairado, la tardanza de la ley, las insolencias del poder y los desdenes que el paciente mérito recibe del hombre indigno, Cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tales cargas, Gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, Sino fuera por: Temor a algo tras la muerte, la ignorada región de cuyos confines ningún viajero retorna, Temor que desconcierta nuestra voluntad y nos hace soportar los males que nos afligen antes de lanzarnos a otros que desconocemos? Así la conciencia nos vuelve cobardes a todos y así los primitivos matices de la resolución desmayan en el pálido tinte del pensamiento, y así empresas de gran importancia, por estas consideraciones, tuercen su curso y pierden el nombre de acción".
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