
Florencia Amado Silvero
Arquitecta (2016) por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires (FADU-UBA), Especialista (2019) y Magíster (2023) en Historia y Crítica de la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo (FADU-UBA), y becaria UBACyT (2019-2022 y 2022-2024). Doctoranda desde 2021 (UBA).
Jefa de trabajos prácticos de Historia de la Arquitectura I en Cátedra Fernando Martínez Nespral (FADU-UBA) y docente en Historia de la Arquitectura II en Cátedra Alberto Petrina (DADU-UNDAV).
Autora de la tesis “La componente estética de la justicia social integral. Una aproximación a la obra arquitectónica de la Fundación de ayuda social María Eva Duarte de Perón (1948-1952)”; y múltiples trabajos de investigación sobre arquitectura durante el período peronista, en especial aquella producida por la Fundación Eva Perón y la tipología de chalet californiano y su componente intercultural.
Actualmente se encuentra desarrollando su trabajo “Arquitectura californiana y transformaciones socioeconómicas y estéticas en Argentina a través de publicaciones periódicas (1933-1955)”.
Investigadora principal del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”. Directora del programa de investigación permanente “Diseños de Estado”.
Ha participado en diversos proyectos UBACyT; dirigido y codirigido Proyectos de Investigación Avanzada siempre referidos a las representaciones, estilos y roles de los profesionales en el devenir de la arquitectura estatal y el hábitat popular en Argentina.
Subsecretaria de Investigación de la FADU-UBA, desde mediados de 2024.
Jefa de trabajos prácticos de Historia de la Arquitectura I en Cátedra Fernando Martínez Nespral (FADU-UBA) y docente en Historia de la Arquitectura II en Cátedra Alberto Petrina (DADU-UNDAV).
Autora de la tesis “La componente estética de la justicia social integral. Una aproximación a la obra arquitectónica de la Fundación de ayuda social María Eva Duarte de Perón (1948-1952)”; y múltiples trabajos de investigación sobre arquitectura durante el período peronista, en especial aquella producida por la Fundación Eva Perón y la tipología de chalet californiano y su componente intercultural.
Actualmente se encuentra desarrollando su trabajo “Arquitectura californiana y transformaciones socioeconómicas y estéticas en Argentina a través de publicaciones periódicas (1933-1955)”.
Investigadora principal del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”. Directora del programa de investigación permanente “Diseños de Estado”.
Ha participado en diversos proyectos UBACyT; dirigido y codirigido Proyectos de Investigación Avanzada siempre referidos a las representaciones, estilos y roles de los profesionales en el devenir de la arquitectura estatal y el hábitat popular en Argentina.
Subsecretaria de Investigación de la FADU-UBA, desde mediados de 2024.
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Es en ese sentido que, una de las formas más eficaces de corroborar este interés por parte de la sociedad, es a partir de la observación de los casos a través de las publicaciones periódicas de comunicación masiva.
Entendiendo que este tipo de documentos siempre resultan una fuente legítima para el análisis de los procesos sociales y culturales, nos proponemos con este texto visibilizar los trabajos de relevamiento e investigación que nos encontramos llevando a cabo a partir de las editoriales Contémpora y Construcciones Sudamericanas, a fin de poder caracterizar e ilustrar la visión de la arquitectura doméstica de raíces hispanas que se difundió entre los sectores populares en Argentina y las estrategias de comunicación y acciones pedagógicas que se articularon en torno a ello.
Esta producción arquitectónica, asimismo, ha estado acompañada a lo largo de todos esos años por estrategias de difusión y acciones pedagógicas que potenciaron y condicionaron su divulgación en todos los ámbitos posibles (académicos, profesionales y masivos) consolidando al chalet “californiano” como un tipo favorito de domesticidad. Parajódico resultará entonces, que su difusión se diluyera luego del 1955 quedando invisibilizada y poco revisada desde ese entonces en la historiografía especialista.
Este artículo tendrá como objetivo caracterizar brevemente este tipo particular de habitar, favorito de las clases altas, medias y populares argentinas, dado su valor simbólico, lo que evocaba con sus formas, su alta capacidad de adaptación y asimilación, que en definitiva no hablan de otra cosa que de su génesis intercultural y heterogénea, y del éxito de las estrategias de difusión en él aplicadas.
Esta arquitectura tiene un fuerte componente intercultural desde sus inicios, que, por una parte, da cuenta del carácter versátil del estilo, y por otra, probablemente, causa complicaciones en su interpretación, denominación y categorización. Esta producción arquitectónica local posee una tendencia hispanizante, con una fuerte conexión norteamericana, menos ornamentada respecto al neocolonial neobarroco, cada vez más distante de un academicismo o pintoresquismo profuso en decoraciones, coincidente con la modernización de la arquitectura argentina y con la democratización estilística consecuencia de las transformaciones políticas que dejaban atrás las administraciones conservadoras y liberales, para dar paso a los gobiernos democráticos, intervencionistas y populares. En ese sentido, la arquitectura “californiana” está presente a lo largo y ancho de la estratificación social argentina, siendo fomentada por los más disímiles comitentes y divulgadores, pero condicionando así, su categorización y definición a causa de los fuertes sesgos ideológicos que suscita esta producción arquitectónica.
La gira europea de Duarte tuvo tantos nombres como interpretaciones posibles: “la gira arcoiris”, “la embajadora de la paz”, “la lección europea”, “la invitada ilustre”, “la mensajera”, “el viaje iniciático”, entre otros.
¿Es posible que estos eventos estén conectados más allá de la obvia relación temporal? Duarte fue la primera esposa de mandatario en viajar en representación de su país y en ser recibida con los mismos honores que un jefe de estado. También, la primera en articular una fundación de ayuda social que llevó a cabo más de doscientos edificios.
A partir de 2018, comenzamos nuestra investigación de Maestría sobre la componente estética de la justicia social en la obra arquitectónica de la Fundación Eva Perón (FEP). En ese trabajo, además de caracterizar y repensar las definiciones que se utilizaban recurrentemente para referirse a la “estética de la justicia social” en el período peronista, procuramos vincular la arquitectura con las intenciones políticas y sociales planteadas por Duarte a través, fundamentalmente, de sus discursos. Asimismo, nos propusimos tener como foco la obra arquitectónica de la FEP, corriéndola del lugar subsidiario o anexo que suele brindarle la historiografía peronista y no peronista. En ese sentido, nos interesó particularmente
reconocer la utilización de los edificios (su estética y su emplazamiento, fundamentalmente) como mecanismos de provocación. De alguna forma Duarte estaba haciendo arquitectura sin ser arquitecta, así
como también haría política sin tener un cargo público.
En nuestro trabajo de Maestría pretendimos brindar una nueva lectura sobre la obra arquitectónica llevada a cabo por la Fundación Eva Perón y su directora, en el primer gobierno peronista. Si bien, la
misma había sido estudiada por diversos autores de las más variadas disciplinas, en la mayor parte de los casos, ésta estaba analizada como complemento, agregado o integrante, en el mejor de los casos, de
la obra llevada a cabo por el gobierno de Perón. Similitudes con las lecturas que se han realizado sobre al viaje.
Diversos autores y biógrafos están de acuerdo que este viaje es un punto de inflexión en la construcción del pensamiento político, y fundamentalmente social, de Duarte y es a partir de su vuelta que organiza la creación de la Fundación Eva Perón (FEP). Si la mayor parte de los autores que han escrito
sobre Duarte están de acuerdo sobre el impacto de éste en su vida, ¿por qué esos relatos se encuentran incompletos, inconclusos o hasta equivocados? ¿Si este viaje no fue uno más en la vida de Duarte, ¿cuál
es el impacto de éste en la obra llevada a cabo por ella años después?, ¿es posible medir ese aporte? Será objetivo de esta presentación entonces, procurar cuantificar el impacto de este viaje iniciático
en la carrera de Duarte en la obra arquitectónica de la Fundación Eva Perón, a partir de, por una parte, la recopilación de documentación histórica y arquitectónica sobre el viaje llevado a cabo por Duarte
a España, el cual hemos elaborado a partir de una breve estadía en ese país a través del relevamiento, fundamentalmente, de seis publicaciones periódicas de la época (La Vanguardia Española de Barcelona,
ABC edición Andalucía, ABC edición Madrid, YA de Madrid, Arriba España de Madrid, y Arriba de Olot) y de diversas fotografías obtenidas de archivos españoles; y por otra parte, a través del relevamiento y posterior catalogación y caracterización de la obra arquitectónica de la FEP realizado para nuestra tesis de Maestría a través de publicaciones profesionales de la arquitectura argentina, diversos folletos de difusión y propaganda de la época, historizaciones que se han hecho sobre la FEP, así como también diversos catálogos fotográficos.
Diversos autores y biógrafos están de acuerdo que este viaje fue un punto de inflexión en la construcción del pensamiento político, y fundamentalmente social, de Duarte y fue a partir de su vuelta que organizó la creación de la Fundación Eva Perón (FEP), en la cual creemos es posible observar su impacto en la obra arquitectónica que luego llevó a cabo.
En ese sentido, España fue el país de más larga estadía en donde permaneció más de dos semanas en sus diversas regiones. Duarte aprovechó cada oportunidad para visitar cuanta obra social le fuese posible y también “escapar” del protocolo y realizar recorridos extraoficiales. Asimismo, este viaje, le posibilitó conocer los edificios más emblemáticos y canónicos españoles.
¿Qué impacto tuvo este viaje en la obra arquitectónica de la FEP? ¿Hay similitudes tipológicas? ¿Estéticas? ¿Prima la referencia o la diferencia con la arquitectura social española? ¿Cómo se cuantifica este aporte?
Duarte creó su Fundación el 19 de junio de 1948 y el mayor período de actividad estuvo atado a su dirigencia. La FEP estuvo destinada a asistir a aquellos sectores de la sociedad que quedaban excluidos de la asistencia estatal y sindical: mujeres, infancias y ancianidades.
Será objetivo de esta presentación entonces, compartir la recopilación de documentación histórica y arquitectónica sobre el viaje llevado a cabo por Duarte a España, el cual hemos elaborado a partir de una breve estadía en ese país a través del relevamiento, fundamentalmente, de seis publicaciones periódicas de la época y de diversas interpretaciones que allí se efectuaron, en comparación con otros trabajos de difusión nacional, para posteriormente evaluar su impacto en la obra arquitectónica de la FEP. A su vez, vincularemos este relevamiento con nuestra investigación de Maestría, en la cual hemos revisado diversas fuentes que han historizado y valorizado este viaje en la vida de Duarte y posterior impacto en su quehacer social.
Este relevamiento tuvo consecuencias específicas en nuestro tema de investigación que llevamos a cabo desde 2018, la Fundación Eva Perón, su obra arquitectónica y la componente estética la justicia social, en donde, sin dudas, los edificios que Duarte visitó moldearon aquellos que luego através de la FEP construiría.
metas redistributivas del gobierno. Eva Duarte, junto a sus instituciones, la Fundación Eva Perón y el Partido Peronista Femenino, entran al escenario a fines de 1948 dejando atrás la beneficencia para darle paso a la justicia social integral, colocando a las mujeres en la primera línea de batalla política, social y cultural.
Con su obra, Eva visibiliza lo invisible, utilizando recursos estéticos, para provocar un diálogo arquitectónico, no exento de roces, con varios frentes. La redistribución también puede dar paso a la provocación. A través de sus dos instituciones, Eva reafirmó el rol protagónico que ocuparon las mujeres en las acciones políticas y sociales. La arquitectura y el urbanismo fueron las herramientas elegidas por la FEP para hacer llegar la justicia social a las mujeres del país. La elección de los emplazamientos, el diagnóstico de las necesidades y urgencias, los estilos preferidos para los edificios e incluso su mobiliario o decoración, fueron algunas de las variables que Eva manejó para llevar a cabo su obra de acción social.
Su trabajo encontró iguales resistencias tanto en propios como ajenos. Desde los vestigios de la Sociedad de Beneficencia, hasta los miembros de su partido, poseedores de una fuerte misoginia, quienes no ven con buenos ojos su vertiginoso ascenso, el cual pondrá en jaque las formas y los tiempos de la vieja política. A través de su Fundación, las mujeres se consolidaron como grupo social predilecto, entendiendo que este beneficio no sólo se manifestó de manera directa, con edificios exclusivos, sino con todos aquellos que beneficiaron a niñxs y ancianxs, comprendiendo que son las mujeres las que mayormente realizan las tareas de cuidado, obteniendo a través de la construcción de estos edificios, una disminución en sus quehaceres cotidianos a través de instituciones que ahora se harían cargo. Es por todo esto que voluntaria o involuntariamente, Eva Duarte, a través de la FEP, nos permite pensar hoy su trabajo dentro de las categorías arquitectura y urbanismo feministas.
La FEP se constituyó como tal el 19 de junio de 1948 y su mayor período de actividad estuvo comprendido entre 1948 y 1952, año de muerte de su directora.
La obra por la Fundación participa en la creación de una simbología y nuevo imaginario popular dentro de la construcción del mensaje estético-político peronista, tomando a la arquitectura y al diseño como instrumentos políticos; sabiendo que la incorporación del goce a la belleza es un elemento fundamental en el desarrollo de la arquitectura social y un valor de suma importancia para la misma. Estas premisas tanto estéticas como políticas serán constantes en todos los edificios de la FEP.
Los policlínicos construidos por la Fundación fueron dieciséis distribuidos por todo el país.
En este artículo analizaremos cuatro de los policlínicos llevados a cabo por la FEP, los cuales presentan grandes similitudes proyectuales: el policlínico de Avellaneda, el policlínico de Lanús, el policlínico de Ezeiza y el policlínico de San Martín. Estos policlínicos conformaron los cuatro centros de salud mejor equipados hasta ese entonces. Los cuatro contaban con equipamiento moderno, revestimientos de mármol, amplias ventanas, cuartos hospitalarios y su atención era absolutamente gratuita (Ferioli, 1990).
Asimismo, es preciso decir que la construcción de policlínicos por la FEP no puede quedar nunca al margen de la creación del Ministerio de Salud Pública de la Nación, efectuada en 1949 por parte del gobierno peronista. Este nuevo Ministerio reemplazará el antiguo Departamento Nacional de Higiene y estará a cargo del Dr. Ramón Carrillo. Ramón Carrillo fue un médico higienista muy comprometido con las teorías eugenésicas de la época y con una fuerte impronta nacionalista (Müller, 2018). Carrillo durante su gestión escribe Teoría del Hospital en donde plasma sus premisas arquitectónicas para proyectar y construir hospitales, con lo cual la obra de la FEP ha debido adecuarse a sus lineamientos, aunque sea parcialmente.
Al asumir el cargo Carrillo elaboró el “Plan Analítico de Salud Pública”, donde establecía los lineamientos fundamentales a seguir desde los tratamientos médicos hasta la arquitectura que realizarían. Trazaremos en este artículo, también, los vínculos y la relación que mantuvieron la FEP y el Ministerio de Salud, los cuales por momentos debieron trabajar en conjunto, no exentos de roces, a fin de solucionar los problemas sanitarios del país:
La Fundación de Ayuda Social, cumpliendo con el lema del General Perón: “Mejor que decir es hacer, y mejor que prometer es realizar”, jamás habló de la política hospitalaria que estaba realizando por sugerencia del General Perón, quien nos encargó que los hospitales humanizados con que soñó para los trabajadores argentinos los realizara la Fundación, por que la Fundación sabía realizar obras con amor y dignidad, porque la Fundación había nacido del pueblo argentino y porque quería entrañablemente a los descamisados de la Patria (Duarte de Perón, 1951).
Estos edificios (Imagen 1 y 2), como otros adquiridos o realizados, dan cuenta de las decisiones estéticas tomadas como una articulación de propuestas político-técnicas, llevadas a cabo por su directora María Eva Duarte de Perón en pos de una “justicia social.
Asimismo, han debido negociar con el plan de reorganización sanitaria llevada a cabo por el Ministro de Salud Púbica de la Nación, Ramón Carillo, que tuvo sus puntos en común como la estética predilecta del neocolonial, en ambos casos.
Las decisiones proyectuales, como la elección de los emplazamientos o los estilos de los edificios, o bien su decoración interior, hacen posible encuadrar la arquitectura de estos policlínicos en una “estética de la justicia social”.
La FEP se constituyó como tal el 19 de junio de 1948 mediante el decreto 220.564, con el cual se le otorga personería jurídica y se aprueba su estatuto. El mayor período de actividad de la misma estuvo comprendido entre 1948 y 1952, año de muerte de su directora.
La obra por la Fundación participa en la creación de una simbología y nuevo imaginario popular dentro de la construcción del mensaje estético-político peronista, tomando a la arquitectura y al diseño como instrumentos políticos; sabiendo que la incorporación del goce a la belleza es un elemento fundamental en el desarrollo de la arquitectura social y un valor de suma importancia para la misma.
Este proyecto de investigación propone indagar sobre la utilización de recursos estéticos en la obra realizada por la FEP tomando como punto de partida la influencia que tuvo la arquitectura social desarrollada inicialmente por la FEP, la cual por fines operativos será dividida en dos grandes grupos. En primer lugar aquella adquirida (y algunas veces modificada) por la misma, entre los que se encuentran el Hogar de Tránsito nº1, localizado en Carlos Calvo 102; el Hogar de Tránsito nº2, localizado en Lafinur 2988; el Hogar de Tránsito nº3, localizado en Austria 2561; el Hogar de la Empleada, y la Escuela de Enfermeras entre otros.
Por otra parte, se encuentran los edificios construidos desde cero por la FEP: la Ciudad Estudiantil, la República de los Niños, diversos policlínicos y edificios de salud, el Hogar de Ancianos Coronel Perón en Burzaco, la Ciudad Infantil, y veinte Hogares-Escuela, colonias de vacaciones y centros turísticos en todo el país, proveedurías, entre otros también.
Estos edificios, como otros adquiridos o realizados, dan cuenta de las decisiones estéticas tomadas como una articulación de propuestas político-técnicas, llevadas a cabo por su directora María Eva Duarte de Perón en pos de una “justicia social integral”. Decisiones reflejadas tanto en la elección de los emplazamientos, como en los estilos de los edificios y decoración o arquitectura interior desarrollada; siendo posible encuadrar todas estas decisiones en una “estética de la justicia social”.
Durante los gobiernos peronistas y en el gobierno de facto anterior, el general Perón y Evita le encargaron a Sabaté un gran número de exposiciones, por lo que, dentro de su trabajo como arquitecto se destaca por su capacidad de construir escenarios para reuniones masivas signadas por la política, con una arquitectura efímera que supo dar respuestas especiales a distintas necesidades de la política del período.
Cuando hablamos de acontecimientos políticos masivos celebrados en la vía pública es necesario analizar el poder que ostentan. Estos rituales y festivales políticos son utilizados como mecanismo para la generación de consenso, no necesariamente de corte autoritario. Están destinados a generar un sentimiento de pertenencia a una comunidad determinada entre los participantes, es decir, que tienen por objeto la recreación simbólica de las fuentes de legitimidad de un régimen político y esto se ve particularmente en los regímenes políticos en los que el poder se legitima a través de un liderazgo de tipo carismático, como era el caso del peronismo. Y tal como plantea Anahí Ballent (2005), autora del libro “Las huellas de la política: vivienda, ciudad, peronismo en Buenos Aires”, estas intervenciones efímeras se localizaban sobre un sector de la ciudad en donde no habían podido transformar materialmente el espacio: su centro. Estas transformaciones del espacio público conllevaron un desarrollo urbano específico, tanto operaciones aisladas como integradas a la trama urbana; pero fundamentalmente la construcción de una simbología, un imaginario, para el cual fue vital el desarrollo gráfico de la doctrina peronista, localizando elementos identificatorios a lo largo de la Ciudad de Buenos Aires y ocupando masivamente las calles.
Entre los trabajos de sus trabajos referidos a la época se destacan: la primera Exposición del Libro Argentino (1943), la Exposición del aniversario de la Revolución (1944), Exposición de la Industria Argentina (1947) y fundamentalmente la Exposición de La Nueva Argentina (1951).
A partir de estos, se plantea brindar una aproximación al análisis historiográfico de las exposiciones temporarias encargadas al arquitecto Jorge Sabaté durante el período 1943-1951, por medio del entendimiento del contexto socio-político de la primera presidencia de Juan Domingo Perón, fundamentalmente, y el gobierno de facto predecesor.
Inicialmente dicho inmueble ofició de residencia de la familia Carabassa, el cual fue intervenido en 1920 por el arquitecto Estanislao Pirovano, el cual reformó completamente su interior y amplió considerablemente la superficie de la vivienda, agregando un nuevo cuerpos sobre la calle Lafinur.
La vivienda fue moldeada de acuerdo a los parámetros arquitectónicos vigentes de la época mostrando con claridad la corriente colonial de la provincia, donde el barroco español se armoniza con elementos decorativos con motivos americanos.
La segunda fase del inmueble comienza con su adquisición en 1948 por parte de un nuevo actor en materia de política social: la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, fundada también en 1948. Éste pasaría a estar destinado a alojar el hogar de tránsito de mujeres Nº”. La FEP contó con tres hogares de tránsito. El hogar Nº1 en Carlos Calvo 102; y el Nº3 en Austria 2561, cercano a la residencia presidencial.
El edificio de Lafinur 2988, como otros adquiridos o realizados, dan cuenta de las decisiones estéticas tomadas como una articulación de propuestas político-técnicas, llevadas a cabo por su directora María Eva Duarte de Perón en pos de una “justicia social integral”. Decisiones reflejadas tanto en la elección de los emplazamientos, como en los estilos de los edificios y decoración o arquitectura interior desarrollada; siendo posible encuadrar todas estas decisiones en una “estética de la justicia social”.
La FEP es intervenida y desarmada luego del golpe militar en 1955, pasando el edificio a formar parte de archivos militares. El mismo se encontró abandonada hasta 1999, año en el cual es declarado lugar histórico nacional, abriendo sus puertas como museo en el 2002.
El problema habitacional en nuestro territorio surge, como en el resto de las grandes ciudades, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX consecuente a la industrialización de la economía y a las migraciones urbanas que dieron lugar a la formación del proletariado.
En 1915, a partir de una corriente de carácter internacional, la Ley Cafferata dio lugar a diversas estrategias para brindar soluciones a la problemática habitacional, coexistiendo con impulsos a la iniciativa privada. Estos debates habitacionales, a su vez, se corresponden con construcciones estilísticas que, además, representan imaginarios y estilos de vida que se convertirán en objetivos y aspiraciones socioculturales.
En concordancia con ello, las políticas peronistas vigentes desde 1946 colocaron el problema del habitar popular en un lugar privilegiado de sus políticas públicas, sin que ello implicase una reducción de las diversas opiniones de actores sociales involucrados con la arquitectura de carácter social y asistencia. A partir de la reforma constitucional de 1949, la “vivienda digna” pasó a formar parte de los derechos sociales argentinos, lo cual tuvo un impacto en las maneras de hacer y pensar la vivienda social, y junto con ello, las formas de representación y lenguajes estéticos acorde a sus ideas.
Es en ese sentido, que nos proponemos con esta ponencia dar cuenta de diversas investigaciones que nos encontramos llevando a cabo sobre el rol que ocuparon los arquitectos y/o ingenieros en la presentación y posterior resolución de los problemas habitacionales en Buenos Aires; las representaciones discursivas de las publicaciones disciplinares y la construcción estilística que, a su vez, corresponde con representaciones arquitectónicas de la sociedad; así como también el recorrido de diversas instituciones, que dejaron su huella en la construcción del hábitat popular argentino.
Estos antecedentes en materia social resultan fundamentales a la hora de comprender y analizar las medidas arquitectónicas, estéticas y económico-sociales llevadas a cabo algunos años después tanto por ministerios del gobierno de J. D. Perón como por diversas instituciones de carácter privado como lo fueron la Sociedad de Beneficencia o la Fundación Eva Perón.
Cómo jóvenes estamos acostumbrados a escuchar relacionar de forma directa las problemáticas habitacionales y urbanas de nuestro país como una herencia relativamente cercana.
Este trabajo propone ir más allá, para poder analizar cómo eran dichas problemáticas en los tiempos considerados como nuestra Belle Époque.
El análisis de las problemáticas habitaciones de una ciudad y un país en construcción, con grandes conflictos sanitarios, sociales y políticos permitirá comprender mejor cómo se fue gestando un modelo imaginario que hoy en día se precisa conocer mejor.
La conformación de la ciudad como un debate transdisciplinar nos permitirá comprender el rol de nuestra disciplina en este periodo marcado por los constantes intercambios internacionales y cómo la conformación ético-estilística puede responder a diversos manifiestos políticos.
Los análisis discursivo, administrativo y espacial de estos tiempos nos permitirán comprender mejor nuestra historia, lo cual no es más que conocernos a nosotros mismos.
En el contexto local, en rigor en 1969, se crea en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FAU) la Cátedra de Semiología (CS), organizada por César Janello y dictada por Mario Gandelsonas junto a Diana Agrest entre otros profesionales de la arquitectura y el pensamiento.
Otro de los hechos importantes en esta época y que marcan las relaciones que existían internacionalmente fue la visita del escritor y filósofo Umberto Eco a la Argentina en 1970 invitado por el Instituto Interuniversitario de Especialización en Historia de la Arquitectura (IIDEHA) por la valoración de sus aportes desde la semiología al campo de la disciplina.
Tanto Gandelsonas y Agrest, como los aportes de Eco, nos acercan a nuevas formas de enseñar y entender la arquitectura como una práctica compleja proponiendo desde el estructuralismo nuevas aproximaciones a los problemas disciplinares de la arquitectura, del arte, y en definitiva a los problemas de la comunicación de los mensajes estéticos.
Es en ese sentido que, una de las formas más eficaces de corroborar este interés por parte de la sociedad, es a partir de la observación de los casos a través de las publicaciones periódicas de comunicación masiva.
Entendiendo que este tipo de documentos siempre resultan una fuente legítima para el análisis de los procesos sociales y culturales, nos proponemos con este texto visibilizar los trabajos de relevamiento e investigación que nos encontramos llevando a cabo a partir de las editoriales Contémpora y Construcciones Sudamericanas, a fin de poder caracterizar e ilustrar la visión de la arquitectura doméstica de raíces hispanas que se difundió entre los sectores populares en Argentina y las estrategias de comunicación y acciones pedagógicas que se articularon en torno a ello.
Esta producción arquitectónica, asimismo, ha estado acompañada a lo largo de todos esos años por estrategias de difusión y acciones pedagógicas que potenciaron y condicionaron su divulgación en todos los ámbitos posibles (académicos, profesionales y masivos) consolidando al chalet “californiano” como un tipo favorito de domesticidad. Parajódico resultará entonces, que su difusión se diluyera luego del 1955 quedando invisibilizada y poco revisada desde ese entonces en la historiografía especialista.
Este artículo tendrá como objetivo caracterizar brevemente este tipo particular de habitar, favorito de las clases altas, medias y populares argentinas, dado su valor simbólico, lo que evocaba con sus formas, su alta capacidad de adaptación y asimilación, que en definitiva no hablan de otra cosa que de su génesis intercultural y heterogénea, y del éxito de las estrategias de difusión en él aplicadas.
Esta arquitectura tiene un fuerte componente intercultural desde sus inicios, que, por una parte, da cuenta del carácter versátil del estilo, y por otra, probablemente, causa complicaciones en su interpretación, denominación y categorización. Esta producción arquitectónica local posee una tendencia hispanizante, con una fuerte conexión norteamericana, menos ornamentada respecto al neocolonial neobarroco, cada vez más distante de un academicismo o pintoresquismo profuso en decoraciones, coincidente con la modernización de la arquitectura argentina y con la democratización estilística consecuencia de las transformaciones políticas que dejaban atrás las administraciones conservadoras y liberales, para dar paso a los gobiernos democráticos, intervencionistas y populares. En ese sentido, la arquitectura “californiana” está presente a lo largo y ancho de la estratificación social argentina, siendo fomentada por los más disímiles comitentes y divulgadores, pero condicionando así, su categorización y definición a causa de los fuertes sesgos ideológicos que suscita esta producción arquitectónica.
La gira europea de Duarte tuvo tantos nombres como interpretaciones posibles: “la gira arcoiris”, “la embajadora de la paz”, “la lección europea”, “la invitada ilustre”, “la mensajera”, “el viaje iniciático”, entre otros.
¿Es posible que estos eventos estén conectados más allá de la obvia relación temporal? Duarte fue la primera esposa de mandatario en viajar en representación de su país y en ser recibida con los mismos honores que un jefe de estado. También, la primera en articular una fundación de ayuda social que llevó a cabo más de doscientos edificios.
A partir de 2018, comenzamos nuestra investigación de Maestría sobre la componente estética de la justicia social en la obra arquitectónica de la Fundación Eva Perón (FEP). En ese trabajo, además de caracterizar y repensar las definiciones que se utilizaban recurrentemente para referirse a la “estética de la justicia social” en el período peronista, procuramos vincular la arquitectura con las intenciones políticas y sociales planteadas por Duarte a través, fundamentalmente, de sus discursos. Asimismo, nos propusimos tener como foco la obra arquitectónica de la FEP, corriéndola del lugar subsidiario o anexo que suele brindarle la historiografía peronista y no peronista. En ese sentido, nos interesó particularmente
reconocer la utilización de los edificios (su estética y su emplazamiento, fundamentalmente) como mecanismos de provocación. De alguna forma Duarte estaba haciendo arquitectura sin ser arquitecta, así
como también haría política sin tener un cargo público.
En nuestro trabajo de Maestría pretendimos brindar una nueva lectura sobre la obra arquitectónica llevada a cabo por la Fundación Eva Perón y su directora, en el primer gobierno peronista. Si bien, la
misma había sido estudiada por diversos autores de las más variadas disciplinas, en la mayor parte de los casos, ésta estaba analizada como complemento, agregado o integrante, en el mejor de los casos, de
la obra llevada a cabo por el gobierno de Perón. Similitudes con las lecturas que se han realizado sobre al viaje.
Diversos autores y biógrafos están de acuerdo que este viaje es un punto de inflexión en la construcción del pensamiento político, y fundamentalmente social, de Duarte y es a partir de su vuelta que organiza la creación de la Fundación Eva Perón (FEP). Si la mayor parte de los autores que han escrito
sobre Duarte están de acuerdo sobre el impacto de éste en su vida, ¿por qué esos relatos se encuentran incompletos, inconclusos o hasta equivocados? ¿Si este viaje no fue uno más en la vida de Duarte, ¿cuál
es el impacto de éste en la obra llevada a cabo por ella años después?, ¿es posible medir ese aporte? Será objetivo de esta presentación entonces, procurar cuantificar el impacto de este viaje iniciático
en la carrera de Duarte en la obra arquitectónica de la Fundación Eva Perón, a partir de, por una parte, la recopilación de documentación histórica y arquitectónica sobre el viaje llevado a cabo por Duarte
a España, el cual hemos elaborado a partir de una breve estadía en ese país a través del relevamiento, fundamentalmente, de seis publicaciones periódicas de la época (La Vanguardia Española de Barcelona,
ABC edición Andalucía, ABC edición Madrid, YA de Madrid, Arriba España de Madrid, y Arriba de Olot) y de diversas fotografías obtenidas de archivos españoles; y por otra parte, a través del relevamiento y posterior catalogación y caracterización de la obra arquitectónica de la FEP realizado para nuestra tesis de Maestría a través de publicaciones profesionales de la arquitectura argentina, diversos folletos de difusión y propaganda de la época, historizaciones que se han hecho sobre la FEP, así como también diversos catálogos fotográficos.
Diversos autores y biógrafos están de acuerdo que este viaje fue un punto de inflexión en la construcción del pensamiento político, y fundamentalmente social, de Duarte y fue a partir de su vuelta que organizó la creación de la Fundación Eva Perón (FEP), en la cual creemos es posible observar su impacto en la obra arquitectónica que luego llevó a cabo.
En ese sentido, España fue el país de más larga estadía en donde permaneció más de dos semanas en sus diversas regiones. Duarte aprovechó cada oportunidad para visitar cuanta obra social le fuese posible y también “escapar” del protocolo y realizar recorridos extraoficiales. Asimismo, este viaje, le posibilitó conocer los edificios más emblemáticos y canónicos españoles.
¿Qué impacto tuvo este viaje en la obra arquitectónica de la FEP? ¿Hay similitudes tipológicas? ¿Estéticas? ¿Prima la referencia o la diferencia con la arquitectura social española? ¿Cómo se cuantifica este aporte?
Duarte creó su Fundación el 19 de junio de 1948 y el mayor período de actividad estuvo atado a su dirigencia. La FEP estuvo destinada a asistir a aquellos sectores de la sociedad que quedaban excluidos de la asistencia estatal y sindical: mujeres, infancias y ancianidades.
Será objetivo de esta presentación entonces, compartir la recopilación de documentación histórica y arquitectónica sobre el viaje llevado a cabo por Duarte a España, el cual hemos elaborado a partir de una breve estadía en ese país a través del relevamiento, fundamentalmente, de seis publicaciones periódicas de la época y de diversas interpretaciones que allí se efectuaron, en comparación con otros trabajos de difusión nacional, para posteriormente evaluar su impacto en la obra arquitectónica de la FEP. A su vez, vincularemos este relevamiento con nuestra investigación de Maestría, en la cual hemos revisado diversas fuentes que han historizado y valorizado este viaje en la vida de Duarte y posterior impacto en su quehacer social.
Este relevamiento tuvo consecuencias específicas en nuestro tema de investigación que llevamos a cabo desde 2018, la Fundación Eva Perón, su obra arquitectónica y la componente estética la justicia social, en donde, sin dudas, los edificios que Duarte visitó moldearon aquellos que luego através de la FEP construiría.
metas redistributivas del gobierno. Eva Duarte, junto a sus instituciones, la Fundación Eva Perón y el Partido Peronista Femenino, entran al escenario a fines de 1948 dejando atrás la beneficencia para darle paso a la justicia social integral, colocando a las mujeres en la primera línea de batalla política, social y cultural.
Con su obra, Eva visibiliza lo invisible, utilizando recursos estéticos, para provocar un diálogo arquitectónico, no exento de roces, con varios frentes. La redistribución también puede dar paso a la provocación. A través de sus dos instituciones, Eva reafirmó el rol protagónico que ocuparon las mujeres en las acciones políticas y sociales. La arquitectura y el urbanismo fueron las herramientas elegidas por la FEP para hacer llegar la justicia social a las mujeres del país. La elección de los emplazamientos, el diagnóstico de las necesidades y urgencias, los estilos preferidos para los edificios e incluso su mobiliario o decoración, fueron algunas de las variables que Eva manejó para llevar a cabo su obra de acción social.
Su trabajo encontró iguales resistencias tanto en propios como ajenos. Desde los vestigios de la Sociedad de Beneficencia, hasta los miembros de su partido, poseedores de una fuerte misoginia, quienes no ven con buenos ojos su vertiginoso ascenso, el cual pondrá en jaque las formas y los tiempos de la vieja política. A través de su Fundación, las mujeres se consolidaron como grupo social predilecto, entendiendo que este beneficio no sólo se manifestó de manera directa, con edificios exclusivos, sino con todos aquellos que beneficiaron a niñxs y ancianxs, comprendiendo que son las mujeres las que mayormente realizan las tareas de cuidado, obteniendo a través de la construcción de estos edificios, una disminución en sus quehaceres cotidianos a través de instituciones que ahora se harían cargo. Es por todo esto que voluntaria o involuntariamente, Eva Duarte, a través de la FEP, nos permite pensar hoy su trabajo dentro de las categorías arquitectura y urbanismo feministas.
La FEP se constituyó como tal el 19 de junio de 1948 y su mayor período de actividad estuvo comprendido entre 1948 y 1952, año de muerte de su directora.
La obra por la Fundación participa en la creación de una simbología y nuevo imaginario popular dentro de la construcción del mensaje estético-político peronista, tomando a la arquitectura y al diseño como instrumentos políticos; sabiendo que la incorporación del goce a la belleza es un elemento fundamental en el desarrollo de la arquitectura social y un valor de suma importancia para la misma. Estas premisas tanto estéticas como políticas serán constantes en todos los edificios de la FEP.
Los policlínicos construidos por la Fundación fueron dieciséis distribuidos por todo el país.
En este artículo analizaremos cuatro de los policlínicos llevados a cabo por la FEP, los cuales presentan grandes similitudes proyectuales: el policlínico de Avellaneda, el policlínico de Lanús, el policlínico de Ezeiza y el policlínico de San Martín. Estos policlínicos conformaron los cuatro centros de salud mejor equipados hasta ese entonces. Los cuatro contaban con equipamiento moderno, revestimientos de mármol, amplias ventanas, cuartos hospitalarios y su atención era absolutamente gratuita (Ferioli, 1990).
Asimismo, es preciso decir que la construcción de policlínicos por la FEP no puede quedar nunca al margen de la creación del Ministerio de Salud Pública de la Nación, efectuada en 1949 por parte del gobierno peronista. Este nuevo Ministerio reemplazará el antiguo Departamento Nacional de Higiene y estará a cargo del Dr. Ramón Carrillo. Ramón Carrillo fue un médico higienista muy comprometido con las teorías eugenésicas de la época y con una fuerte impronta nacionalista (Müller, 2018). Carrillo durante su gestión escribe Teoría del Hospital en donde plasma sus premisas arquitectónicas para proyectar y construir hospitales, con lo cual la obra de la FEP ha debido adecuarse a sus lineamientos, aunque sea parcialmente.
Al asumir el cargo Carrillo elaboró el “Plan Analítico de Salud Pública”, donde establecía los lineamientos fundamentales a seguir desde los tratamientos médicos hasta la arquitectura que realizarían. Trazaremos en este artículo, también, los vínculos y la relación que mantuvieron la FEP y el Ministerio de Salud, los cuales por momentos debieron trabajar en conjunto, no exentos de roces, a fin de solucionar los problemas sanitarios del país:
La Fundación de Ayuda Social, cumpliendo con el lema del General Perón: “Mejor que decir es hacer, y mejor que prometer es realizar”, jamás habló de la política hospitalaria que estaba realizando por sugerencia del General Perón, quien nos encargó que los hospitales humanizados con que soñó para los trabajadores argentinos los realizara la Fundación, por que la Fundación sabía realizar obras con amor y dignidad, porque la Fundación había nacido del pueblo argentino y porque quería entrañablemente a los descamisados de la Patria (Duarte de Perón, 1951).
Estos edificios (Imagen 1 y 2), como otros adquiridos o realizados, dan cuenta de las decisiones estéticas tomadas como una articulación de propuestas político-técnicas, llevadas a cabo por su directora María Eva Duarte de Perón en pos de una “justicia social.
Asimismo, han debido negociar con el plan de reorganización sanitaria llevada a cabo por el Ministro de Salud Púbica de la Nación, Ramón Carillo, que tuvo sus puntos en común como la estética predilecta del neocolonial, en ambos casos.
Las decisiones proyectuales, como la elección de los emplazamientos o los estilos de los edificios, o bien su decoración interior, hacen posible encuadrar la arquitectura de estos policlínicos en una “estética de la justicia social”.
La FEP se constituyó como tal el 19 de junio de 1948 mediante el decreto 220.564, con el cual se le otorga personería jurídica y se aprueba su estatuto. El mayor período de actividad de la misma estuvo comprendido entre 1948 y 1952, año de muerte de su directora.
La obra por la Fundación participa en la creación de una simbología y nuevo imaginario popular dentro de la construcción del mensaje estético-político peronista, tomando a la arquitectura y al diseño como instrumentos políticos; sabiendo que la incorporación del goce a la belleza es un elemento fundamental en el desarrollo de la arquitectura social y un valor de suma importancia para la misma.
Este proyecto de investigación propone indagar sobre la utilización de recursos estéticos en la obra realizada por la FEP tomando como punto de partida la influencia que tuvo la arquitectura social desarrollada inicialmente por la FEP, la cual por fines operativos será dividida en dos grandes grupos. En primer lugar aquella adquirida (y algunas veces modificada) por la misma, entre los que se encuentran el Hogar de Tránsito nº1, localizado en Carlos Calvo 102; el Hogar de Tránsito nº2, localizado en Lafinur 2988; el Hogar de Tránsito nº3, localizado en Austria 2561; el Hogar de la Empleada, y la Escuela de Enfermeras entre otros.
Por otra parte, se encuentran los edificios construidos desde cero por la FEP: la Ciudad Estudiantil, la República de los Niños, diversos policlínicos y edificios de salud, el Hogar de Ancianos Coronel Perón en Burzaco, la Ciudad Infantil, y veinte Hogares-Escuela, colonias de vacaciones y centros turísticos en todo el país, proveedurías, entre otros también.
Estos edificios, como otros adquiridos o realizados, dan cuenta de las decisiones estéticas tomadas como una articulación de propuestas político-técnicas, llevadas a cabo por su directora María Eva Duarte de Perón en pos de una “justicia social integral”. Decisiones reflejadas tanto en la elección de los emplazamientos, como en los estilos de los edificios y decoración o arquitectura interior desarrollada; siendo posible encuadrar todas estas decisiones en una “estética de la justicia social”.
Durante los gobiernos peronistas y en el gobierno de facto anterior, el general Perón y Evita le encargaron a Sabaté un gran número de exposiciones, por lo que, dentro de su trabajo como arquitecto se destaca por su capacidad de construir escenarios para reuniones masivas signadas por la política, con una arquitectura efímera que supo dar respuestas especiales a distintas necesidades de la política del período.
Cuando hablamos de acontecimientos políticos masivos celebrados en la vía pública es necesario analizar el poder que ostentan. Estos rituales y festivales políticos son utilizados como mecanismo para la generación de consenso, no necesariamente de corte autoritario. Están destinados a generar un sentimiento de pertenencia a una comunidad determinada entre los participantes, es decir, que tienen por objeto la recreación simbólica de las fuentes de legitimidad de un régimen político y esto se ve particularmente en los regímenes políticos en los que el poder se legitima a través de un liderazgo de tipo carismático, como era el caso del peronismo. Y tal como plantea Anahí Ballent (2005), autora del libro “Las huellas de la política: vivienda, ciudad, peronismo en Buenos Aires”, estas intervenciones efímeras se localizaban sobre un sector de la ciudad en donde no habían podido transformar materialmente el espacio: su centro. Estas transformaciones del espacio público conllevaron un desarrollo urbano específico, tanto operaciones aisladas como integradas a la trama urbana; pero fundamentalmente la construcción de una simbología, un imaginario, para el cual fue vital el desarrollo gráfico de la doctrina peronista, localizando elementos identificatorios a lo largo de la Ciudad de Buenos Aires y ocupando masivamente las calles.
Entre los trabajos de sus trabajos referidos a la época se destacan: la primera Exposición del Libro Argentino (1943), la Exposición del aniversario de la Revolución (1944), Exposición de la Industria Argentina (1947) y fundamentalmente la Exposición de La Nueva Argentina (1951).
A partir de estos, se plantea brindar una aproximación al análisis historiográfico de las exposiciones temporarias encargadas al arquitecto Jorge Sabaté durante el período 1943-1951, por medio del entendimiento del contexto socio-político de la primera presidencia de Juan Domingo Perón, fundamentalmente, y el gobierno de facto predecesor.
Inicialmente dicho inmueble ofició de residencia de la familia Carabassa, el cual fue intervenido en 1920 por el arquitecto Estanislao Pirovano, el cual reformó completamente su interior y amplió considerablemente la superficie de la vivienda, agregando un nuevo cuerpos sobre la calle Lafinur.
La vivienda fue moldeada de acuerdo a los parámetros arquitectónicos vigentes de la época mostrando con claridad la corriente colonial de la provincia, donde el barroco español se armoniza con elementos decorativos con motivos americanos.
La segunda fase del inmueble comienza con su adquisición en 1948 por parte de un nuevo actor en materia de política social: la Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, fundada también en 1948. Éste pasaría a estar destinado a alojar el hogar de tránsito de mujeres Nº”. La FEP contó con tres hogares de tránsito. El hogar Nº1 en Carlos Calvo 102; y el Nº3 en Austria 2561, cercano a la residencia presidencial.
El edificio de Lafinur 2988, como otros adquiridos o realizados, dan cuenta de las decisiones estéticas tomadas como una articulación de propuestas político-técnicas, llevadas a cabo por su directora María Eva Duarte de Perón en pos de una “justicia social integral”. Decisiones reflejadas tanto en la elección de los emplazamientos, como en los estilos de los edificios y decoración o arquitectura interior desarrollada; siendo posible encuadrar todas estas decisiones en una “estética de la justicia social”.
La FEP es intervenida y desarmada luego del golpe militar en 1955, pasando el edificio a formar parte de archivos militares. El mismo se encontró abandonada hasta 1999, año en el cual es declarado lugar histórico nacional, abriendo sus puertas como museo en el 2002.
El problema habitacional en nuestro territorio surge, como en el resto de las grandes ciudades, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX consecuente a la industrialización de la economía y a las migraciones urbanas que dieron lugar a la formación del proletariado.
En 1915, a partir de una corriente de carácter internacional, la Ley Cafferata dio lugar a diversas estrategias para brindar soluciones a la problemática habitacional, coexistiendo con impulsos a la iniciativa privada. Estos debates habitacionales, a su vez, se corresponden con construcciones estilísticas que, además, representan imaginarios y estilos de vida que se convertirán en objetivos y aspiraciones socioculturales.
En concordancia con ello, las políticas peronistas vigentes desde 1946 colocaron el problema del habitar popular en un lugar privilegiado de sus políticas públicas, sin que ello implicase una reducción de las diversas opiniones de actores sociales involucrados con la arquitectura de carácter social y asistencia. A partir de la reforma constitucional de 1949, la “vivienda digna” pasó a formar parte de los derechos sociales argentinos, lo cual tuvo un impacto en las maneras de hacer y pensar la vivienda social, y junto con ello, las formas de representación y lenguajes estéticos acorde a sus ideas.
Es en ese sentido, que nos proponemos con esta ponencia dar cuenta de diversas investigaciones que nos encontramos llevando a cabo sobre el rol que ocuparon los arquitectos y/o ingenieros en la presentación y posterior resolución de los problemas habitacionales en Buenos Aires; las representaciones discursivas de las publicaciones disciplinares y la construcción estilística que, a su vez, corresponde con representaciones arquitectónicas de la sociedad; así como también el recorrido de diversas instituciones, que dejaron su huella en la construcción del hábitat popular argentino.
Estos antecedentes en materia social resultan fundamentales a la hora de comprender y analizar las medidas arquitectónicas, estéticas y económico-sociales llevadas a cabo algunos años después tanto por ministerios del gobierno de J. D. Perón como por diversas instituciones de carácter privado como lo fueron la Sociedad de Beneficencia o la Fundación Eva Perón.
Cómo jóvenes estamos acostumbrados a escuchar relacionar de forma directa las problemáticas habitacionales y urbanas de nuestro país como una herencia relativamente cercana.
Este trabajo propone ir más allá, para poder analizar cómo eran dichas problemáticas en los tiempos considerados como nuestra Belle Époque.
El análisis de las problemáticas habitaciones de una ciudad y un país en construcción, con grandes conflictos sanitarios, sociales y políticos permitirá comprender mejor cómo se fue gestando un modelo imaginario que hoy en día se precisa conocer mejor.
La conformación de la ciudad como un debate transdisciplinar nos permitirá comprender el rol de nuestra disciplina en este periodo marcado por los constantes intercambios internacionales y cómo la conformación ético-estilística puede responder a diversos manifiestos políticos.
Los análisis discursivo, administrativo y espacial de estos tiempos nos permitirán comprender mejor nuestra historia, lo cual no es más que conocernos a nosotros mismos.
En el contexto local, en rigor en 1969, se crea en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FAU) la Cátedra de Semiología (CS), organizada por César Janello y dictada por Mario Gandelsonas junto a Diana Agrest entre otros profesionales de la arquitectura y el pensamiento.
Otro de los hechos importantes en esta época y que marcan las relaciones que existían internacionalmente fue la visita del escritor y filósofo Umberto Eco a la Argentina en 1970 invitado por el Instituto Interuniversitario de Especialización en Historia de la Arquitectura (IIDEHA) por la valoración de sus aportes desde la semiología al campo de la disciplina.
Tanto Gandelsonas y Agrest, como los aportes de Eco, nos acercan a nuevas formas de enseñar y entender la arquitectura como una práctica compleja proponiendo desde el estructuralismo nuevas aproximaciones a los problemas disciplinares de la arquitectura, del arte, y en definitiva a los problemas de la comunicación de los mensajes estéticos.
¿EL DESTINO DE AMÉRICA ESTABA ESCRITO?
Apuntes sobre decolonización. Arquitectura y ciudad en las Américas
de Lara, F. L. y Loredo Cansino, R. (eds.).
arquitectónico. En este caso en particular, nos ocuparemos de la obra realizada por Eva Duarte a través de la Fundación Eva Perón en Argentina a mediados del siglo XX, la cual, además de caberle las generalidades de la ley, presenta una serie de peculiaridades que vale la pena revisar.
La Fundación Eva Perón (FEP) se creó a mediados de 1948, en el contexto de la primera presidencia de J. D. Perón y estuvo en funcionamiento hasta el golpe de estado de 1955. Durante estos siete años, esta institución fue responsable de más de quinientos edificios (entre aquellos proyectados, adquiridos y construidos).
Una vez interrumpido el gobierno democrático, si bien algunos edificios fueron destruidos, la mayor parte del patrimonio de la FEP pasó a manos del Estado Nacional, el cual luego de realizar una intervención e investigación, les dio “destino definitivo”, es decir, los conservó o, mejor dicho, transformó, cambiando el destino o el responsable.
A partir de los 2000, una serie de declaratorias protegió gran parte de este
patrimonio como Monumentos Nacionales. Nos proponemos como este capítulo analizar el derrotero que sufrió esta arquitectura en los últimos sesenta años, en donde los edificios sobrevivieron a su creadora, primero, y luego a sus detractores, resignificándose y fundamentalmente, resistiendo al conflicto.