Papers by Emilio López-Galiacho Carrilero

www.fronterad.com, 2010
En el cine de David Lynch, el espacio doméstico y el uso que de él hacen quienes lo habitan, es e... more En el cine de David Lynch, el espacio doméstico y el uso que de él hacen quienes lo habitan, es esencial para construir la narración y definir una atmósfera donde lo hogareño es utilizado como epidermis de lo inquietante y lo siniestro.
Su aproximación al concepto de la casa como peligro está totalmente alejada de la tradición clásica del cine de terror, donde se nos presenta a la mansiónencantada como “entidad” independiente y hostil que, poseída por espectros malignos del pasado, azota a sus ingenuos y despreocupados inquilinos. El infierno doméstico de Lynch tiene más que ver con el lado oscuro de quien lo habita, con la desolación que se esconde detrás de lo felizmente hogareño, con el extrañamiento en lo cotidiano, con los pasillos que conducen a habitaciones de nuestra mente que no sabíamos que existían.
El hogar lynchiano es metáfora del espacio interior de sus protagonistas, un lugar oscuro y luminoso a la vez, donde ocurren ciertas cosas y por el que transitan ciertas amenazas. Con este trabajo se pretende explorar, a lo largo de una parte de su filmografía, las particularidades de una perturbadora forma de mirar lo doméstico que lo convierte en decorado de lo extraño y lo ominoso.
Revista De Informática Teórica E Aplicada, Nov 1, 2016
textos de investigación | texto 14
Entre lo de dentro y lo de fuera se halla el único lugar que hoy nos queda por explorar. No es um... more Entre lo de dentro y lo de fuera se halla el único lugar que hoy nos queda por explorar. No es umbral ni piel ni membrana, es un pasillo elástico, una vejiga alargada hecha de pliegues y pequeños intersticios. Cada pliegue alberga un espacio inabarcable y oscuro, revestido de imágenes, donde los recuerdos y los deseos habitan en proporción desconocida. No importa porque ambos pesan lo mismo.
Victoria Finlay y el color, 2023
fronterad, May 5, 2023
El origen de toda arquitectura no es la cueva ni la cabaña, sino el cráneo. La bóveda craneal es ... more El origen de toda arquitectura no es la cueva ni la cabaña, sino el cráneo. La bóveda craneal es el grado cero de la arquitectura, el hogar primigenio, la casa de todos los pensamientos posibles, de todas las sensaciones, de todas las experiencias, de todo lo imaginable, de todos los sueños, de todos los laberintos, de lo que todavía no sabemos, de todos los mundos, la casa del ser y de nuestros muertos. El lugar por excelencia al que siempre poder volver. Samuel Beckett lo llamó el "último refugio" en uno de sus poemas.
Universidad Autónoma Metropolitana (México). Unidad Azcapotzalco., 2019
rita_, 2016
textos de investigación | texto 14
Aunque los sabios sitúen el alma de lo arquitectónico en la estancia, no concibo arquitectura más... more Aunque los sabios sitúen el alma de lo arquitectónico en la estancia, no concibo arquitectura más estremecedora que la de los pasillos. Hoy, la escasez de espacio y cierta influencia dañina del Movimiento Moderno los ha hecho casi desaparecer de las viviendas nuevas. Las malas casas de autor, las que convierten al habitante en mero espectador de sí mismo, los evitan. No salen en las revistas. El pasillo es una pieza incómoda y oscura, como todos los lugares intermedios, pero, a la vez, de una intensidad cegadora. En su movimiento implícito contiene la promesa de todos los espacios que a él se asoman, lo que nos atrae hacia ellos y lo que nos impele a abandonarlos. El pasillo inventa la intimidad y a la vez la mirada que la profana. En los pasillos habita la imaginación y sus fantasmas: el deseo, el miedo, la alegría, la frustración, el desconsuelo, la amenaza, la lujuria, la duda.

Lo virtual es el lugar donde todo empieza, el germen de la imaginacion productiva, un ambito de p... more Lo virtual es el lugar donde todo empieza, el germen de la imaginacion productiva, un ambito de pulsiones inaugurales y preexistencias sin forma donde todo convive, a la espera de ser diferenciado. Lo virtual es el sitio donde nacen las primeras exploraciones de cualquier acto de concepcion, incluida la creacion artistica o el proyectar arquitectonico. Sin embargo, en las ultimas tres decadas de revolucion digital, el termino ha sido utilizado de forma abusiva para referirse a todo tipo de entornos simulados informaticamente, es decir, a ficciones cerradas, programadas, controladas por el software y sus rutinas, radicalmente actualizadas, acabadas, completas, formalizadas. Paradojicamente, lo virtual ha servido para nombrar construcciones profundamente anti-virtuales. La telematica esta propiciando el acceso del ser humano a un nuevo tipo de irrealidad cotidiana sustentada en practicas espaciales cada vez menos vinculadas con la fisica y la biologia. Esta condicion fantasmagorica de...

Nacido de la necesidad de poner en comunicación mundos ontológicamente distintos, el interfaz es ... more Nacido de la necesidad de poner en comunicación mundos ontológicamente distintos, el interfaz es a la vez proceso y lugar, mediación y ámbito de mediaciones. Esta cualidad es especialmente relevante en los interfaces digitales, un campo en el que estamos asistiendo a cambios importantes. A las tradicionales superficies de interacción hoy se unen espacios y objetos cotidianos que se vuelven sensibles y agentes gracias a la atmósfera telemática que los recubre. En paralelo a estos cambios, el interfaz digital va perdiendo sus pretendidas neutralidad y transparencia, y es capaz de asumir subjetividades y claroscuros que permiten reencantar nuestra relación con los espacios que habitamos. Born from the need of contacting ontologically different worlds, interface is both process and place, mediation and mediating area. This quality is especially relevant in the field of digital interfaces, where today we are witnessing major changes. In addition to the traditional interaction surfaces, now we can think of everyday spaces and objects that become sentient and agent thanks to the overlying telematic atmosphere. Parallel to these changes, the digital interface loses its alleged neutrality and transparency, and is able to take account of subjectivities and shadows that will allow us to re-enchant the spaces we inhabit.
Anuario de Espacios Urbanos #29, 2019

FronteraD, Jan 17, 2021
Architecture has been one of the armed wings of anthropocentrism and its religion, humanism. This... more Architecture has been one of the armed wings of anthropocentrism and its religion, humanism. This makes it an important part of the global debate that today, from different areas of thought, addresses the lethal consequences of Homo sapiens passage across the planet.
Under the still omnipresent reference to the term Anthropocene, concepts such as post-humanism, post-nature, ecofeminism, xenofeminism, antispeciesism, zoopolitics or tentacular thinking, share the challenge of human exceptionalism and the need to generate new relationships with the different others with whom we share what Donna Haraway has called the “multispecies muddle”.
However, all these ideas also share the ethical lukewarmness of the great systematizing visions, more comfortable on thinking without scales, limits or commitments, than in the short distances of “doing-with”.
There is a recent architectural thought that is abandoning that abstract alibi of complexity to descend into face-to-face activism, but it doesn't seem like it's still paying enough attention to the other others, the nonhumans. This article, humbly, aims to string together some notes in this regard and, incidentally, to dream of an architecture that looks in the eyes, in the eyes of all the sentient beings.

FronteraD.com, 2019
En Manchester, en la plaza Tony Wilson, junto al centro de arte contemporáneo HOME, hay una estat... more En Manchester, en la plaza Tony Wilson, junto al centro de arte contemporáneo HOME, hay una estatua de Friedrich Engels de 3,5 metros de altura. La trajo en 2017 el artista británico Phil Collins (nada que ver con el músico) desde Mala Pereshchepina, un pueblo del este de Ucrania. Allí no sabían muy bien qué hacer con los símbolos de la antigua era comunista, así que Collins aprovechó ese limbo y convirtió la odisea de la localización, traslado y nuevo emplazamiento de la escultura en una pieza artística con la que pretendía que Manchester se acordara un poco más del que fue su huésped ilustre, y poner en valor la influencia que la ciudad ejerció sobre él y su pensamiento. Engels nació en Barmen, en la antigua Prusia, pero su acaudalada familia tenía industrias textiles en Manchester. Allí lo envió su padre en 1842, a los veintidós años, para que se familiarizara con el negocio y, sobre todo, con la esperanza de que el contacto directo con los estímulos y beneficios de la producción industrial calmara el creciente radicalismo de sus opiniones políticas. No fue así, y en Manchester el joven Friedrich desarrolló con creces su fervor revolucionario, ayudado sin duda por Mary Burns, la despierta y luchadora obrera irlandesa de su fábrica con la que se casó y convivió veinte años, hasta su muerte. A través de ella, Engels-empresario y revolucionario a la vez-conoció de primera mano las horribles condiciones de vida de la clase trabajadora en los suburbios de Manchester-en aquél momento la primera metrópolis industrializada del mundo-y las reflejó en su seminal libro de 1845 La condición de la clase obrera en Inglaterra. Engels mantuvo durante toda su vida contacto con la ciudad, en la que vivió bastantes años y a la que volvía con frecuencia. A pesar de esta vinculación, poco hay en Manchester que lo recuerde si exceptuamos la vieja mesa de la Chetham´s Library en la que solía sentarse a trabajar con Karl Marx cada vez que éste venía a verle y que hoy puede ser visitada. Quizás fuera la mala conciencia por el olvido hacia el filósofo alemán lo que hizo que, en 2017, la ciudad decidiera por fin homenajearle y utilizar la pieza de Collins para inaugurar la sexta edición del prestigioso MIF, el Festival Internacional de Manchester, un evento artístico que tiene lugar cada dos años durante dos semanas del mes de julio, y uno de cuyos grandes alicientes es el hecho de que todas las producciones que en él se presentan son estrenos mundiales. Manchester es una ciudad fascinante, que parece ignorar con naturalidad esa trampa llamada urbanismo. En ella conviven con frescura medieval, sin protocolo aparente, pared con pared, hombro con hombro, tocándose y queriéndose, la arquitectura antigua y la nueva, edificios bajos y altos, alojamientos victorianos y rascacielos, engarzados todos ellos en una trama imposible de calles, canales y vías de tranvía. Allí no tiene ningún sentido la dicotomía Manchester. Memorias de la atmósfera

FronteraD.com, 2019
In Manchester, at Tony Wilson Place, next to HOME contemporary art center, there is a statue of F... more In Manchester, at Tony Wilson Place, next to HOME contemporary art center, there is a statue of Friedrich Engels, 3.5 meters high. It was brought here in 2017 by British artist Phil Collins (nothing to do with the musician) from Mala Pereshchepina, a village in eastern Ukraine. There, they did not know very well what to do with the symbols of the old communist era, so Collins took advantage of that limbo and turned the odyssey of finding, transporting and relocating the sculpture into an artistic piece, with which he intended Manchester to remember his illustrious guest, and to value the influence that the city exerted on him and his thought. Engels was born in Barmen, in former Prussia, but his wealthy family had textile industries in Manchester. His father sent him there in 1842, at the age of twenty-two, to familiarize himself with the business and, above all, hoping that direct contact with the stimuli and benefits of industrial production would calm the growing radicalism of his political opinions. It was not so, and in Manchester the young Friedrich developed his revolutionary fervor, aided by Mary Burns, the awake and fighter Irish worker of his factory with whom he married and lived twenty years, until his death. Through it, Engels-entrepreneur and revolutionary at the same time-knew first-hand the terrible living conditions of the working class in the suburbs of Manchester-at that time the world's first industrialized metropolis-and reflected them in his seminal 1845 book The condition of the working class in England. Throughout his life, Engels maintained quite contact with the city, in which he lived many years and to which he returned frequently. Despite this connection, there is little in Manchester to remember him if we except the old table at the Chetham's Library where he used to sit down to work with Karl Marx every time he came to see him and that today he can be visited. Maybe because the remorse of oblivion towards the German philosopher, the city finally decide to honor him and use the Collins piece in 2017 to inaugurate the sixth edition of the prestigious MIF, the Manchester International Festival, an biennial artistic event taking place during two weeks of July, and one of whose great incentives is the fact that all its productions are world premieres. Manchester is a fascinating city, which seems to happily ignore that kind of trick called urbanism. Inside Manchester cohabit-with medieval freshness, without apparent protocol, wall to wall, shoulder to shoulder, touching and loving each other-old and new architecture, low and tall buildings, Victorian accommodations and skyscrapers, embedded all of them in an impossible plot of streets, canals and train tracks. It makes no sense to talk about beautiful city or ugly city, because we can somehow feel that here architecture is not designed and built, but simply happens. And what simply happens cannot be subject to aesthetic judgment.
Hoy el gran reto de la cartografía es mapear internet. ¿Pero es posible trazar el mapa de un espe... more Hoy el gran reto de la cartografía es mapear internet. ¿Pero es posible trazar el mapa de un espejismo? ¿Por dónde empezar?
Adolfo Bioy Casares publicó La invención de Morel en 1940. Más allá del conocido elogio que Borge... more Adolfo Bioy Casares publicó La invención de Morel en 1940. Más allá del conocido elogio que Borges le dedicó -"no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta"-, hoy nadie duda de su consideración de novela visionaria, quizás la obra de ficción que supo intuir antes que ninguna los profundos cambios que las tecnologías digitales iban a provocar en las relaciones del hombre con su entorno, es decir en su forma de habitar. En ella Bioy retomaba de Artaud el tema del doble alquímico como construcción inhumana, y lo vinculaba con la capacidad de la tecnología para convertir al hombre en demiurgo de su propia inmaterialidad. Siete años más tarde el francés le devolverá improbablemente el guiño: ¿qué son las proyecciones hiperrealistas de Faustine y el resto de habitantes de la isla sino eternos cuerpos sin órganos?

The electromagnetic atmosphere that is increasingly permeating the human habitat of 21st century ... more The electromagnetic atmosphere that is increasingly permeating the human habitat of 21st century is today one of the great tools of territorial colonization. Implemented through the concept of ‘coverage’, its raw material is ‘signal’. ‘Having coverage’ is beginning to be an essential condition of the inhabitable. In the domesticities mediated by this sort of digital ether, privacy is becoming porous; the interior is both interior and exterior, home and city, shelter and outdoor, and is no longer metric and stable but topological and fluid.
In these hybrid and blurred permanently connected environments, we live blending identities, scales and worlds, generating untold spatial practices of which we are both producers and consumers, and where the idea of interface is key.
Such practices, where control and phantasmagoria live together, allow to re-enchant domestic space and objects through the digital objectification of the spectral. In that new telematic domesticity managed by emotional interfaces, the experience of everyday emerges from the interaction between parallel layers of a space-time made equally of presence and absence, closeness and distance, affects and oblivion.
* * *
La atmósfera electromagnética que de forma imparable va impregnando el hábitat humano del s XXI, es hoy una de las grandes herramientas de colonización del territorio. Implementada mediante el concepto de ‘cobertura’, su materia prima es la ‘señal’. ‘Tener cobertura’ está empezando a ser una condición esencial de lo habitable. En las domesticidades mediadas por esta suerte de éter digital, lo privado se vuelve poroso; el interior es a la vez interior y exterior, casa y ciudad, refugio e intemperie, y deja de ser métrico y estable para volverse topológico y fluido.
En estos nuevos ámbitos híbridos y borrosos, permanentemente conectados, vivimos mezclando identidades, escalas y mundos, generando prácticas espaciales inéditas de las que somos a la vez productores y consumidores. En ellas resulta fundamental el concepto de interfaz.
Dichas prácticas, relacionadas tanto con la idea de control como con la de fantasmagoría, permiten re-encantar el espacio doméstico y sus objetos a través de la objetivación digital de lo espectral. En esa nueva domesticidad telemática gestionada por interfaces emocionales, la experiencia de lo cotidiano surge de la interacción entre capas paralelas de un espacio-tiempo hecho por igual de presencia y ausencia, de cercanía y distancia, de afectos y de olvido.

Nacido de la necesidad de poner en comunicación mundos ontológicamente distintos, el interfaz es ... more Nacido de la necesidad de poner en comunicación mundos ontológicamente distintos, el interfaz es a la vez proceso y lugar, mediación y ámbito de mediaciones. Esta cualidad es especialmente relevante en los interfaces digitales, un campo en el que estamos asistiendo a cambios importantes. A las tradicionales superficies de interacción hoy se unen espacios y objetos cotidianos que se vuelven sensibles y agentes gracias a la atmósfera telemática que los recubre. En paralelo a estos cambios, el interfaz digital va perdiendo sus pretendidas neutralidad y transparencia, y es capaz de asumir subjetividades y claroscuros que permiten reencantar nuestra relación con los espacios que habitamos.
Born from the need of contacting ontologically different worlds, interface is both process and place, mediation and mediating area. This quality is especially relevant in the field of digital interfaces, where today we are witnessing major changes. In addition to the traditional interaction surfaces, now we can think of everyday spaces and objects that become sentient and agent thanks to the overlying telematic atmosphere. Parallel to these changes, the digital interface loses its alleged neutrality and transparency, and is able to take account of subjectivities and shadows that will allow us to re-enchant the spaces we inhabit.
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Papers by Emilio López-Galiacho Carrilero
Su aproximación al concepto de la casa como peligro está totalmente alejada de la tradición clásica del cine de terror, donde se nos presenta a la mansiónencantada como “entidad” independiente y hostil que, poseída por espectros malignos del pasado, azota a sus ingenuos y despreocupados inquilinos. El infierno doméstico de Lynch tiene más que ver con el lado oscuro de quien lo habita, con la desolación que se esconde detrás de lo felizmente hogareño, con el extrañamiento en lo cotidiano, con los pasillos que conducen a habitaciones de nuestra mente que no sabíamos que existían.
El hogar lynchiano es metáfora del espacio interior de sus protagonistas, un lugar oscuro y luminoso a la vez, donde ocurren ciertas cosas y por el que transitan ciertas amenazas. Con este trabajo se pretende explorar, a lo largo de una parte de su filmografía, las particularidades de una perturbadora forma de mirar lo doméstico que lo convierte en decorado de lo extraño y lo ominoso.
Under the still omnipresent reference to the term Anthropocene, concepts such as post-humanism, post-nature, ecofeminism, xenofeminism, antispeciesism, zoopolitics or tentacular thinking, share the challenge of human exceptionalism and the need to generate new relationships with the different others with whom we share what Donna Haraway has called the “multispecies muddle”.
However, all these ideas also share the ethical lukewarmness of the great systematizing visions, more comfortable on thinking without scales, limits or commitments, than in the short distances of “doing-with”.
There is a recent architectural thought that is abandoning that abstract alibi of complexity to descend into face-to-face activism, but it doesn't seem like it's still paying enough attention to the other others, the nonhumans. This article, humbly, aims to string together some notes in this regard and, incidentally, to dream of an architecture that looks in the eyes, in the eyes of all the sentient beings.
In these hybrid and blurred permanently connected environments, we live blending identities, scales and worlds, generating untold spatial practices of which we are both producers and consumers, and where the idea of interface is key.
Such practices, where control and phantasmagoria live together, allow to re-enchant domestic space and objects through the digital objectification of the spectral. In that new telematic domesticity managed by emotional interfaces, the experience of everyday emerges from the interaction between parallel layers of a space-time made equally of presence and absence, closeness and distance, affects and oblivion.
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La atmósfera electromagnética que de forma imparable va impregnando el hábitat humano del s XXI, es hoy una de las grandes herramientas de colonización del territorio. Implementada mediante el concepto de ‘cobertura’, su materia prima es la ‘señal’. ‘Tener cobertura’ está empezando a ser una condición esencial de lo habitable. En las domesticidades mediadas por esta suerte de éter digital, lo privado se vuelve poroso; el interior es a la vez interior y exterior, casa y ciudad, refugio e intemperie, y deja de ser métrico y estable para volverse topológico y fluido.
En estos nuevos ámbitos híbridos y borrosos, permanentemente conectados, vivimos mezclando identidades, escalas y mundos, generando prácticas espaciales inéditas de las que somos a la vez productores y consumidores. En ellas resulta fundamental el concepto de interfaz.
Dichas prácticas, relacionadas tanto con la idea de control como con la de fantasmagoría, permiten re-encantar el espacio doméstico y sus objetos a través de la objetivación digital de lo espectral. En esa nueva domesticidad telemática gestionada por interfaces emocionales, la experiencia de lo cotidiano surge de la interacción entre capas paralelas de un espacio-tiempo hecho por igual de presencia y ausencia, de cercanía y distancia, de afectos y de olvido.
Born from the need of contacting ontologically different worlds, interface is both process and place, mediation and mediating area. This quality is especially relevant in the field of digital interfaces, where today we are witnessing major changes. In addition to the traditional interaction surfaces, now we can think of everyday spaces and objects that become sentient and agent thanks to the overlying telematic atmosphere. Parallel to these changes, the digital interface loses its alleged neutrality and transparency, and is able to take account of subjectivities and shadows that will allow us to re-enchant the spaces we inhabit.
Su aproximación al concepto de la casa como peligro está totalmente alejada de la tradición clásica del cine de terror, donde se nos presenta a la mansiónencantada como “entidad” independiente y hostil que, poseída por espectros malignos del pasado, azota a sus ingenuos y despreocupados inquilinos. El infierno doméstico de Lynch tiene más que ver con el lado oscuro de quien lo habita, con la desolación que se esconde detrás de lo felizmente hogareño, con el extrañamiento en lo cotidiano, con los pasillos que conducen a habitaciones de nuestra mente que no sabíamos que existían.
El hogar lynchiano es metáfora del espacio interior de sus protagonistas, un lugar oscuro y luminoso a la vez, donde ocurren ciertas cosas y por el que transitan ciertas amenazas. Con este trabajo se pretende explorar, a lo largo de una parte de su filmografía, las particularidades de una perturbadora forma de mirar lo doméstico que lo convierte en decorado de lo extraño y lo ominoso.
Under the still omnipresent reference to the term Anthropocene, concepts such as post-humanism, post-nature, ecofeminism, xenofeminism, antispeciesism, zoopolitics or tentacular thinking, share the challenge of human exceptionalism and the need to generate new relationships with the different others with whom we share what Donna Haraway has called the “multispecies muddle”.
However, all these ideas also share the ethical lukewarmness of the great systematizing visions, more comfortable on thinking without scales, limits or commitments, than in the short distances of “doing-with”.
There is a recent architectural thought that is abandoning that abstract alibi of complexity to descend into face-to-face activism, but it doesn't seem like it's still paying enough attention to the other others, the nonhumans. This article, humbly, aims to string together some notes in this regard and, incidentally, to dream of an architecture that looks in the eyes, in the eyes of all the sentient beings.
In these hybrid and blurred permanently connected environments, we live blending identities, scales and worlds, generating untold spatial practices of which we are both producers and consumers, and where the idea of interface is key.
Such practices, where control and phantasmagoria live together, allow to re-enchant domestic space and objects through the digital objectification of the spectral. In that new telematic domesticity managed by emotional interfaces, the experience of everyday emerges from the interaction between parallel layers of a space-time made equally of presence and absence, closeness and distance, affects and oblivion.
* * *
La atmósfera electromagnética que de forma imparable va impregnando el hábitat humano del s XXI, es hoy una de las grandes herramientas de colonización del territorio. Implementada mediante el concepto de ‘cobertura’, su materia prima es la ‘señal’. ‘Tener cobertura’ está empezando a ser una condición esencial de lo habitable. En las domesticidades mediadas por esta suerte de éter digital, lo privado se vuelve poroso; el interior es a la vez interior y exterior, casa y ciudad, refugio e intemperie, y deja de ser métrico y estable para volverse topológico y fluido.
En estos nuevos ámbitos híbridos y borrosos, permanentemente conectados, vivimos mezclando identidades, escalas y mundos, generando prácticas espaciales inéditas de las que somos a la vez productores y consumidores. En ellas resulta fundamental el concepto de interfaz.
Dichas prácticas, relacionadas tanto con la idea de control como con la de fantasmagoría, permiten re-encantar el espacio doméstico y sus objetos a través de la objetivación digital de lo espectral. En esa nueva domesticidad telemática gestionada por interfaces emocionales, la experiencia de lo cotidiano surge de la interacción entre capas paralelas de un espacio-tiempo hecho por igual de presencia y ausencia, de cercanía y distancia, de afectos y de olvido.
Born from the need of contacting ontologically different worlds, interface is both process and place, mediation and mediating area. This quality is especially relevant in the field of digital interfaces, where today we are witnessing major changes. In addition to the traditional interaction surfaces, now we can think of everyday spaces and objects that become sentient and agent thanks to the overlying telematic atmosphere. Parallel to these changes, the digital interface loses its alleged neutrality and transparency, and is able to take account of subjectivities and shadows that will allow us to re-enchant the spaces we inhabit.
Para hablar del collage y de sus collages, el diseñador gráfico Emilio Gil ha escrito, ilustrado y diseñado un libro delicioso.