Papers by Fermin Mayorga Huertas
Ars Et Sapientia Revista De La Asociacion De Amigos De La Real Academia De Extremadura De Las Letras Y Las Artes, 2007
frecuentes los casos de casas que se creían encantadas o embrujadas, en las que moraban duendes o... more frecuentes los casos de casas que se creían encantadas o embrujadas, en las que moraban duendes o brujas, o bien el mismo diablo, siendo normal que en tales casos se acudiera a los curas párrocos u otras instancias eclesiales para tratar de remediar el asunto. En el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid se ha conservado un curioso pleito en el que, con el fin de anular la venta de una casa en Peñafiel (Valladolid) y conseguir la devolución del dinero pagado por ella, el demandante, su familia y sus testigos alegaban la posesión de la referida casa por una presencia extraña, refiriéndose a la misma como "duende, trasgo o diablo".
Actas Del Congreso Internacional Guerra De La Independencia En Extremadura Ii Centenario 1808 2008 2009 Isbn 978 84 613 2158 2 Pags 209 228, 2009

Bien conocido como relojero de Carlos V, Juanelo Turriano (it. Giovanni Turriano, ca.1505-1585) c... more Bien conocido como relojero de Carlos V, Juanelo Turriano (it. Giovanni Turriano, ca.1505-1585) comenzó su carrera como relojero en Milán donde destacó por sus ingeniosas máquinas. La reconstrucción que hizo del calendario astronómico de Giovanni Dondi, que la ciudad de Milán regaló a Carlos V, le permitió conocer al emperador y que le tomara a su servicio. Desde entonces trabajó como relojero particular del emperador hasta su muerte en 1558, y posteriormente de Felipe II hasta que Turriano falleció. Si bien con Carlos V su trabajo se centró en relojes y autómatas, muy queridos por el emperador, Felipe II empleó a Turriano como ingeniero de obras públicas, como tantos otros ingenieros de toda Europa a sueldo de la Monarquía (los italianos Antonelli y Spanocchi, el flamenco Van Langeren, los españoles Herrera y Toledo, etc.). En 1565 Turriano recibe el encargo de construir una máquina para elevar el agua desde el cauce del Tajo hasta el Alcázar de Toledo; en tres años la tuvo finalizada y con tanto éxito que se le contrató para hacer una segunda en paralelo. En su momento era el elevador de agua de más altura del mundo, y siguió siéndolo hasta que fue desmontado en el siglo XVII, elevando 17 m3 de agua al día a una altura de 100 m.

Historia institucional / reseña biográfica: El auge y desarrollo de la imprenta desde comienzos d... more Historia institucional / reseña biográfica: El auge y desarrollo de la imprenta desde comienzos del siglo XVI hizo necesaria su normalización y control. La pragmática de los Reyes Católicos de 1502 fijó la censura previa, religiosa y política, de modo que las licencias y los privilegios de impresión quedaron en manos del Estado (presidentes de las Chancillerías de Valladolid y Granada) y de los prelados (arzobispos de Toledo, Sevilla y Granada, y obispos de Burgos y Salamanca). El sistema general de censura en Castilla durante el Antiguo Régimen se fijó entre 1544 y 1558, cuando se encomendó a la Sala Primera de Gobierno del Consejo la expedición de las licencias y privilegios de impresión. En 1627 se le autorizó para delegar en uno de sus ministros la concesión de las licencias de impresión de "papeles menores" en la Corte y, en el territorio, en los regentes de Audiencias y Chancillerías y en los corregidores. Las universidades podían imprimir sus ejercicios y conclusiones con licencia del rector. Por su parte, la Inquisición ejerció una censura "a posteriori"; de libros e impresos, frente a la ejercida previamente por el Consejo. Todas las disposiciones posteriores se limitaron a insistir en la necesidad de presentar las obras a dicho órgano supremo para su examen y aprobación. Los editores tenían además la obligación de hacer constar al comienzo de la obra la licencia, la tasa y el privilegio, si lo tuviere, el nombre del autor y del impresor, y el lugar de impresión, tanto en las primeras como en las segundas ediciones. Durante los siglos XVI y XVII el despacho de las licencias y privilegios de impresión corrió a cargo de las Escribanías de Cámara y Justicia del Consejo hasta las reformas de 1712, cuando, para evitar fraudes, el ramo de imprentas se centralizó en la nueva Escribanía de Gobierno. En 1716, tras la supresión del Consejo de Aragón, sus asuntos sobre la materia pasaron al de Castilla, a través de la Escribanía de Gobierno y Justicia de Aragón. A las Audiencias se les mantuvo la facultad de corregir los impresos conforme al original y otorgar licencias de impresión de papeles sueltos. Navarra, por su parte, siempre conservó su propio régimen de excepcionalidad y los virreyes y presidentes de las Audiencias americanas se hicieron cargo de las impresiones en los territorios de Ultramar. Los conflictos surgidos entre libreros, impresores y autores y el control de las infracciones en materia de impresiones correspondieron desde el siglo XVII al Juzgado o Comisión de Imprentas. Aunque se desconoce la fecha exacta de su creación como tal juzgado, existen noticias de que en 1718 estaba plenamente constituido. A su frente estaba el juez de Imprentas, que era un ministro del Consejo de Castilla comisionado para esta materia. Sin dejar de lado los asuntos contenciosos, acabó desempeñando todas las tareas en materia de censura y se encargó de la expedición de las licencias de impresión y de publicación de obras, actuando el Consejo de manera simbólica. En el territorio, los subdelegados de Imprentas sustituyeron a las Audiencias y corregidores en el control de la producción e impresión de escritos. La independencia del Juzgado y Comisión de Imprentas respecto del Consejo conllevó numerosas irregularidades, de manera que tras la etapa en que ejerció el cargo de juez Juan Curiel (1752-1769), y como consecuencia de las reformas que emprendió, surgió un juzgado más dependiente del Consejo. La Sala Primera de Gobierno, a través de su Escribanía volvió a despachar las censuras y licencias de impresión, mientras que las funciones del juzgado se redujeron a las meramente contenciosas y a la aprobación de licencias de impresión de papeles menores. En 1785 cuando asumió la censura de papeles periódicos volvió a adquirir mayor relevancia. Las reformas en el territorio supusieron la supresión de los subdelegados de Imprentas de la etapa anterior y la vuelta de las competencias sobre impresiones a manos de los regentes de las Chancillerías, de los presidentes de las Audiencias y de los corregidores. El periodo de 1769 a 1805 se caracterizó por un férreo control de la producción impresa por parte del Consejo que, auxiliado por el Juzgado de Imprentas, que actuó de oficio en numerosas ocasiones contra libreros e impresores que habían publicado sin licencia, revisó el contenido de obras ya impresas con permiso, y controló la frontera para evitar la introducción de escritos y libros desde otros reinos, fundamentalmente desde Francia. Este fuerte control se ejercía de manera paralela al Consejo por parte del propio monarca, que comenzó a encargarse personalmente de la impresión de libros y papeles a través de sus Secretarías de Estado. De hecho, desde 1744 la primera Secretaría de Estado concedía los permisos para la publicación de obras que afectaban a materias de su competencia y acabó encargándose de la gestión de la Imprenta Real y de la Guía de Forasteros. A fines del siglo XVIII y principios del XIX, aparecen concediendo licencias las Secretarías de Gracia y Justicia y de Hacienda. El final del reinado de Carlos IV, supuso un duro golpe para el Consejo de Castilla. El Reglamento de 1805 reconoció a un nuevo juez de Imprentas y Librerías del Reino dependiente de la Secretaría de Estado y del Despacho de Gracia y Justicia, competencias exclusivas sobre el "ramo de impresiones", con inhibición del Consejo, que no recuperaría sus atribuciones hasta 1808. La Guerra de la Independencia y los sucesos políticos posteriores determinaron el inicio del fin del sistema de censura del Antiguo Régimen en España. La libertad de imprenta, uno de los anhelos de los liberales de Cádiz, quedó consagrada en el decreto de las Cortes de 10 de noviembre de 1810, por el que se suprimieron los juzgados de Imprentas y la censura previa salvo para los escritos religiosos, que debían pasar la aprobación de los ordinarios eclesiásticos. Los

Con la conquista se inició la organización de un sistema administrativo similar al existente en E... more Con la conquista se inició la organización de un sistema administrativo similar al existente en España aunque parte de las instituciones trasplantadas a América desarrollaron particularidades debido a las condiciones especiales de la expansión americana y las nuevas condiciones en los territorios que se anexionaban. El aparato administrativo estuvo formado por un sistema jerárquicamente constituido de autoridades, sometidas a la dirección y vigilancia superior por parte de las autoridades peninsulares y controladas al final de sus mandatos. Consecuencia de este sistema de control fue la imposibilidad de que algo importante escapara a la atención del Consejo de Indias supremo director del gobierno indiano hasta el siglo XVIII. Para que la administración americana tuviese un funcionamiento ordenado y regular, el Consejo de Indias emitía instrucciones de servicios muy detalladas y su actividad era controlada por diversos medios. Todos los funcionarios con tareas de gobierno habían de responder ante el juicio de residencia, el cual, en proceso público o secreto, realizaba una investigación de su desempeño del cargo. Las autoridades colegiadas estuvieron sujetas a visitas que se mandaron ejecutar en plazos no regulares.
Actualmente y en estas fechas en la que escribo este artículo, Cheles y una gran parte del mundo,... more Actualmente y en estas fechas en la que escribo este artículo, Cheles y una gran parte del mundo, están sufriendo las consecuencias de una pandemia de gripe llamada Coronavirus, cuyas consecuencias en la sociedad son más que evidentes.

A lo largo de la historia inquisitorial de nuestro país, el mundo de los conversos de judíos, ha ... more A lo largo de la historia inquisitorial de nuestro país, el mundo de los conversos de judíos, ha sido siempre el grupo ha perseguir por antonomasia. Miras los autos de fe, salvo excepciones, y estos reos van a ser, los más numerosos a la hora de pasear por las calles con sus sambenitos en dirección al cadalso donde escucharían su temerosa y temida sentencia. La vigilancia del Santo Oficio sobre ellos era más que evidente, ya que la conversión de muchos de ellos al cristianismo no convencía a la Santa Inquisición. Por estas y otras razones la historia nos demuestra, que algunos conversos de judíos que habían sido cazados por haber practicados ritos mosaicos, eran tan atrevidos en sus rituales, que estos eran capaces de desafiar al mismísimo tribunal eclesiástico, delante de sus mismas narices. Esto fue lo que hizo en 1603, un portugués llamado Sebastián Rodríguez, quién fue capaz de crear en el propio recinto carcelario de la Inquisición de México, una conmemoración judía celebrando la Suca, también conocida como fiesta de las cabañas o cabañuelas delante de los inquisidores sin que estos descubriesen el motivo de tal evento.

Judaísmo e Inquisición en Olivenza Si hay un capítulo dentro de la historia moderna de Olivenza d... more Judaísmo e Inquisición en Olivenza Si hay un capítulo dentro de la historia moderna de Olivenza de máxima importancia para la población, ese fue el transformar la mentalidad de más de trescientas personas acusadas de judaísmo en tiempos de represión inquisitorial. La Inquisición de Évora iba a ser la encargada de castigar a todos aquellos acusados de seguir la ley de Moisés, poniendo a disposición de la fe cristiana sus cárceles secretas, su cámara del tormento y todo el personal al servicio del Santo Oficio en Évora y Olivenza. Hombres y mujeres de la población serán imputados por ritos tan variados como: guardar el sábado, practicar la circuncisión a sus hijos, desbautizar a los mismos, ayunos, no comer cerdo, conejo ni liebre ni pescado sin escama. Unas delaciones que revelaran, la otra vida clandestina de muchos vecinos de Olivenza, que intentaban seguir desde el secreto, las enseñanzas judaicas que les trasmitieron sus antepasados.

La Monja Satánica
Hay personas que conscientemente y con toda advertencia, pactan con el diablo y le entregan el al... more Hay personas que conscientemente y con toda advertencia, pactan con el diablo y le entregan el alma con tal de conseguir algo en esta vida. La idea de un pacto formal con el demonio aparece por primera vez en el siglo V en los escritos de San Jerónimo. Este padre de la Iglesia cuenta, como un joven para obtener los favores de una bella mujer fue a un mago, el cual le impone como pago por sus servicios, el renunciar a Cristo con un escrito. Tenemos en el siglo VI, una segunda aparición de este tipo de pacto en la leyenda de Teófilo, quien accede a ser un servidor del diablo y firma un pacto formal. Esta leyenda se extendió por Europa en la Edad Media. ¿Quiénes eran las personas que realmente hacían pacto con el diablo? De entrada, muchos pensarán, que los únicos sujetos que pueden hacer bajo rubrica escrita una alianza con el príncipe de las tinieblas, serían todos aquellos que abrazan o se consideran apóstoles del ángel caído. En primer lugar, estarían las brujas, algunas hechiceras y casi siempre, personas del mundo civil con un nivel cultural bajísimo y que creerían en estos satánicos movimientos. Los documentos inquisitoriales nos hablan de personas cultas, de un nivel económico alto y lo más llamativo, hombres y mujeres entregados a una vida religiosa. ¿Por qué una monja, un sacerdote o un fraile son capaces de pactar con el demonio? La respuesta es factible si nos atenemos a los textos bíblicos

El Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, inaugurado en 1845 con el nombre de Instituto del Novic... more El Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, inaugurado en 1845 con el nombre de Instituto del Noviciado[1], junto con el Instituto San Isidro, fueron los dos primeros Institutos de Segunda Enseñanza que se crearon en Madrid durante el reinado de Isabel II, para impartir la enseñanza secundaria como consecuencia de la aprobación del conocido Plan Pidal, el cual integraba las enseñanzas medias en estos institutos. Tanto por su claustro como por su alumnado, pasaron multitud de personalidades cuyos expedientes podemos encontrar en el fondo de este instituto custodiado por el Archivo Histórico Nacional desde 1962[2]. Estos se completan con los expedientes de la Universidad Central, ya que al considerarse la Segunda Enseñanza la base para los estudios superiores, muchos de los alumnos de este Instituto continuaron sus estudios en dicha universidad. Los fondos de esta institución fueron igualmente depositados en el Archivo Histórico Nacional en diferentes remesas desde 1896[3]. La consulta de ambos fondos se puede considerar relevante para estudios de carácter biográfico y prosopográfico teniendo en cuenta que muchos alumnos del Instituto llegaron a ser personalidades públicas en el campo de la política, la literatura o las ciencias. Además, si damos un paso más allá, es una gran "mina" para la realización de estudios de género, ya que se puede comprobar la evolución de la presencia de la mujer en los estudios de segundo grado y superiores y el trato que recibían, como en alguna ocasión algunas de estas personalidades han afirmado. El caso que presentamos a continuación, cuyos expedientes hemos querido reseñar como pieza del mes del AHN, es el de la científica María del Carmen Martínez Sancho, primera mujer en España en conseguir un doctorado en Matemáticas en 1928 y una cátedra de instituto en esta misma disciplina en El Ferrol ese mismo año. Esta investigadora del primer tercio del siglo XX, toledana, ligada a la Institución Libre de
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