EMERGENCIAS HIPERGLUCÉMICAS: CETOACIDOSIS DIABÉTICA Y ESTADO HIPEROSMOLAR HIPERGLUCÉMICO Introducción Dos son las complicaciones hiperglucémicas agudas más importantes de la diabetes mellitus: la cetoacidosis diabética (CAD) y el estado...
moreEMERGENCIAS HIPERGLUCÉMICAS: CETOACIDOSIS DIABÉTICA Y ESTADO HIPEROSMOLAR HIPERGLUCÉMICO Introducción Dos son las complicaciones hiperglucémicas agudas más importantes de la diabetes mellitus: la cetoacidosis diabética (CAD) y el estado hiperos-molar hiperglucémico (EHH). Dada la gravedad de ambas situaciones su manejo se va a llevar a cabo en las áreas de críticos (en observación de urgencias inicialmente y los casos más graves en la unidad de cuidados intensivos [UCI]). En el origen de estas entidades siempre hay un mal control de la diabetes, con hiperglucemia, y un déficit, absoluto o relati-vo, de insulina. Ambas pueden conllevar un importante deterioro neuro-lógico del paciente, que puede llegar incluso al coma, y también acabar con su vida (mortalidad del 5% en la CAD y de alrededor del 15% en el EHH), por lo que el diagnóstico precoz es determinante en el pronóstico de los individuos que las presentan, siendo los puntos clave de su manejo la reposición agresiva de la volemia, la terapia insulínica para reducir la glucemia de forma lenta, la corrección de las alteraciones electrolíticas que se puedan presentar y el tratamiento de las posibles causas precipi-tantes. Regulación hormonal de la glucemia La homeostasia de la glucemia es regulada principalmente por la insulina, existiendo otras hormonas implicadas, sobre todo el glucagón, aunque también las catecolaminas, el cortisol y la hormona del crecimiento (GH), algunas de cuyas acciones son opuestas a las de ella (de ahí el nombre de hormonas contrarreguladoras). Los principales efectos de la insulina van encaminados a reducir las concentraciones circulantes de glucosa median-te una reducción de su síntesis y un aumento de su empleo. Lo primero lo consigue inhibiendo la glucogenólisis y la neoglucogénesis hepáticas, esta última, al impedir la entrada al hígado de precursores neoglucogénicos como los ácidos grasos, y al bloquear la liberación pancreática de gluca-gón. La insulina también promueve el empleo de la glucosa por el organis-mo aumentando su captación por el músculo esquelético y el tejido adipo-so, estimulando la glucólisis y aumentando la síntesis de glucógeno. Otra importante acción de la insulina es la inhibición de la lipólisis y, por tanto, de la cetogénesis (al reducir la conversión de triglicé ridos en glicerol y ácidos grasos libres desciende la cantidad que llega al hígado y se trans-forman en cuerpos cetónicos, principalmente acetoacetato y b-hidroxibu-tirato, responsables de provocar cetoacidosis). A la acción hipoglucemiante de la insulina se opone, en distintos grados, la acción hiperglucemiante de las hormonas contrarreguladoras. Así, el glucagón, principal hormona contrarreguladora, tiene como mi-sión más importante estimular la glucogenólisis y la neoglucogénesis hepáticas. Las catecolaminas, además de ejercer esta acción, también son capaces de inhibir la liberación de insulina y la captación de glucosa por parte de los tejidos periféricos. Por su parte, el cortisol y la GH limitan el empleo de glucosa y estimulan su síntesis en el hígado. Definiciones y nomenclatura Dentro de las emergencias hiperglucémicas de la diabetes, CAD y EHH son solo los extremos de una misma situación de intenso descontrol me-tabólico que puede desembocar en cetosis, acidosis metabólica, hiperos-molaridad y deshidratación. Así, en puntos diametralmente opuestos de este continuo, y partiendo de la base de que ambas entidades cursan con hiperglucemia, tendríamos, por un lado, la CAD, caracterizada por la pre-sencia de cetosis y acidosis, y, por otro, el EHH, dominado por la hi-perosmolaridad y la deshidratación. En medio de los dos podemos en-contrar toda una gama de posibilidades clínicas en las que se combinan diferentes grados de cetosis, acidosis, hiperosmolaridad y deshidratación. La mayor cercanía a uno u otro extremo vendría dada por el mayor o menor déficit de insulina, ya que su acción impide la lipólisis y, por ende, la cetogénesis. El déficit absoluto de insulina sería, pues, sinónimo de CAD y el relativo lo sería de EHH. En el pasado se empleaban términos como estado hiperglucémico no cetósico o coma hiperglucémico hiperosmolar no cetósico para referirse al actual EHH. El cambio relativamente reciente en la denominación es para dar a entender que, por un lado, la cetoacidosis no es potestativa de la CAD y puede aparecer también en el EHH aunque, eso sí, en grado leve, y, por otro, que aunque suele haber alteraciones neurológicas, estas no siempre se acompañan de coma. Fisiopatología de las emergencias hiperglucémicas Aunque los aspectos fisiopatológicos relacionados con las emergencias hiperglucémicas no están del todo dilucidados, sí están claros los dos hechos que se encuentran en su origen: 1. Déficit absoluto o relativo (por resistencia periférica a la hormona) de insulina. 2. Aumento de las hormonas contrarreguladoras (sobre todo el glucagón). El déficit absoluto de insulina es propio de la CAD, mientras que la resistencia a ella lo es del EHH; el aumento de las hormonas contrarregu-ladoras es común a ambos síndromes y se produce bien por efecto direc-to del déficit de insulina (es el caso del glucagón o de las catecolaminas), bien desencadenado por el estrés que en el organismo produce la propia hiperglucemia, o bien por acción de alguna de las causas precipitantes de tales síndromes (p. ej., infecciones). En la CAD la falta de insulina y la acción de las hormonas contrarregu-ladoras provoca hiperglucemia; además, como no se cuenta con la inhibi-ción que sobre la lipólisis ejerce en condiciones normales la insulina, se produce también un estado cetogénico que conduce a una acidosis meta-bólica (cetoacidosis) con hiato aniónico (el llamado anion gap) aumenta-do. Por su parte, en el EHH el desequilibrio entre insulina y hormonas Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico abril 03, 2017. 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