INTRODUCCION Nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, como universidad pública es un lugar ... more INTRODUCCION Nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, como universidad pública es un lugar de creación y de esperanza. O al menos, eso debería ser. Sin embargo, transitamos por ella desmotivados percibiendo a cada momento un malestar inevitable. Resultaría conveniente escribir sobre esta situación, sobre esta plaga que ha logrado situarse en la UASD en la notable inactividad en la que actualmente se encuentra. Conviene esto, porque escribir es una efectiva estrategia para atenuar la incomodidad que crea una atmosfera que en lugar de ser crisol para el desarrollo profesional, permanece atravesada por recurrentes y constantes modos de actuación tan destructivos como irresponsables. Ya es noticia que la Universidad Autónoma de Santo Domingo, secuestrada por esos personajes que utilizando su afán de dominio han logrado fracturan en grupos internos, cuyo mapa se muestra en términos sindicales, políticos, económicos de poder, presentados en el lenguaje de la razón, como la quejas de una reunión disciplinaria, con un discurso que hoy adopta la sintaxis propia de la burocracia administrativa, como un elemento de un uso de capitalismo que de lo disciplinario cambió a la acción de control. Resulta obvia la inactividad en la que se encuentra la UASD. Lo digo, porque escribir es una táctica efectiva para paliar la molestia que produce una atmósfera en la que ella debe ser crisol para el desarrollo personal, se encuentra inerte y desagradable por causa de intransigentes y recurrentes actores tan destructivos como irresponsables. El afán de territorio de algunos docentes que así entienden su carrera, se nutre de una racionalidad instrumental que esgrime la censura para rechazar a las sensaciones, y con ello al disfrute puro del conocimiento. Una semblanza escolar trocada en dominio burocrático y tecnocrático que desalienta su potencial hacia actividades indivisibles que lleven a la reconquista de espacios de libertad. En un clima de esta manera, solo la indicación interior provee de la energía necesaria para continuar trabajando en la educación de los jóvenes estudiantes, compartiendo con ellos las inquietudes y aprietos de un mundo en cambio, recobrando el sentido y la acción. Los que deambulan por la universidad en investigación de un mejor vericueto, intentan evadir los obstáculos que obstruyen, detienen, desvían los dones de reflexionar teóricamente, de lograr una integración interdisciplinaria en bocetos visionarios, de entrenar parte de un todo. La estrategia es unificar, sumar fuerzas, exceder divergencias, desde las que nos separan de la Naturaleza, incluso las que nos separan de nuestros colegas y de la sociedad. La faena es reencontrar ese mejor acceso que pasa por el arte y la cultura, cuya acción comunicativa es capaz de conmover a la calidad espiritual de nuestros estudiantes. Ello requiere de un habla poética, la palabra que se resiste a la mentalidad político-administrativa con la que se ha investido el que hoy como Presidente asume el papel del amo nacional, sin poseer tales méritos por ser un gran farsante académico. ¿Cómo es posible que un gobernante no se sienta orgulloso y obligado a ayudar a la Primada Universidad de América que se encuentra en el país que él preside, para mostrarla al Mundo conservada y cada vez más renovada como un legado histórico que pueda ser, incluso un punto de interés turístico?. Pero tampoco la familia universitaria
INTRODUCCION Nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, como universidad pública es un lugar ... more INTRODUCCION Nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, como universidad pública es un lugar de creación y de esperanza. O al menos, eso debería ser. Sin embargo, transitamos por ella desmotivados percibiendo a cada momento un malestar inevitable. Resultaría conveniente escribir sobre esta situación, sobre esta plaga que ha logrado situarse en la UASD en la notable inactividad en la que actualmente se encuentra. Conviene esto, porque escribir es una efectiva estrategia para atenuar la incomodidad que crea una atmosfera que en lugar de ser crisol para el desarrollo profesional, permanece atravesada por recurrentes y constantes modos de actuación tan destructivos como irresponsables. Ya es noticia que la Universidad Autónoma de Santo Domingo, secuestrada por esos personajes que utilizando su afán de dominio han logrado fracturan en grupos internos, cuyo mapa se muestra en términos sindicales, políticos, económicos de poder, presentados en el lenguaje de la razón, como la quejas de una reunión disciplinaria, con un discurso que hoy adopta la sintaxis propia de la burocracia administrativa, como un elemento de un uso de capitalismo que de lo disciplinario cambió a la acción de control. Resulta obvia la inactividad en la que se encuentra la UASD. Lo digo, porque escribir es una táctica efectiva para paliar la molestia que produce una atmósfera en la que ella debe ser crisol para el desarrollo personal, se encuentra inerte y desagradable por causa de intransigentes y recurrentes actores tan destructivos como irresponsables. El afán de territorio de algunos docentes que así entienden su carrera, se nutre de una racionalidad instrumental que esgrime la censura para rechazar a las sensaciones, y con ello al disfrute puro del conocimiento. Una semblanza escolar trocada en dominio burocrático y tecnocrático que desalienta su potencial hacia actividades indivisibles que lleven a la reconquista de espacios de libertad. En un clima de esta manera, solo la indicación interior provee de la energía necesaria para continuar trabajando en la educación de los jóvenes estudiantes, compartiendo con ellos las inquietudes y aprietos de un mundo en cambio, recobrando el sentido y la acción. Los que deambulan por la universidad en investigación de un mejor vericueto, intentan evadir los obstáculos que obstruyen, detienen, desvían los dones de reflexionar teóricamente, de lograr una integración interdisciplinaria en bocetos visionarios, de entrenar parte de un todo. La estrategia es unificar, sumar fuerzas, exceder divergencias, desde las que nos separan de la Naturaleza, incluso las que nos separan de nuestros colegas y de la sociedad. La faena es reencontrar ese mejor acceso que pasa por el arte y la cultura, cuya acción comunicativa es capaz de conmover a la calidad espiritual de nuestros estudiantes. Ello requiere de un habla poética, la palabra que se resiste a la mentalidad político-administrativa con la que se ha investido el que hoy como Presidente asume el papel del amo nacional, sin poseer tales méritos por ser un gran farsante académico. ¿Cómo es posible que un gobernante no se sienta orgulloso y obligado a ayudar a la Primada Universidad de América que se encuentra en el país que él preside, para mostrarla al Mundo conservada y cada vez más renovada como un legado histórico que pueda ser, incluso un punto de interés turístico?. Pero tampoco la familia universitaria
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