LA TECNOLOGÍA Y LA SOCIEDAD
Te has puesto a pensar ¿Cómo influye la tecnología en tu vida diaria? ¿Qué tan
necesaria se ha convertido? ¿En qué aspectos se implementa? ¿Cuáles son sus
beneficios? Bueno, pues te platico un poco más del papel de la tecnología en la
sociedad.
En mi opinión, la tecnología, usándola de forma positiva, beneficia a la mayoría de
los aspectos en nuestra vida. Ha venido a reinventarnos, a tener mejor acceso a
fuentes de información, a dispositivos que nos ayudan desde encontrar
ubicaciones, realizar compras online, pagar cuentas, comunicarnos, conectar con
personas de otros países, hasta la creación de herramientas médicas para realizar
operaciones menos invasivas, con aparatos de última tecnología, por mencionar
algunos.
¿CÓMO INTERPRETAS EL PAPEL DE LA TECNOLOGÍA EN LA SOCIEDAD
HOY EN DÍA?
Sin dudarlo la tecnología es una herramienta que ha modificado la forma en la que
la sociedad se desenvuelve; el ser humano es el creador de las nuevas
tecnologías de acuerdo al comportamiento del mismo y de las nuevas
necesidades, desde apps que prestan un servicio que impacta en tu vida ( puede
ser educativo, de trabajo, financiero, comercial, de entretenimiento, etc.) hasta
sistemas ERP y CRM que tienen el objetivo de facilitar, agilizar y optimizar la vida
misma.
¿POR QUÉ EL DESARROLLO TECNOLÓGICO IMPULSA A LAS EMPRESAS?
El uso de la tecnología en la sociedad ha ido evolucionando y convirtiéndose en
una herramienta necesaria en nuestras actividades día a día, desde el uso de los
smartphones como comunicación, búsqueda de lugares, organizadores
personales, etc. hasta las más recientes tecnologías como lo son 5G Wifi 6, la
Inteligencia artificial y machine learning, blockchain, entre otros que seguramente
usarás directa o indirectamente. Aquí algunos ejemplos:
Dentro de la agricultura, por mencionar alguno, está la existencia de cultivos
genéticamente modificados. Estos crecen más rápido que los productos agrícolas
regulares y pueden ser manipulados para que creen resistencia a ciertas
enfermedades y plagas.
En la educación, el carácter interactivo de los dispositivos tecnológicos favorece el
proceso de enseñanza-aprendizaje y atrae la atención de los estudiantes, así
como la facilidad en la búsqueda de tareas a través de aparatos digitales,
sesiones remotas por dispositivos móviles, videos entre otros.
El trabajo se ha visto influenciado positivamente por la tecnología. El uso de
computadoras, teléfonos inteligentes, internet, sistemas, ERP y redes sociales
hace que la carga laboral de los empleados sea menor, más eficaz y eficiente.
¿QUÉ TIPO DE TECNOLOGÍA PUEDES IMPLEMENTAR PARA TU NEGOCIO?
El uso de sistemas ERP (como UXBI) te ayudan a registrar, analizar, gestionar y
controlar todas las actividades de las empresas dentro de un mismo sistema en
tiempo real; y te preguntarás, ¿para qué sirve? Bueno, desde saber qué, cuánto y
dónde tienes tu producto dentro de tus inventarios, hasta la toma de decisiones
con reportes al momento de cualquier área de tu empresa, que impactaran no solo
financieramente, sino también conocerás si vas en la dirección correcta.
Anteriormente los colaboradores pasaban horas realizando y cuadrando reportes
y, cuando por fin se tenían, éstos ya no estaban actualizados, por lo que era muy
complejo poder conocer cómo se encontraba tu empresa al momento. Gracias a la
tecnología, hoy no solo es posible hacerlo, si no también es rápido, fácil y
accesible.
En el transporte, los automóviles, los trenes, los aviones, las motos, los barcos,
entre otros, son avances tecnológicos que intervienen en dicha industria. Estos
aparatos facilitan el desplazamiento no solo de las personas sino también de
mercancía, cada vez con mejores prácticas sustentables, mejores rendimientos,
más seguros y accesibles.
Así que, cuando nos preguntamos cómo influye el papel de la tecnología en la
sociedad nos encontramos ante una premisa que afecta a todo nuestro entorno;
generalmente en pro de nosotros, siempre innovando, facilitando y creando
nuevas herramientas para hacer posible lo imposible.
Los equipos de telecomunicación, a través de los cuales se transmite la
información, han ido evolucionando y formando parte importante de nuestra vida
cotidiana, pasamos del telégrafo a WhatsApp y de la televisión en blanco y negro,
que merecía su propio espacio, a celulares o tablets de alta resolución que pueden
llevarse hasta al baño. Pero los aparatos tecnológicos no solamente aportan un
valor práctico, sino estético y simbólico que nos llevan a elegir entre un sinfín de
opciones: no sólo el más eficiente, sino el más lindo, el de mejor diseño o el que
me otorga mayor estatus.
Vale la pena entonces empezar a reflexionar sobre la tecnología en nuestra vida
cotidiana cuestionando no sólo la manera en que la uso, sino también por qué y
para qué.
TECNOLOGÍA Y MENTE
Los mexicanos pasamos más de ocho horas al día interactuando con algún
aparato tecnológico conectado a Internet, ya sea el celular, la computadora o
tablet. Es imposible pensar que algo en lo que ya pasamos la mayor parte de
nuestro tiempo no pueda tener un impacto (tanto positivo como negativo) en
nuestra mente, lo tiene, y la tecnología ha marcado no sólo una nueva forma de
relacionarnos con otros, sino también con nosotros mismos.
La tecnología bien aplicada nos ayuda, por ejemplo: a organizarnos mejor, a
aprender cosas nuevas, a llevar registro de nuestras metas y avances personales
o a acortar distancias con amistades o familiares. Sin embargo, la otra cara de la
moneda es que, al no ser conscientes, podemos bombardearnos de información
dañina, estresante o buscar situaciones en las que estemos expuestos o en
riesgo. Las universidades registran cada vez más casos de depresión y ansiedad
que están directamente ligados al uso de redes sociales. Según la Asociación
Mexicana de Internet, 82 % de los usuarios conectados a Internet están activos en
alguna red social, siendo ésta la actividad principal en Internet por encima del
mailing y la búsqueda de información. Además, según la última investigación de
hábitos en Internet, se registró que los mexicanos pasamos en promedio ocho
horas al día conectados (es decir, una jornada laboral), siendo el momento de la
comida y el final del día las horas de mayor tráfico. Esto significa que, sin importar
si nos encontramos solos o acompañados, estamos online, entonces ¿en dónde
queda tiempo para la intimidad conmigo mismo y mis relaciones?
En las redes sociales, interactuamos e intercambiamos información con personas
con quienes de alguna manera tenemos algo en común, filtramos las cosas que
subimos o eliminamos de nuestros perfiles con base en la cantidad de likes,
shares o comments que recibimos. Esta “economía de la atención” depende
enteramente de la reacción que nos provoca el interés de otros y sus respuestas
en redes sociales. Estudios han encontrado que cada like genera producción de
dopamina en el cerebro y la activación de sistemas vinculados a la recompensa,
es por eso que las redes son tan adictivas. Una buena dosis de likes y de
intercambios puede en efecto hacernos sentir muy bien y contribuir a nuestra
autoestima, el problema viene cuando en el mundo exterior no hay nada que
sustente mi autoestima y mis vínculos, por eso, el tema con las redes sociales, la
tecnología y la mente, no tiene que ver con aislarnos y privarnos del intercambio,
sino en aterrizar el cómo las usamos. En primer lugar, debemos tener presente
que en las redes se tiende a apreciar los momentos de logro de las personas, los
mayores likes vienen ante éxitos y situaciones excepcionales, así que eso es lo
que la gente sube más, no sus instantes cotidianos, de duda, ansiedad o fracasos.
Tener esto en mente es esencial, ya que los trastornos depresivos vinculados al
uso de redes sociales tienen que ver con la comparación de nuestras vidas y
momentos cotidianos con los de otros, sin considerar que se trata de cuestiones
excepcionales.
Otro factor de ansiedad en redes sociales tiene que ver con el FOMO, que
significa fear of missing out, y se refiere literalmente al miedo que se genera al
permanecer desconectado de las redes y así perderse la oportunidad de compartir
una foto que iba a generar muchos likes o no enterarnos en tiempo real del chisme
del momento e incluso sentir que perdemos la ocasión de conectarnos con otros.
FOMO se refiere al miedo que se genera al permanecer desconectado de las
redes y así perderse la oportunidad de compartir una foto que va a generar
muchos likes.
También tenemos fenómenos que no están relacionados con lo que publicamos,
sino con lo que observamos en redes sociales. 75 % de los usuarios de Internet
han sido testigos de ciberacoso o cyberbullying y el 40 % de los usuarios adultos
de Internet lo han padecido en algún momento. La vulnerabilidad a la que nos
vemos expuestos es otro factor estresante no sólo en adultos, sino también en
adolescentes. Según la Asociación Canadiense de Salud Mental, los jóvenes de
secundaria que pasan más de dos horas diarias en redes sociales reportan
mayores
síntomas de ansiedad, depresión e ideación suicida, y la OMS proyecta que si el
cyberbullying continúa creciendo de la manera que lo ha hecho hasta ahora, para
el 2025 se producirán alrededor de 85,000 suicidios al año. A pesar de tener datos
tan alarmantes, no debemos satanizar las redes ni la tecnología, simplemente hay
que tener presente que su impacto en la vida es importante y por eso debemos
hacer uso responsable teniendo siempre nuestra salud y seguridad en mente.
LA TECNOLOGÍA Y EL TRABAJO
Según la revista Forbes, 33 % de los internautas que se encuentran activos en
redes sociales están en edad laboral, siendo Facebook (95 %), Youtube (60 %) y
Twitter (56 %) las más comunes. Hay muchas ventajas del uso de la tecnología y
del uso de las redes sociales dentro del ámbito laboral: en primer lugar, la
tecnología ha hecho que los trabajos sean más flexibles y que el home office o el
remote office sean posibles, para evitar factores estresantes como el tráfico o el “ir
a calentar la silla”, y así optimizar el tiempo de los empleados, eliminando barreras
de horarios, distancias y contribuyendo a formar un sentimiento de productividad y
asertividad en el manejo de los horarios. Por otro lado, la convivencia en redes
sociales, si bien aumenta el riesgo de mobbing (acoso laboral), también promueve
la interacción de los empleados, el fortalecimiento de la identidad empresarial, así
como la relación de la empresa con los clientes. Estudios han demostrado que 75
% de las personas se inclinan a consumir un producto que siguen en línea a los
que no.
La investigación sobre la productividad laboral y el uso de redes sociales sigue en
tela de juicio, habiendo estudios que se inclinan a favor y en contra. Las redes
sociales y la tecnología son herramientas, su buen o mal uso depende de quien
las usa y cómo las usa.
TECNOLOGÍA Y FAMILIA
Sin duda, la tecnología ha presentado nuevos retos para las familias actuales,
especialmente en términos de comunicación, pero también ofrece nuevas formas
de convivencia. En primer lugar, hay que enfocarnos en que las tecnologías son
herramientas que nos ofrecen alternativas, así que hay que usarlas a nuestro favor
y entender el papel que tienen en la vida de nuestros seres queridos. Como
papás, es importante entender que los niños no “nacen con el chip integrado”,
saber operar y manipular un gadget (que, valga decir, está diseñado justamente
para operar de manera intuitiva) no significa que saben usarlo con responsabilidad
y ética. Como papás, hay que ofrecer una guía para nuestros hijos y entender las
redes que tienen a su alcance. También podemos comprender ciertos fenómenos
y explicárselos a nuestros hijos, por ejemplo, la UNICEF señala que al interactuar
por Internet los límites que existen en el mundo físico no quedan tan claros, así
que tendemos a generalizar o exagerar los vínculos; hay que aclarar que no toda
persona que tengamos en redes sociales es un amigo o es de confianza. Los
adolescentes son una población particulamente vulnerable, ya que tienden a
buscar vínculos intensos en los que predomina la idealización. Desde pequeños,
debemos enseñarles a usar filtros de seguridad, a no compartir datos personales y
a fortalecer su autoestima mediante la convivencia de calidad con ellos.
Jamás se habían visto tantas películas, series, fotos o videos en una semana.
Todas esas imágenes —positivas o negativas— permanecen en nuestras mentes,
para bien y para mal.
La propia tecnología ofrece alternativas muy divertidas para vincularse como
familia y acercarse, como ver series en Netflix y los juegos en línea, pero la idea
es que no dejemos que se vuelva una distracción, sino un momento de
convivencia y diálogo. También aplicaciones como Homester buscan fomentar el
diálogo entre padres e hijos enfocándose al trabajo de límites y reglas, permisos,
recompensas, etcétera.
En México se comienza a tener acceso a Internet (por medio de apps o juegos)
desde los tres años de edad, así que, como familia, vale la pena comenzar a
establecer reglas con los gadgets, poniendo límites por ejemplo de edad (fijar una
edad para tener celular), de tiempo o de seguridad (limitando el uso de ciertas
aplicaciones). Este encuadre puede también fomentar el tiempo con la familia,
solos o incluso realizando una actividad recreativa, como hacer ejercicio o leer. Es
nuestra responsabilidad saber usar lo que tenemos al alcance, no sólo a nivel
operativo, sino también ético.