
Claudia Flores
Universidad Autónoma de Zacatecas, Maestría en Investigaciones Humanísticas y Educativas, Docente-Investigadora
Tenaz
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Papers by Claudia Flores
gobierno, las fórmulas para la construcción de la imagen pública, las relaciones públicas, el cabildeo, más recientemente el manejo de las redes sociodigitales, entre otras cosas. El desprestigio de la comunicación social radica, como en otras
dimensiones de la administración pública, en el estilo patrimonialista de
los gobernantes mexicanos. Esto quiere decir que se utiliza la estructura
de la comunicación social ejercida con recursos públicos para favorecer
fines privados con el objetivo de acumular capital político. Para ello, se
maquilla la realidad y se exalta la imagen personal del funcionario en
turno por encima de la institucional. En ese sentido, Mario Riorda (2006,
p.27) nos plantea:
Los cargos más serios en contra de las oficinas de comunicación o
prensa de los gobiernos denuncian que ellas manejan, manipulan y
controlan las noticias, mientras que conviene reflexionar si ello es
posible en un ambiente donde no cabe imaginar el juego que existe
entre prensa y gobierno como una relación de uno a uno, y en
donde la primera puede tener el acceso a cualquier fuente para
cada historia que pueda ser sospechada, manipulada, etc.
De esta manera, Riorda sugiere que para modificar ese desbalance
es necesario dotar a la comunicación gubernamental de responsabilidad
para informar adecuadamente a los ciudadanos. Este libro que usted
tiene en sus manos mantiene como fundamento un importante
compromiso con las funciones sociales que le corresponden a la
comunicación de gobierno, y nos presenta una propuesta para avanzar
en la solución a dicha problemática. Es una reivindicación de la tarea de
acompañar a las instituciones en la encomienda que les ha sido asignada:
ser garantes del respeto a los derechos consagrados por las leyes y, así
mismo, ser transparentes en las acciones que de ello se desprenden.
gobierno, las fórmulas para la construcción de la imagen pública, las relaciones públicas, el cabildeo, más recientemente el manejo de las redes sociodigitales, entre otras cosas. El desprestigio de la comunicación social radica, como en otras
dimensiones de la administración pública, en el estilo patrimonialista de
los gobernantes mexicanos. Esto quiere decir que se utiliza la estructura
de la comunicación social ejercida con recursos públicos para favorecer
fines privados con el objetivo de acumular capital político. Para ello, se
maquilla la realidad y se exalta la imagen personal del funcionario en
turno por encima de la institucional. En ese sentido, Mario Riorda (2006,
p.27) nos plantea:
Los cargos más serios en contra de las oficinas de comunicación o
prensa de los gobiernos denuncian que ellas manejan, manipulan y
controlan las noticias, mientras que conviene reflexionar si ello es
posible en un ambiente donde no cabe imaginar el juego que existe
entre prensa y gobierno como una relación de uno a uno, y en
donde la primera puede tener el acceso a cualquier fuente para
cada historia que pueda ser sospechada, manipulada, etc.
De esta manera, Riorda sugiere que para modificar ese desbalance
es necesario dotar a la comunicación gubernamental de responsabilidad
para informar adecuadamente a los ciudadanos. Este libro que usted
tiene en sus manos mantiene como fundamento un importante
compromiso con las funciones sociales que le corresponden a la
comunicación de gobierno, y nos presenta una propuesta para avanzar
en la solución a dicha problemática. Es una reivindicación de la tarea de
acompañar a las instituciones en la encomienda que les ha sido asignada:
ser garantes del respeto a los derechos consagrados por las leyes y, así
mismo, ser transparentes en las acciones que de ello se desprenden.