El RD 783/2001, de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección sanitaria con... more El RD 783/2001, de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes, en su título VII Fuentes naturales de radiación, establece que la autoridad competente con el asesoramiento del Consejo de Seguridad Nuclear requerirá a los titulares de las actividades laborales en las que existan fuentes naturales de radiación, a que realicen los estudios necesarios para determinar si existe un incremento de radiactividad natural en los trabajadores y en los miembros del publico que no sea despreciable desde el punto de vista de protección radiológica. En la NTP 614 (apartado 9) se relacionan las actividades en las que trabajadores y público en general pueden estar expuestos a la inhalación de elementos radiactivos como consecuencia de las fuentes naturales de radiación. En la presente NTP se revisan algunos aspectos concretos de esta exposición laboral. Introducción A diferencia de la radiación ionizante artificial, la natural se consideró durante décadas como un fenómeno normal que existía en la naturaleza, de manera que el hombre estaba condicionado a ignorarla. Aunque en la literatura especializada aparecían ocasionalmente informes en los que se describía la existencia de altas intensidades de radiación en edificios y en ciertas zonas habitadas, eran consideradas como simples curiosidades. A finales de la década de los setenta del siglo pasado, esta forma de pensar cambió, debido a que se tomo conciencia del peligro que la exposición a radiación natural podía representar para la salud, empezándose a realizar y publicar estudios sobre la misma. Aunque todos los seres humanos están expuestos a radiación natural, esta exposición no es uniforme, dependiendo del lugar donde vivan y trabajen (en la costa o en la montaña), de que sean zonas con rocas o suelos particularmente radiactivos, de su forma de vida, de la utilización de determinados materiales de construcción en sus viviendas, de la utilización del gas natural en sus casas, del uso de calefacción con hogares de carbón y del aislamiento térmico de los ambientes. También los viajes en avión aumentan la exposición a la radiación natural. Hay que destacar que las radiaciones ionizantes, independientemente de que sean naturales o artificiales (producidas por la actividad humana), interactúan con el cuerpo humano de la misma forma, por lo que no se puede decir que las naturales sean menos o más "dañinas" que las artificiales. Las fuentes naturales se pueden agrupar en dos importantes categorías: q Fuentes externas, son las provenientes del exterior como la radiación cósmica (del sol y de los espacios interestelares del universo), la radiación terrestre (emitida por las rocas y el suelo), la radiación de algunos edificios (por ejemplo los de granito, que pueden emitir gas radón) y la radiación que contienen algunos alimentos sobretodo aquellos que concentran materia orgánica, como los moluscos.
El RD 783/2001, de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección sanitaria con... more El RD 783/2001, de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes, en su título VII Fuentes naturales de radiación, establece que la autoridad competente con el asesoramiento del Consejo de Seguridad Nuclear requerirá a los titulares de las actividades laborales en las que existan fuentes naturales de radiación, a que realicen los estudios necesarios para determinar si existe un incremento de radiactividad natural en los trabajadores y en los miembros del publico que no sea despreciable desde el punto de vista de protección radiológica. En la NTP 614 (apartado 9) se relacionan las actividades en las que trabajadores y público en general pueden estar expuestos a la inhalación de elementos radiactivos como consecuencia de las fuentes naturales de radiación. En la presente NTP se revisan algunos aspectos concretos de esta exposición laboral. Introducción A diferencia de la radiación ionizante artificial, la natural se consideró durante décadas como un fenómeno normal que existía en la naturaleza, de manera que el hombre estaba condicionado a ignorarla. Aunque en la literatura especializada aparecían ocasionalmente informes en los que se describía la existencia de altas intensidades de radiación en edificios y en ciertas zonas habitadas, eran consideradas como simples curiosidades. A finales de la década de los setenta del siglo pasado, esta forma de pensar cambió, debido a que se tomo conciencia del peligro que la exposición a radiación natural podía representar para la salud, empezándose a realizar y publicar estudios sobre la misma. Aunque todos los seres humanos están expuestos a radiación natural, esta exposición no es uniforme, dependiendo del lugar donde vivan y trabajen (en la costa o en la montaña), de que sean zonas con rocas o suelos particularmente radiactivos, de su forma de vida, de la utilización de determinados materiales de construcción en sus viviendas, de la utilización del gas natural en sus casas, del uso de calefacción con hogares de carbón y del aislamiento térmico de los ambientes. También los viajes en avión aumentan la exposición a la radiación natural. Hay que destacar que las radiaciones ionizantes, independientemente de que sean naturales o artificiales (producidas por la actividad humana), interactúan con el cuerpo humano de la misma forma, por lo que no se puede decir que las naturales sean menos o más "dañinas" que las artificiales. Las fuentes naturales se pueden agrupar en dos importantes categorías: q Fuentes externas, son las provenientes del exterior como la radiación cósmica (del sol y de los espacios interestelares del universo), la radiación terrestre (emitida por las rocas y el suelo), la radiación de algunos edificios (por ejemplo los de granito, que pueden emitir gas radón) y la radiación que contienen algunos alimentos sobretodo aquellos que concentran materia orgánica, como los moluscos.
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