Fisiología de la Atención
Aún no es posible, especificar por completo, el mapa atencional del cerebro; pero
los estudios por imagen (Tomografía por Emisión de Positrones y Resonancia
Magnética Funcional) nos permiten conocer que existen diferentes redes
neuronales encargadas de las tres principales funciones de la atención (Mirsky et
al., 1991) y que se corresponden con los Sistemas Atencionales Anterior y
Posterior, y de Alerta (Posner y Petersen, 1990; Posner, 1992; Posner, 1995).
La atención selectiva depende del sistema posterior: cortex parietal posterior, el
colículo superior y el núcleo pulvinar del tálamo (Orienting Network). El lóbulo
parietal desengancha el foco atencional de la tarea previa, el colículo superior nos
permite dirigir la atención hacia el área del nuevo objetivo, a la vez que el pulvinar
restringe la entrada de información en el área indicada.
La capacidad para atender diferentes tareas simultáneamente y ejercer un control
voluntario sobre la capacidad atentiva para realizar tareas cognitivas complejas,
tiene su correlato anatómico en las áreas frontales del cerebro (sistema anterior):
el cortex cingulado anterior y los gánglios basales (Executive Network). Cuando
estos fallan la dispersión es fácil y aparece el reflejo de orientación de forma
potenciada por el funcionamiento de la atención involuntaria.
La atención sostenida está íntimamente ligada al concepto de alerta: a mayor
alerta aumenta la rapidez en la detección de los objetivos de la tarea propuesta.
Pacientes con lesiones en áreas frontales derechas tienen dificultades para
mantener concentrada su atención y persistir en las tareas encomendadas. La
Norepinefrina esel neurotransmisor que parece responsable de tales dificultades
(Morrison y Floote, 1988; Witte, Gordon-Lickey y Marrocco, 1992).
Modelos teóricos de la atención.
Mesulam (1990)
La atención se sustenta en una gran red altamente interconectada y organizada.
Establece una dicotomía relativa entre componentes sensoriales y motores. En
cada operación uno de los componentes siempre destaca sobre el otro, pero
ninguno de ellos deja de estar presente en todo momento. La atención estaría
formada de dos subsistemas cerebrales: la matriz atencional o “función de estado”:
que regularía los procesos relacionados con el nivel de arousal o alerta; y el canal
atencional o “función vector”, relacionado con la capacidad de seleccionar el tipo de
información a atender. Estos procesos están relacionados con el nivel de arousal o
alerta. La mayoría de las operaciones atencionales requieren una interacción entre
los dos. En la red participarían tres componentes corticales: la corteza parietal, que
suministra una representación sensorial del espacio extrapersonal, la corteza
prefrontal, representación motora, y el giro del cingulado, representación
motivacional. Además los tres componentes citados recibirían proyecciones
troncoencefálica y talámicas del sistema reticular. Este imput será importante para
modificar el nivel de arousal en cada región cortical.
Posner y Peterson (1990)
Proponen la existencia de tres redes neurales anatómica y funcionalmente
independientes, responsables de los procesos atencionales, pero que también
pueden interaccionar durante la respuesta a estímulos, por lo que mantienen una
relación funcional. La red de vigilancia y la red ejecutiva se encontrarían distribuidas
por el córtex cerebral anterior y la red de orientación de la atención lo estaría por las
regiones posteriores de la corteza cerebral.
1. Red de orientación: implicada en la selección de la información
sensorial y sustentaría la atención visoespacial.
2. Red de vigilancia: genera y mantiene el estado de alerta (atención
sostenida).
3. Red ejecutiva: tareas de cambio, control inhibitorio, resolución de
conflictos, detección de errores y localización de recursos atencionales.
Participa en la planificación, procesamiento de estímulos novedosos y en la
ejecución de nuevas conductas.
Modelo de control cognitivo de Miller (2000)
Este modelo parte de la idea de que los mecanismos de control son esculpidos a
partir de la experiencia. El córtex prefrontal (CP) sería la sede de estos mecanismos,
una de cuyas funciones principales sería el extraer los aspectos relevantes de la
experiencia para que sean usados en el futuro. Asume la idea de competición entre
vías o redes neuronales implicadas en el procesamiento de distintas fuentes de
información, resultando vencedora la que logre un mayor nivel de activación en
el córtex prefrontal. Así el córtex prefrontal es fundamental en el control cognitivo y
en especial en el mantenimiento de las metas del sujeto y los medios para
conseguirlas. Está extensamente interconectado con otras regiones del cerebro con
las que modularía simultáneamente el flujo de procesamiento seleccionando las
vías neurales necesarias para la consecución de las metas. En este modelo la
corteza prefrontal no estaría directamente conectada con las cortezas sensoriales
o motoras primarias, sino con las cortezas de asociación de más alto nivel y con las
cortezas premotoras.
Modelo de Control Atencional de Cordetta y
Shulman (2002)
Puede considerarse heredero de algunos de los conceptos de los modelos
anteriores (Posner y Peterson y Mesulam). Proponen la existencia de dos redes
cerebrales parcialmente independientes que desempeñan dos tipos de funciones
diferentes y complementarias a la vez, en el control de la atención.
1. Uno formado por partes de la corteza intraparietal y del surco frontal:
este sistema los integraría para la selección de estímulos y respuestas en
virtud de las metas o de manera voluntaria.
2. Y el córtex témporo-parietal y la corteza frontal inferior, lateralizado en
el hemisferio derecho: para la detección de estímulos relevantes, salientes,
inesperados o novedosos. Este sistema ventral fronto-parietal interactuaría
con la red dorsal fronto-parietal a modo de cortocircuito, redirigiendo la
atención a los eventos novedosos.
La extensa red fronto-parietal dorsal, sería el responsable del establecimiento de
conexiones entre la información sensorial relevante y las representaciones motoras
adecuadas
El sistema fronto-parietal ventral, tendría la función de detectar estímulos
conductualmente relevantes y funcionaría como un mecanismo de alerta o como un
mecanismo de cortocircuito del primer sistema, cuando dichos estímulos son
detectados fuera del foco de procesamiento.
LAS DIFICULTADES DE ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN
Las dificultades de atención, pueden manifestarse en situaciones sociales,
académicas o laborales. Deben presentarse en una intensidad desadaptativa,
durante un mínimo de 6 meses y en discordancia con el nivel de desarrollo del
sujeto.
Estas dificultades, se traducen en:
Dificultad para establecer un orden en sus tareas o pequeñas responsabilidades en casa.
Le cuesta “ponerse en marcha” (para vestirse, hacer los deberes, tareas domésticas…),
ya que se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
Presenta problemas para mantener la atención hasta finalizar sus tareas y tiende a dejar
una actividad por otra al poco rato de haberla empezado, dejando varias inacabadas.
Pierde u olvida cosas necesarias (agenda, abrigo, bufanda, cartera, juguetes,…).
Parece no escuchar cuando se le habla, tiene dificultades para seguir la conversación
adecuadamente, así como para seguir las normas de un juego o actividad propuesta, o
para obedecer ya que no está atento cuando se da la orden.
A menudo olvida sus obligaciones cotidianas (cepillarse los dientes, recoger la ropa,…).
Puede tener problemas para seleccionar lo que es más importante, comete errores por
descuido en las tareas escolares, laborales u otras actividades, al no prestar suficiente
atención a los detalles.
Dificultades para prestar atención a dos estímulos alternativos o simultáneos (por ejemplo
escuchar y tomar notas al mismo tiempo,…)
Con frecuencia evita o se resiste ante tareas que requieren un esfuerzo mental
sostenido y/o un grado de organización elevado.
Barkley enfatiza los problemas que tienen para demorar la gratificación y para resistir la
distracción entre los principales determinantes de las dificultades de atención. Según sus
propias investigaciones, estos sujetos se aburren más rápidamente con su trabajo y
sienten una mayor atracción por los aspectos más gratificantes o divertidos de cualquier
situación (Barkley, 1995). Por lo tanto se distraen con gran facilidad interrumpiendo su
tarea para dedicarse a lo gratificante sin finalizar lo importante.
“CABE REMARCAR QUE LA DESMOTIVACIÓN POR LA TAREA TIENE SU
ORIGEN EN UNA MAYOR DIFICULTAD PARA MANTENER SU ATENCIÓN EN
ÉSTA Y NO EN LA VAGUERÍA O LA DESGANA”
En este sentido, se ha comprobado que el rendimiento de los sujetos con TDAH
disminuye claramente ante tareas poco novedosas o repetitivas. Si la tarea es
novedosa, el rendimiento inicial es bueno, deteriorándose a medida que se hace
monótona y aumentando la probabilidad de abandono (Orjales 1998). La atención
del niño o joven con TDAH, suele ser dispersa y alterarse con cualquier estímulo
irrelevante, mantener la atención en las condiciones normales de una clase, puede
dificultar en gran medida que centre su atención en la tarea.
Cuando el síntoma predominante es el déficit de atención, es más difícil detectarlo,
puesto que no se presentan en tan alto grado problemas de comportamiento. Con
frecuencia estos niños en la escuela son tildados de despistados, pasivos y
desorganizados, no molestan en el aula pero tampoco aprenden, su rendimiento no
resulta satisfactorio y a veces hay dudas sobre sus capacidades a pesar de que
estas sean normales.
LA IMPULSIVIDAD
La impulsividad equivale a una falta de autocontrol o incapacidad para inhibir la
conducta, presentan dificultades para inhibir-parar la respuesta espontánea.
Tienen dificultades tanto para controlar su conducta como para controlar sus
emociones (cuando se enfadan no controlan la rabia), como para controlar sus
pensamientos (organizarlos, callar algunos..)
Principalmente implica las siguientes dificultades:
A menudo tiene dificultades para pensar antes de actuar.
Se precipita en el habla diciendo cosas en momentos poco oportunos o respondiendo a
preguntas incluso antes de que se le hayan acabado de formular.
Poco previsor, falta de planificación (por ej; se ponen a hacer los deberes sin tener el
material).
Interrumpe o se inmiscuye a menudo en las conversaciones, juegos o actividades de los
demás.
Se muestra impaciente, con dificultades para aplazar la gratificación inmediata.
Debido a estas características, realizan comentarios fuera de lugar, tocan o se
apropian de cosas que no deben, hacen payasadas,… Además muestran
reacciones automáticas (no intencionales o premeditadas), de ira o rabia ante
pequeñas frustraciones o situaciones que perciben como amenazas. Tienen
muchas dificultades para esperar, guardar turno en los juegos, cola para la comida
o en el recreo,… y puede que se muestren quejosos si tienen que esperar o que
empiecen a portarse mal. Cuando se les promete una actividad agradable, puede
que insistan y la exijan antes de tiempo hasta agotar a los de su alrededor. Estas
dificultades que tienen su origen en la falta de autocontrol (impulsividad) hacen
que la persona con TDAH parezca exigente y egocéntrica teniendo consecuencias