Lo primero que llama la atención en el actual relato es la voz del narrador caracterizada no ya p... more Lo primero que llama la atención en el actual relato es la voz del narrador caracterizada no ya por la presencia omnisciente tradicional, sino por el modo de lectura directa de la conciencia de su personaje que lleva a cabo durante su participación en todo el cuento. Éste comienza diciendo: " Pensar, capitán Montes, que hubieras podido seguir durmiendo tu siesta " (Benedetti, 1995: 17). Por lo tanto el inicio es in medias res [3] aunque el propio narrador irá actualizando acontecimientos del futuro del relato mediante acertadas intervenciones. Es dado observar cómo se mezclan las voces en la narración. Aparece, en primer término, un yo que se hace cargo de la voz principal y que se refiere a lo que hacen y dicen los otros. Es interesante también observar como la primera persona se involucra con la constante apelación a un tú, el capitán Montes. Nos enteramos de lo que hace y dice este personaje desde el punto de vista del narrador que inclusive se permite ironizar las costumbres y dichos del patético capitán del ejército.
Lo primero que llama la atención en el actual relato es la voz del narrador caracterizada no ya p... more Lo primero que llama la atención en el actual relato es la voz del narrador caracterizada no ya por la presencia omnisciente tradicional, sino por el modo de lectura directa de la conciencia de su personaje que lleva a cabo durante su participación en todo el cuento. Éste comienza diciendo: " Pensar, capitán Montes, que hubieras podido seguir durmiendo tu siesta " (Benedetti, 1995: 17). Por lo tanto el inicio es in medias res [3] aunque el propio narrador irá actualizando acontecimientos del futuro del relato mediante acertadas intervenciones. Es dado observar cómo se mezclan las voces en la narración. Aparece, en primer término, un yo que se hace cargo de la voz principal y que se refiere a lo que hacen y dicen los otros. Es interesante también observar como la primera persona se involucra con la constante apelación a un tú, el capitán Montes. Nos enteramos de lo que hace y dice este personaje desde el punto de vista del narrador que inclusive se permite ironizar las costumbres y dichos del patético capitán del ejército.
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