Himno al Corazón de Jesús
Cuan apacible, cuan sosegada es la morada que yo escogí.
Todo es en ella paz y ventura, no hay amargura ninguna aquí.
Dulce consuelo de nuestro llanto, Corazón santo, fuente de amor.
Ante tus aras, oh Dios augusto, póstrense el justo y el pecador,
ante tus aras, oh Dios augusto, póstrense el justo y el pecador.
Mortal acudes, si mi reposo vives ansioso por alcanzar.
¿que más anhela mi dueño amante sino al instante su hambre saciar?
La misma dicha que me fue dada, pues preparada me tiene,
ven, mira su pecho te abre clemente, entra que es fuente de todo bien.
Feliz mil veces quien esté así, lo dulce y tranquilo lo busca con fe
que la esperanza sale a su encuentro, guíale y dentro sólo amor ve.
Aquí de gracias el mundo entero rico veneró, puede encontrar
aquí se infunde la fortaleza, toda aspereza para allanar.
Alma querida, paloma hermosa, ven y su esposa feliz serás
Pues a su pecho Jesús te llama, pues tanto te ama, ¿no le amarás?
Contra los dardos del enemigo, seguro abrigo si hallar queréis.
Entrad mis hijos por esta herida, todos cabida dentro tendréis.
Corazón dulce, prometo amarte fiel, tu estandarte te juro seguir.
Darte mi vida dulce me fuera, y muerte fiera sin Ti vivir.