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11 Claves del Esoterismo según Bamonte

El documento resume las 11 claves del esoterismo que el padre Francesco Bamonte, presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, considera inaceptables para los cristianos. Estas incluyen la iluminación del hombre esotérico, la alquimia como camino iniciático, la transmisión de secretos de maestro a discípulo, y la negación de la divinidad de Jesucristo, entre otras doctrinas. El padre Bamonte analiza estas creencias esotéricas desde una perspectiva católica para mostrar las diferencias con

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11 Claves del Esoterismo según Bamonte

El documento resume las 11 claves del esoterismo que el padre Francesco Bamonte, presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, considera inaceptables para los cristianos. Estas incluyen la iluminación del hombre esotérico, la alquimia como camino iniciático, la transmisión de secretos de maestro a discípulo, y la negación de la divinidad de Jesucristo, entre otras doctrinas. El padre Bamonte analiza estas creencias esotéricas desde una perspectiva católica para mostrar las diferencias con

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El presidente de los exorcistas desentraña 11 claves del

esoterismo, inaceptable para los cristianos.


FUENTE: Portaluz

Reproducimos a continuación un artículo que ha escrito Luis


Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de
las Sectas (RIES), en Portaluz.

No es tan conocido como su antecesor, el padre Gabriele


Amorth (1925-2016), célebre exorcista de la diócesis de Roma
durante muchos años. Pero el padre Francesco Bamonte (n.
1960), actual exorcista titular de la Iglesia de la urbe y
presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE) es
todo un referente para los sacerdotes que desempeñan este
ministerio peculiar.

Ordenado sacerdote en 1990 y con nombramiento de exorcista


desde el año 2000, Bamonte pertenece a la congregación de los
Siervos del Corazón Inmaculado de María y es autor de varios
libros en torno al demonio y el exorcismo. Recientemente ha
publicado una obra llamada a ser fundamental: Il cristianesimo
contemporaneo a confronto con esoterismo, occultismo e
satanismo (El cristianismo contemporáneo frente al esoterismo,
ocultismo y satanismo), editada por El Mensajero de San
Antonio, en la ciudad de Padua.

Una obra de referencia sobre el esoterismo

A lo largo de sus 22 capítulos y más de 400 páginas, el religioso


italiano aborda una gran cantidad de cuestiones sobre esta
temática desde una óptica confesional católica y con un gran
aparato crítico (citas que muestran su amplio y profundo
conocimiento sobre aquello que está evaluando, sin caer en
meras opiniones sin fundamento). Y lo primero que hace es
definir los términos.

¿Qué es el esoterismo? El autor hace un repaso histórico para


recordar que “esotérico” significa en griego “interno” o
“interior”, y es un término ya utilizado en el siglo IV a.C. para
referirse a las clases “de pago” que daba Aristóteles, en
contraste con sus enseñanzas públicas. Con el tiempo se fue
usando con el sentido de “secreto” o “reservado” a los iniciados
(así con los neopitagóricos desde el siglo I a.C.).

Y es con la modernidad cuando, por la influencia que ejercieron


algunos autores –principalmente masones– desde el siglo XVIII,
adquirió el significado que le damos hoy en día, y que remite a
“un Conocimiento o Sabiduría o Tradición primordial que se
cree que es antecedente y superior a todas las religiones
particulares y a cualquier forma de espiritualidad”, según
explica el padre Bamonte.

Las doctrinas de dicho Conocimiento “deben ser transmitidas


por un maestro a los iniciados (o adeptos) a lo largo de un
recorrido personal”, de manera que el adepto sea capaz de
“entrar en sí mismo, redescubriéndose como ‘ser divino’”. Acto
seguido, el presidente de la AIE pasa a explicar las que
considera “algunas de las características intrínsecas” del
pensamiento esotérico, y que sintetizamos a continuación.

1. Iluminación o metamorfosis del hombre esotérico. Para la


persona que se adentra en estos círculos, la iniciación supone un
proceso de transformación en clave de mejora personal, el paso
“de un plano de conocimiento superficial (exotérico) a uno
profundo (esotérico)”. Así se daría un “segundo nacimiento” –lo
que los alquimistas llaman “transmutación”– y el adepto
renacería como un “hombre nuevo”.

Todo esto se interpreta en clave de autoperfeccionamiento. De


ahí que, en opinión de este sacerdote, “esto demuestra
claramente que el esoterismo cultivado y practicado no es, de
hecho, una forma de espiritualidad puramente especulativa,
porque comporta una transformación del hombre, debida a una
influencia espiritual sobre su ser con un cambio consiguiente de
mentalidad y de praxis de vida, considerada superior respecto a
los no iniciados”.

2. La alquimia: a pesar de su apariencia mítica e incluso


anticuada, este concepto que remite a la búsqueda de la “piedra
filosofal” (que podría transformar en oro todos los metales y
concedería la inmortalidad) se utiliza en sentido metafórico para
simbolizar “el camino iniciático esotérico que lleva al adepto al
paso del estado basto al perfecto, purificado”. La persona
adquiere una superioridad tal que “no sólo conoce y penetra las
leyes de la naturaleza, sino que llega a ser capaz de
manipularlas” mediante ritos de magia.

3. La transmisión de secretos es algo que no puede faltar, ya que


“las enseñanzas esotéricas necesitan ser transmitidas de un
maestro a un alumno, es decir, del iluminado al iniciado”, en
una cadena temporal y en una comunidad que garantiza esa
sucesión. “Ésta es la génesis del nacimiento de las sociedades
secretas” en la época moderna, según recuerda el padre
Bamonte. A pesar de que sus doctrinas y ritos estén
sobradamente divulgados en la actualidad y al alcance de los
profanos, en la mentalidad esotérica “es imposible autoiniciarse.
Siempre es necesaria una iniciación por parte de sujetos externos
que ya han experimentado y cumplido el paso”.

4. La teoría de las “correspondencias” existentes en la naturaleza


visible e invisible, una idea que se basa en un célebre adagio del
esoterismo antiguo, atribuido al personaje legendario Hermes
Trismegisto: “como es arriba, es abajo”. El sacerdote italiano
explica que “según este principio, la naturaleza, el universo
material y espiritual, y el hombre, son un único ser viviente
compenetrado de una misma energía”.

Esto trae consigo una visión del mundo de carácter monista:


todo lo que existe es una sola cosa, no hay diversidad de seres, y
así “el universo estaría conectado con concordancias, sincronías
y vínculos de interdependencia que pondrían en relación con el
mundo natural y con ‘mundos superiores’ genéricos”. Como
señala el padre Bamonte, esta convicción está en la base de las
más conocidas formas de magia y ocultismo, como la astrología,
numerología, tarot y demás técnicas adivinatorias. Y cuando se
pasa del conocimiento oculto al intento de manipular la realidad,
usando poderes sobrenaturales, nos encontramos ante las
prácticas mágicas y rituales ocultistas.

5. La ley de la contigüidad es una de las expresiones principales


de esto que acabamos de ver en el punto anterior. “Según esta
ley, la parte se identifica con el todo, la parte vale por lo entero,
de modo que aquello que se le hace a una parte influirá en todo
el individuo”, comenta el presidente de los exorcistas.

En esto se basan las técnicas mágicas y los ritos que utilizan


elementos corporales (como el pelo, la sangre o la saliva) para
obtener un efecto –ya sea bueno o malo– en la persona de la que
proceden. Es decir, lo que vulgarmente se conoce como magia
blanca o negra (que no deja de ser magia, algo rechazable).
También sucedería lo mismo con los objetos que han estado en
contacto con un sujeto, y que conservarían un vínculo directo
con el mismo, pudiendo afectarle a él lo que se realice o invoque
sobre dicho objeto.

6. La ley de la similitud: en este caso se cree que las cosas


pueden ejercer una influencia por su semejanza con otras. Se
trata de una continuidad de tipo simbólico, y que se suele
designar con el nombre de “magia imitativa”. Aquí no hay, por
ejemplo, uso de partes del cuerpo de una persona, sino que vale
una representación (una foto o un muñeco, por ejemplo).

Todo esto le sirve a Francesco Bamonte para insistir en que “la


magia está indisolublemente ligada al esoterismo, y el
esoterismo a la magia”. Un caso que lo ejemplifica bien es el de
los rituales según los cuales clavar agujas en un muñeco
afectaría directamente a una persona concreta: “atravesar los
ojos del muñeco que la representa debería dejarla ciega;
traspasar el corazón del muñeco debería hacerla morir”. Y lo
mismo en otras situaciones de prácticas mágicas: “verter agua en
la tierra debería causar la lluvia, desatar nudos debería facilitar
el parto, etc.”.

7. Existencia de seres intermedios entre la esfera visible y la


invisible, y que no son entidades personales –como sucede en el
cristianismo con los ángeles y demonios–, sino “diferentes
manifestaciones de la única energía divina”, en palabras del
padre Bamonte. Para un iniciado en el esoterismo es posible la
comunicación con esos seres, de forma que la persona se
convierte en un “médium” o en un “canal”.
En este contexto, el presidente de la AIE explica lo que en el
ocultismo se denomina “teúrgia”, y que consiste en la
invocación de esos seres divinos. Popularizada hoy en día por la
New Age como “channeling” o canalización, que “es una nueva
forma de espiritismo” y puede suponer el contacto ya sea con
difuntos, espíritus de la naturaleza, extraterrestres, ángeles,
maestros ascendidos… y hasta con la Virgen María, Cristo o
Dios, entendidos como entidades cósmicas “que guiarían a la
humanidad hacia un destino mejor”.

8. La negación de la divinidad de Jesucristo es un principio


fundamental en todo tipo de pensamiento esotérico. El autor lo
tiene claro: “el esoterismo niega que Jesús sea Dios hecho
hombre. Por el contrario, el cristiano cree que Dios se ha hecho
hombre y que en Cristo se ha revelado personalmente a la
humanidad”.

Las palabras de la fe cristiana sobre el Señor no se reducen al


simbolismo, sino que expresan una realidad bien concreta, y
traen consigo consecuencias personales: “en el momento
histórico de la propia vida terrena, todo hombre de todo lugar y
de toda época puede encontrarse con el corazón infinitamente
amoroso de Jesús resucitado y, si quiere, puede entrar en
comunión de vida con él y, por medio de él, con el Padre y el
Espíritu Santo”.

9. Diferencia de significado de fe, esperanza y caridad en el


cristianismo y en el esoterismo. En efecto, este último “entiende
por fe la fe en el hombre; con el término esperanza entiende la
esperanza en un mundo mejor, es decir, un mundo marcado en
todos los ámbitos de la vida individual y social por los
principios del esoterismo; con el término caridad entiende la
solidaridad entre los que pertenecen a la propia asociación
esotérica y aquellos a los que ésta decide beneficiar”.

10. Las concordancias de las religiones, ya que “es propia del


esoterismo la convicción de la existencia de una única religión
universal, definida también como ‘natural’, que sería anterior a
todas las religiones particulares. Sería más antigua que todas las
religiones, constituyendo el presunto núcleo común a todas las
fragmentaciones de las diversas religiones”.

Tras esta convicción relativista estaría ese conocimiento


supuestamente “superior” que poseerían los iniciados en el
esoterismo, por encima de cualquier tradición religiosa concreta
–ya que éstas serían, en el fondo, “causa de guerras y divisiones
entre los pueblos”–. Por eso, tal como sintetiza el religioso
italiano, “proponen el esoterismo como religión o espiritualidad
única de paz y armonía que debe suplantar a todas las
religiones”.

11. Rechazo de los dogmas, que son un patrimonio de la fe de la


Iglesia, pues expresan verdades fundamentales basadas en la
Biblia y en la Tradición. Obviamente, esto es inaceptable para la
mentalidad esotérica, en la que “el contacto y la unión con lo
divino se consideran no en un sentido personal –esto es, con un
Dios personal, como en el cristianismo–, sino en un sentido
impersonal y prescindiendo de cualquier religión”.

Así, el esoterismo, si en algún momento alude a elementos de la


doctrina cristiana o a pasajes de la Sagrada Escritura, lo hace
con una interpretación simbólica que los deforma, “alterando
completamente el verdadero significado de las palabras que
Dios ha dirigido a la humanidad en los libros sagrados”.
Además, los grupos esotéricos “consideran los dogmas de la fe
católica como una invención arbitraria”. Sin embargo, ellos
mismos sostienen sus propios dogmas, como los que el padre
Bamonte muestra con todo detalle y que hemos recogido en este
artículo.

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