Videos by César M González Crespán
La Vía XX per loca maritima es la base y justificación del Camino de Santiago, contemporánea su m... more La Vía XX per loca maritima es la base y justificación del Camino de Santiago, contemporánea su medición y catalogación itineraria, por agrimensores de las oficinas técnicas imperiales, con los hechos descritos en el Códice Calixtino, Translatio Sancti Jacobi, camino por el mar, y además, camino por tierra entre Astorga, Lugo y Santiago de Compostela. Hechos, contemporáneos a la vida del mismo Apóstol Santiago, que permiten identificar el lugar de nombre Trigundo, con Santiago de Compostela y el lugar que hoy ocupa su Catedral. 5 views
Funcionamiento de un reloj de sol a través de varios relojes de sol de Vigo y alrededores. Medici... more Funcionamiento de un reloj de sol a través de varios relojes de sol de Vigo y alrededores. Medición del tiempo solar. 2 views
Presentación I Congreso Vía Aquitania - Camino de Santiago.
Esta presentación explica la vía rom... more Presentación I Congreso Vía Aquitania - Camino de Santiago.
Esta presentación explica la vía romana nº XX “per loca maritima”, cuyo trazado justifica el Camino de Santiago. Versiones previas de este trabajo se publicaron en las revistas El Nuevo Miliario de Madrid y Compostellanum, de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, entre otras. Como consecuencia de la resolución, y separación, de los Itinerarios XIX y XX, se puede determinar la localización de las aras sestianas, o altares de Augusto, y del monte Medulio. Presentación de la Vía romana XX per loca maritima en la Delegación de Vigo del ICOIIG y en el Re... more Presentación de la Vía romana XX per loca maritima en la Delegación de Vigo del ICOIIG y en el Rectorado a la Asociación de Amigos de los pazos. Códices y textos más importantes del Itinerario de Antonino. Cuadre matemático de las distancias de los tramos por lugares marítimos: islas, cabos y puertos. En tierra por las vaguadas de cotas suaves por donde están los miliarios romanos. "Camino por lugares marítimos desde Braga hasta Astorga". 2 views
Presentación de la vía romana nº XX per loca marítima XIII Congreso Internacional Caminería Hispá... more Presentación de la vía romana nº XX per loca marítima XIII Congreso Internacional Caminería Hispánica. Conicam XIII. E.T.S. de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, 22-24 nov. 2017 3 views
Papers by César M González Crespán
Journal of Computational Astronomy & Astronomical Computing Revista de astronomía computacional y cálculo astronómico, 2024
The Journal of Computational Astronomy & Astronomical Computing is an effort by the FAAE-Grupo de... more The Journal of Computational Astronomy & Astronomical Computing is an effort by the FAAE-Grupo de Cálculo Astronómico (GCA) to encourage the use of software tools and the development of codes and algorithms for astronomical applications within the framework of amateur astronomy, as well as to connect the amateur community with the professional astronomy community and promote cross-collaboration and ProAm projects between both groups.

EL NUEVO MILIARIO 18/19, May 10, 2018
Historias de miliarios, de venturas y desventuras que les han acaecido y otros artificios y engañ... more Historias de miliarios, de venturas y desventuras que les han acaecido y otros artificios y engaños que la vida nos enseña.
Este doble número, que se ha hecho esperar, como las cosas buenas de la vida, apabulla en sus inicios por el monográfico de Miliarios que el Maestro Jeddai Lostal nos da a conocer con esa tozudez aragonesa, la misma que podría mostrar Labordeta en el mejor de los sentidos. Y es que, en una noche estrellada, rodeado de miliarios uno puede oír sus voces, las historias que cuentan y su sentido de la vida. Y lo hace fuera del tiempo y del espacio, porque una de las cosas que se aprenden con la familia miliaria, es lo poco importante que es llevar razón y lo divertido que es argumentar, escuchar e ironizar sobre los misterios de la historia y la naturaleza humana.
Justo cuando me llegan los pdfs del contenido miliario me pilla la vida leyendo extrañas aventuras de exóticos países y aunque les parezca raro leo a la vez al genial Proust, sus caminos de Swan, sus magdalenas, sus paseos por el lago Leman y una novela más tardía del XVIII «Sueño en el Pabellón Rojo» de Cao Xuequin que tienen en común tener un montonazo de paginas y tomos y contar historias de familias de la época, mezclando los Alpes suizos, la Europa de los felices 20 y la China siempre recóndita e inexplicable para los occidentales que no tenemos las bases budistas de su existencia. Y en ambos casos con una prosa diletante fiel reflejo de la sociedad ociosa y desintegrada que les sirve de fondo en tiempos y lugares tan opuestos en busca de un tiempo perdido que jamás se recupera. En ambas novelas la escritura larga, lenta, minuciosa puede desorientar o aburrir al lector que quiere llegar de inmediato al grano de la evidencia; pero como dice en la introducción a Proust Javier del Prado, la evidencia es atributo solo de los dioses o de los tontos.
Solo desde esa posición zen uno puede acceder a los datos que nuestro corresponsal José Luis Mendoza Arellano nos envía sobre la posible ubicación de una ciudad perdida, Mentercosa, en la Carpetania prequijotesca y las vías de comunicación asociadas a esta ciudad citada por Ptolomeo en su Geographica. El paseo que nos propone Antonio Geanini por la via Cartago-Nova Complutum es un paseo por el negocio que supuso el esparto y el lapis specularis, aunque nada se diga del ocio posterior que ese mismo camino proporcionó en esos establecimientos, sin duda ya conocidas en época romana por sus luces rojas en mitad de las oscuras carreteras.
En el Miliario nos gustan mucho artículos como el de Diego M. Muñoz Hidalgo, que se salgan de las sendas habituales de la fundación augustea de Mérida por la cesariana, eso da vidilla a la hipótesis de la siempre inteligente y atrevida Alicia Canto.
Como es habitual en esta revista sería complicado que Jesús Rodríguez Morales no intentase meter mojarra en algún miliario o vía romana que una Galapagar y Móstoles y lo damos por hecho como un «clásico» dentro del género. Como no podía ser de otra manera contamos con artículos exóticos y periféricos para que los caminos no vayan siempre por el centro y hemos fichado a C. González Crespán para que nos acompaña en el recorrido de las vías XIX y XX con tramos por mar que son siempre de agradecer y a Patricia Argüelles Álvarez para conocer el conventus asturicense con todo detalle por esas trochas más del Diablo que de los Dioses.
En este número hay un artículo sobresaliente, tanto por el tema, como por la extensión y profundidad de poder recorrer con muy buenos fundamentos la Caledonia y el límite septentrional de Roma y sus relaciones comerciales con Britania, escrito por M. Vázquez Santiago. La pérfida Albión, la misteriosa Thule, Ierné e Hibernia pasan a ser gracias al bien documentado e ilustrado artículo, una parte nueva de lo que hasta ahora solo conocíamos gracias a Margary y the Viatores.
Pero por si eso fuera poco, uno de nuestros hombres más y mejor apegados al terreno, Jesus Sánchez Sánchez, se adentra en intrincados territorios literarios para debatir y refutar a los ilusos que pretenden haber descubierto el lugar más famoso de la Mancha y de cuyo nombre no quiso acordarse ni su autor, el nº 18/19, mayo 2018 2. El Nuevo Miliario propio Cervantes. Mi amigo Santiago Trancón acaba de publicar un libro sobre las huellas judías de Cervantes en León en el que da cuenta de que lo de la
Mancha es solo un recurso literario y que todas las aventuras pueden y deben situarse en León. Un servidor por si acaso y ojo que creo que lleva razón Jesus Sánchez tanto en lo de Villanueva de los Infantes como en la cueva de Montesinos en Cabra, da cuenta de lo que dice mi Maestro Francisco Máquez Villanueva de que no merece la pena disertar con los cervantistas porque los árboles no les suelen dejar ver el bosque. Es mejor leer el artículo «Cervantes en el garito» de Javier Rioyo con el que me siento mas identificado. De estos tiempos quijotescos vienen los primeros itinerarios como el Repertorio de Meneses, que analiza otro Jesús, López Requena, con el rigor y la inteligencia que lo caracteriza. Paralelo al Quijote y conocido como «El Quijote Chino» es el anónimo del XVI de las aventuras del Rey Mono, un recreación detallada del mito de Xuanzang, el monje que partió a la India en busca de los verdaderos textos budistas, un viaje iniciático jalonado por toda clase de catástrofes internas y externas y en el que le acompañan tres discípulos, siendo uno de ellos el Rey Mono. Esta narración del periodo Ming, el mas glorioso de la novela china conoce su final en el texto del XVIII del Pabellón Rojo, de la dinastía Quing, revendido en manuscritos en mercados, que narraba los desvelos amorosos de Bayou y Daiyu, sobre el telón de una familia de aristócratas los Jia, moradores de las mansiones Ning y Rong, en el fondo muy parecidas a la de los Verdurin y sus recorridos por la Europa decadente de principios de siglo, que literariamente solo se recupera con el Ulises de Joyce.
Ya son casi veinte los nuevos miliarios que han pasado por sus manos y sus dedos, lo digo porque por lo que nos prometen los planes editoriales y para ser fieles a los tiempos y a los dineros, nos vemos obligados a ser digitales. Para la familia miliaria nada cambia, los tiempos nunca son lineales ni circulares, son más bien espirales, como las novelas que hemos glosado, en lugar de comenzar por el corazón mismo de la espiral, lo hacen por el círculo más abierto, el que refiere la creación del universo y luego se estrechan sus arcos comunicantes hasta detenerse en seres o hechos pequeños, pero que en realidad son los que pueblan este vaso universo histórico y temporal que corre rumoroso y rápido como el vasto curso de las novelas que son como los grandes ríos chinos. Ya lo decía el tango «Veinte años no es nada», lo que hemos tardado en ser digitales...Y si una noche de invierno un viajero se detiene en un claro del bosque y coincide con la Hermandad Miliaria, que no se asuste que no son la Santa Compaña, solo humildes contadores de historias...

Journal of Computational Astronomy and Astronomical Computing (JCAAC), 2024
© Este artículo está protegido bajo una licencia Creative Commons Attribution 4.0 License. Este a... more © Este artículo está protegido bajo una licencia Creative Commons Attribution 4.0 License. Este artículo adjunta un software accesible en https://github.com/JCAAC-FAAE/No01-Nov2024-El_catalogo_de_estrellas_de_Hiparco
Resumen
Se quiere demostrar que Hiparco realizó el Catálogo de Estrellas del Almagesto, antes que Claudio Ptolomeo, quién giró los puntos solsticiales y equinocciales, el número de grados que él pensaba de la precesión, 1º/100 años, desde la época Hiparco. A comienzos del siglo XIX, Delambre, sugería que Ptolomeo no había realizado ninguna medición, copiando las observaciones y mediciones de Hiparco, con algunas posteriores, mal ejecutadas, para obtener el resultado esperado. Las observaciones y descripciones de eclipses que aparecen en el Almagesto están bien descritas, y se corresponden con hechos reales, hasta la época de Hiparco. Según Delambre, y otros autores más modernos, las observaciones y descripciones posteriores, son inventadas. Se han monitorizado las longitudes y latitudes eclípticas de las estrellas del Almagesto, en proyección Plate Carrée. Se han construido gráficos en proyección azimutal equidistante. Igualmente, se han tomado las mismas coordenadas de las estrellas más significativas de veinte constelaciones, en fecha J2000. Por medio de dos programas en Python/Cartopy, se han construido los gráficos de las estrellas en las dos eras, la del año primero de Antonino Pío, año 138 d.C., y la de fecha juliana J2000, girada retrocediendo los grados de la precesión real, 26,01º, entre ambas fechas. Hay una diferencia de 1,05º, entre las longitudes eclípticas de las estrellas J2000, giradas, y las del catálogo de estrellas del Almagesto, situadas hacia fechas 75 años más antiguas, lo que sugiere la existencia de un error sistemático.
libro festas Bouzas, 2024
Las sierras entre los montes Aloia y Galiñeiro son el lugar en que ocurrieron los hechos conocido... more Las sierras entre los montes Aloia y Galiñeiro son el lugar en que ocurrieron los hechos conocidos como Monte Medulio. Las legiones romanas de Antistio y Furnio sometieron a asedio a una gran multitud de hombres, que sucumbieron al cabo de tres años, prefiriendo la muerte a la esclavitud. Esta localización es coherente con las evidencias arqueológicas existentes y los relatos de Orosio y Schulten.

VIA AQUITANIA Ponencia César González Crespán, Nov 8, 2023
La Vía XX per loca maritima es la base y justificación del Camino de Santiago, contemporánea su m... more La Vía XX per loca maritima es la base y justificación del Camino de Santiago, contemporánea su medición y catalogación itineraria, por agrimensores de las oficinas técnicas imperiales, con los hechos descritos en el Códice Calixtino, Translatio Sancti Jacobi, camino por el mar, y además, camino por tierra entre Astorga, Lugo y Santiago de Compostela. Hechos, contemporáneos a la vida del mismo Apóstol Santiago, que permiten identificar el lugar de nombre Trigundo, con Santiago de Compostela y el lugar que hoy ocupa su Catedral.
De acuerdo con la Cosmografía del Anónimo de Rávena, escrito en un códice del siglo XIII, basado en documentos anteriores, los altares de Augusto se encuentran entre Turaqua y Quecelenis. Estos dos lugares son mansiones del Itinerario Antonino, cuya localización ajustada está en la Iglesia de Santa María do Viso (Turoqua) y en Caldas de Reyes (Aquis Celenis), según la resolución de las vías romanas XIX y XX. La ubicación del monte de A Peneda do Viso (Redondela/Soutomaior, Pontevedra), entre los dos lugares anteriores, un quilómetro al norte de la citada Iglesia, en dirección hacia Caldas de Reyes, así como la existencia en este lugar, de recargada historia en tiempos medievales, de las ruinas del basamento de un gran edificio y otras estructuras más que pudieran ser restos de varios altares, encajan con los textos de los autores clásicos, que citan los tres altares dedicados a Augusto, emperador romano, consagrados al Sol, construidos por su legado Lucio Sestio Quirinalis, la Corographia de Pomponio Mela, la Historia Naturalis de Plinio el viejo, la Geographia de Claudio Ptolomeo, el Parroquial Suevo y dos inscripciones latinas encontradas en Tarragona. Este lugar fue un santuario en tiempos antiguos. Estos altares se construyeron para conmemorar el fin de las guerras de Octavio Augusto (Octavianus), en la Hispania Tarraconense, contra cántabros, astures, leoneses y galaicos. La cercanía del Monte Aloia en relación con este lugar, ambos en la parte sur de la provincia de Pontevedra, sugiere que la tesis de Schulten, quién ya a principios del siglo XX ubicaba el Monte Medulio en ese lugar, es la correcta. Esto es coherente con las descripciones geográficas de los historiadores antiguos, Lucio Anneo Floro y Paulo Orosio, que ubican el lugar al occidente de Galicia, junto al océano y cerca del río Miño. La existencia de una fortaleza en la cumbre del cercano Monte Galiñeiro, permite determinar que las sierras entre ambos montes se inscriben en un perímetro de longitud igual a la fosa de asedio descrita por estos dos autores antiguos. Esta ubicación occidental invita a localizar más al este la posición del Monte Vindio, en el Bierzo, cercano al lugar donde se encontraba Bergido, enterradas sus murallas bajo el monte del castro de La Ventosa. Por último, la correcta interpretación de los Petroglifos bélicos de Auga da Laxe, junto al Monte Galiñeiro, datables al final de la edad del hierro, época romana, y vinculables a los hechos del Monte Medulio, son la prueba de la fosa de asedio, que permiten confirmar la realidad de los citados hechos en los lugares descritos.
LIBRO FESTAS BOUZAS, 2023
Pág. 35/36 Bouzas en la época romana
Asociación Astronómica de Vigo, 2022
La entrevista entre Francisco Franco y Adolf Hitler tuvo lugar en la estación de ferrocarril de l... more La entrevista entre Francisco Franco y Adolf Hitler tuvo lugar en la estación de ferrocarril de la localidad francesa de Hendaya, junto a la frontera hispano-francesa, el 23 de octubre de 1940. La reunión estaba prevista a las 15h 20min CEST, que era la hora oficial de Alemania, y por añadidura, de la Francia ocupada por Alemania, donde el III Reich había extendido el horario oficial de Alemania. Hitler acudió puntualmente a la cita, pero Franco se retrasó ocho minutos, debido al mal estado de las comunicaciones por ferrocarril en España, a causa de la guerra. Se había desplazado desde Madrid a San Sebastián en automóvil, y desde aquí a Hendaya en ferrocarril. Debido al retraso de Franco en acudir, la entrevista comenzó a las 15h 28min CEST.
Asociación Astronómica de Vigo, 2022
Para mi es una verdadera molestia, desde hace años, mirar hacia el sur y comprobar que el sol cru... more Para mi es una verdadera molestia, desde hace años, mirar hacia el sur y comprobar que el sol cruza el meridiano a una hora muy inadecuada, nunca las doce horas, sino las trece horas, las catorce horas y horas mayores aún en las longitudes occidentales en las que nos encontramos, alejadas hacia el oeste con respecto al meridiano central del huso horario de Greenwich, huso horario situado al este de nuestra ubicación, y huso horario en el que se encuadran la mayoría de las longitudes peninsulares. ¿Para que tenemos máquinas casi perfectas que se llaman relojes mecánicos, o electrónicos, si los desajustes legales las hacen máquinas complicadas absolutamente inexactas?

De acuerdo con la Cosmografía del Anónimo de Rávena, escrito en un códice del siglo XIII, basado ... more De acuerdo con la Cosmografía del Anónimo de Rávena, escrito en un códice del siglo XIII, basado en documentos anteriores, los altares de Augusto se encuentran entre Turaqua y Quecelenis. Estos dos lugares son mansiones del Itinerario Antonino, cuya localización ajustada está en la Iglesia de Santa María do Viso (Turoqua) y en Caldas de Reyes (Aquis Celenis), según la resolución de las vías romanas XIX y XX. La ubicación del monte de A Peneda do Viso (Redondela/Soutomaior, Pontevedra), entre los dos lugares anteriores, un quilómetro al norte de la citada Iglesia, en dirección hacia Caldas de Reyes, así como la existencia en este lugar, de recargada historia en tiempos medievales, de las ruinas del basamento de un gran edificio, y otras estructuras más, que pudieran ser restos de varios altares, encajan con los textos de los autores clásicos, que citan los tres altares dedicados a Augusto. El Monte Medulio está cerca, siendo los petroglifos bélicos de Auga da Laxe la huella de la fosa de asedio.

I Congreso Vía Aquitania - Camino de Santiago, 2022
La Vía XX per loca maritima es la base y justificación del Camino de Santiago, contemporánea su m... more La Vía XX per loca maritima es la base y justificación del Camino de Santiago, contemporánea su medición y catalogación itineraria, por agrimensores de las oficinas técnicas imperiales, con los hechos descritos en el Códice Calixtino, Translatio Sancti Jacobi, camino por el mar, y además, camino por tierra entre Astorga, Lugo y Santiago de Compostela. Hechos, contemporáneos a la vida del mismo Apóstol Santiago, que permiten identificar el lugar de nombre Trigundo, con Santiago de Compostela y el lugar que hoy ocupa su Catedral. De acuerdo con la Cosmografía del Anónimo de Rávena, escrito en un códice del siglo XIII, basado en documentos anteriores, los altares de Augusto se encuentran entre Turaqua y Quecelenis. Estos dos lugares son mansiones del Itinerario Antonino, cuya localización ajustada está en la Iglesia de Santa María do Viso (Turoqua) y en Caldas de Reyes (Aquis Celenis), según la resolución de las vías romanas XIX y XX. La ubicación del monte de A Peneda do Viso (Redondela/Soutomaior, Pontevedra), entre los dos lugares anteriores, un quilómetro al norte de la citada Iglesia, en dirección hacia Caldas de Reyes, así como la existencia en este lugar, de recargada historia en tiempos medievales, de las ruinas del basamento de un gran edificio y otras estructuras más que pudieran ser restos de varios altares, encajan con los textos de los autores clásicos, que citan los tres altares dedicados a Augusto. El Monte Medulio está cerca, siendo los petroglifos bélicos de Auga da Laxe la huella de la fosa de asedio.
Asociación Astronómica de Vigo, 2022
El reloj de sol tiene una cara declinante al este 30˚, inclinada 87˚ con respecto a la vertical, ... more El reloj de sol tiene una cara declinante al este 30˚, inclinada 87˚ con respecto a la vertical, para las horas de la mañana, y otra cara vertical declinante al oeste 10˚ para las horas de la tarde.

Revista Aunios (O Grove), 2021
Na parte occidental do océano tamén dez illas, chamadas Prateadas (cassitérides, ou da cor do est... more Na parte occidental do océano tamén dez illas, chamadas Prateadas (cassitérides, ou da cor do estaño). Os graos de cuxa metade son 4 (Lonx. 4,0°) 45 ½ (Lat. 45,5°). Ademais dúas illas dos deuses (Douradas). Das cales a metade está en 4 ½ (Lonx. 4,7°) 43 ½ (Lat. 43,3°). Claudio Ptolomeo de Alexandría, Geographia. Esta é a tradución ao latín: Insulae uero adiacent Tarraconensi, in Cantabrico quidem Oceano, quae nominantur Trileuci scopuli tres. Quarum medium gradus habet 9 46 ½ ¼. In occidentali autem Oceano Insulae decem, Cattiderides dictae. Quarum medium gradus habet 4 45. Praeterea Deorum insulae duae. Quarum medium habet 4 ½ 43 ½. Claudii Ptolemaeii Alexandrini, Geographicae enarrationis. Desta maneira, Claudio Ptolomeo sitúa o arquipélago das Dez illas Cassitérides, illas do estaño, ou illas prateadas, entre as Tres Rochas Brancas, ou illas Sisargas, e as Dúas illas dos deuses, illas douradas, illas de Zeus ou illas Cíes. Naqueles tempos (época romana, metade do século II d.C.), xa se asociara o nome destas illas á Ruta do estaño, mineral que forma en aliaxe co cobre, nun forno de leña, o bronce. Non apareceron na zona noroccidental de Hispania, instalacións que fagan supoñer a existencia dunha industria asociada á explotación do estaño, mineral de baixa lei, do que debe separarse a mena da ganga, para realizar o transporte en barco, de forma que sexa rendible. O estaño é un mineral de escaso valor, cun baixo punto de fusión, e as minas, abundantes por todo o orbe, soen atoparse na proximidade do lugar no que se vai fundir co cobre, mineral máis escaso, e dun punto de fusión máis alto. A Ruta das illas cassitérides é un mito creado dende tempos aínda máis antigos, debido ao nome dado a estas dez illas que se atopaban na costa de Galicia, polos antigos navegantes gregos, asociado nun símil, a que ocupaban un nivel máis baixo no escalafón dos deuses, sendo máis acertado traducir o seu significado polo de illas da cor do estaño, é dicir, prateadas.

Diario Atlántico, 2021
Hacia el año segundo del emperador romano Antonino Pío (año 140 d.C.), el geógrafo y astrónomo gr... more Hacia el año segundo del emperador romano Antonino Pío (año 140 d.C.), el geógrafo y astrónomo greco-egipcio Claudio Ptolomeo de Alejandría realizó veintisiete mapas de la geografía de todo el mundo conocido en aquellos tiempos
El primero de estos mapas era de las Islas Británicas, islas de Irlanda y Gran Bretaña, llamadas Hibernia y Albionis. El segundo mapa era de la Península Ibérica, Hispaniae situs. Seguían los mapas de las Galias, Germania, Italia, Grecia, y otros lugares de Europa, hasta alcanzar diez mapas. África la dibujó en cuatro mapas, desde Marruecos a Egipto, y hasta el territorio austral de Agisymba, en Etiopía meridional. Asia en doce mapas, desde Asia Menor (hoy Turquía), hasta la India, la isla de Ceilán y el sudeste asiático. El mundo conocido abarcaba 180° de Longitud, desde las islas Canarias hasta un lugar llamado Cattigara, muy al este, donde vivían los chinos. Por último realizó un mapa general, compendio de todos los anteriores. Estos mapas fueron delineados por el mecánico Agatodaemon de Alejandría, a partir de los cálculos y estimaciones de las longitudes y latitudes geográficas de Claudio Ptolomeo. De estos mapas, la copia más antigua, en varios colores, que representan, el mar, de color azul, la tierra, de color blanco, las montañas, de color marrón claro, y donde aparecen también los ríos, se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria. En el mapa segundo, de los Hispaniae situs, aparecen tres archipiélagos frente a las costas de lo que hoy llamamos Galicia, que se llamaba igual en aquellos tiempos, situada en la Tarraconense. El archipiélago más al sur, de dos islas, llamadas por él, Islas de los Dioses, siendo para él, Zeus, la deidad suprema, está situado casi en frente de la desembocadura del río Miño, algo más al sur de lo que le corresponde en la realidad. No es difícil identificar estas islas con las Islas Cíes. Algo más al norte, también en los Hispaniae situs, para que no quepan dudas de situarlas donde corresponde, y no junto a la lejana isla de Gran Bretaña, que está en el mapa primero, sitúa las llamadas islas Cassitérides, y dice que son diez. Más al norte, sitúa un tercer archipiélago llamado Tres Rocas Blancas, que no es difícil identificar con las tres Islas Sisargas. El archipiélago de en medio, en el mapa de la Geografía, frente a las costas de Galicia, de las diez islas Cassitérides, también llamadas islas del Estaño, de acuerdo con el mito surgido en los tiempos antiguos, es fácil, para los que habitamos en las costas occidentales de Galicia, con sus rías, identificarlo, sabiendo que O Grove era una isla en los tiempos antiguos, que está junto a la isla de La Toja (A Toxa), además de Ons, Onza, Sálvora, Arosa, Jidoiros, Sagres, Noro, Vionta, Insuabela, Rúa, Cortegada, que constituyen en conjunto, un archipiélago de unas diez islas. Estas islas no son míticas, sino que son reales, y están, algunas de ellas, densamente habitadas por seres humanos, y más lo estuvieron en el pasado. Las islas Cíes están hoy también pobladas, pero escasamente, siempre fue así, y más en los tiempos antiguos, cuando los primeros navegantes griegos llegaron a ellas, a mediados del primer milenio antes de Cristo. No dudaron en identificarlas como las Islas de los dioses, con sus altas y rocosas cumbres, morada de Zeus y de otras deidades, que les concedían la tranquilidad de sus protegidas aguas, después del largo viaje por el agitado, y tormentoso océano. Como si en sus largas playas, hubieran llegado a Rodas, la isla desde la que partieron.
Dibujaron un mapa con tres archipiélagos, frente a las costas de la Tarraconense noroccidental: Dos Islas Doradas, Diez Islas Plateadas y Tres Rocas Blancas.
En las costas de Galicia hay tres archipiélagos: las dos Islas Cíes, Ons, Onza, Sálvora, O Grove (antigua isla), A Toxa, Arosa, Jidoiros, Vionta, Rúa, y las Tres rocas Sisargas."
La Voz de Galicia, 2021
Vicus Spacorum no existió, pero sí Vico Spacorum, y estaba en Cíes. El hito de la vía romana 20 p... more Vicus Spacorum no existió, pero sí Vico Spacorum, y estaba en Cíes. El hito de la vía romana 20 per loca maritima se corresponde con el Cabo Vicos y está asociado con O Castro, en la ciudad olívica.
Diario Atlántico, 2020
La polémica infinita sobre el origen de Vigo y el sepulcro del Apóstol tiene una respuesta en el ... more La polémica infinita sobre el origen de Vigo y el sepulcro del Apóstol tiene una respuesta en el investigador vigués César Crespán: la vía Per Loca Maritima confirmaría el nombre de Vico y el itinerario de Santiago
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Videos by César M González Crespán
Esta presentación explica la vía romana nº XX “per loca maritima”, cuyo trazado justifica el Camino de Santiago. Versiones previas de este trabajo se publicaron en las revistas El Nuevo Miliario de Madrid y Compostellanum, de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, entre otras. Como consecuencia de la resolución, y separación, de los Itinerarios XIX y XX, se puede determinar la localización de las aras sestianas, o altares de Augusto, y del monte Medulio.
Papers by César M González Crespán
Este doble número, que se ha hecho esperar, como las cosas buenas de la vida, apabulla en sus inicios por el monográfico de Miliarios que el Maestro Jeddai Lostal nos da a conocer con esa tozudez aragonesa, la misma que podría mostrar Labordeta en el mejor de los sentidos. Y es que, en una noche estrellada, rodeado de miliarios uno puede oír sus voces, las historias que cuentan y su sentido de la vida. Y lo hace fuera del tiempo y del espacio, porque una de las cosas que se aprenden con la familia miliaria, es lo poco importante que es llevar razón y lo divertido que es argumentar, escuchar e ironizar sobre los misterios de la historia y la naturaleza humana.
Justo cuando me llegan los pdfs del contenido miliario me pilla la vida leyendo extrañas aventuras de exóticos países y aunque les parezca raro leo a la vez al genial Proust, sus caminos de Swan, sus magdalenas, sus paseos por el lago Leman y una novela más tardía del XVIII «Sueño en el Pabellón Rojo» de Cao Xuequin que tienen en común tener un montonazo de paginas y tomos y contar historias de familias de la época, mezclando los Alpes suizos, la Europa de los felices 20 y la China siempre recóndita e inexplicable para los occidentales que no tenemos las bases budistas de su existencia. Y en ambos casos con una prosa diletante fiel reflejo de la sociedad ociosa y desintegrada que les sirve de fondo en tiempos y lugares tan opuestos en busca de un tiempo perdido que jamás se recupera. En ambas novelas la escritura larga, lenta, minuciosa puede desorientar o aburrir al lector que quiere llegar de inmediato al grano de la evidencia; pero como dice en la introducción a Proust Javier del Prado, la evidencia es atributo solo de los dioses o de los tontos.
Solo desde esa posición zen uno puede acceder a los datos que nuestro corresponsal José Luis Mendoza Arellano nos envía sobre la posible ubicación de una ciudad perdida, Mentercosa, en la Carpetania prequijotesca y las vías de comunicación asociadas a esta ciudad citada por Ptolomeo en su Geographica. El paseo que nos propone Antonio Geanini por la via Cartago-Nova Complutum es un paseo por el negocio que supuso el esparto y el lapis specularis, aunque nada se diga del ocio posterior que ese mismo camino proporcionó en esos establecimientos, sin duda ya conocidas en época romana por sus luces rojas en mitad de las oscuras carreteras.
En el Miliario nos gustan mucho artículos como el de Diego M. Muñoz Hidalgo, que se salgan de las sendas habituales de la fundación augustea de Mérida por la cesariana, eso da vidilla a la hipótesis de la siempre inteligente y atrevida Alicia Canto.
Como es habitual en esta revista sería complicado que Jesús Rodríguez Morales no intentase meter mojarra en algún miliario o vía romana que una Galapagar y Móstoles y lo damos por hecho como un «clásico» dentro del género. Como no podía ser de otra manera contamos con artículos exóticos y periféricos para que los caminos no vayan siempre por el centro y hemos fichado a C. González Crespán para que nos acompaña en el recorrido de las vías XIX y XX con tramos por mar que son siempre de agradecer y a Patricia Argüelles Álvarez para conocer el conventus asturicense con todo detalle por esas trochas más del Diablo que de los Dioses.
En este número hay un artículo sobresaliente, tanto por el tema, como por la extensión y profundidad de poder recorrer con muy buenos fundamentos la Caledonia y el límite septentrional de Roma y sus relaciones comerciales con Britania, escrito por M. Vázquez Santiago. La pérfida Albión, la misteriosa Thule, Ierné e Hibernia pasan a ser gracias al bien documentado e ilustrado artículo, una parte nueva de lo que hasta ahora solo conocíamos gracias a Margary y the Viatores.
Pero por si eso fuera poco, uno de nuestros hombres más y mejor apegados al terreno, Jesus Sánchez Sánchez, se adentra en intrincados territorios literarios para debatir y refutar a los ilusos que pretenden haber descubierto el lugar más famoso de la Mancha y de cuyo nombre no quiso acordarse ni su autor, el nº 18/19, mayo 2018 2. El Nuevo Miliario propio Cervantes. Mi amigo Santiago Trancón acaba de publicar un libro sobre las huellas judías de Cervantes en León en el que da cuenta de que lo de la
Mancha es solo un recurso literario y que todas las aventuras pueden y deben situarse en León. Un servidor por si acaso y ojo que creo que lleva razón Jesus Sánchez tanto en lo de Villanueva de los Infantes como en la cueva de Montesinos en Cabra, da cuenta de lo que dice mi Maestro Francisco Máquez Villanueva de que no merece la pena disertar con los cervantistas porque los árboles no les suelen dejar ver el bosque. Es mejor leer el artículo «Cervantes en el garito» de Javier Rioyo con el que me siento mas identificado. De estos tiempos quijotescos vienen los primeros itinerarios como el Repertorio de Meneses, que analiza otro Jesús, López Requena, con el rigor y la inteligencia que lo caracteriza. Paralelo al Quijote y conocido como «El Quijote Chino» es el anónimo del XVI de las aventuras del Rey Mono, un recreación detallada del mito de Xuanzang, el monje que partió a la India en busca de los verdaderos textos budistas, un viaje iniciático jalonado por toda clase de catástrofes internas y externas y en el que le acompañan tres discípulos, siendo uno de ellos el Rey Mono. Esta narración del periodo Ming, el mas glorioso de la novela china conoce su final en el texto del XVIII del Pabellón Rojo, de la dinastía Quing, revendido en manuscritos en mercados, que narraba los desvelos amorosos de Bayou y Daiyu, sobre el telón de una familia de aristócratas los Jia, moradores de las mansiones Ning y Rong, en el fondo muy parecidas a la de los Verdurin y sus recorridos por la Europa decadente de principios de siglo, que literariamente solo se recupera con el Ulises de Joyce.
Ya son casi veinte los nuevos miliarios que han pasado por sus manos y sus dedos, lo digo porque por lo que nos prometen los planes editoriales y para ser fieles a los tiempos y a los dineros, nos vemos obligados a ser digitales. Para la familia miliaria nada cambia, los tiempos nunca son lineales ni circulares, son más bien espirales, como las novelas que hemos glosado, en lugar de comenzar por el corazón mismo de la espiral, lo hacen por el círculo más abierto, el que refiere la creación del universo y luego se estrechan sus arcos comunicantes hasta detenerse en seres o hechos pequeños, pero que en realidad son los que pueblan este vaso universo histórico y temporal que corre rumoroso y rápido como el vasto curso de las novelas que son como los grandes ríos chinos. Ya lo decía el tango «Veinte años no es nada», lo que hemos tardado en ser digitales...Y si una noche de invierno un viajero se detiene en un claro del bosque y coincide con la Hermandad Miliaria, que no se asuste que no son la Santa Compaña, solo humildes contadores de historias...
Resumen
Se quiere demostrar que Hiparco realizó el Catálogo de Estrellas del Almagesto, antes que Claudio Ptolomeo, quién giró los puntos solsticiales y equinocciales, el número de grados que él pensaba de la precesión, 1º/100 años, desde la época Hiparco. A comienzos del siglo XIX, Delambre, sugería que Ptolomeo no había realizado ninguna medición, copiando las observaciones y mediciones de Hiparco, con algunas posteriores, mal ejecutadas, para obtener el resultado esperado. Las observaciones y descripciones de eclipses que aparecen en el Almagesto están bien descritas, y se corresponden con hechos reales, hasta la época de Hiparco. Según Delambre, y otros autores más modernos, las observaciones y descripciones posteriores, son inventadas. Se han monitorizado las longitudes y latitudes eclípticas de las estrellas del Almagesto, en proyección Plate Carrée. Se han construido gráficos en proyección azimutal equidistante. Igualmente, se han tomado las mismas coordenadas de las estrellas más significativas de veinte constelaciones, en fecha J2000. Por medio de dos programas en Python/Cartopy, se han construido los gráficos de las estrellas en las dos eras, la del año primero de Antonino Pío, año 138 d.C., y la de fecha juliana J2000, girada retrocediendo los grados de la precesión real, 26,01º, entre ambas fechas. Hay una diferencia de 1,05º, entre las longitudes eclípticas de las estrellas J2000, giradas, y las del catálogo de estrellas del Almagesto, situadas hacia fechas 75 años más antiguas, lo que sugiere la existencia de un error sistemático.
De acuerdo con la Cosmografía del Anónimo de Rávena, escrito en un códice del siglo XIII, basado en documentos anteriores, los altares de Augusto se encuentran entre Turaqua y Quecelenis. Estos dos lugares son mansiones del Itinerario Antonino, cuya localización ajustada está en la Iglesia de Santa María do Viso (Turoqua) y en Caldas de Reyes (Aquis Celenis), según la resolución de las vías romanas XIX y XX. La ubicación del monte de A Peneda do Viso (Redondela/Soutomaior, Pontevedra), entre los dos lugares anteriores, un quilómetro al norte de la citada Iglesia, en dirección hacia Caldas de Reyes, así como la existencia en este lugar, de recargada historia en tiempos medievales, de las ruinas del basamento de un gran edificio y otras estructuras más que pudieran ser restos de varios altares, encajan con los textos de los autores clásicos, que citan los tres altares dedicados a Augusto, emperador romano, consagrados al Sol, construidos por su legado Lucio Sestio Quirinalis, la Corographia de Pomponio Mela, la Historia Naturalis de Plinio el viejo, la Geographia de Claudio Ptolomeo, el Parroquial Suevo y dos inscripciones latinas encontradas en Tarragona. Este lugar fue un santuario en tiempos antiguos. Estos altares se construyeron para conmemorar el fin de las guerras de Octavio Augusto (Octavianus), en la Hispania Tarraconense, contra cántabros, astures, leoneses y galaicos. La cercanía del Monte Aloia en relación con este lugar, ambos en la parte sur de la provincia de Pontevedra, sugiere que la tesis de Schulten, quién ya a principios del siglo XX ubicaba el Monte Medulio en ese lugar, es la correcta. Esto es coherente con las descripciones geográficas de los historiadores antiguos, Lucio Anneo Floro y Paulo Orosio, que ubican el lugar al occidente de Galicia, junto al océano y cerca del río Miño. La existencia de una fortaleza en la cumbre del cercano Monte Galiñeiro, permite determinar que las sierras entre ambos montes se inscriben en un perímetro de longitud igual a la fosa de asedio descrita por estos dos autores antiguos. Esta ubicación occidental invita a localizar más al este la posición del Monte Vindio, en el Bierzo, cercano al lugar donde se encontraba Bergido, enterradas sus murallas bajo el monte del castro de La Ventosa. Por último, la correcta interpretación de los Petroglifos bélicos de Auga da Laxe, junto al Monte Galiñeiro, datables al final de la edad del hierro, época romana, y vinculables a los hechos del Monte Medulio, son la prueba de la fosa de asedio, que permiten confirmar la realidad de los citados hechos en los lugares descritos.
El primero de estos mapas era de las Islas Británicas, islas de Irlanda y Gran Bretaña, llamadas Hibernia y Albionis. El segundo mapa era de la Península Ibérica, Hispaniae situs. Seguían los mapas de las Galias, Germania, Italia, Grecia, y otros lugares de Europa, hasta alcanzar diez mapas. África la dibujó en cuatro mapas, desde Marruecos a Egipto, y hasta el territorio austral de Agisymba, en Etiopía meridional. Asia en doce mapas, desde Asia Menor (hoy Turquía), hasta la India, la isla de Ceilán y el sudeste asiático. El mundo conocido abarcaba 180° de Longitud, desde las islas Canarias hasta un lugar llamado Cattigara, muy al este, donde vivían los chinos. Por último realizó un mapa general, compendio de todos los anteriores. Estos mapas fueron delineados por el mecánico Agatodaemon de Alejandría, a partir de los cálculos y estimaciones de las longitudes y latitudes geográficas de Claudio Ptolomeo. De estos mapas, la copia más antigua, en varios colores, que representan, el mar, de color azul, la tierra, de color blanco, las montañas, de color marrón claro, y donde aparecen también los ríos, se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria. En el mapa segundo, de los Hispaniae situs, aparecen tres archipiélagos frente a las costas de lo que hoy llamamos Galicia, que se llamaba igual en aquellos tiempos, situada en la Tarraconense. El archipiélago más al sur, de dos islas, llamadas por él, Islas de los Dioses, siendo para él, Zeus, la deidad suprema, está situado casi en frente de la desembocadura del río Miño, algo más al sur de lo que le corresponde en la realidad. No es difícil identificar estas islas con las Islas Cíes. Algo más al norte, también en los Hispaniae situs, para que no quepan dudas de situarlas donde corresponde, y no junto a la lejana isla de Gran Bretaña, que está en el mapa primero, sitúa las llamadas islas Cassitérides, y dice que son diez. Más al norte, sitúa un tercer archipiélago llamado Tres Rocas Blancas, que no es difícil identificar con las tres Islas Sisargas. El archipiélago de en medio, en el mapa de la Geografía, frente a las costas de Galicia, de las diez islas Cassitérides, también llamadas islas del Estaño, de acuerdo con el mito surgido en los tiempos antiguos, es fácil, para los que habitamos en las costas occidentales de Galicia, con sus rías, identificarlo, sabiendo que O Grove era una isla en los tiempos antiguos, que está junto a la isla de La Toja (A Toxa), además de Ons, Onza, Sálvora, Arosa, Jidoiros, Sagres, Noro, Vionta, Insuabela, Rúa, Cortegada, que constituyen en conjunto, un archipiélago de unas diez islas. Estas islas no son míticas, sino que son reales, y están, algunas de ellas, densamente habitadas por seres humanos, y más lo estuvieron en el pasado. Las islas Cíes están hoy también pobladas, pero escasamente, siempre fue así, y más en los tiempos antiguos, cuando los primeros navegantes griegos llegaron a ellas, a mediados del primer milenio antes de Cristo. No dudaron en identificarlas como las Islas de los dioses, con sus altas y rocosas cumbres, morada de Zeus y de otras deidades, que les concedían la tranquilidad de sus protegidas aguas, después del largo viaje por el agitado, y tormentoso océano. Como si en sus largas playas, hubieran llegado a Rodas, la isla desde la que partieron.
Dibujaron un mapa con tres archipiélagos, frente a las costas de la Tarraconense noroccidental: Dos Islas Doradas, Diez Islas Plateadas y Tres Rocas Blancas.
En las costas de Galicia hay tres archipiélagos: las dos Islas Cíes, Ons, Onza, Sálvora, O Grove (antigua isla), A Toxa, Arosa, Jidoiros, Vionta, Rúa, y las Tres rocas Sisargas."
Esta presentación explica la vía romana nº XX “per loca maritima”, cuyo trazado justifica el Camino de Santiago. Versiones previas de este trabajo se publicaron en las revistas El Nuevo Miliario de Madrid y Compostellanum, de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, entre otras. Como consecuencia de la resolución, y separación, de los Itinerarios XIX y XX, se puede determinar la localización de las aras sestianas, o altares de Augusto, y del monte Medulio.
Este doble número, que se ha hecho esperar, como las cosas buenas de la vida, apabulla en sus inicios por el monográfico de Miliarios que el Maestro Jeddai Lostal nos da a conocer con esa tozudez aragonesa, la misma que podría mostrar Labordeta en el mejor de los sentidos. Y es que, en una noche estrellada, rodeado de miliarios uno puede oír sus voces, las historias que cuentan y su sentido de la vida. Y lo hace fuera del tiempo y del espacio, porque una de las cosas que se aprenden con la familia miliaria, es lo poco importante que es llevar razón y lo divertido que es argumentar, escuchar e ironizar sobre los misterios de la historia y la naturaleza humana.
Justo cuando me llegan los pdfs del contenido miliario me pilla la vida leyendo extrañas aventuras de exóticos países y aunque les parezca raro leo a la vez al genial Proust, sus caminos de Swan, sus magdalenas, sus paseos por el lago Leman y una novela más tardía del XVIII «Sueño en el Pabellón Rojo» de Cao Xuequin que tienen en común tener un montonazo de paginas y tomos y contar historias de familias de la época, mezclando los Alpes suizos, la Europa de los felices 20 y la China siempre recóndita e inexplicable para los occidentales que no tenemos las bases budistas de su existencia. Y en ambos casos con una prosa diletante fiel reflejo de la sociedad ociosa y desintegrada que les sirve de fondo en tiempos y lugares tan opuestos en busca de un tiempo perdido que jamás se recupera. En ambas novelas la escritura larga, lenta, minuciosa puede desorientar o aburrir al lector que quiere llegar de inmediato al grano de la evidencia; pero como dice en la introducción a Proust Javier del Prado, la evidencia es atributo solo de los dioses o de los tontos.
Solo desde esa posición zen uno puede acceder a los datos que nuestro corresponsal José Luis Mendoza Arellano nos envía sobre la posible ubicación de una ciudad perdida, Mentercosa, en la Carpetania prequijotesca y las vías de comunicación asociadas a esta ciudad citada por Ptolomeo en su Geographica. El paseo que nos propone Antonio Geanini por la via Cartago-Nova Complutum es un paseo por el negocio que supuso el esparto y el lapis specularis, aunque nada se diga del ocio posterior que ese mismo camino proporcionó en esos establecimientos, sin duda ya conocidas en época romana por sus luces rojas en mitad de las oscuras carreteras.
En el Miliario nos gustan mucho artículos como el de Diego M. Muñoz Hidalgo, que se salgan de las sendas habituales de la fundación augustea de Mérida por la cesariana, eso da vidilla a la hipótesis de la siempre inteligente y atrevida Alicia Canto.
Como es habitual en esta revista sería complicado que Jesús Rodríguez Morales no intentase meter mojarra en algún miliario o vía romana que una Galapagar y Móstoles y lo damos por hecho como un «clásico» dentro del género. Como no podía ser de otra manera contamos con artículos exóticos y periféricos para que los caminos no vayan siempre por el centro y hemos fichado a C. González Crespán para que nos acompaña en el recorrido de las vías XIX y XX con tramos por mar que son siempre de agradecer y a Patricia Argüelles Álvarez para conocer el conventus asturicense con todo detalle por esas trochas más del Diablo que de los Dioses.
En este número hay un artículo sobresaliente, tanto por el tema, como por la extensión y profundidad de poder recorrer con muy buenos fundamentos la Caledonia y el límite septentrional de Roma y sus relaciones comerciales con Britania, escrito por M. Vázquez Santiago. La pérfida Albión, la misteriosa Thule, Ierné e Hibernia pasan a ser gracias al bien documentado e ilustrado artículo, una parte nueva de lo que hasta ahora solo conocíamos gracias a Margary y the Viatores.
Pero por si eso fuera poco, uno de nuestros hombres más y mejor apegados al terreno, Jesus Sánchez Sánchez, se adentra en intrincados territorios literarios para debatir y refutar a los ilusos que pretenden haber descubierto el lugar más famoso de la Mancha y de cuyo nombre no quiso acordarse ni su autor, el nº 18/19, mayo 2018 2. El Nuevo Miliario propio Cervantes. Mi amigo Santiago Trancón acaba de publicar un libro sobre las huellas judías de Cervantes en León en el que da cuenta de que lo de la
Mancha es solo un recurso literario y que todas las aventuras pueden y deben situarse en León. Un servidor por si acaso y ojo que creo que lleva razón Jesus Sánchez tanto en lo de Villanueva de los Infantes como en la cueva de Montesinos en Cabra, da cuenta de lo que dice mi Maestro Francisco Máquez Villanueva de que no merece la pena disertar con los cervantistas porque los árboles no les suelen dejar ver el bosque. Es mejor leer el artículo «Cervantes en el garito» de Javier Rioyo con el que me siento mas identificado. De estos tiempos quijotescos vienen los primeros itinerarios como el Repertorio de Meneses, que analiza otro Jesús, López Requena, con el rigor y la inteligencia que lo caracteriza. Paralelo al Quijote y conocido como «El Quijote Chino» es el anónimo del XVI de las aventuras del Rey Mono, un recreación detallada del mito de Xuanzang, el monje que partió a la India en busca de los verdaderos textos budistas, un viaje iniciático jalonado por toda clase de catástrofes internas y externas y en el que le acompañan tres discípulos, siendo uno de ellos el Rey Mono. Esta narración del periodo Ming, el mas glorioso de la novela china conoce su final en el texto del XVIII del Pabellón Rojo, de la dinastía Quing, revendido en manuscritos en mercados, que narraba los desvelos amorosos de Bayou y Daiyu, sobre el telón de una familia de aristócratas los Jia, moradores de las mansiones Ning y Rong, en el fondo muy parecidas a la de los Verdurin y sus recorridos por la Europa decadente de principios de siglo, que literariamente solo se recupera con el Ulises de Joyce.
Ya son casi veinte los nuevos miliarios que han pasado por sus manos y sus dedos, lo digo porque por lo que nos prometen los planes editoriales y para ser fieles a los tiempos y a los dineros, nos vemos obligados a ser digitales. Para la familia miliaria nada cambia, los tiempos nunca son lineales ni circulares, son más bien espirales, como las novelas que hemos glosado, en lugar de comenzar por el corazón mismo de la espiral, lo hacen por el círculo más abierto, el que refiere la creación del universo y luego se estrechan sus arcos comunicantes hasta detenerse en seres o hechos pequeños, pero que en realidad son los que pueblan este vaso universo histórico y temporal que corre rumoroso y rápido como el vasto curso de las novelas que son como los grandes ríos chinos. Ya lo decía el tango «Veinte años no es nada», lo que hemos tardado en ser digitales...Y si una noche de invierno un viajero se detiene en un claro del bosque y coincide con la Hermandad Miliaria, que no se asuste que no son la Santa Compaña, solo humildes contadores de historias...
Resumen
Se quiere demostrar que Hiparco realizó el Catálogo de Estrellas del Almagesto, antes que Claudio Ptolomeo, quién giró los puntos solsticiales y equinocciales, el número de grados que él pensaba de la precesión, 1º/100 años, desde la época Hiparco. A comienzos del siglo XIX, Delambre, sugería que Ptolomeo no había realizado ninguna medición, copiando las observaciones y mediciones de Hiparco, con algunas posteriores, mal ejecutadas, para obtener el resultado esperado. Las observaciones y descripciones de eclipses que aparecen en el Almagesto están bien descritas, y se corresponden con hechos reales, hasta la época de Hiparco. Según Delambre, y otros autores más modernos, las observaciones y descripciones posteriores, son inventadas. Se han monitorizado las longitudes y latitudes eclípticas de las estrellas del Almagesto, en proyección Plate Carrée. Se han construido gráficos en proyección azimutal equidistante. Igualmente, se han tomado las mismas coordenadas de las estrellas más significativas de veinte constelaciones, en fecha J2000. Por medio de dos programas en Python/Cartopy, se han construido los gráficos de las estrellas en las dos eras, la del año primero de Antonino Pío, año 138 d.C., y la de fecha juliana J2000, girada retrocediendo los grados de la precesión real, 26,01º, entre ambas fechas. Hay una diferencia de 1,05º, entre las longitudes eclípticas de las estrellas J2000, giradas, y las del catálogo de estrellas del Almagesto, situadas hacia fechas 75 años más antiguas, lo que sugiere la existencia de un error sistemático.
De acuerdo con la Cosmografía del Anónimo de Rávena, escrito en un códice del siglo XIII, basado en documentos anteriores, los altares de Augusto se encuentran entre Turaqua y Quecelenis. Estos dos lugares son mansiones del Itinerario Antonino, cuya localización ajustada está en la Iglesia de Santa María do Viso (Turoqua) y en Caldas de Reyes (Aquis Celenis), según la resolución de las vías romanas XIX y XX. La ubicación del monte de A Peneda do Viso (Redondela/Soutomaior, Pontevedra), entre los dos lugares anteriores, un quilómetro al norte de la citada Iglesia, en dirección hacia Caldas de Reyes, así como la existencia en este lugar, de recargada historia en tiempos medievales, de las ruinas del basamento de un gran edificio y otras estructuras más que pudieran ser restos de varios altares, encajan con los textos de los autores clásicos, que citan los tres altares dedicados a Augusto, emperador romano, consagrados al Sol, construidos por su legado Lucio Sestio Quirinalis, la Corographia de Pomponio Mela, la Historia Naturalis de Plinio el viejo, la Geographia de Claudio Ptolomeo, el Parroquial Suevo y dos inscripciones latinas encontradas en Tarragona. Este lugar fue un santuario en tiempos antiguos. Estos altares se construyeron para conmemorar el fin de las guerras de Octavio Augusto (Octavianus), en la Hispania Tarraconense, contra cántabros, astures, leoneses y galaicos. La cercanía del Monte Aloia en relación con este lugar, ambos en la parte sur de la provincia de Pontevedra, sugiere que la tesis de Schulten, quién ya a principios del siglo XX ubicaba el Monte Medulio en ese lugar, es la correcta. Esto es coherente con las descripciones geográficas de los historiadores antiguos, Lucio Anneo Floro y Paulo Orosio, que ubican el lugar al occidente de Galicia, junto al océano y cerca del río Miño. La existencia de una fortaleza en la cumbre del cercano Monte Galiñeiro, permite determinar que las sierras entre ambos montes se inscriben en un perímetro de longitud igual a la fosa de asedio descrita por estos dos autores antiguos. Esta ubicación occidental invita a localizar más al este la posición del Monte Vindio, en el Bierzo, cercano al lugar donde se encontraba Bergido, enterradas sus murallas bajo el monte del castro de La Ventosa. Por último, la correcta interpretación de los Petroglifos bélicos de Auga da Laxe, junto al Monte Galiñeiro, datables al final de la edad del hierro, época romana, y vinculables a los hechos del Monte Medulio, son la prueba de la fosa de asedio, que permiten confirmar la realidad de los citados hechos en los lugares descritos.
El primero de estos mapas era de las Islas Británicas, islas de Irlanda y Gran Bretaña, llamadas Hibernia y Albionis. El segundo mapa era de la Península Ibérica, Hispaniae situs. Seguían los mapas de las Galias, Germania, Italia, Grecia, y otros lugares de Europa, hasta alcanzar diez mapas. África la dibujó en cuatro mapas, desde Marruecos a Egipto, y hasta el territorio austral de Agisymba, en Etiopía meridional. Asia en doce mapas, desde Asia Menor (hoy Turquía), hasta la India, la isla de Ceilán y el sudeste asiático. El mundo conocido abarcaba 180° de Longitud, desde las islas Canarias hasta un lugar llamado Cattigara, muy al este, donde vivían los chinos. Por último realizó un mapa general, compendio de todos los anteriores. Estos mapas fueron delineados por el mecánico Agatodaemon de Alejandría, a partir de los cálculos y estimaciones de las longitudes y latitudes geográficas de Claudio Ptolomeo. De estos mapas, la copia más antigua, en varios colores, que representan, el mar, de color azul, la tierra, de color blanco, las montañas, de color marrón claro, y donde aparecen también los ríos, se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria. En el mapa segundo, de los Hispaniae situs, aparecen tres archipiélagos frente a las costas de lo que hoy llamamos Galicia, que se llamaba igual en aquellos tiempos, situada en la Tarraconense. El archipiélago más al sur, de dos islas, llamadas por él, Islas de los Dioses, siendo para él, Zeus, la deidad suprema, está situado casi en frente de la desembocadura del río Miño, algo más al sur de lo que le corresponde en la realidad. No es difícil identificar estas islas con las Islas Cíes. Algo más al norte, también en los Hispaniae situs, para que no quepan dudas de situarlas donde corresponde, y no junto a la lejana isla de Gran Bretaña, que está en el mapa primero, sitúa las llamadas islas Cassitérides, y dice que son diez. Más al norte, sitúa un tercer archipiélago llamado Tres Rocas Blancas, que no es difícil identificar con las tres Islas Sisargas. El archipiélago de en medio, en el mapa de la Geografía, frente a las costas de Galicia, de las diez islas Cassitérides, también llamadas islas del Estaño, de acuerdo con el mito surgido en los tiempos antiguos, es fácil, para los que habitamos en las costas occidentales de Galicia, con sus rías, identificarlo, sabiendo que O Grove era una isla en los tiempos antiguos, que está junto a la isla de La Toja (A Toxa), además de Ons, Onza, Sálvora, Arosa, Jidoiros, Sagres, Noro, Vionta, Insuabela, Rúa, Cortegada, que constituyen en conjunto, un archipiélago de unas diez islas. Estas islas no son míticas, sino que son reales, y están, algunas de ellas, densamente habitadas por seres humanos, y más lo estuvieron en el pasado. Las islas Cíes están hoy también pobladas, pero escasamente, siempre fue así, y más en los tiempos antiguos, cuando los primeros navegantes griegos llegaron a ellas, a mediados del primer milenio antes de Cristo. No dudaron en identificarlas como las Islas de los dioses, con sus altas y rocosas cumbres, morada de Zeus y de otras deidades, que les concedían la tranquilidad de sus protegidas aguas, después del largo viaje por el agitado, y tormentoso océano. Como si en sus largas playas, hubieran llegado a Rodas, la isla desde la que partieron.
Dibujaron un mapa con tres archipiélagos, frente a las costas de la Tarraconense noroccidental: Dos Islas Doradas, Diez Islas Plateadas y Tres Rocas Blancas.
En las costas de Galicia hay tres archipiélagos: las dos Islas Cíes, Ons, Onza, Sálvora, O Grove (antigua isla), A Toxa, Arosa, Jidoiros, Vionta, Rúa, y las Tres rocas Sisargas."
CAPÍTULO I. En qué se diferencia la Geografía de la Corografía. La geografía es la descripción imitativa y representativa del conjunto de toda la parte conocida de la tierra, con lo que generalmente le pertenece. Se diferencia de la corografía, en que esta última, considerando los lugares por separado, los expone en particular, con la indicación de sus puertos, de sus aldeas y de las viviendas, derivaciones y desvíos más pequeños de los primeros ríos, pueblos y detalles similares. El objetivo propio de la Geografía es sólo mostrar la tierra en la medida en que es conocida, como ella se comporta tanto por su naturaleza como por su posición. Solo admite descripciones generales, como las de los golfos, las grandes ciudades, las naciones, los ríos notables y todo lo que más merece ser informado de todo género. La corografía está contenida en la descripción de alguna parte del todo, como cuándo se limita a representar solo una oreja o un ojo. Pero la Geografía abarca todas las cosas, tal como la imagen de una cabeza la representa por completo. Debido a que en cualquier imagen propuesta, las primeras partes primero deben estar bien coordinadas, y las que deben estar figuradas, deben estar proporcionadas adecuadamente a las distancias de los ojos, es decir, se representa un todo o una porción, para ver claramente juntos y para que todos los detalles sean visibles de un vistazo, debe, como la Corografía, ir hasta los detalles más pequeños; y, al igual que la Geografía, mantener una consideración general de todas las regiones y aquellas que se consideran más cercanas. De hecho, las partes principales de la tierra, determinadas proporcionalmente por medidas conocidas, son provincias y regiones, con sus situaciones y diferencias respectivas. Pero la corografía trata más particularmente lo que pertenece en propiedad a cada una de ellas, que de su número, ya que los muestra en su parecido, en lugar de dar situaciones relativas. La geografía, por el contrario, comprende toda la universalidad de la tierra, sin adherirse a ninguna de sus partes exclusivamente porque tiene en cuenta sobre todo las relaciones de sus distancias. Pero sólo representa sus contornos más generales, que traza a través de un retrato que presenta las formas. Por lo tanto, una necesita la ayuda de la Topografía, que es la representación particular de cada lugar; y a menos que sepamos dibujar no se está en condiciones de ejecutar una tabla corográfica. De otra parte no es absolutamente así, ya que puede, por puntos simples y solamente por líneas, expresar las formas y la situación de los países en general. Por lo tanto, el conocimiento de las matemáticas no es absolutamente necesario para la corografía, mientras que un método basado en este conocimiento es esencial en geografía. El objetivo de este, de hecho, es la investigación de la figura y el tamaño de la tierra, y de su situación en el cielo, para poder asignar qué parte es la que conocemos, la extensión de esta parte, bajo que círculos paralelos de la esfera celeste se sitúan los diversos lugares de la superficie terrestre, desde donde se podrá concluir la duración de los días y las noches; cuáles son las estrellas verticales, las que siempre están por encima del horizonte terrestre y las que siempre permanecen ocultas debajo; en fin, todo lo