El propósito de las pruebas en la
vida cristiana (Hechos 14:21-22)
Walter Cuadra [Link] Sermones
“Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos,
volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos,
exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través
de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”.
Hechos 14:21-22
INTRODUCCIÓN
Una mujer que había perdido a su hijo, se acercó muy desconsolada, entre
amargas lágrimas a un famoso filosofo chino y le dijo: “maestro consuela mi pena, si
tan solo tu sabiduría pudiera devolverme a mi hijo”.“Claro que puedo” dijo éste,
pero “solo si me traes un poco de hierba del huerto de una familia que no haya
conocido el sufrimiento”.La mujer vagó por muchos sitios, centenares de hogares, y al
final volvió al filósofo y le dijo: “señor ya estoy consolada. En todas las familias he
hallado lágrimas”.
¿Quién en esta vida no ha pasado sufrimientos? Los versículos anteriores nos
muestran como Pablo y Bernabé exhortaban a los discípulos a continuar en el camino
del evangelio aun en medio de muchas tribulaciones.
El propósito de las pruebas
Las dificultades son seguras en la vida del creyente, sin embargo estas tienen un
propósito.
I. PRIMER PROPÓSITO: FORTALECER
NUESTRO CARÁCTER Y FE
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza”.
Romanos 5:3-4
Uno de los propósitos de las pruebas en nuestra vida es formar nuestro carácter
y fortalecer nuestra fe. Pablo dice que las tribulaciones producen paciencia y la
paciencia prueba. Esta palabra prueba se traduce del griego dokimé (δοκιμή) que se
puede traducir como prueba, experiencia, mérito o carácter.
Por eso estos mismos versículos se traducen diferentes en otras versiones:
“Pero hay más, podemos sentirnos felices aun cuando tenemos sufrimientos porque los
sufrimientos nos enseñan a ser pacientes. Si tenemos paciencia, nuestro carácter se
fortalece y con un carácter así, nuestra esperanza aumenta”.
Romanos 5:3-4 (PDT)
“Al mismo tiempo nos sentimos seguros incluso en las tribulaciones, sabiendo que la
prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez
aviva la esperanza”.
Romanos 5:3-4 (BL95)
II. SEGUNDO PROPÓSITO:
MOSTRAR
NUESTRA FIDELIDAD A DIOS
Ser fiel a Dios cuando todo va bien es fácil, pero serle fiel en las dificultades es
cosa diferente. Las pruebas en nuestra vida son una oportunidad para demostrar nuestra
genuina fe.
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario,
tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe,
mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea
hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
1 Pedro 1:6-7
Satanás buscara ocasión para hacernos tambalear de nuestra fe. Lo hizo con Job:
“Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has
cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has
dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende
ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma
presencia… Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre
tiene dará por su vida. Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y
verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.”
Job 1:9-11; 2:4-5
También pidió una oportunidad para sacudir la fe de Pedro.
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos
como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma
a tus hermanos”.
Lucas 22:31-32
III. TERCER PROPÓSITO:
LLEVAR
MUCHO FRUTO Y BENDICIONES
El tercer propósito es llevar más fruto para el Señor y recibir de Él mayores
bendiciones.
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere,
queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”.
Juan 12:24
Las mayores bendiciones y victorias de nuestras vidas se obtienen después de
atravesar las dificultades más grandes en nuestra vida.
1. Nuestro Señor Jesucristo tuvo que atravesar por los martirios del Calvario para
poder resucitar en gran victoria.
2. Pablo tuvo que sufrir grandes dificultades para poder llegar a ser el gran apóstol a
los gentiles.
3. Jacob tuvo que sufrir terriblemente en su vida para llegar a ser uno de los patriarcas
de la nación de Israel.
4. José tuvo que sufrir el desprecio de sus hermanos, ser vendido como esclavo e ir a
parar a la cárcel por un crimen que no cometió antes de llegar a ser el gobernador de
Egipto.
5. En general los hombres y mujeres que han alcanzado gran testimonio delante de
Dios tuvieron que atravesar grandes negaciones, sufrimientos, enfermedades, fracasos,
traiciones y un verdadero bautismo de dolor.
La pregunta seria, ¿hasta dónde estamos dispuestos soportar por causa de Dios?
CONCLUSIÓN
Para finalizar citamos la siguiente historia:
“Don Roberto, hombre muy rico, tenía de todo en abundancia. Podía comprar lo que se le
antojara. Una tarde tomó en sus brazos a Margarita, su pequeña hija de diez años de edad, y
después de juguetear con ella por un momento le preguntó:
— ¿Has pensado en lo afortunada que eres por ser hija del hombre más rico de esta ciudad?
—Sí, papá, todos te envidian. ¡Cómo quisieran tener ellos tu felicidad!
Todo le iba bien a don Roberto. Pero la vida tiene sus giros imprevistos, y a los pocos meses
Margarita murió en un horrible accidente. Esto era más de lo que Roberto podía sobrellevar, así
que se dio a la bebida, al juego y a la vida licenciosa. Con el tiempo perdió todos sus bienes.
Quebrantado de espíritu, dejó la ciudad donde había sido tan popular, y se fue peregrinando en
busca de paz y consuelo.
Al pasar por una población, vio que un hombre revolvía el trigo con una gran pala.
— ¿Por qué no dejas en paz esos granos? —le preguntó.
—Para que no se pudran —fue la respuesta.
Pasando luego por un campo, vio a otro que araba la tierra con una reja muy aguda.
— ¿Por qué cortas tan profundo la tierra? —inquirió.
—Para que sea más blanda, y así se empape bien de lluvia y sol —respondió el campesino.
Mientras pasaba por un viñedo, observó que un obrero cortaba, con tijeras, los sarmientos de las
matas.
—Amigo —preguntó Roberto—, ¿por qué atormentas esos sarmientos?
—Para que den una cosecha buena y abundante —contestó el obrero.
Don Roberto se quedó muy pensativo. Caminó hacia la soledad de un bosque cercano, cayó de
rodillas, alzó reverentemente los ojos al cielo y exclamó: « ¡Señor mío!, yo soy el trigo que has
revuelto para que no me pudra. Soy la tierra que has cortado para que me vuelva blando. Y soy el
sarmiento que has podado para que dé buen fruto. Ayúdame a someterme a tu mano fuerte para
llegar a ser el siervo útil que Tú quieres que sea.»”
Don Roberto comprendió que los golpes de la vida producen madurez, fuerza y gracia, y una
verdadera paz inundó todo su ser. A pesar de haberlo perdido todo, llegó a comprender que podía
ser un hombre verdaderamente feliz.
Nuestro Señor Jesús nos exhorta a no desanimarnos ya que Él es quien ha vencido por
nosotros.
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo”.