Papers by Jose Luis Gonzalo

Si entendemos la Corte impetial como la institución desde la que se centralizaba el patrimonio te... more Si entendemos la Corte impetial como la institución desde la que se centralizaba el patrimonio territorial de Carlos V, el estudio de las corrientes de pensamiento que generó pueden conducimos a comprender mejor la idea imperial del monarca. En definitiva, se trata de ofrecer un estudio de cómo se generó \m proyecto político carolino (tan discutido) desde los círculos humanísticos más cercanos a la chancillería imperial, para sostener el gobierno y los proyectos políticos que el César representaba en aquella Europa convulsionada por múltiples conflictos, en un proceso hada una estructura autoritaria del poder. Este objetivo pretende supeiar ciertas visiones de la imagen política de Carlos V, que o se ha enfocado desde aquella famosa discusión sobre su «idea imperial», entre Rasow y Menéndez Hdai, o a partir de los discursos establecidos desde análisis artísticos, en especial por Checa Cremades, más recientemente'. También vamos a rehuir los personalismos, y no realizaremos nuestro análisis sobre humanistas notables (Valdés, Gattinara, Guevara), sino sobre movimientos intelectuales. La razón estriba en que las obras de estos autores, siendo importantes para el objetivo que nos proponemos, distorsionan el conjunto si no se ven desde la perspectiva de im mundo cortesano más amplio y complejo. Como nuestro propósito es analizar la evolución de dichos discursos, la figuní del humanista coitesaao no es tan importante como la corriente general en que enmarcaron sus trabajos. En el ámbito cortesano el espacio para la improvisación era pequeño, y eran las directrices emanadas desde arriba las que modelaron, si no la elaboración de los textos, sí su dirección. Y ésta es la que nos importa. Por último, esto nos obligará a primar las ideas que consideramos más novedosas, y a remitir a otros autores en cuestiones bien conocidas por todos, y dentro de estas mismas actas, a las ponencias presentadas por especialistas como Márquez Villanueva, John Headley, Fernández Santamaría, Galasso o Checa Cremades, entre otros. Pasar José Luis Gonzalo Sánchez-Molero por alto lo ya sabido, creo que ayudará al recorrido mental de esta exposición, que, como advertimos, pretende establecer un marco evolutivo del humanismo en la Corte de Carlos V. Como es natural, en la elaboración de las directrices culturales en tomo al Emperador no hubo siempre unanimidad, pero sí una cierta constancia. La evolución fue la tónica dominante. Si en las primeras décadas del Quinientos se aprecia en tomo a la figura del joven monarca una coincidencia y una unidad cultural, a partir de la década de los treinta esta unidad se fragmenta, desviándose modelos y discursos humanísticos, antes privativos del nuevo César, hada su hijo Felipe, en España, o hada sus hermanos María y Fonando, en los Países Bajos y Alemania. La generadón de estos cenáculos cortesanos implicó ima autonomía de ideas que, en prindpio, no había sido planteada, pero que se fue hadendo más necesaria, u obligada, a medida que en el entorno de Carlos V se iba imponiendo un discurso cesáreo, universalista, con la pretensión de englobar todas las corrientes. La resistencia a este proceso, desde las diferentes sensibilidades culturales de su imperio, explica la paulatina segregadón de los otros círculos de himuinistas áulicos, que podríamos denominar como menores, en reladón con la corte Carolina. Que este proceso existió es evidente, pero no lo es menos que también hubo una gran colaboradón en determinados momentos, sobre todo en la década de los cuarenta. Aunque los contradiscursos siempre existieron, y en muchas ocasiones se impusieron, esto no implicó una <qx)sidón real y manifiesta entre los diferentes humanismos áulicos hasta pocos años antes de la abdicadón de Bruselas, cuando la Corte de Carlos V perdió todo su vigor, al menos de cara al exterior, como centro cultural. Más bien, y como veremos a continuadón, existió ima derta unidad de doctrina, y muchos cambios vinieron precedidos de una evoludón previa de modelos anteriores, que se readaptaban a las nuevas circunstancias. Sólo es derto en parte que Carlos V no generó de manera personal modelos de humanismo. Su educadón había adoleddo de ima preparadón amplia en las disdplinas de las bonae litterae, pero sí era muy consdente de la importanda política de estos discursos. Tenia como príndpales qemplos a seguir el desarrollado ceremonial bot^oñón, tanto en lo cortesano como en lo urbano, bien aprendido de su tía Margarita en los Países Bajos, así como el programa caballeresco de su abuelo Maximiliano. Ambos le influirán de manera dedsiva y se trasladarán al humanismo áulico que caracterizó su reinado. El primer modelo se deslizará hada la elaboradón de los magnos programas propagandísticos en tomo al César, el segundo se retomará por parte del propio Carlos al final de su vida como ima vindicadón de su figura y gobierno. El primero, tan borgoñón, tuvo, además, una difusión pública, ligada a la legitimadón de la Monarquía Universal, mientras que el segundo, germánico, se reducirá al ámbito privado carolino, según el ejemplo de Maximiliano. Lógicamente, las raíces borgoñonas del humanismo áulico carolino no impidieron la evoludón de los programas propagandísticos y culturales posteriores. Los cambios '

l empezar a escribir estas líneas debo reconocer dos "deudas" que inspiran el contenido de este a... more l empezar a escribir estas líneas debo reconocer dos "deudas" que inspiran el contenido de este artículo. La primera es con el profesor británico Geoffrey Stagg, fallecido el 10 de noviembre de 2005. Es bien sabido que fue uno de los principales defensores de la autenticidad de la "Epístola a Mateo Vázquez." En esta misma revista, en 2003, publicó un artículo, "The Curious Case of the Suspect Epistle," en el que, con gran lucidez, retomó el estudio de este poema cervantino para, a contracorriente, negar que fuera una falsificación. Creo que no llegó a saber que dos meses antes de que nos dejara un "detective" español había resuelto el curioso y sospechoso "caso." Por ello, estas líneas van dedicadas a su memoria. No se trata de una deuda personal, sino intelectual, que de alguna manera me veo en la obligación moral de solventar. La otra, por fortuna, establecida con Daniel Eisenberg, se cumple con más gozo. Cuando el poema cervantino apareció ante mí, con harto atrevimiento acudí a él, pues sus comentarios sobre la "Epístola" le hacían merecedor de mi consulta. 1 Y a través de un correo electrónico recibí la mejor respuesta posible: "Le felicito, porque desde el artículo de Geoffrey Stagg que publicamos no ha habido nada sobre la 'Epístola a Mateo Vázquez.' Tengo más controlados que nadie, creo, lo que ha pasado durante 2005, aunque 1 Sobre la "Epístola," véase Eisenberg, "Repaso crítico." En "Un médico examina a Cervantes" encuentra datos para avalar la autenticidad del poema en la descripción que en éste se hacen de las heridas recibidas en Lepanto por su autor.
Hispania, 2005
fue nombrado secretario personal del rey Felipe II en 1573 muchos cortesanos se asombraron de est... more fue nombrado secretario personal del rey Felipe II en 1573 muchos cortesanos se asombraron de esta decisión. Hasta entonces Vázquez sólo había sido secretario del cardenal Espinosa. En este artículo se trata de comprender los motivos de esta decisión, indagando en los métodos de trabajo de Vázquez (tan apreciados por Felipe II), a través de los libros que componían la biblioteca profesional del secretario y de los materiales de su escritorio.Las siguientes observaciones están fundadas en las cartas enviadas por Vázquez, así como en los libros de cuentas de su casa y en los inventarios de sus propiedades. Esta documentación está guardada en gran parte en el archivo de Instituto de Valencia de Donjuán (Madrid).

Hispania
El origen de la castellanidad de Felipe II se puede vincular con un intenso proceso socializador,... more El origen de la castellanidad de Felipe II se puede vincular con un intenso proceso socializador, que buscaba la identificación del hijo del emperador Carlos con Castilla. El nacimiento del príncipe Felipe fue recibido en España como un acontecimiento de singular importancia histórica, política y social. Tras treinta años sin un príncipe natural heredero, Felipe fue comparado con su antecesor, el príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, muerto en 1497. Así, entre 1527 y 1548, la castellanización del futuro Felipe II se ejerció a través de modelos, arquetipos e imágenes sociales, ligados a la figura histórica del príncipe Juan. En Valencia, el nuevo príncipe fue bautizado por los clérigos como el príncipe Felipe Juan, y en 1535 su Corte se organizó de acuerdo con la etiqueta castellana, desarrollándose todas las actividades del joven príncipe Felipe bajo este costumbre hasta 1548, cuando la etiqueta de la Corte fue cambiada por la de Borgoña.
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