Santa Misa |Memoria de Santa María "in Sabbato"
6 de septiembre de 2025
COMÚN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Antífona de entrada
Te saludamos, santa Madre de Dios,
porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.
Oración colecta
Señor Dios, concédenos gozar de la salud del alma y del cuerpo
y, por la intercesión de la santísima Virgen María,
líbranos de las tristezas de este mundo
y danos la eterna alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
_______________________________________________________________________________
Mirad: la virgen está encinta
Lectura del libro del profeta Isaías 7, 10-14; 8, 10
En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
—«Pide una señal al Señor, tu Dios:
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Acaz:
—«No la pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Dios:
—«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis
incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa "Dios-con-nosotros"».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
R. Escucha, hija, mira: inclina el oído.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor. R.
Ya entra la princesa,
bellísima, vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R.
Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes; por toda la tierra». R.
Aleluya y versículo antes del evangelio Lc 1, 28
Alégrate, María, llena de gracia,
el Señor está contigo;
bendita tú eres entre las mujeres.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la
estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia,
dijo:
—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu
vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se
llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó:
—«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y
ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay
imposible».
María contestó:
—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y la dejó el
ángel.
Palabra del Señor.
Oración sobre las ofrendas
Escucha, Señor, la oración de tu pueblo
y acepta nuestras ofrendas, para que,
por intercesión de la santísima Virgen María, Madre de tu Hijo,
sea atendido todo deseo y escuchada toda petición.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA II
LA IGLESIA ALABA A DIOS CON LAS PALABRAS DE MARÍA
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
Señor, Padre santo,
reconocer tu grandeza en la perfección de los santos,
y proclamar especialmente tu inmensa bondad
al conmemorar a la santísima virgen María.
porque tú realizaste grandes cosas en el mundo
y diste pruebas de tu infinita misericordia
cuando miraste la pequeñez de tu servidora,
y por medio de ella,
nos diste al autor de nuestra salvación,
Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor.
Por él, adoran tu grandeza
todos los ángeles que se alegran en tu presencia.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando alegremente:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Antífona de comunión Cf. Lc 11, 27
Feliz la Virgen María,
que llevó en su seno al Hijo del Padre eterno.
Oración después de la comunión
Después de recibir los sacramentos celestiales,
te suplicamos, Dios nuestro,
que cuantos nos alegramos en la celebración
de la santísima Virgen María,
a ejemplo suyo, colaboremos dignamente
en el misterio de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.