
Mariano Rayo
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Papers by Mariano Rayo
Han pasado 21 meses desde que el presidente de la República aprobó, en Consejo de Ministros, el decreto gubernativo 5-2020 por medio del cual declaró el estado de calamidad pública en todo el territorio nacional como consecuencia del pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la epidemia por la enfermedad de la COVID-19 como emergencia de salud pública de importancia internacional y del Plan para la Prevención, Contención y Respuesta a casos de coronavirus (COVID-19) en Guatemala del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).
Del gran confinamiento con el cual se pararon, total y parcialmente, las actividades económicas, sociales, culturales y deportivas, se ha pasado a cierta normalidad, liberando las restricciones que se impusieron para contener y mitigar la propagación del coronavirus altamente contagioso por la transmisión entre personas . Aunque la pandemia continúa y aparecen nuevas cepas del coronavirus y se identifican mutaciones de este que llevan a los gobiernos del mundo a tratar de contener las cadenas de contagio, las sociedades se resisten y las vacunas contra la enfermedad han mostrado su seguridad y eficacia para reducir las tasa de mortalidad y letalidad.
ASIES presenta un informe general que actualiza y amplía el trabajo del año 2020, en el cual se muestra que, aunque la emergencia sanitaria mundial continúa, la resiliencia mostrada por la ciudadanía ha permitido ir recuperando el camino del desarrollo. No todos los sectores económicos se han recuperado de la misma manera, queda todavía un trecho largo que recorrer, pero sobre la base de las experiencias acumuladas, un reinicio ha sido posible.
Con relación al resto de países de la región centroamericana, Guatemala presenta una situación mejor, lo cual se demuestra con la inclusión de un apartado con índices e indicadores que comparan los países en los tres últimos años.
Al final nos preguntamos: ¿estamos preparados para el futuro? ¿aprendimos lecciones? ¿estamos invirtiendo donde corresponde? Y estas preguntas son válidas porque la próxima emergencia sanitaria local o mundial, llegará.
Han pasado 21 meses desde que el presidente de la República aprobó, en Consejo de Ministros, el decreto gubernativo 5-2020 por medio del cual declaró el estado de calamidad pública en todo el territorio nacional como consecuencia del pronunciamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la epidemia por la enfermedad de la COVID-19 como emergencia de salud pública de importancia internacional y del Plan para la Prevención, Contención y Respuesta a casos de coronavirus (COVID-19) en Guatemala del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).
Del gran confinamiento con el cual se pararon, total y parcialmente, las actividades económicas, sociales, culturales y deportivas, se ha pasado a cierta normalidad, liberando las restricciones que se impusieron para contener y mitigar la propagación del coronavirus altamente contagioso por la transmisión entre personas . Aunque la pandemia continúa y aparecen nuevas cepas del coronavirus y se identifican mutaciones de este que llevan a los gobiernos del mundo a tratar de contener las cadenas de contagio, las sociedades se resisten y las vacunas contra la enfermedad han mostrado su seguridad y eficacia para reducir las tasa de mortalidad y letalidad.
ASIES presenta un informe general que actualiza y amplía el trabajo del año 2020, en el cual se muestra que, aunque la emergencia sanitaria mundial continúa, la resiliencia mostrada por la ciudadanía ha permitido ir recuperando el camino del desarrollo. No todos los sectores económicos se han recuperado de la misma manera, queda todavía un trecho largo que recorrer, pero sobre la base de las experiencias acumuladas, un reinicio ha sido posible.
Con relación al resto de países de la región centroamericana, Guatemala presenta una situación mejor, lo cual se demuestra con la inclusión de un apartado con índices e indicadores que comparan los países en los tres últimos años.
Al final nos preguntamos: ¿estamos preparados para el futuro? ¿aprendimos lecciones? ¿estamos invirtiendo donde corresponde? Y estas preguntas son válidas porque la próxima emergencia sanitaria local o mundial, llegará.