La tomatera (Lycopersicum sculemtum) es una planta de origen americano, de Perú y Ecuador concret... more La tomatera (Lycopersicum sculemtum) es una planta de origen americano, de Perú y Ecuador concretamente, perteneciente a la familia de las Solanáceas, que se introdujo en Europa en el siglo XVI como planta ornamental. Fueron necesarios casi 200 años para que su cultivo se extendiese con fines alimenticios, comenzando su desarrollo industrial en Italia. Es llamativo el auge alcanzado en el mundo entero por el cultivo del tomate, porque antiguamente se le supuso, en muchos lugares, una planta venenosa, por su parentesco con otras que contienen alcaloides tóxicos. Además, entre los antecedentes hay juicios que contribuyeron a hacer aun más difícil el desarrollo de esta hortaliza, entre ellos figuran los del herborista Mathias de L'Obel, que en 1581 se expresaba de la siguiente forma: "Algunos italianos se comían estas manzanas como si fueran melones, pero el fuerte hedor que desprendían da suficiente información de lo insalubres y perniciosas que resultan en la alimentación". En la actualidad representa uno de los componentes más frecuentes de la dieta alimenticia. Basta revisar los anuarios estadísticos o más simplemente pasearse por los mercados para darse cuenta que es mundialmente consumido y apreciado, estando su empleo generalizado en el arte culinario por su aporte de color, aroma y sabor. No se puede dejar de mencionar que su contenido en vitaminas y minerales está por debajo de muchas hortalizas (brócolis, espinacas, alcachofas, zanahorias…), pero su apetencia es tal que su consumo es insustituible. Los profundos estudios realizados, las nuevas técnicas culturales, los amplios conocimientos adquiridos y la posibilidad de una mecanización integral del cultivo han acrecentado la producción, pues el agricultor puede disponer de información y medios que le permiten realizar un cultivo rentable. 14.2.-Aspectos agronómicos La tomatera es una planta herbácea, de tallo hueco, ramificado, frágil, velloso, con hojas segmentadas, dentadas y con flores amarillas agrupadas en racimos, cuyo ciclo de cultivo es anual, aunque vegetativamente puede durar, si las condiciones son las adecuadas, hasta varios años. Su raíz principal es fuerte y profunda y con grandes ramificaciones secundarias y numerosas raíces adventicias, por lo que es una planta que se fija muy bien al suelo, lo cual, como se verá más adelante, ha influido en el diseño de las máquinas que realizan la recolección. Su tallo, recubierto de pelos, tiene un porte erguido, pero al producirse los frutos se dobla aparentando ser rastrero, pudiendo distinguirse cultivares con tallos con inflorescencia terminal y sin inflorescencia terminal. Las hojas salen sobre los tallos alternadamente, son compuestas, imparipinnadas, están formadas por 7 ó 9 foliolos y están cubiertas de tricomas. Las flores, fundamentalmente autógamas, se presentan como inflorescencias que se disponen escalonadamente a lo largo del tallo, en las que puede haber de 3 a 10 flores. Las temperaturas de más de 30º C y de menos de 10º C influyen negativamente en su desarrollo. El fruto es una baya globosa de superficie en unos casos lisa y en otros con hendiduras, si bien en el ámbito internacional predominan cada vez más las variedades de frutos redondos, lisos, de calibre homogéneo, de color uniforme, resistentes al transporte y de crecimiento precoz. La semilla es muy pequeña, con un tamaño de unas 350 semillas por gramo. De gran interés para la recogida mecanizada del tomate es el hecho de que es posible adelantar y uniformar la fructificación mediante la pulverización de productos químicos, aplicándolos sobre los frutos cuando éstos están aun verdes. Hoy es normal el uso de semillas híbridas, ya que, su elevado precio, se encuentra compensado, porque las plantas tienen más vigor, mejor cuajado de frutos, más producción, más
La tomatera (Lycopersicum sculemtum) es una planta de origen americano, de Perú y Ecuador concret... more La tomatera (Lycopersicum sculemtum) es una planta de origen americano, de Perú y Ecuador concretamente, perteneciente a la familia de las Solanáceas, que se introdujo en Europa en el siglo XVI como planta ornamental. Fueron necesarios casi 200 años para que su cultivo se extendiese con fines alimenticios, comenzando su desarrollo industrial en Italia. Es llamativo el auge alcanzado en el mundo entero por el cultivo del tomate, porque antiguamente se le supuso, en muchos lugares, una planta venenosa, por su parentesco con otras que contienen alcaloides tóxicos. Además, entre los antecedentes hay juicios que contribuyeron a hacer aun más difícil el desarrollo de esta hortaliza, entre ellos figuran los del herborista Mathias de L'Obel, que en 1581 se expresaba de la siguiente forma: "Algunos italianos se comían estas manzanas como si fueran melones, pero el fuerte hedor que desprendían da suficiente información de lo insalubres y perniciosas que resultan en la alimentación". En la actualidad representa uno de los componentes más frecuentes de la dieta alimenticia. Basta revisar los anuarios estadísticos o más simplemente pasearse por los mercados para darse cuenta que es mundialmente consumido y apreciado, estando su empleo generalizado en el arte culinario por su aporte de color, aroma y sabor. No se puede dejar de mencionar que su contenido en vitaminas y minerales está por debajo de muchas hortalizas (brócolis, espinacas, alcachofas, zanahorias…), pero su apetencia es tal que su consumo es insustituible. Los profundos estudios realizados, las nuevas técnicas culturales, los amplios conocimientos adquiridos y la posibilidad de una mecanización integral del cultivo han acrecentado la producción, pues el agricultor puede disponer de información y medios que le permiten realizar un cultivo rentable. 14.2.-Aspectos agronómicos La tomatera es una planta herbácea, de tallo hueco, ramificado, frágil, velloso, con hojas segmentadas, dentadas y con flores amarillas agrupadas en racimos, cuyo ciclo de cultivo es anual, aunque vegetativamente puede durar, si las condiciones son las adecuadas, hasta varios años. Su raíz principal es fuerte y profunda y con grandes ramificaciones secundarias y numerosas raíces adventicias, por lo que es una planta que se fija muy bien al suelo, lo cual, como se verá más adelante, ha influido en el diseño de las máquinas que realizan la recolección. Su tallo, recubierto de pelos, tiene un porte erguido, pero al producirse los frutos se dobla aparentando ser rastrero, pudiendo distinguirse cultivares con tallos con inflorescencia terminal y sin inflorescencia terminal. Las hojas salen sobre los tallos alternadamente, son compuestas, imparipinnadas, están formadas por 7 ó 9 foliolos y están cubiertas de tricomas. Las flores, fundamentalmente autógamas, se presentan como inflorescencias que se disponen escalonadamente a lo largo del tallo, en las que puede haber de 3 a 10 flores. Las temperaturas de más de 30º C y de menos de 10º C influyen negativamente en su desarrollo. El fruto es una baya globosa de superficie en unos casos lisa y en otros con hendiduras, si bien en el ámbito internacional predominan cada vez más las variedades de frutos redondos, lisos, de calibre homogéneo, de color uniforme, resistentes al transporte y de crecimiento precoz. La semilla es muy pequeña, con un tamaño de unas 350 semillas por gramo. De gran interés para la recogida mecanizada del tomate es el hecho de que es posible adelantar y uniformar la fructificación mediante la pulverización de productos químicos, aplicándolos sobre los frutos cuando éstos están aun verdes. Hoy es normal el uso de semillas híbridas, ya que, su elevado precio, se encuentra compensado, porque las plantas tienen más vigor, mejor cuajado de frutos, más producción, más
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