Curso Consejos Pastorales I PDF
Curso Consejos Pastorales I PDF
Consejos Pastorales I
Material Religioso-Educacional.
E. L. HOLLEY
Escritor
EL GOBIERNO ECLESIÁSTICO
Capítulo Dos
EL PASTOR
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
EL CULTO
Capítulo Siete
CULTOS ESPECIALES
Capítulo Ocho
VISITACIÓN PASTORAL
Capítulo Nueve
EL ARTE DE ACONSEJAR
Capítulo Diez
Capítulo Once
LA DISCIPLINA
Capítulo Doce
LAS FINANZAS
3
CAPITULO UNO
EL GOBIERNO ECLESIÁSTICO
A veces hay mucha crítica indiscreta de organización. Esta crítica indiscreta e injusta
viene principalmente de las dos fuentes siguientes:
1. Una persona que ha sido salvada de una iglesia denominacional desea ser librada del
cautiverio de la estructura de la iglesia tradicional, y por lo tanto, vuelve al otro extremo de
descartar todo gobierno en la iglesia.
2. Una persona que rehúsa sujetarse a la disciplina, y por lo tanto, toma una actitud y un
espíritu independiente, y promueve la llamada iglesia libre.”
Se puede Encontrar otras razones para la crítica siendo dirigida contra la organización de
la iglesia. Es muy importante y necesario que el cristiano sea completamente persuadido
que Dios ha ordenado el gobierno en la iglesia y que la Biblia enseña claramente un plan
divino para la organización en la iglesia.
Sin organización no puede haber gobierno ni disciplina en la iglesia; y si estas son bíblicas
y necesarias, la conclusión lógica es que la organización es de Dios.
Para quitar toda equivocación, sea entendido que la iglesia no es una organización, sino
un organismo viviente, habitada por el Espíritu Santo. La iglesia verdadera no conoce
barreras de denominación ni organización. El cuerpo de Cristo no puede ser limitado por
muros edificados por la voluntad del hombre. La iglesia de Cristo sobrepasa líneas
denominacionales.
Sabiendo esta verdad, se puede preguntar: ¿Es la organización de Dios? ¿Es Bíblica?
¿Hay necesidad de ella? A estas tres preguntas podemos responder enfáticamente sin
vacilar SI, la organización es de Dios.
4
Una de las condiciones de los días antes de la venida del Señor es el espíritu de
desobediencia y anarquía en la tierra. “Porque ya está en acción el misterio de la
iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado
de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo” (2 Tesalonicenses 2:7-8). Aquí se
ve que el anticristo es llamado el “inicuo” y el misterio de iniquidad es el “espíritu de
iniquidad.” Se puede ver el espíritu de iniquidad (desobediencia) en todas partes hoy en
día. El crimen, la delincuencia juvenil, el divorcio y las huelgas han ido aumentando
grande- mente en los últimos años. El hombre desea ser su propia ley, no quiere respetar
el gobierno ni reconocer el mando de ningún otro sobre él. Este espíritu de desobediencia
se ha metido en nuestros hogares hasta que los niños mandan en la casa y los
matrimonios son destruidos por esposas rebeldes y desobedientes. Este mismo espíritu
se ha metido en la iglesia hasta que muchos cristianos profesantes ya no están
dispuestos a sujetarse a la predicación de la sana doctrina.
Donde no hay gobierno de la iglesia, cada hombre es una ley a sí mismo, y no puede
haber orden divino ni disciplina. Esto solo puede llevar a la confusión y al desorden; y la
armonía divina y el orden del gobierno de Dios es desbaratado. “Pues Dios no es Dios de
con- fusión sino de paz” (1 Corintios 14:33). Todo lo que es creado u ordenado por Dios
tiene un hermoso arreglo y orden. Así es con el gobierno de la iglesia.
1. Mando del pueblo: Esto es una forma democrática de gobierno de la iglesia que puede
ser bueno para un país, pero no ha sido ordenado por Dios para Su iglesia. Ciertamente
los laicos nunca deben ser ignorados. Deben ser consultados y permitidos de expresar
libremente sus deseos y convicciones. Pueden influenciar en la decisión del ministerio,
pero al mismo tiempo, deben sujetarse a la decisión final de su pastor.
2. Mando del Sacerdocio: Esto es una forma totalitaria de gobierno que hace del pastor
un señor sobre la herencia de Dios y pro- duce una dictadura.
Una TEOCRACIA es un balance entre estos dos extremos. El pastor es reconocido como
UN SIERVO (ministrador) y ADMINSTRADOR (cuentadante) de la iglesia ordenado por
Dios y por quien Dios puede guiar Su pueblo. No hace del pastor un señor sobre la
herencia de Dios, sino más bien, un pastor del rebaño, un líder del pueblo de Dios. No
5
puede ni debe ejercer Señorío sobre los santos; pues él también es un miembro del
Cuerpo de Cristo con una Condición más no posicional.
Una teocracia interesa, afecta y beneficia sólo a los que voluntariamente se sujetan a ella.
Cuando un cristiano se rebela contra la admonición e instrucción de su pastor, él
realmente se está rebelando contra Dios. Es una ofensa grave para cualquier hombre
extender su mano contra el ministerio. “No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a
mis profetas” (1 Crónicas 16:22). “No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre”
(1 Timoteo 51).
La iglesia no se organiza para edificar una organización fuerte, sino para evangelizar al
mundo. La misión de la iglesia es misiones. La gran comisión dada a la iglesia es predicar
el evangelio al mundo entero. El propósito de la organización es cumplir con el trabajo.
Es un hecho bien reconocido que un grupo de personas unidas juntas con sistema y
orden pueden efectuar mucho más que si cada una de ellas estuviera trabajando
separada de la otra. Posiblemente esta es una de las razones principales por la cual Dios
ordenó la organización en la iglesia.
Cada congregación local debe ser afiliada con la organización, tener un pastor quien ha
sido instalado apropiadamente, y otros oficiales de la iglesia que sean necesarios. Para
efectuar esto, la congregación local de la iglesia debe ser puesta en orden por el
presbiterio en la fecha más temprana posible.
Es entendido que una iglesia no puede ser puesta en orden hasta que haya algunos
creyentes que sean nacidos de nuevo con la experiencia de salvación del Nuevo
Testamento. En otras palabras, una iglesia no puede ser puesta en orden hasta que haya
una igle- sia, un grupo de creyentes que se van a unir para formar una congregación local.
Sin embargo, tan pronto como haya tal grupo de creyentes, no importa cuán poco el
número, se debe hacer una reunión en la cual el Superintendente del Distrito o Presbítero
debe presidir, y la iglesia debe ser puesta en orden.
El orden del programa para tal reunión debe proveer para el cumplimiento de los
siguientes asuntos de negocios:
6
3. Registro de los nombres de los miembros fundadores de la asamblea.
En cada caso, él debe ser puesto allí por el “Gran Pastor mismo.” El método de escoger
un pastor es de importancia secundaria. La voluntad de Dios es la única cosa que tiene
toda la importancia aquí. El debe estar allí en la VOLUNTAD DE DIOS. Ningún motivo
malo debe influenciar la selección, ni por parte del pastor o del pueblo.
7
CAPITULO DOS
EL PASTOR
Para apacentar las ovejas, él debe ser un estudiante constante. Una persona no puede
apacentar a otros hasta que él primero haya sido apacentado; él no puede dar a otros lo
que él primero no ha asimila- do; no puede enseñar a otros lo que él primero no ha
aprendido.
Una de las más grandes necesidades en la iglesia de hoy es para pastores con un
llamamiento divino para pastorear o apacentar la grey de Dios. Predicadores, hay muchos
hombres de habilidad, talento y enseñanza, hombres que pueden entretener y mover una
audiencia con su elocuencia y personalidad; pero pocos son los hombres que están
dispuestos a poner su vida por las ovejas. Los pastores según el corazón de Dios mismo,
quienes sacrifican sus propias vidas para pastorear el rebaño, no son numerosos. Feliz es
aquella congregación que tiene por su pastor a un hombre que será más que un
predicador y un líder, pero combinará estas cualidades con aquella cualidad dada por
Dios de ser un “padre espiritual” a su pueblo.
“Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres” (1 Corintios
4:15).
8
De los muchos aspectos y llamamientos del ministerio cristiano, la obra y ministerio del
pastor resalta como una de vital importancia. Jesús mismo ha puesto pastores en la
iglesia para ministrar a la igle- sia. En Efesios 4:11-16 su trabajo es definido como:
La iglesia en una condición tan sana naturalmente aumentará en amor. En otras palabras,
si el pastor logra traer a la iglesia a una condición espiritual en Cristo apropiada,
naturalmente almas serán nacidas dentro de la familia, y el Señor añadirá a la iglesia cada
día los que han de ser salvos (Hechos 2:47).
Muchas veces se requiere un esfuerzo grande, tiempo y oración para mantener a los
creyentes andando en el camino derecho y angosto, guiarles a una vida espiritual más
profunda y velar por sus almas que no sean desviadas por el enemigo. Mantener un alma
en el rebaño fiel al Señor es más importante que ganar un converso nuevo.
Es la reincidencia del pueblo de Dios que torna blanco el cabello del pastor y pone
arrugas en su frente. Es por las ovejas que se han extraviado que él se queda despierto
en las noches y por las cuales agoniza en oración muchas largas horas. Cuando los
creyentes son rectos con Dios es una cosa fácil persuadir a los pecadores que rindan sus
corazones al Señor, porque cada hijo de Dios es una influencia para el bien. Al contrario,
cada reincidente lleva al abismo consigo muchas almas quienes pudieron haber sido
salvos si él hubiera permanecido fiel.
El autor ha tenido algunas experiencias en este asunto por las cuales él da gracias al
Señor. El pastor debe tener un corazón que esté lleno con amor para su pueblo. En su
obra, “poder del corazón” le ayudará más que cualquier otra cosa. La mayoría de toda la
gente es alcanzada con más facilidad por las afecciones que por el intelecto. Ellos están
buscando amor, simpatía, entendimiento y paciencia. Es el propósito del ministro tratar de
entender sus batallas y luchas para que él pueda ayudarles más fácilmente con todos sus
problemas.
9
Por esta razón, un pastor debe vivir en el mismo nivel y norma de vida que la gente en su
iglesia. Por razones que son muy claras, él debe ser casado y tener por lo menos un hijo.
Si fueran tan desafortunados de no poder tener hijos propios, deben adoptar un hijo, o
dos. Sólo un padre puede entender los problemas de los padres, y poder aconsejar e
instruir en un espíritu de amor y simpatía.
Cuando un pastor esta recién instalado en una iglesia, las primeras semanas son muy
críticas. Las caras nuevas y la gente nueva le darán nueva inspiración. Sin embargo, junto
con ésta nueva inspiración vendrán nuevos desafíos y nuevos problemas para ser
resueltos. Habrá un tiempo de “luna de miel” el cual puede ser muy engañoso. Durante
este tiempo él puede permitirse ser influenciado por las personas dañosas, y él puede
cometer errores en juzgar que la gente nunca olvidará. El debe recordar que las primeras
impresiones a veces son permanentes. El debe estar mucho en oración y mirar siempre
hacia el Espíritu Santo para guiarle en todas las decisiones. Hasta que él conozca la
iglesia a fondo, debe proceder lentamente al tomar decisiones que afectarían el gobierno
de la iglesia.
El nuevo pastor debe familiarizarse con todos los departamentos y obreros en la iglesia.
El debe averiguar si hay una lista de miembros de la iglesia o no, y si hay, averiguar si
está completa y al día. Si no hay lista de miembros, él debe tomar pasos inmediatamente
para conseguir una lista completa de todos los miembros y adherentes con sus
direcciones. Ahora él puede proceder a visitar sistemáticamente a toda la congregación
para que pueda familiarizarse con cada familia y hogar.
Después de haber sido instalado, y haberse familiarizado con cada departamento, los
obreros y los miembros mismos, su gran obra siguiente es ganar la confianza, el respeto y
el amor de su grey. Muchas veces el pastor es llamado para redargüir y reprender, y esto
es seguramente una parte de su ministerio como un “padre” a su grey (2 Timoteo 4:2).
Sin embargo, el nuevo pastor debe tener cuidado con las libertades que toma antes de
ganar el respeto y la confianza de su gente. “Mas al extraño no seguirán” (Juan 10:5). El
hecho de que él es un buen predicador no hace su voz la voz de su pastor. Las ovejas
tienen que aprender a conocer su voz. El debe ser firme pero con esa firmeza debe tener
un gran cuidado y ternura hasta que conozcan su voz. Si no, él puede crear disensión y
oposición que tal vez él nunca pueda vencer totalmente.
10
Dios dice: para el establecimiento del reino de Dios. Un ministro siembra, otro riega, y
todavía un tercero puede cosechar, pero es Dios quien da el aumento (1 Corintios 3:6-7).
Sin embargo, puede ser prudente añadir que el pastor que sale debe dar a su sucesor
toda la oportunidad y la única cosa justa que él debe hacer es cortar cualquier conexión
posible con la iglesia. Una vez que él se ha despedido de la iglesia, su responsabilidad ha
ter- minado, y él nunca debe ser influenciado a dar consejo, ni intervenir en la manera
más pequeña con su grey anterior.
Hay un principio que el pastor recién llegado haría bien en recordar. Si los creyentes
hablan bien de su pastor anterior, probablemente hablarán bien de él también cuando
salga algún día. Si son críticos de su pastor anterior, probablemente serán también
críticos de él cuando salga. Por eso, él debe estar alegre de oír las alabanzas a su
predecesor. El debe recordar que no puede esconder su actitud hacia sus hermanos
ministros. Sus ovejas averiguarán su actitud verdadera y le juzgarán en conformidad.
11
CAPITULO TRES
En este estudio estamos haciendo una lista parcial de cualidades que describen el
carácter de un pastor. Esta lista de características es tomada del libro “Cumpliendo
Nuestro Ministerio.”
El debe ser más que un seguidor de Cristo de profesión sola- mente. El debe conocer a
Jesús como su Salvador personal habiendo recibido la salvación completa del Nuevo
Testamento y viviendo en comunión completa con su Salvador. El debe ser un cristiano
en palabra y en hecho. El ministro nunca debe rendirse a cualquier cosa que es pecado.
El debe ser cortés y considerado con todos. Debe ser una persona sociable, moviéndose
libremente entre la grey. No sola- mente debe tener la habilidad de moverse con facilidad,
pero debe poseer la habilidad de hacer sentir cómodos a los que están en su compañía.
Consideración pensativa de otros es absolutamente necesaria.
12
4. EL DEBE SER UN EJEMPLO:
Un predicador siempre debe guardar en su mente que todos los ojos están fijos en él. El
ejemplo que él da tendrá una influencia profunda sobre las vidas de todos.
El ministro del evangelio es un líder. Las ovejas son para ser guiadas, no para ser
empujadas. Hay muchas cualidades que el líder necesita como la confianza, estabilidad,
convicciones firmes y poder de decisión, pero en el ministerio las cualidades más
importantes del liderato es amor verdadero para el pueblo y simpatía sincera por ellos en
todos sus problemas. No hay substituto para eso. Siempre debe recordar que él es un
padre de la grey, no un fanfarrón ni un dictador.
El Apóstol Pablo, escribiendo a ambos, Timoteo y Tito, declara que los ministros deben
ser sobrios. También escribe que los diáconos deben ser serios y aun sus esposas deben
ser serias y sobrias. Este no quiere decir que el hombre de Dios tiene que ser
apesadumbrado y triste. Siempre, aun bajo presión fuerte, debe mantener una conducta
feliz en público o en privado. Quiere decir que frivolidad y tonterías no tienen lugar en la
vida del ministro. El no es un payaso que tratará de hacer malabarismos para entretener a
la muchedumbre.
La vida entera del ministro es una de gran sacrificio. Una de las cosas más exigentes y
anhelosas es que le causará dar su vida voluntariamente por amor a las almas. No hay
substituto para ello.
El tiene que saber lo que hay que hacer y no dejar que nada intervenga ni le distraiga de
su propósito. Él sabrá lo que cree y estará listo para morir por sus convicciones. Un
hombre sin convicciones es inestable y sin valor en el ministerio. A la vez, él debe
mantener un espíritu humilde y dispuesto a aprender. Convicciones fuertes no deben ser
confundidas con una vida “espiritualmente orgullosa” y “egoísta.”
Muchas veces tendrá que pararse solo contra oposición fuerte. El tiene que mantenerse
firme para la verdad y justicia, aunque esto signifique tomar una posición en contra a sus
13
mejores amigos y sus seguidores más fieles. El no debe tener miedo del hombre, ni del
pecado, ni del diablo.
El coraje y la fe van juntos. El será valiente si tiene una fe viva en su Dios. La fe le dará
confianza y denuedo santo para predicar el evangelio contra toda oposición. La fe le dará
la victoria sobre los poderes del infierno mismo.
Los hijos de Dios son una gente separada. Es necesario para ser aceptable como Sus
hijos. “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor” (2 Corintios 6:17).
Eso es una separación del mundo. Después, el ministro es separado por el Espíritu Santo
del resto de la iglesia para el ministerio (Hechos 13:2). Esto constituye una separación
doble para el ministro.
La verdad, para que sea efectiva debe venir por medio de un hombre, y por eso él debe
ser un hombre santo. La gente debe sentir la realidad que él conoce a Dios, y que Dios
está en su vida. Su vida debe ser pura y libre totalmente de hábitos malos. “Pero es
necesario que el obispo sea irreprensible” (1 Timoteo 3:2). “Consérvate puro” (1 Timoteo
5:22).
La falta de responder por parte de su pueblo a sus obras personales y públicas con ellos
puede probar diariamente su paciencia. Que recuerde el pastor que cuando el pierde su
paciencia con la confianza en un individuo, su habilidad para ayudar y ministrar a esa
persona es terminada. Aun cuando él tiene que castigar y reprender fielmente, debe
hacerlo con paciencia. A veces el ministro tiene que esperar años para la cosecha
después de haber sembrado la semilla fielmente. Requiere paciencia para ser un buen
pescador.
14
16. EL DEBE SER UN HOMBRE MANSO Y HUMILDE:
La humildad verdadera es una actitud del corazón. Es simplemente ser “él mismo” sin
aires o pensamientos de vanagloria. Cualquier hombre, a pesar de su experiencia, edad o
grado de buen éxito, puede llegar a ser obsesionado con un espíritu exaltado. Que el
ministro de Dios guarde su vida clavada a la cruz; que recuerde él que su vida está
muerta. Es solamente cuando se queda así que Dios le puede usar.
En todos los asuntos de finanzas, él debe ser honesto hasta el último centavo. ¿Cómo
puede ser él un “mayordomo de los misterios de Dios,” si es infiel en las cosas materiales
de la vida? La palabra del ministro será tan buena como algo garantizado por obligación
escrita. El será honorable en todos sus negocios con su prójimo, y cuando él da su
palabra o hace una promesa, guardará su palabra, aunque requiera sacrificio por su parte.
La obra grande del pastor es alimentar a las ovejas, pero antes de alimentar a otros, él
mismo debe ser alimentado por el Gran Pastor de la Palabra de Dios. Si él no estudia, su
ministerio pronto llegará a ser seco. Es necesario que él acumule maná fresco de los
cielos diariamente así su ministerio va a seguir fresco y vivo.
La pereza simplemente no tiene lugar en el ministerio. No hay profesión que es tan activa
que la de predicar el evangelio. Requiere todo lo que tiene un hombre. Aquí, como en
otras profesiones, no hay substitución para el trabajo duro.
Su vida debe ser bien ordenada. El debe tener un tiempo fijo para levantarse y acostarse.
Debe tomar sus comidas a horas fijas. El debe tener un tiempo fijo para estudiar y orar,
descansar, relajarse, y para la visitación pastoral. Sólo por seguir un sistema y orden
puede evitar el mal gasto del tiempo el cual es tan precioso. Hábitos regulares también
tienden a guardarle sano y en buenas condiciones. El ministro debe ser puntual y nunca
estar tarde para cualquier cita.
Su ministerio entero depende de su vida de oración. Un ministerio sin oración matará las
verdades de Dios. Será el tiempo que pasa en oración lo que le dará poder en el púlpito.
15
22. EL DEBE SER UN HOMBRE DE UNCION:
La unción es la bendición rica del Espíritu Santo que es absolutamente necesaria a toda
predicación verdadera. La unción divina es una cosa que separa ministros verdaderos de
todos los demás.
Mucha oración y atención debe ser dado a su propio hogar y familia. A veces el ministro
está tan ocupado con los problemas y necesidades de otros que descuida su propio hogar
con resultados que salen de su control. Cuando esto sucede, su obra en la iglesia se hace
más difícil.
16
CAPITULO CUATRO
El joven ministro debe recordar que algún día él será el pastor de una iglesia y estará
enseñando a otros. Por eso, debe mantener la misma actitud hacia su pastor como la que
él esperará de los jóvenes en su iglesia en los años venideros. Si él no puede ser
enseñado, inmediatamente se le descalifica de enseñar a otros. Claramente, el primer
paso hacia su entrenamiento como un ministro será el sentarse a los pies de su propio
pastor, y con humildad y respeto aprender del hombre de Dios. No solamente debe asistir
fielmente a todas las clases bíblicas, sino que él debe buscar consejo espiritual de su
pastor. Habrá mucho que él puede aprender en discusiones privadas con el hombre que
es su pastor.
Después de haber sido probado en su iglesia local por unos años, habrá un tiempo
cuando el joven obrero deseará asistir a un Instituto Bíblico. En las filas Pentecostales en
años pasados, había oposición al entrenamiento en los Institutos Bíblicos, pero más y
17
más se está verificando que Dios está bendiciendo nuestros Institutos Bíblicos. Uno no
puede estar demasiado preparado para ser el mejor para el Maestro.
Dios ha usado un sin número de individuos que han tenido poco o nada de entrenamiento.
Sin embargo, la realidad permanece que Dios puede usar y sí usa entrenamiento y
habilidad cuando son dedicados a Él. Hay dos ejemplos sobresalientes de esto en la
Biblia: Moisés y el Apóstol Pablo. Moisés recibió toda la educación que el mundo tenía
que ofrecer en su día, mientras estuvo cuarenta años en el palacio del faraón, y todavía
Dios tenía que enseñarle por otros cuarenta años en el desierto. Pablo era un hombre
sabio y había recibido su instrucción a los pies de Gamaliel y después de su conversión
se fue a Arabia donde aparentemente él aprendió muchas cosas del Señor.
Hay algunos varones jóvenes que son convertidos y reciben su llamado al ministerio
después de haberse casado y tienen la responsabilidad de un hogar y familia. Otros tal
vez tienen obligaciones financieras pesadas que tienen que cumplir, las cuales fueron
comprometidas antes de su llamado al ministerio. En estos casos, es imposible para ellos
asistir a un Instituto Bíblico.
18
D. ¿SERÁ LA EXPERIENCIA POSIBLEMENTE LA MEJOR ESCUELA “DE
ENTRENAMIENTO” O “PASANTÍA” PARA UN MINISTR?:
Hay muchos aspectos del ministerio que el joven ministro puede aprender sólo por
practicar. Como nadar, montar una bicicleta, tocar el piano, una persona aprende sólo por
la práctica. Por eso, el joven pastor debe tomar ventaja de cada oportunidad de ser activo
y ganar experiencia.
Debe entenderse claramente que el entrenamiento del pastor nunca termina. Cuando se
gradúe del Instituto Bíblico y tome la responsabilidad de una iglesia, su entrenamiento
realmente está empezando. Su estudio y entrenamiento siguen a través de su ministerio
hasta que agrade al Señor llamarle al hogar celestial para un servicio más alto.
Su ministerio entero probará ser una escuela continua de entrenamiento para él. Esto no
terminará hasta que sea llamado a un servicio más alto, e incluso allí debe seguir
aprendiendo de todo el que hable conforme a las palabras de Dios...
19
CAPITULO CINCO
“Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él
quiso” (1 Corintios 12:18).
Cada oficio ha sido llenado y cada ministro llamado por un nombramiento especial y
personal del Señor Jesucristo. Esto solo enseña cuán importante son los llamamientos
de Dios y como cada cristiano debe tratar por Su gracia llenar el oficio para el cual Dios le
ha llamado, y no tratar de llenar el puesto de algún otro miembro, más bien ser obediente
a su propio llamado. Es posible para un ministro fallar y desobedecer, pero el
conocimiento de aquel llamado no contestado le seguirá al sepulcro.
Una persona sólo puede ser verdaderamente feliz y estar completamente satisfecha
cuando ha encontrado su llamamiento y se ha dedicado a servir al Señor fielmente donde
Jesucristo le ha puesto.
Es necesario considerar los oficios y llamamientos del ministerio en la iglesia del Nuevo
Testamento. Son nueve en número, “CINCO DE ELLOS POR CONSTITUCIÓN
DIRECTA” Efesios 4:10-11:
1. Apóstoles 6. Ancianos
2. Profetas 7. Obispos
3. Evangelistas 8. Presbíteros
4. Pastores 9. Diáconos
5. Maestros
20
En la iglesia primitiva del Nuevo Testamento parece que hubo poca diferencia entre
Presbítero, Obispo, Anciano y Pastor. En la iglesia actual, los primeros dos son
considerados semejantes en oficio y sentido, y los últimos dos son semejantes. Hoy en
día el Obispo y el Presbítero son hombres colocados en la iglesia como superintendentes
o supervisores sobre el ministerio, y como tales, su obra es muy importante.
La iglesia recibió el término “anciano” de la sinagoga judía. En la igle- sia primitiva parece
que fue sinónimo de “pastor,” y en algunas iglesias todavía hoy, los dos términos se
refieren al mismo oficio; en otras iglesias el anciano es el mayor oficial de la iglesia sobre
los diáconos pero bajo el pastor.
Diáconos son oficiales subordinados en la iglesia bajo el pastor, nombrados para cuidar
los asuntos temporales de una iglesia. Cuando un estudio es hecho de sus calificaciones
según Hechos 6 y 1 Timoteo 3:8-13, fácilmente se puede ver que esto no es un llama-
miento simple. De verdad, sus calificaciones son muy semejantes a las de un obispo.
Esteban y Felipe eran ambos diáconos y la vez predicadores poderosos de la Palabra.
Felipe era diacono y evangelista (Hechos 21:8).
Un “evangelista” es uno que “declara buenas nuevas.” Es uno que predica el evangelio,
las buenas nuevas de salvación. Sin el evangelismo no habría la obra de pastorear,
porque simplemente no habría ovejas. Por tanto, la obra del evangelista precede aquella
del pastor.
La profecía del Nuevo Testamento es una declaración (no necesaria- mente una
predicción) de las verdades de la Escritura guardada estrictamente dentro de lo revelado
en la Biblia. Es simplemente hablar bajo la unción y bendición del Espíritu Santo sin
premeditación. Es semejante al hablar en otras lenguas con la diferencia que la profecía
es hablada en el idioma conocido. Cada predicador del Nuevo Testamento que predica
bajo la unción del Espíritu Santo es un profeta del Nuevo Testamento.
Los oficios del ministerio están en la iglesia no para exhibición ni para mera pompa. Son
colocados en la iglesia para suplir una necesidad, para cumplir un propósito definido, para
hacer una obra necesaria en la iglesia. En otras palabras, siempre serán revelados
cuando haya una necesidad, no para exhibición.
Esto es verdad para ambos, los dones y el fruto del Espíritu. Como los oficios del
ministerio, ellos son nueve en número.
1 Corintios 12:8-10
Gálatas 5:22-23
Sería una tontería tratar de demostrar o revelar el fruto de amor cuando no hay
necesidad. Sin embargo, bajo provocación cuando alguien está dañándole, el Espíritu
21
Santo le da amor verdadero para aquella persona. Lo mismo es verdad para todos los
otros frutos. Es cuando hay una necesidad, cuando hay una gran tentación y dolor de
corazón, que el Espíritu Santo da al hijo de Dios paciencia, mansedumbre y gran paz y
gozo en su alma.
Ahora, aplique la misma verdad a los dones del Espíritu y a los oficios de la iglesia. Es
una tontería que uno trate de manifestar y demostrar a la iglesia su “así llamado” don de
profecía o sus dones de sanidad. Que el creyente viva y ande en el Espíritu y guarde su
vida sujetada al Señor en su propia manera, y según Su propio plan y propósito, los dones
serán manifestados y revelados cuando la necesidad se presente, y al mismo tiempo la
iglesia será edificada, y la gloria dada al Señor. Que ningún ministro pentecostal sea
culpable de tratar de demostrar su don o llamamiento para exhibir sus ta- lentos. Que
espere al Señor hasta que se presente la necesidad, y entonces que se rinda al Señor
para que la necesidad sea provista.
Cada joven ministro debe estar dispuesto a empezar desde el primer peldaño de la
escalera y con gozo hacer lo que sus manos encuentren para hacer. Debe empezar con
las cosas pequeñas, con trabajos insignificantes en la iglesia ayudando con la limpieza y
reparaciones. Pronto, él estará enseñando una clase en la Escuela Dominical, tocando un
instrumento, cantando en el coro, orando con los que están en el altar, etc. Si es un
obrero humilde y dispuesto, pronto hallará que habrá tanto que hacer que difícilmente
podrá tener tiempo para todo.
El joven ministro no debe ser demasiado ambicioso cuando está aceptando su primera
iglesia. Por supuesto, debe orar mucho y oír de Dios, porque saber la voluntad de Dios en
esto es absolutamente necesario. Sin embargo, es fácil escuchar la ambición en vez de la
voz de Dios en estos asuntos. Si se presenta la posibilidad, el joven ministro debe
escoger la pequeña iglesia en el campo en vez de una iglesia en la ciudad. Es experiencia
lo que él necesita en este punto y debe estar seguro que él puede controlar cada situación
con la ayuda del Señor, y hacer un éxito de cada cargo.
No se deben desear los títulos, ni poner demasiada importancia en ellos; más bien la obra
y el oficio del ministerio cristiano siempre debe ser respetado, honrado, y como tal,
deseado. Cuán refrescante es y como demuestra el verdadero espíritu de humildad, oír a
los hombres de Dios experimentados y honrados ser llamados simple- mente, “Hermano.”
22
Es completamente inútil tener títulos ante el nombre del ministro para demandar respeto y
honor, entonces se ha probado completamente indigno de su oficio y el honor de tener
título ante su nombre. Sin embargo, si los títulos son usados de algún modo, que sean
bíblicos, tal como “Pastor,” “Anciano,” “Obispo,” “Evangelista,” etc. En estos tiempos
postmodernos las instituciones han crecido y tenemos Seminarios, facultades,
universidades que acreditan titulaciones ministeriales; quienes realmente logren obtener
sus títulos ministeriales dignamente y con su esfuerzo de estudios regulares, es sensato
que los usen, ya que esto dignifica la labor ministerial. Se respeta la postura del Autor
inicial del presente, pero a la fecha, décadas posteriores cabe resaltar lo ut supra
reflejado.
23
CAPITULO SEIS
EL CULTO
El requisito más esencial en cualquier culto espiritual es que el Espíritu Santo esté a
cargo. Jesús ha prometido estar donde hay dos o tres de Sus discípulos reunidos juntos
en Su nombre. Si El no está, todo es en vano, No hay nada más muerto que un culto
pentecostal muerto. No se necesita necesariamente mucha manifestación para ser vivo,
pero tiene que tener la presencia de Cristo, la unción divina del Espíritu. Todos deben
poder sentir la presencia de Dios en el culto.
Cada ministro que está encargado de un culto debe hacer todo lo posible por llegar a este
fin. Debe cuidarse a sí mismo de no caer en un hábito u orden fijo para dirigir los cultos.
Debe orar hasta que tiene la voluntad de Cristo. Debe guardar su corazón abierto a la
dirección del Espíritu Santo. Debe ser un hombre de discernimiento para des- cubrir
rápidamente lo que es de la carne y no del Espíritu. Sobre todo, él debe hacerse a un lado
para no impedir al Espíritu Santo y que El pueda obrar libremente en el culto.
Algunos cultos pueden ser “atados” o “duros.” En este caso, el ministro mismo debe ser
perfectamente libre. Debe escoger himnos y coros de naturaleza liberadora. Debe guiar a
los creyentes en adoración al Señor. Puede llamar a otros para participar en el culto y
conseguir tantos como sean posibles para entrar en una parte activa en el culto. Cuando
la gente empieza a tomar una parte activa en el culto, pronto sienten el fuego y bendición.
La adoración traerá la bendición de Dios sobre todos.
La adoración verdadera sale voluntariamente del corazón del hombre. Por eso, la
expresión de adoración será diferente con cada individuo y personalidad. Nunca debe
cometer el error de condenar una expresión de adoración en voz alta y decir que es de la
carne, simplemente porque es ruidosa. Por el otro lado, nunca debe condenar a la
persona callada que silenciosamente está “perdida” en el Espíritu con su Señor. La
adoración verdadera es cuando viene del corazón, cualquiera que sea la expresión
externa. La adoración es una relación del corazón entre el creyente y el Señor; es la
24
expresión de un alma rendida en adoración y amor. Cuando los creyentes realmente
adoran, las bendiciones de Dios vendrán sobre el culto como olas de gloria.
Debe ser recordado que el culto pentecostal puede llegar a ser formal y muerto con su
batir de manos y su manera ruidosa de cantar coros, tanto como los cultos de una iglesia
denominacional con su orden de culto prescrito.
De vez en cuando hay alguien en el culto que quiere predicar cuan- do se levanta a
testificar, o atraer atención a sí mismo con alguna manifestación. La manera más indicada
para controlar tal situación es empezar a cantar hasta que él se calle. A veces una
reprensión pública es necesaria, pero raramente. El predicador nunca debe permitir que
una manifestación interrumpa la predicación de la Palabra de Dios. El Señor nunca
hablará a una congregación en dos maneras diferentes a la vez. La cosa más importante
es que el ministro esté seguro que él tiene la mente de Cristo, que puede ser guiado por
el Espíritu, y tiene un conocimiento completo de las enseñanzas de la Palabra de Dios
sobre los Dones Espirituales y manifestaciones.
Los cultos de la semana deben ser planeados para proveer las necesidades de la iglesia
entera. Habrá un tiempo definido provisto para los varios tipos de culto que se necesitan.
Un tiempo definido para cada uno de los siguientes debe ser planeado y provisto:
25
Culto de la juventud Escuela Dominical, etc.
No se puede dar un orden definido para acomodar estos cultos, porque la necesidad será
diferente de una comunidad a otra, y de un país a otro. En muchas iglesias no hay culto
los domingos en la mañana (solamente la Escuela Dominical). Sin embargo, donde hay
culto los domingos en la mañana, generalmente el culto es apartado para los creyentes.
Debe ser el culto especial de la semana cuando los creyentes se sienten libres en el
Señor. Es un tiempo de adoración y manifestación espiritual. Empero, este no es siempre
el caso. A veces hay más incrédulos asistiendo al culto en la mañana que en la noche. El
pastor tiene que ser guiado según el caso.
El culto del domingo en la noche debe ser designado para un esfuerzo evangelístico y
para ganar almas. Los cultos durante la semana pueden ser designados para la oración,
Estudio Bíblico, Juventud, etc.
Las siguientes reglas simples pueden ser una ayuda para los ministros jóvenes. Estas
reglas son del libro, “Cumpliendo Nuestro Ministerio.”
1. Si hay poca gente presente, pídales que se sienten juntos y acérquese Ud. a ellos
(dejando el púlpito y la plataforma).
5. Hable tan claramente que aún los niños pequeños puedan comprenderle.
7. No hable mientras está caminando hacia el púlpito. Tome su tiempo. Sea tranquilo.
10. Pedir a la congregación que se ponga de pie y cantar un coro le ayudará a ganar la
atención.
12. No debe demorar en despedir el culto para los que quieren salir.
El sentido de la palabra “apóstol” era literalmente, un enviado. Habían los doce Apóstoles
originales del Cordero, cuyas calificaciones son escritas en el primer capítulo de los
26
Hechos; habiendo estado con Jesús a través de todo Su ministerio y habiendo sido un
testigo ocular de Su resurrección. Sin embargo, había otros apóstoles nombrados en la
Escritura:
27
CAPITULO SIETE
Hay varios tipos de culto donde él será llamado a oficiar. En este estudio daremos una
introducción a tres de estos cultos. Se debe notar que cada pastor desarrollará su propio
método en conducir estos cultos. Los estudios siguientes son sólo sugerencias para ser
consideradas por el joven ministro.
La mayoría de los jóvenes predicadores estarán familiarizados con este culto, habiéndolo
observado en muchas ocasiones. Posiblemente, el pastor tendrá que hacerse cargo de
este culto con más frecuencia que cualquier otro culto especial.
1. Se puede celebrar este culto en cualquier momento, día o noche, cuando hay un
candidato para bautizarse.
3. El bautismo es por inmersión en agua. Este quiere decir que se puede administrar el
bautismo en un tanque, el mar, un lago, un rio, o aun en una bañadera (tina) si fuera
necesario.
28
6. Cuando está bautizando en un río, el ministro debe bautizar a la persona con su
cabeza contra la corriente. La corriente le ayudará a levantar al creyente del agua, y la
ropa no será levanta- da, exponiendo el cuerpo del candidato.
8. Esto debe ser seguido con oración para el candidato. Esta oración puede ser por
el ministro que está oficiando o por cualquier persona en la congregación.
Cada pastor puede tener su propia manera de decir la fórmula, la cual, por supuesto, es
permisible si es en el nombre de Jesús. El autor (de estos estudios) da las palabras que él
ha usado por muchos años bautizando a mucha gente. Es dado aquí sola- mente como
un ejemplo para consideración del estudiante. “Hermano (Hermana) . . . . . . . , sobre la
profesión de su fe y en obediencia a la Palabra de Dios, ahora le bautizo en el nombre del
Señor Jesucristo para la remisión de pecados y recibirá el don del Espíritu Santo.”
10. Al pronunciar la fórmula, el ministro procede a inmergir al candidato en agua (una sola
vez) asegurándose que el agua cubre al candidato completamente.
11. Debe haber animado la fe en el corazón del candidato para recibir el Espíritu Santo en
el agua. Por eso, no deben estar apurados en dejar el agua, sino deben quedarse en el
agua para un tiempo de adoración y alabando al Señor.
B. EL FUNERAL:
Gente que nunca piensa en la iglesia ni en el ministerio querrán sus servicios en el tiempo
de duelo. El pastor a menudo será llamado para oficiar el culto del funeral para los
creyentes y miembros de la iglesia, pero también para extraños. Nunca debe permitir que
el culto llegue a ser una mera formalidad, el hecho de dar un mero servicio profesional.
Siempre debe permitir que su corazón sea movido con compasión genuina para aquellos
que están sufriendo y en duelo.
Unas cuantas sugerencias son dadas aquí para la consideración del estudiante y el joven
ministro.
1. El pastor debe visitar el hogar rápidamente, después de oír las noticias del
fallecimiento. En esta ocasión, él simplemente y en forma tranquila dará su simpatía e
interés y guiará a la familia en un tiempo de oración. Después, cuando la familia ha tenido
tiempo para hablar con otros parientes y la agencia de funerales, el pastor puede volver a
hablar con ellos sobre los planes para el funeral. Debe respetar siempre los deseos y
pedidos de la familia en lo que se refiere al culto del funeral.
29
2. El ministro debe estar en todo momento tranquilo y conducirse en una manera que
aumentará la fuerza y la fe en los corazones de los que están en duelo.
3. El culto del funeral debe ser sencillo, breve y ordenado. El propósito del culto es
calmar y consolar a los afligidos y encaminarlos a Jesucristo. La experiencia ha probado
que las Escrituras pueden traer mucha consolación. Próximo a la lectura de las Escrituras
es la oración.
5. El orden del culto debe ser preparado con máquina de escribir y una copia debe ser
dada a la persona que toca la música, a la que va a cantar un himno especial y a los que
van a ayudar.
6. El pastor debe enterarse bien de la vida y muerte del difunto. También debe saber
algo de la experiencia espiritual del difunto.
7. Cuando el culto termina, es apropiado que el pastor tome su posición delante de las
personas que van al lado del féretro.
8. El ministro debe visitar el hogar después del funeral para ofrecer consolación y
consejo.
9. En todo momento, el pastor siempre debe acordarse que él está ministrando a los
vivos y no al muerto. Si es posible decir unas cuantas palabras de elogio acerca del
difunto, ciertamente debe hacerlo, pero nunca debe excederse. Su obligación principal es
encaminar a los vivos a Jesucristo.
C. LA BODA:
Una de las ocasiones más lindas y gozosas en la cual el ministro tiene el privilegio de
participar es la boda cristiana. No se intentará dar en este estudio una ceremonia
matrimonial. Cada pastor desarrollará una ceremonia a su gusto, y hay tantas de las
cuales se puede escoger que sería inútil tratarlo en estos estudios. Sin embargo, se dan
aquí unas reglas simples que deben ser recordadas por el joven ministro.
1. El pastor debe enterarse de las leyes de su país, estado o provincia con respecto al
matrimonio; pues son diferentes de un lugar a otro. Debe leer cuidadosamente la ley
acerca del matrimonio y guardarla siempre.
2. El ministro debe aconsejar a los novios de que los planes para el matrimonio sean
finalizados. Debe estar seguro que él está libre de oficiar el matrimonio según la Biblia.
Debe satisfacerse con el estado espiritual, etc. de la pareja.
30
4. En la boda, la novia es la reina por el día. En lo posible, sus gustos y deseos deben
ser respetados. Ella debe planear la boda según su gusto. Hoy en día se da mucha
libertad al orden de la boda. El ministro debe estar preparado para dar consejo cuando se
necesite.
6. El pastor nunca debe rehusarse a oficiar una boda a menos que el matrimonio sea
imposible según la Palabra de Dios.
31
CAPITULO OCHO
VISITACION PASTORAL
El pastor debe estar completamente persuadido que tiene fuerte apoyo bíblico para la
visitación. Debe darse cuenta que una parte de su ministerio más efectivo será realizado
en los hogares. Si Jesucristo dió el ejemplo y los Apóstoles pasaron mucho de su tiempo
ministrando en los hogares, ciertamente cada pastor debe pasar tiempo visitando y
ministrando a la gente en sus casas.
El ejemplo de los Apóstoles en un ministerio de casa a casa puede ser hallado en las citas
bíblicas siguientes:
Hechos 5:42 “Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y
predicar a Jesucristo.”
Hechos 20:20 “Y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros,
públicamente y por las casas.”
Una prueba adicional de la importancia de visitación pastoral puede ser vista en las citas
siguientes:
Santiago 1:27 “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a
los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.”
Para predicar efectivamente del púlpito con mayores resultados, el pastor debe conocer a
su gente. Debe saber sus necesidades espirituales y materiales, sus problemas
domésticos, su historia cultural y social. El predicador no solamente tiene que conocer su
rebaño, tiene que amarlo. No sólo debe amarlos, pero ellos en su turno deben tener
confianza, respeto, amor y estimación por él. Toda predicación será hasta un punto fría y
mecánica sin este calor del corazón mutuo por parte del ministro y su gente. Esto no
puede ser desarrollado y fomentado apropiadamente en los cultos solamente. Una
calurosa bienvenida a la puerta es esencial, pero nunca es un substituto para la visita
pastoral con oración en el hogar mismo del cristiano.
32
Es en el hogar que el pastor puede cumplir mejor sus obligaciones a su gente como su
pastor. Es aquí que la gente abrirá sus corazones y pondrán confianza en su consejero
espiritual. Es en sus hogares que él puede hacer su mejor obra personal.
Mientras está en sus casas, el pastor sabio podrá aprender las necesidades actuales de
su gente y así será guiado cuando esté ministrando a ellos. También estará en una mejor
posición para juzgar el efecto de su predicación sobre la gente. Visitando a su gente, y por
sus tratos personales con ellos, puede guardar su dedo sobre su pulso espiritual. Puede
ser consciente de cualquier problema que está brotando, raíz de amargura, o disensión en
el rebaño que pueda dañar a ello. Puede poner la mano rápidamente sobre cualquier
enseñanza injuriosa que pueda haber entrado. Por la visitación, el pastor está
ayudándose a sí mismo a sentirse más humano y vivir en el mismo nivel con su gente.
El pastor debe tener cuidado de no tener favoritos; toda clase, rica y pobre, debe ser
visitada igualmente. A la verdad, cada miembro de la congregación tiene el mismo
derecho a la ayuda espiritual y el mismo mando sobre su tiempo y atención. Esto, por
supuesto, se aplica a los de salud normal y condición espiritual normal. Hay los que deben
y tienen que ser primeros. Visitando a los enfermos gastará una gran porción del tiempo
del pastor. ¡Que triste cuando hay pastores que de lunes a sábado son invisibles, y el
domingo nadie los entiende! Si hay alguna prioridad, los diferentes grupos en la iglesia
pueden ser ordenados de la siguiente manera:
1. Los enfermos
4. Los ancianos
5. Los pobres
La visitación pastoral debe ser regular y sistemática. No se puede poner una regla fija
aquí, porque las asambleas varían en tamaño y condición. Sin embargo, en una
congregación normal bajo condiciones ordinarias y de tamaño ordinario, se puede
recomendar que el pastor visite cada hogar por lo menos dos veces cada año. En
congregaciones grandes, puede ser que una vez al año es todo lo que el pastor puede
hacer. Debe usar las mismas tardes y noches de cada semana. En medio de la semana
es mejor que el fin de semana. El lunes debe ser el día de descanso y refrigerio para el
pastor, mientras que el sábado su mente y corazón están ocupados con la obra del
próximo día. Generalmente, es necesario hacer algo de la visitación en las noches,
porque es el único tiempo cuando se puede encontrar a los varones y miembros de la
familia que trabajan. A veces se puede hacer el mayor bien cuando la familia entera está
33
presente como un grupo. Para que sea sistemático, será necesario que guarde un registro
o relación de sus visitas diarias.
La visita pastoral no es una visita social. El objeto de cada visita debe ser religioso. Se
puede malgastar mucho tiempo con poco o nada cumplido por una visitación social. El
malgastar el tiempo es pecado y de todos, el pastor no tiene tiempo para malgastar. Hay
demasiado que hacer para el Maestro. Una de las reglas de Juan Wesley para los
predicadores era: No gaste más tiempo en un lugar de lo que es estrictamente necesario.
Algo de enseñanza sobre el asunto en la iglesia puede poner a la gente en conocimiento
de los deseos del pastor en este asunto. De todos modos, es el asunto del pastor estar en
el hogar en los negocios del Rey y no sólo para gozarse.
Generalmente se espera que el pastor ore, aunque el pastor debe ser guiado por las
circunstancias. Se puede causar vergüenza y resentimiento por una oración larga hablada
en voz alta. Una oración breve pero sincera es como regla suficiente. Tan pronto como el
pastor siente que ha cumplido todo el bien que él puede hacer no debe demorar, sino
terminar su visita.
El pastor debe tener mucho cuidado en visitar a las hermanas jóvenes en la ausencia de
sus esposos. Para tales visitas, él debe ser acompañado por su propia esposa. Si el
pastor es soltero, será necesario dejar algo de la visitación a las hermanas en la
congregación nombradas para esta tarea. Si es necesario que el pastor haga la visita,
debe estar seguro que el esposo u otros miembros de la familia están presentes o que
lleve consigo a uno de los ancianos de la iglesia.
34
F. EL PASTOR ENTRA AL HOGAR COMO UN AMIGO:
El pastor entra al hogar no solamente como un consejero espiritual, sino como un amigo.
Tal espíritu de confianza y afección debe existir entre el pastor y la gente, que él sea
bienvenido en cada hogar a todo tiempo. La señora ocupada nunca debe sentir vergüenza
si el pastor llega mientras que ella está en medio del lavado de la ropa y la casa y los
niños no están tan limpios como es deseable. Debe poder entrar tan libre de vergüenza
como uno de la familia.
Debe evitar las visitas a la hora de comer, pero si en caso que él esté presente cuando la
familia está comiendo, ellos deberían sentirse libres de invitarle a comer con ellos como
uno de la familia. A la vez no debe haber un sentido de familiaridad, porque esto destruye
el respeto que es necesario para mantener una actitud sana de confraternidad y buena
voluntad con su gente sin familiaridad. Tal hombre probará ser un pastor verdadero y las
ovejas le seguirán gozosamente y comerán de su mano.
35
CAPITULO NUEVE
EL ARTE DE ACONSEJAR
Hay unas cuantas maneras en las cuales él puede prepararse para esta obra importante:
2. El pastor debe desarrollar un amor genuino e interés en su gente. A menos que tenga
un amor verdadero e interés en el individuo, será muy difícil dar un consejo apropiado.
Una persona sentirá rápidamente si el pastor tiene interés o no y responderá en
conformidad a ello.
4. El pastor debe tener en su biblioteca algunos libros sobre el tema de aconsejar y tener
un conocimiento general de lo que contienen.
Una de las primeras cosas para recordar aquí es que toda información personal debe ser
guardada estrictamente confidencial. Un médico, abogado o ministro es protegido por la
ley de ser forzado a revelar una información confidencial. Tal información personal debe
ser guardada como una confianza sagrada.
En sus tratos personales con su rebaño, la gente confiará en el pastor a menudo. Mucha
de su gente va a descargarse y confiarle a él muchos asuntos personales y privados.
Muchos le confiarán situaciones a él sobre pecados y errores. El pastor les oirá con
simpatía, para poder ayudarles, pero bajo ninguna circunstancia deben ser reveladas las
confidencias. Su boca debe ser sellada eternamente. Aunque no deben haber secretos
entre esposo y esposa, en este caso no hay ventaja en repetir tales asuntos aún a la
36
esposa del pastor. Ni debe hacer inferencia, porque esto rompe la confianza, y causa a
los creyentes vacilar antes de confiar en su pastor.
Una segunda cosa para considerar al tratar con normas es que el lugar provisto debe ser
apropiado. Un consejo no debe ser dado en lugares inapropiados, tales como un rincón
alejado o un carro estacionado. Puertas cerradas y sesiones secretas pueden conducir a
sospecha y crítica. El lugar más apropiado es la oficina del pastor. Aquí es un ambiente
familiar donde ambos pueden relajarse y el necesitado puede recibir socorro.
Todo contacto físico debe ser evitado excepto el saludo con un apretón de manos.
Si la persona es del sexo opuesto, la puerta de la oficina debe ser dejada Semiabierta o
hacerse acompañar de su esposa. El pastor debe ser amable y sincero, pero a la vez
discreto.
Las sesiones de consejo deben ser guardadas breves. No deben ser tan cortas que la
persona no tiene tiempo para descargarse y recibir ayuda, sino que deben ser
suficientemente breves para que ninguna situación emocional pueda desarrollarse.
C. HAY UNAS CUANTAS REGLAS BASICAS QUE CADA PASTOR PUEDE SEGUIR
AL ACONSEJAR:
Ningún intento se hace en este estudio para dar una instrucción detallada y completa en
el arte de consejos pastorales. Sin embargo, hay unos cuantos principios básicos que
cada pastor puede seguir.
Muchas veces sólo el poder hablar libera la presión. Hablar en si es una terapia. Los
problemas parecen muy diferentes después de ser enteramente expuestos. A veces la
persona perturbada se da cuenta de la solución apropiada a su problema después de
haber hablado sobre el problema completamente. Es posible que el pastor guie a la
persona a una victoria completa simplemente por escuchar con atención compasiva y
piadosa. El pastor nunca debe ser sorprendido ni espantado por lo que es revelado a él.
37
Debe recordar que está tratando con la naturaleza humana con todas sus debilidades y
fallas. Después de todo, si no hubiera un problema la persona no estaría allí confiando en
él. No importa cuán espantado esté, nunca debe permitir que cambie su actitud hacia la
persona con quien está tratando. Si él revela sus sentimientos hacia el pecado hecho,
según toda probabilidad, daría lo mismo que la sesión de consejo fuera terminada
inmediatamente. El pastor no podrá ayudar al alma perturbada y generalmente el
necesitado inmediatamente rehusará confiar más. La línea de comunicación es rota de
inmediato.
3. La seriedad del problema nunca debe ser tomado a menos. El asunto puede parecer
de poca importancia al consejero, pero puede ser una dificultad tremenda a la persona
buscando ayuda.
4. El pastor nunca debe dar consejo hasta que entienda enteramente la situación. Todos
los hechos deben ser considerados en oración y a veces tienen que tener varias sesiones
de consejo antes de que se revele el problema verdadero. También, hay ocasiones
cuando el pastor debe oír el otro lado de la historia antes de llegar a una conclusión y
tratar de dar consejo. Si el problema trata de algo de lo cual el pastor no sabe nada, él
debe confesar su inhabilidad de dar buen consejo y recomendar a la persona a alguien
que puede ayudarle.
5. El principio final para recordar es que el pastor siempre debe buscar la solución al
problema y animar al individuo a vencerlo en lugar de tolerarlo. Muchas veces el ministro
será tentado a tomar el camino de menos resistencia y solamente ofrecer consolación a
alguien en adversidad en vez de buscar sinceramente la solución. Inspirar a una persona
a vencer su problema es preferible que ofrecer consolación y ánimo para soportar
aflicción y desgracia.
El consejero no debe ser austero o duro. Debe ser firme pero a la vez fiel, manso,
paciente y benigno.
Siempre guie al individuo a confiar en Dios y a orar. El socorro más grande que se puede
dar a almas afligidas es guiarle al Señor. El pastor nunca debe aprobar el pecado; a
menudo una corrección es necesaria. Sin embargo, tal corrección y reprensión debe ser
hecha tiernamente y con cautela.
38
CAPITULO DIEZ
El bautismo del Espíritu Santo pone a los creyentes en un solo cuerpo y los llama del
mundo para formar una congregación o como Pablo dice en Hechos capítulo 20, un
“rebaño.” También dice que el Espíritu Santo ha puesto sobre el rebaño, obispos o
pastores para apacentar la iglesia. La obra de formar congregaciones y poner estas
congregaciones en orden con un pastor es definitivamente la obra del Espíritu Santo.
Definitivamente no es la obra de un hombre y esta parte de la obra puede ser dejada
completamente en las manos de Dios.
En las iglesias campestres o iglesias pequeñas el pastor tal vez no va a sentir que es
necesario organizar la iglesia o ponerla en orden sino simplemente enseñar a los
creyentes la Palabra de Dios. Sin embargo, muchos problemas surgen en las iglesias
grandes que hacen necesario que la iglesia sea completamente puesta en orden y bien
organizada. Uno de los pasos necesarios es formar un registro de los miembros de la
iglesia.
39
Hay algunos argumentos fuertes en contra de un registro de miembros en la iglesia, pero
será necesario considerar solamente los más sobresalientes y fuertes. El argumento más
fuerte en contra de la lista de miembros en la iglesia es que el pastor está tratando de
hacer una obra que pertenece a Dios. La más grande necesidad es tener su nombre
escrito en el Libro de Vida del Cordero, y esto basta. Ser miembro registrado no puede
salvar. El pastor no puede saber absolutamente por cierto en cada caso quien está listo
para encontrarse con el Señor y quien no lo está. Esto es asunto de Dios, y el pastor debe
dejarlo en Sus manos.
Todo esto está bien y no puede ser negado, pero por el otro lado, se puede decir mucho a
favor de tener una lista de miembros.
Aquí hay unas cuantas razones del porqué una iglesia debe tener una lista de miembros:
1. La lista de miembros de cada congregación local debe ser una copia de una parte de
la lista en los cielos. Definitivamente no es un intento de duplicar la obra de Dios, más
bien de saber Su mente para que el pastor pueda trabajar más efectivamente para El.
2. Por ser miembro de una iglesia, el creyente pentecostal trae ánimo práctico a sus
hermanos creyentes de semejante fe preciosa y testifica al mundo que la iglesia está
unida en fe y doctrina.
5. Ser miembro trae el beneficio personal de cuidado espiritual por el pastor a cada
miembro. Cada pastor debe conocer las almas bajo su cargo. Sin una lista de miembros,
sería difícil que el pastor siempre conozca las almas sobre quienes él está encargado
como el responsable. En cada iglesia hay simpatizantes y gente que vagan de una iglesia
a otra y el pastor naturalmente dará el tiempo que pueda a este grupo sin hacer acepción
de personas. Sin embargo, son los “miembros” de su “rebaño” de quienes él es
responsable ante Dios.
6. La disciplina en la iglesia es casi imposible sin una lista de miembros. Este asunto
será tratado en otra parte de este estudio.
40
8. Cada hijo de Dios debe ser miembro de un “rebaño” y tener un hogar espiritual donde
puede recibir dirección piadosa y espiritual. Un creyente que vaga sin un hogar espiritual
nunca recibe mucha ayuda para su propia alma y ciertamente no puede ayudar mucho a
alguien más. Una lista de miembros ayuda a evitar este error y causa que el individuo sea
estable y no inconstante o un “vagabundo”
Los creyentes no pierden su individualidad cuando son convertidos. Todavía tienen sus
gustos, deseos personales y ambiciones; todavía tienen su raíz cultural, entrenamiento
del hogar, educación y personalidad. El Espíritu Santo los bautiza en un solo cuerpo y
coloca a cada miembro en el cuerpo según Su gusto. Gente de diferentes caminos de
vida son puestos juntos continuamente en la iglesia. ¿Es una maravilla que a veces hay
desunión? El Apóstol Pablo, dándose cuenta de esto, exhortó a la iglesia de Efesio a
“guardar” la unidad del Espíritu. Es algo que cada creyente tiene que esforzarse para
cumplir. Muchas veces costará mucho esfuerzo y labor el guardar esta unidad. Cada
pastor pentecostal tiene que vigilar este asunto cuidadosamente, e instruir a su rebaño
sobre este tema.
La confraternidad y la unidad van juntas. A menos que haya unidad del Espíritu en una
congregación, no puede haber confraternidad entre los miembros. La confraternidad es
una relación en la cual hay un compartimiento común y comunión espiritual. La
confraternidad de los creyentes está en el Señor; su unidad es del Espíritu Santo. Esto
puede ser una realidad sólo cuando rendimos nuestras vidas a Dios y vivimos una vida
santa en el Espíritu. “Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos
con otros, y la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Esta
es la verdad básica bajo todo pensamiento de confraternidad y unidad. No puede haber
confraternidad entre la luz y las tinieblas, la justicia y el pecado, el bien y el mal. Para
tener unidad verdadera y duradera, el asunto del pecado tiene que ser tratado, y cada
transgresión conocida confesada y puesta bajo la sangre por arrepentimiento.
41
CAPITULO ONCE
LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA
El pastor debe recordar que él no es un señor sobre la herencia de Dios, sino un padre
espiritual. El uso de cualquier forma de disciplina debe ser con un corazón pesado y
afligido. Es su primera obligación tratar de restaurar al hermano en un espíritu de
humildad (Gálatas
6:1). Debe vigilar con anticipación por la primera señal de arrepentimiento. El pastor debe
guardar su propio corazón siempre lleno con amor por el individuo. Es muy fácil permitir
que pensamientos carnales se infiltren y hagan muy difícil el tratar con miembros
extraviados, especialmente si son rebeldes y han tomado una posición en contra al pastor
mismo. Cualquier cosa que hace, nunca debe dejar que un hecho de disciplina por su
parte se desarrolle en una lucha personal entre él y el miembro. Toda disciplina tiene que
ser guarda- da sobre el nivel carnal, y si el pastor ama al individuo como a su pro- pio hijo
o hija, esto no será difícil.
42
C. JESUS NOS DIO LOS PASOS CORRECTOS PARA LA DISCIPLINA EN LA
IGLESIA:
En Mateo 18:15-17, Jesús dió el orden correcto a seguir para hacer cumplir la disciplina
en la iglesia. “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él
solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o
dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos,
dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gen- til y publicano.”
1. Privadamente:
Primero el pastor debe orar mucho acerca del asunto y luego tratar con el ofensor
personalmente en un espíritu de amor. Todo el asunto debe ser guardado tan secreto
como sea posible. Muchos pastores erran aquí en el hecho que ellos predican del púlpito
en contra al asunto en tal manera que toda la iglesia llega a enterarse y el miembro en
cuestión es lastimado y ofendido naturalmente y se retira de la congregación. El momento
que él se retira de la congregación, realmente es una derrota para el pastor, porque es su
asunto devolverle a la senda estrecha y angosta, y guardarle en el rebaño. El pastor no
debe hacer nada que rompa la confianza, lo cual él ciertamente hace si predica
imprudentemente en una manera que llama la atención al problema. Que sea guardado
en secreto hasta que es cierto que el miembro no tiene intención de arrepentirse.
Cuando el miembro ofensor no escucha al pastor personal- mente, él puede traerlo ante la
junta de ancianos o diáconos de la iglesia. Aun los casos más difíciles generalmente
pueden ser tratados aquí sin llevarlo más adelante.
3. Públicamente:
Esto, por supuesto, se usa sólo como el último recurso. Si el ofensor todavía rehúsa
arrepentirse, confesar su mal, y hacer lo bueno, hay solamente una cosa que se puede
hacer. Con corazón afligido, el pastor puede excomulgarle. Para ser efectivo, este debe
ser un hecho de toda la congregación. El pastor debe tener mucho cuidado aquí. Si el
individuo tiene la simpatía de una parte de la iglesia, fácilmente él puede dividir el rebaño
y llevar la obra de Dios a una detención. Se necesitan cautela y gran sabiduría. Es mejor
tener un poco de cizaña entre el trigo que arrancar algo del trigo con la cizaña. El
excomulgar a un miembro debe ser hecho con un corazón afligido y sólo cuando todos los
otros medios han fallado.
43
1. Amonestación:
Tito 3:10 “Al hombre que causa divisiones, después de una y otra amonestación
deséchalo.”
Esta es la manera más lenta de disciplina y aquella que el pas- tor tendrá que usar con
más frecuencia. Pablo exhortó a Timoteo a redargüir, reprender y exhortar con toda
paciencia y doctrina.
2. Excomulgar:
Esto debe ser hecho sólo en casos de ofensas muy serias, nunca apresuradamente, y
debe ser un hecho de la iglesia entera. Simplemente quiere decir que el nombre de la
persona es borrado del registro de miembros, que él no es permitido de testificar, ni
participar en la cena del Señor. Llega a ser a la iglesia lo mismo que un incrédulo, “gentil y
publicano.”
3. Entregado a Satanás:
1 Corintios 5:5 “El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que
el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
Esta es la forma más drástica de disciplina de todas con el propósito de salvar su alma
por traerle al arrepentimiento a través del castigo severo.
Aquí hay diez reglas que el pastor debe recordar al administrar la disciplina:
1. Ore mucho sobre cada caso individualmente. Trate con ellos como hijos e hijas.
4. Esté seguro que ha oído ambos lados de la historia, si hay dos lados.
5. Sea lento en formar decisiones pero una vez hechas llévelas a cabo; sea firme pero a
la vez paciente y manso.
44
7. Sólo Jesús conoce sus corazones. Nunca haga de sí mismo un juez pero trate con
hechos conocidos.
8. Crea que todos son inocentes hasta que sean probados culpables.
9. Trate de usar las formas menos severas de disciplina como: amonestación, probación,
etc.
10. Nunca pronuncie una disciplina que no está preparado para hacerla cumplir y llevar a
cabo.
45
CAPITULO DOCE
Una iglesia nunca debe ser sostenida en cualquier manera sino en una manera bíblica.
Dios nos ha dado un plan simple de financiar Su obra que es bíblico y práctico para que
todos lo sigan. El plan es DIEZMAR.
El Señor no nos daría un plan que todos no podrían seguir. Cada persona, no importa
dónde está o que posee, puede dar al Señor la décima parte de su ingreso. Así, la iglesia
es sostenida y financiada, si está en el campo misionero o donde esté. Dios bendice
materialmente y espiritualmente a una iglesia que diezma. El pastor debe enseñar el
diezmar e instruir a los creyentes a traer sus diezmos al alfolí. El diezmo pertenece al
Señor y el cristiano no tiene más que hacer sino traerlo al alfolí, que es la iglesia local
donde él adora y donde recibe su comida espiritual.
Las ofrendas no deben ser confundidas con los diezmos. Las ofrendas son aparte de los
diezmos, y pueden ser dadas para fondos de construcción, programas en la radio, obra
misionera, etc. Debe ser una manera designada para la cual son recibidos los diezmos y
las ofrendas.
Puede ser necesario que el ministro trabaje en alguna otra profesión o trabajo mientras
está estableciendo una congregación. Sin embargo, debe recordar que esto es sólo un
46
medio interino y en el momento que puede dar todo su tiempo al ministerio, debe hacerlo.
Puede haber otras ocasiones cuando un ministro trabajando es justificado; cuando hay
gastos extras y problemas financieros, pero nunca para descargar a la iglesia de su
responsabilidad de diezmar y sostener a su pastor. Para cumplir sus obligaciones con
éxito, el pastor necesita todo su tiempo y esfuerzo, físico y espiritual. Si el predicador
intenta trabajar aparte del ministerio, probablemente terminará derrocando ambas
profesiones. Las Escrituras son bien claras referentes a que el ministro es digno de
remuneración amplia. Esta remuneración debe permitirle vivir un poco mejor que el
promedio de su congregación. Generalmente él tiene que vestirse mejor y tiene muchos
gastos que sus miembros no tienen.
1 Corintios 9:14 “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan
del evangelio.”
1 Timoteo 5:17-18 “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble
honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No
pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.”
1. El pastor recibe todo y paga todo. El asume toda responsabilidad y paga todas las
deudas. En este caso, no es necesario un informe, Este método es usado en la etapa
inicial de establecer iglesias, y no debe ser seguido una vez establecida la iglesia.
2. El pastor recibe, todos los diezmos para su propia remuneración y todas las ofrendas
deben ser manejadas en una manera en- tendida por todos y un informe dado a la iglesia
con regularidad. Este método es bueno en una iglesia que se mantiene por si sola y tiene
una congregación pequeña.
3. Todos los diezmos y ofrendas van al fondo de la iglesia con una intervención de
cuentas y un informe anual. De este fondo el pastor recibe su remuneración por:
Este método es mejor en las congregaciones grandes con muchos ingresos. Esto releva
al pastor de la responsabilidad de ser mayordomo de grandes cantidades de dinero. El
tesorero debe ser elegido por la congregación, y tener una intervención de cuentas cada
año por dos revisores de cuentas nombrados por la junta de la iglesia o elegidos por la
congregación.
47
A veces se hace la pregunta que si el ministro debe recibir un salario o no. Se puede decir
mucho acerca de esta pregunta, pero parece que Dios ha ordenado que sea una conexión
directa entre el ministerio y los diezmos. “Porque a los levitas he dado por heredad los
diezmos” (Números 18:24). No hay duda que en una congregación los diezmos estarán
en proporción con el ministerio del pastor y es justo que su remuneración deba aumentar
o disminuir con el fruto de su ministerio. También parece que Dios quiere que el ministerio
viva una vida de fe. Un salario tiende a destruir esta dependencia personal en el Señor.
Como resultado, el ministro es robado de la bendición de mirar hacia el Señor en el
momento de necesidad financiera y ver como el Señor provee. Mirando la pregunta de
todos los ángulos, parece que recibir un porcentaje designado de los diezmos es mucho
más bíblico y más deseado que un salario fijo.
Que el hombre de Dios esté agradecido por lo que recibe, y dé gracias a Dios por
cualquier remuneración que recibe. No importa que método sea usado en su iglesia, que
siempre mire hacia el Señor como El que proveerá todas sus necesidades.
48
Recomendaciones.
Orientaciones Metodológicas.
1.-Resúmenes:
Tipo de letra: Arial # 12.
Interlineado: 1.5 cms.
Márgenes: 4x4 3x3
Tamaño de papel: Tipo Carta.
49
(Anexo)
TEST GOBAL
a. Teocracia:
b. Presbiterio:
c. Misterio de iniquidad:
4. Escriba las TRES maneras por las cuales el pastor puede ser escogido:
II
5. “Mas al extraño no seguirán” (Juan 10:5). ¿Qué aplicación tiene esta Escritura en el
ministerio?
III
IV
3. Escriba un corto párrafo explicando cómo un ministro joven puede ganar experiencia.
4. ¿Cuál debe ser la actitud del pastor con respecto a la posibilidad de cometer errores?
50
V
2. Explique la manera en la cual los oficios del ministerio son similares a los Dones del
Espíritu.
a. Ordenación:
b. Diáconos:
c. Ancianos:
4. Nombre a los tres hombres que fueron apóstoles, pero que no esta- ban entre los
doce originales:
5. Escriba DOS factores que deberían influir en un ministro joven al aceptar su primer
pastorado.
VI
1. ¿Cómo debe dirigir el pastor un culto que corre fuera de control con fanatismo y
manifestaciones carnales?
2. ¿Cómo debe controlar el pastor una situación cuando alguien en el culto se levanta a
testificar y trata de atraer atención a sí mismo?
3. Escriba DIEZ reglas simples que un ministro debe recordar al dirigir un culto:
VII
2. Escriba un párrafo sobre el siguiente tema: “En el funeral, el ministro debe ministrar a
los vivos, no al muerto.”
3. A menos que sea contrario a la Palabra de Dios, el pastor nunca debe rehusarse a
oficiar una boda. ¿Por qué?
VIII
1. Escriba un párrafo comenzando con la siguiente oración: “La visita pastoral no es una
visita social.”
3. Nombre los diferentes grupos en la iglesia en el orden que deben recibir la visita del
pastor:
51
IX
2. Escriba un párrafo sobre las normas de Ética esenciales a todo consejo pastoral.
2. Escriba CINCO reglas que un pastor debe recordar para conservar la unidad en una
congregación.
XI
1. Escriba los TRES pasos dados en la Biblia para hacer cumplir la disciplina en la
iglesia.
XII
3. Defina claramente los tres métodos que se usan con las finanzas de la iglesia:
52