Santísima Trinidad
Representación de la Santísima Trinidad hacia
1489.
La Trinidad es el dogma central sobre la
naturaleza de Dios en la mayoría de las iglesias
cristianas. Esta creencia afirma que Dios es un ser
único que existe como tres personas distintas
o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Algunas confesiones minoritarias, como las iglesias
unitarias, los testigos de Jehová y
los pentecostales unicitarios, así como las iglesias
binitarias, rechazan esta creencia.
Los mormones afirman creer en la Trinidad pero
tienen una interpretación específica y radicalmente
diferente del dogma mayoritariamente aceptado.1
Perspectivas históricas
En el año 215 d. C., Tertuliano fue el primero en
usar el término «Trinidad» (Trinitas). Anteriormente, Teófilo de Antioquía ya había
usado la palabra griega τριάς trias (tríada) en su obra A Autólico (c. 180) para
referirse a Dios, su Verbo (Logos) y su Sabiduría (Sophia).3 Tertuliano, en uno de
sus escritos polémicos dirigidos contra Práxeas, un seguidor de la doctrina cristiana
conocida como «monarquianismo», Adversus Praxeam II, diría que «los tres son
uno, por el hecho de que los tres proceden de uno, por unidad de substancia». nota 1
La fórmula fue adquiriendo forma con el paso de los años y no fue establecida
definitivamente hasta el siglo IV:
La definición del Concilio de Nicea (325), sostenida desde entonces con mínimos
cambios por las principales denominaciones cristianas, fue la de afirmar que el Hijo
era consustancial (ὁμοούσιον, homousion, literalmente ‘de la misma sustancia’) al
Padre. Esta fórmula fue cuestionada y la Iglesia pasó por una generación de
debates y conflictos hasta que la «fe de Nicea» fue reafirmada en Constantinopla
en 381.4
Concilios
En el Primer Concilio de Nicea (325) toda la atención se concentró en la relación
entre el Padre y el Hijo, en el cual fue redactado el Credo Niceno inclusive mediante
el rechazo de algunas frases típicas arrianas mediante algunos anatemas anexados
al credo; sin hacer ninguna afirmación similar acerca del Espíritu Santo.
Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador de todas las cosas visibles
e invisibles; y en un solo Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; unigénito nacido del
Padre, es decir, de la sustancia del Padre; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero
de Dios verdadero; engendrado, no creado; de la misma naturaleza del Padre; por
quien todo fue hecho: tanto lo que hay en el cielo como en la tierra; que por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvación bajó y se encarnó, se hizo hombre, padeció y
resucitó al tercer día, (y) subió a los cielos, vendrá a juzgar a vivos y muertos; y
[creemos] en el Espíritu Santo. Y a los que dicen: hubo un tiempo en que no existió
[el Hijo]; antes de ser engendrado no existió; fue hecho de la nada o de otra
hipóstasis o naturaleza, pretendiendo que el Hijo de Dios es creado y sujeto de
cambio y alteración, a éstos los anatematiza la santa Iglesia católica apostólica. —
Credo Niceno
Pero, en el Primer Concilio de Constantinopla (381) se indicó que el Espíritu Santo
es adorado y glorificado junto con Padre y el Hijo (συμπροσκυνούμενον καὶ
συνδοξαζόμενον), sugiriendo que era también consustancial a ellos redactando así
el Credo niceno-constantinopolitano
Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de
todo lo visible y lo invisible; y en un solo Señor, Jesucristo, el unigénito de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos, luz de luz, Dios verdadero de Dios
verdadero; engendrado, no creado, consustancial con el Padre, por quien todo fue
hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y se
encarnó por obra del Espíritu Santo y de María la Virgen y se hizo hombre; por
nuestra causa fue crucificado en tiempo de Poncio Pilato y padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día según las Escrituras y subió al cielo; y está sentado a la
derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y
su reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre; que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, que habló
por los profetas. En una Iglesia santa, católica y apostólica. Confesamos un solo
bautismo para la remisión de los pecados. Esperamos la resurrección de los
muertos y la vida del mundo futuro. Amén. — Credo Niceno-Constantinopolitano 5
Esta doctrina fue posteriormente ratificada por el Concilio de Calcedonia (451), sin
alterar la sustancia de la doctrina aprobada en [Link] 2
A fines del siglo VI, algunas iglesias de habla latina agregaron las palabras "y del
Hijo" (Filioque) en la descripción de la procesión del Espíritu Santo, ya que las
palabras no fueron incluidas en el texto del credo ni por el Concilio de Nicea ni por
el de Constantinopla. Esto se incorporó a la práctica litúrgica de Roma en 1014. Con
el tiempo, la cláusula Filioquese convirtió en una de las principales causas
del Cisma de Oriente y Occidente en 1054 y en los fracasos de los repetidos
intentos de unión.
Según el XI Concilio de Toledo (675) el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son iguales
en cuanto a su naturaleza o sustancia, mas son distintas en cuanto a la distinción
de personas:
Porque cuando decimos: el que es el Padre no es el Hijo, nos referimos a la
distinción de personas, pero cuando decimos: el Padre es lo que el Hijo es, el Hijo,
lo que es el Padre, y el Espíritu Santo lo que es el Padre y el Hijo, esto se refiere
claramente a la naturaleza o sustancia.6
El Cuarto Concilio de Letrán (1215) agrega:
En Dios solo hay una Trinidad, ya que cada una de las tres personas es esa realidad,
es decir, sustancia, esencia o naturaleza divina. Esta realidad no engendra ni se
origina; el Padre engendra, el Hijo es engendrado y el Espíritu Santo procede. Por
lo tanto, hay una distinción de personas pero una unidad de naturaleza. Aunque,
por lo tanto, el Padre es una persona, el Hijo otra persona y el Espíritu Santo otra
persona, no son realidades diferentes, sino que lo que es el Padre es el Hijo y el
Espíritu Santo, todos iguales, por lo tanto, según la fe ortodoxa y católica, se cree
que son consustanciales.7
Antecedentes bíblicos
Gráfica ilustrativa del concepto de la Trinidad.
En la Biblia se encuentran alusiones tanto al Padre como al Hijo y al Espíritu Santo
que se han presentado como menciones implícitas de la naturaleza de Dios.
Citas del Antiguo Testamento en las que aparecen referencias a Dios en plural:8
«Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza...”»
(Gn 1:26). Esto admite la discusión sobre si el Verbo se haría carne en el hombre
como hijo de sí mismo o si Dios padre en hipóstasis consustancial con Dios hijo
también sería nacido, crucificado, muerto, sepultado o resucitado.
«El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y
del mal.» (Gn 3:22). En este versículo, con "nosotros", se refiere a Dios y los seres
celestiales. La confusión viene de una mala traducción de Génesis 3:5, que consiste
en traducir Elohim (Dios) de la misma manera que elohim (seres celestiales): «sabe
Dios (Elohim) que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis
como Dios (los elohim), conocedores del bien y del mal».
«Y dijo el Señor: “Todos forman un solo pueblo y tienen una misma lengua. Esta
obra es solo el comienzo, y desde ahora nada les hará desistir de lo que piensen
hacer. Pues bien, bajemos y confundamos ahí mismo su lengua, de modo que no
se entiendan los unos a los otros”» (Gn 11:6-7)
«Yo oí la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?”. Yo
respondí: “¡Aquí estoy: envíame!”» (Is 6:8).
También se presenta como argumento la utilización de la palabra Elohim, que es
plural, para referirse a Dios (por ejemplo, en Gn 20:13 o 2 Sam 7:23).
Jesús como Dios
En el Evangelio de Juan verso 1 registra:
«En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios»
En el capítulo 14 versos 8 al 11 registra:
«Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto
tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha
visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No
crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no
las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por
las mismas obras.
En el capítulo 20 en los versos 24 al 29:
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús
vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no
viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los
clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban
otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas
cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon
aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no
seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío,
y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados
los que no vieron, y creyeron.
Sus discípulos reconocen la omnisciencia de Jesús, el cual es un atributo de Dios:
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que
le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú
sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. (21:17)
Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te
pregunte; por esto creemos que has salido de Dios. Jesús les respondió: ¿Ahora
creéis? He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno
por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
(16:30-32)
El motivo del arresto y posterior crucifixión de Jesús fue por su "blasfemia" ya que
él afirmó ser igual a Dios.
Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,y Jesús andaba
en el templo por el pórtico de Salomón. Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta
cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les
respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi
Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis
ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la
mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar
piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado
de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo:
Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre,
te haces Dios. (Jn 10:22-33)
En otros versos de los evangelios y las epístolas:
«Todo lo que tiene el Padre es mío» (Jn 16:15);
Jesús demostró su capacidad de perdonar pecados, cosa que sólo puede hacer
Dios (Marcos 2:5-10).
Su existencia eterna: «Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que
Abraham fuese, yo soy» (Juan 8:58); «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos». (Hebreos 13:8).
El apóstol Pablo afirmó: «Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad». (Colosenses 2:9).
Provino del cielo: «Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los
cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión». (Hebreos 4:14).
Espíritu Santo como Dios
Es el Señor quien habló en Isaías: Hechos [Link] "Con razón habló el Espíritu Santo
a vuestros padres por medio del profeta Isaías"; Isaías 6:8-10: "Después oí la voz
del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí
yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo [el Señor]: Anda, y di a este pueblo."
Dios y Espíritu Santo son sinónimos 1 Cor. [Link] "¿No sabéis que sois santuario de
Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?"; y en [Link] "¿O no sabéis que
vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y que habéis
recibido de Dios?"
El Espíritu Santo es Dios según Hch. 5:3-4: "¿Cómo es que Satanás llenó tu corazón
para mentir al Espíritu Santo? No has mentido a los hombres, sino a Dios."
Es en el nombre del Espíritu Santo como en el nombre del Padre y del Hijo, que se
da el bautismo (Mt. 28:19). La Encarnación del Verbo se da gracias a El (Mt. 1:18-
20; Lc. 1:35).
Es capaz de perdonar los pecados: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis
los pecados, les quedan perdonados” (Jn. 20:22-23); "Pero habéis sido lavados,
habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo
y en el Espíritu de Nuestro Dios” (1 Cor. 6,11); "el amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.” (Rom. 5:5).
El Paráclito (Latín para consolador/abogado) es visto como una persona (Juan
14:16, 26; 15:26; 16:7); Él resucita los muertos: Romanos 8:11; Él todo lo escrudiña:
(1 Corintios 2:10-11) y solo Él conoce lo mas profundo de Dios: (1 Cor. 2:10-11), Él
es el Espíritu de verdad (Jn. 14:16-17; 15:26)
Fórmula trinitaria
La fórmula trinitaria aparece en el bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo (Mt 28:19).
El apóstol Pablo cerró una de sus epístolas diciendo: «La gracia del Señor
Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos
vosotros» (2 Co 13:14).9
La Primera epístola de Juan afirma: «Porque tres son los que dan testimonio en el
cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno». (1 Juan 5:7).
Fuentes posteriores
Fuera de los libros considerados canónicos, la fórmula trinitaria está presente en
la Didaché, documento cristiano datado del siglo I por la mayoría de los estudiosos
contemporáneos: «Os bautizaréis en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo en agua viva (corriente). Pero si no tienes agua corriente, entonces bautízate
en otra agua […]. Pero si no tienes ni una ni otra, entonces derrama agua sobre la
cabeza tres veces en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Did 7,1-
3).10
Además de la polémica sobre la naturaleza de Jesús —si era humana, divina, o
ambas a la vez—, de su origen —si eterno o temporal— y de cuestiones similares
relativas al Espíritu Santo, el problema central del dogma trinitario es justificar la
división entre “sustancia” única y triple “personalidad”. La mayoría de las iglesias
protestantes, así como las ortodoxas y la Iglesia católica, sostienen que se trata de
un misterio inaccesible para la inteligencia humana.
Santísima Trinidad, titular de la Hermandad de La Trinidad (Sevilla), que procesiona
por las calles de Sevilla en la tarde del Sábado Santo.
La Iglesia católica
La Iglesia católica dice: “La Trinidad es el término con que se designa la doctrina
central de la religión cristiana […] Así, en las palabras del Símbolo Quicumque: ‘el
Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y sin embargo no hay tres
dioses, sino un solo Dios’. En esta Trinidad […] las Personas son co-eternas y co-
iguales: todas, igualmente, son increadas y omnipotentes […]”.11 Así, Dios se revela
a sí mismo como una comunión de personas.12
Dios es una substancia (traducido a veces también por "esencia" o por "naturaleza")
en tres personas o hipóstasis distintas, las tres personas son consubstanciales (de
la misma substancia). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino
que cada una de ellas es enteramente Dios. En cuanto Dios "El Padre es lo mismo
que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el
Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza" "Cada una de las tres personas
es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina" mas sin
embargo, las Personas divinas son realmente distintas entre sí: "El que es el Hijo
no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el
Padre o el Hijo". Son distintos entre sí por sus relaciones de origen: "El Padre es
quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede".
La Unidad divina es Trina.13
La Iglesia católica recuerda que este dogma fundamental de su fe fue definido en
concilios ecuménicos celebrados en Oriente, lo cual es motivo de comunión con las
Iglesias orientales.14
La Iglesia ortodoxa griega
El icono de "La Trinidad del Antiguo Testamento", pintura de Andréi Rubliov,
comienzos del siglo XV.
La Iglesia ortodoxa griega dice de la Trinidad lo siguiente: «Dios es trino y uno. […]
El Padre es totalmente Dios. El Hijo es totalmente Dios. El Espíritu Santo es
totalmente Dios».15
The Catholic Encyclopedia16 afirma que es un dogma y a la vez un misterio como
sigue: «Un dogma tan misterioso presupone una revelación divina».
Las iglesias evangélicas[editar]
Las iglesias evangélicas definen que dentro de la unidad de Dios existen tres
distintas personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres comparten los
mismos atributos y la misma naturaleza; por lo tanto, estos tres constituyen el único
Dios.
Personas de la Trinidad[editar]
Según esta doctrina:
El Padre. Es increado e inengendrado.
El Hijo. No es creado sino engendrado eternamente por el Padre.
El Espíritu Santo. No es creado, ni engendrado, sino que procede eternamente del
Padre y del Hijo (según las Iglesias evangélicasy la Iglesia católica) o sólo del Padre
(según la Iglesia ortodoxa).
Según el Dogma católico definido en el Primer Concilio de Constantinopla (381), las
tres personas de la Trinidad son realmente distintas pero son un solo Dios
verdadero. Esto es algo posible de formular pero inaccesible a la razón humana, por
lo que se le considera un dogma de fe. Para explicar este misterio, en ocasiones los
teólogos cristianos han recurrido a símiles. Así, Agustín de Hipona comparó la
Trinidad con la mente, el pensamiento que surge de ella y el amor que las une. 17
Por otro lado, otros teólogos clásicos, como Guillermo de Occam, afirman la
imposibilidad de la comprensión intelectual de la naturaleza divina y postulan su
simple aceptación a través de la fe.18
Perspectiva de Tomás de Aquino[editar]
Tomás de Aquino usaba una imagen para ilustrar el misterio de la
Trinidad:[cita requerida]
Todo ungido presupone por lo menos tres elementos: El que unge, el ungido y la
unción.
Siendo Jesús el Cristo (es decir, el ungido de Dios), se puede hacer referencia a
tres personas:
El que unge: sería Dios Padre.
El ungido: sería Dios Hijo.
La unción: sería Dios Espíritu Santo.
La trinidad en las denominaciones cristianas no trinitarias
Dentro del cristianismo, existen varias denominaciones cristianas que consideran
que la Trinidad no es una doctrina que se encuentre en los textos bíblicos. Ellos
consideran que la Trinidad es producto del desarrollo teológico en siglos posteriores,
bajo influencia del pensamiento filosófico griego,nota 3 y constituye una deformación
de las enseñanzas cristianas originales. Cierta cantidad de denominaciones han
expresado las mismas ideas192021 Estas son:
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones).
El unitarismo o Iglesias unitarias.
Los Testigos de Jehová.
El Pentecostalismo del nombre de Jesucristo.
Los Cristadelfianos y grupos como la Iglesia de Dios de la fe en Abraham.
Otros grupos cristianos no trinitarios, como el judaísmo mesiánico y corrientes
derivadas del Nuevo Pensamiento.
Unitarismo o Iglesias unitarias
Las Iglesias y congregaciones unitarias surgieron en el siglo XVI como parte del ala
radical de la Reforma Protestante y su teología ha evolucionado, desde variantes
de sabelianismo y arrianismo en sus orígenes, como las defendidas por autores
tales como Miguel Servet y Fausto Socino, a un cristianismo ético y racional que
evitaba todo tipo de dogmas. La primera formulación estructurada del credo
sociniano se estableció en el Catecismo Racoviano (1605) polaco. Asimismo, el
lema tradicional de las Iglesias unitarias de Europa Central de lengua húngara sigue
siendo desde su fundación el de "Dios es Uno" (Egy az Isten en húngaro), en
alusión a su rechazo de la idea trinitaria.22
Perspectiva Griega
Existen tríadas de dioses desde la antigüedad histórica, tal vez por el carácter
místico que algunas culturas tienen del número tres.23
Las tríadas presentes en religiones o visiones filosóficas corresponden a fuerzas
primordiales hipostasiadas o a aspectos del Dios supremo. Aunque las relaciones
entre los diferentes términos de estas tríadas no sean siempre fáciles de discernir,
parece claro que no han sido concebidas en ningún caso partiendo de un modelo
como el de la Trinidad cristiana.24
En algunas corrientes platónicas, se distinguen varios niveles de realidad, entre las
que encontramos tres de gran importancia:
Dios, ser absoluto y causa primera.
Logos, o razón universal.
Anima Mundi, alma universal emanada de Dios que anima y gobierna el mundo
visible.
En otras ocasiones, la trinidad platónica es descrita como las ideas de Bien, el resto
de ideas inteligibles que proceden del Bien, y las ideas materializadas o mundo
visible.